El viaje se hace bastante aburrido. Hacia el quinto día, el líder de vuestra compañía ordena atajar a través de los vastos macizos de trigales que circundan Nobletierra, para ganar así media jornada. Abandonáis la ancha calzada comercial y el continuo flujo de carromatos con los que compartís destino y os aventuráis por el tranquilo y, según afirma el líder, seguro atajo...
Tardáis en torno a una hora en hallar problemas. Un poco más adelante de vuestra posición actual, sumergidos en un denso mar de trigales, oís los berridos de un animal y unos alaridos de terror.
Los ocupantes de los tres carros de vuestra compañía os miran fijamente. Sois los defensores de los carros, en esa calidad se ofreció Reginald. Vosotros debéis saber qué hacer exactamente...
Haced una tirada de Escuchar y decidme qué hacéis.
¿Qué ha sido eso? pregunta sorprendida y algo asustada parecía... no sé bien qué parecía pero sí sé que no me ha gustado un pelo. da unos saltos intentando ver algo sobre el trigo pero sin lograrlo No veo nada!, vaya asco... parecía que iba a no hacer otra cosa que quejarse pero de pronto su cara se ilumina, ha tenido una idea. Sin detenerse a pensarlo demasiado, trepa hasta el techo del carro delantero A ver si ahora veo algo más ríe contenta por su idea al tiempo que prepara el arco
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: escuchar
Resultado: 2(+6)=8
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: trepar
Resultado: 13(+3)=16
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: avistar?
Resultado: 1(+6)=7
vaya chufa.... :P
Tirada: 1d20
Motivo: escuchar
Resultado: 20
OLEEEEEEEEEEE
Rognar siente un escalofrio cuando escucha los gritos pero no es capaz de vislumbrar que emitía el otro sonido aterrador.
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Escuchar
Resultado: 4(+4)=8
El oído de Regi, entrenado para poder oír al apuntador entre bambalinas por encima de los públicos más difíciles, cuchicheantes y desconsiderados, le empuja contra el cerebro un recrujir proveniente de algún punto entre los trigales, delante a la izquierda. Se están cargando ballestas.
Al hacérselo saber a sus compañeros de viaje, los artesanos se acurrucan en cuanto rincón de los carros creen seguro, tapándose incluso con mantas como si esto fuese a protegerlos de los virotes. Tan sólo quedan ahora en pie para acometer valientemente la aventura, Regi, Rognar y Meiar, esta última encaramada en el trecho del carro delantero, preparando su arco mientras atisba por entre los trigales sin llegar a ver más que un leve movimiento entre el trigo algo más adelante...
Entonces os llega, esta vez claro para todos, el desesperado aullido de una doncella en apuros:
¡¡Maldición, rictus!! ¡¡Nos atacan!!
Lo de "ballesteros entre los trigales" suena muy lírico, parece un cuplé.
Os llega el aullido de una voz aguda entre los trigales.
¡Sois víctima de vuestros pecados! ¡Batíos en retirada o daos por muertos!
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: engañar
Resultado: 19(+5)=24