Partida Rol por web

El ataque que el maho tsukai me lanza es poderoso y si no fuera por mi dureza y mi pesada armadura, muy probablemente moriría muy rápidamente. Pero aún no estoy derrotado y es importante que el enemigo lo sepa.

"Maldito enemigo. Tiene un poder notable, pero no es suficiente para acabar conmigo."

Levanto con fuerza el ono y, intentando no ser afectado por el miedo que me hace temblar y el dolor de mis profundas heridas, lanzo un poderoso golpe contra el enemigo una vez más.

Oruno blande su Ono una vez más contra el Maho Tsukai sin importarle su miedo, se convierta o no en un esclavo no-muerto. Pues sabe a ciencia cierta que eso le pasará si no acaba con él.

Cerrando los ojos siente como sus brazos se resienten por el impacto, la sangre salpica su tórax y el chasquido múltiple de huesos le indica que su enemigo se ha quebrado como un junco seco ante la tormenta.

El cuerpo del Maho Tsukai cae al suelo con un ruido seco y el miedo desaparece de vuestro corazón. Los no muertos que avanzaban hacia vosotros caen plomizos al suelo uno tras otro y la niebla verdosa que envolvía el lugar se disipa en un pestañeo como si hubieran sido vuestros ojos los que realmente hubieran tenido una venda enta ellos.

Por fin, aquél que se hacía llamar Hokuru Saiki, el mago oscuro que habitaba en Mizu, muere. 

El primer asalto había sido lamentablemente desastroso para nosotros. Me ví obligado a retroceder para evitar así un golpe mortal del malvado tsukai.

Tomando aire de nuevo y con la katana en alto, volví a ponerme delante de aquel ser corrompido por la maldad, por la ambició de poder.

Sabía que no tenía posibilidad. Pero tal vez daría tiempo a mis compañeros para que ellos pudieran atacar.

Cuando Zhuo llegó el maho tsukai yacía en el suelo inerte. Todo había acabado. Faltaba informar a las autoridades, para que aprovechasen aquel pantano y se convirtiera en útiles arrozales que alimentasen al clan.

— Se acabó. Prendan fuego a este lugar para que sirva como ejemplo a otros. — Sugirió. Limpió su katana y dio media vuelta sin importarle los demás.

— Si me necesitan, estaré de camino a la capital de las tierras Cangrejo para entregar el cadáver de Hiruma Mausuko-sama. Le debo mucho, y asegurarme de que tenga un funeral decente es lo menos que puedo hacer.

Mi golpe finalmente había impactado y el cuerpo sin vida del maho tsukai golpea el suelo con fuerza. Lo hemos conseguido y su corrupción abandona esta tierra de forma súbita para sorpresa y regocijo de todos los presentes. Los no muertos que nos amenazaban han perdido la oscura energía que los animaba e incluso la sucia e impía neblina verdosa que nos rodeaba se ha ido ahora que el enemigo no es más que un cadáver. Por fin ha terminado.

Ide Zhuo nos deja para encargarse del cadáver de Hiruma Mausuko, cosa que prefiero dejarle a ella pues yo no podría acercarme a tierras Cangrejo sin tener algún inconveniente. Prefiero confiar esa tarea a otro.

Miro a Soshi Kumako y le hablo:

 - "Está hecho, ha recobrado su honor, Soshi-sama. Ahora debemos limpiar un poco este lugar. Si me permite, podríamos encender algo que simule una antorcha con las llamas del candil, para poder quemar los cuerpos corruptos a nuestro alrededor antes de marcharnos."

Busco entre mis cosas pero no tengo nada que parezca una antorcha. Miro al hombre Unicornio y a la Escorpión, por si tuviesen alguna antorcha con la que comenzar la labor. Si no eliminamos los cuerpos, la podredumbre llegará a millas alrededor y la Mancha se arraigará a estas tierras, dejándolas inhabitables para siempre. Es una labor que debe realizarse cuanto antes.

-Gracias Ide Zhuo sama. Gracias Ide shido Miko sama. Gracias Tsuruchi Genji sama. Gracias Ronin Oruno. He vengado a mi familia y recuperado la espada de mi madre.- dice envainándola con gran cuidado en aquella saya azul que tanto destacaba en ella con el resto de su indumentaria. -Ahora está completa.

Tras la despedida de Ide Zhuo, Kumako recoge la lanza clavada en uno de los zombis para tendersela al ronin. -Ronin Oruno sama, coged mi lanza y haced una antorcha para quemar los cuerpos y el santuario con su ástil.- 

Mientras nuestros campeones dejaban atrás aquella infesta tierra, una columna de humo ascendía desde el pantano. El viejo santuario todavía ardía a consecuancia de toda la maldad y podredumbre que lo había mancillado.

Las tierras unicornio volvian a ser seguras y la escorpión Shosi llegó a ser una gran duelista como antaño fuera su madre. DE nuestros campeones nada más se supo hasta tiempo después, en donde cada uno había tomado caminos distintos que el destino volveria a juntar.

Pero eso es otra historia....