Notaba cómo se rasgaba la tela de mi pantalón y mi camiseta, cómo las garras de esos seres iban más allà y arañaban y arrancaban mi piel cómo si fuesen alambre de espino, pero seguí empujando. No sabía si había sido mi esfuerzo o el grito de auxilio, pero había conseguido librarme. A un alto precio. Notaba mis extremidades húmedas y calientes, cómo si estuviesen envueltas en salsa, pero no era salsa. Habiendo visto las heridas de María y sobretodo habiendo sufrido los agarrones de esas zarpas, estaba seguro que era sangre. La sangre me escurría y me estaba cubriendo brazos y piernas. Pero ahora estaba libre y debíamos escapar.
Entre las lágrimas había visto que María se había soltado también y que corria pasillo abajo (¿o arriba?) siguiendo la voz de David, así que sin dudarlo puse el mismo rumbo. No sabía si iba lento o no, todo parecía encogerse a mi alrededor y el dolor era insoportable, pero el miedo era mayor. Era ése el que me gritaba que corriese a por mi libertad. Y eso hice, y mientras corría rezaba para que el conserje apareciese y nos sacase de allí. Un hombre adulto. Alguien con autoridad y fuerza. Necesitábamos ayuda.
Aterrorizados bajáis las escaleras lo más rápido que podéiss aunque en el caso de Lucas y María, no es poco que no están caidos en el suelo desmayados, las heridas sangran con profusidad y sus ojos se están cerrando por la perdida de sangre. Cuando llegáis al final de la escalera un halo de luz os refleja en el cara y la voz del guardia os grita:- ¡Ey vosotros! Ya me parecía que había alguien dentro...- Pero al veros mejor grita:- ¡Pero madre de dios!, ¿Que os pasado?-
David estuvo apunto de abrazar al hombre de seguridad que estaba allí, pero se contuvo a tiempo- no,... nos persiguen- es lo único que pudo balbucear- hay que... salir de aqui.
Seguía corriendo cuando la voz del guardia y su difusa figura aparecieron. María se abrazó a él frotando la carita contra la ropa del guardia. Quizá el hombre se diera cuenta de las heridas, de que las cosas no iban bien y los sacara de ahí.
La luz del guardia me hizo pensar en esas películas que decían lo de la luz al final del tunel, pero en este caso no era hacia el paraíso, si no de vuelta del infierno.
Casi me pongo a llorar desconsolado cuándo noté esa presencia de adulto protector tan cerca de mi. En lugar de eso, utilicé mi voz ahogada y débil y notando que no me faltaba mucho para perder la consciencia para pedir un último favor.
-Sácanos de aquí, por favor...
El hombre al veros a dos de vosotros tan heridos os dice:- Venga acompañarme, vamos a salir por la puerta de atrás y os llevare al hospital... ¿Como se os ocurre meteros por la noche en este sitio? Puede ser peligroso.- Quita a María de encima para poder moverse y empieza a buscar las llaves para encontrar la de la puerta de atrás, cuando escucháis algo que baja que cae escaleras arriba. Entonces el guardia dice enfadado:- ¿Es que hay más de vosotros?- Y parece que se va a dirigir hacía alli...
NO VAYA HACIA ALLÍ- grita David, mientras agarra el brazo del guardia, en un intento desesperado de pararle.
- ¡NOO! - empecé a gritar con verdadero pavor - ¡LE HARAN LO MISMO A USTED! ¡NO SON HUMANOS! ¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ!
Al contrario que David yo me limité a gritar, pues con el dolor y la sangre de mis brazos no me arriesgaba a estirar de un hombre adulto que seguro tenia 8 veces más fuerza que yo. Mientras le gritaba el brillo de las llaves me parecía lo más bonito del mundo, pues era los que nos llevaría a escapar, pero el guardia se las llevaba...al infierno de caras sin ojos.
María vio , o más bien intuyó, como el hombre iba hacia la dirección de la que ellos venían.¿No había visto sus heridas?
¿Por qué no les escuchaba?
-¡No vaya ahí!-le suplicó la niña agarrándose a una de sus piernas para sumarse a las trabas que ponía David.
Motivo: Retener (malus por heridas)
Tirada: 1d10
Resultado: 7(-2)=5
Motivo: Retener (malus por heridas) pero esta vez sin ser retrasada y poniendo el dado que toca
Tirada: 1d8
Resultado: 8(-2)=6
El hombre al ver vuestra desesperación, accede a vuestros ruegos, asintiendo:- Si vamos al hospital, no estáis para esperar a nadie.- y se mueve hacía la puerta trasera, allí tras un momento saca una llave y abre la puerta. Al girar vuestras cabezas veis al extraño maestro que os mira con sus ojos oscuros deseoso de volver a tener entre sus pupilos, pero la presencia del adulto parece alejarle, casi podéis notar como haya algo detrás de él, sus alumnos que fielmente lo siguen, sino hubieses tenido la suerte de toparos con el hombre y haberle convencido para sacaros de aquí, quizás fueseis uno de ellos.
No es sino en el coche cuando Lucas y María se desmayan, aunque consiguen llegar vivos al hospital y pronto se recuperan, David los espera nervioso de encontrarse en la clase donde ocurrió todo. Pues hasta el último día del curso no podéis dejar de pensar en las clases nocturnas, en ese horroroso profesor y en fantasmagóricos alumnos, en sus clases que suceden en silencio con decenas de gusanos corriendo por sus carnes pútridas.... No podéis de dejar de pensar en las clases de Medianoche.
Motivo: dificultad
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Fin del cuento de Franky ^^