Corro detrás de María para escapar de este horror de lugar, esperando que Lucas pueda salvarse junto a nosotros y escapar lejos de esta trampa en la que desgraciadamente les he metido sin querer...
Como no me has dicho de tirar me imagino que puedo escapar sin tirada.
No entendía cómo podía ser tan lento, pero los zombies me estaban alcanzando. ¡Si yo intentaba escapar a toda velocidad! ¿No se supone que los zombies son lentos? ¡Malditas películas engañabobos!
Vi con ilusión cómo la puerta se abría ante los esfuerzos de María y una sonrisa intenta escapar de mis labios... Pero se congela al notar la gélida mano de una de las criaturas sobre mí.
Motivo: Escapar
Tirada: 1d8
Resultado: 4
Miercachulis... ¿Si uso mi punto de suerte escapo?
Hector y María logran salir sin mas dificultades de aquel cementerio... es Lucas el que lo tiene mas complicado. La muchacha logra agarrar al niño y parecía que iba a hincarle el diente. Pero en un alarde de rapidez y buena suerte, el chico se agacha, emuja a la zombie y logra desembarazarse de su abrazo, lo suficiente para poder seguir corriendo y salir también del cementerio.
Los tres muchachos corren frenéticamente, intentando dejar atrás el cementerio... al poco rato ven unas luces enfrente suya, seguido de casas. Poco a poco van distinguiendo a mas gente y niños por la zona. ¡Habían vuelto a la ciudad!
Si, doy por hecho que lo gastas y así te salvas.
Con ojos llorosos, me doy cuenta de que hemos podido salir del cementerio y cogiéndoles al resto de las manos me los llevo a donde está la gente, intentando olvidar la noche que hemos pasado ahí dentro y las siniestras aventuras que hemos vivido. Deseando contemplar una vez más la luz del sol y prometiendome no volver jamás a pisar un cementerio...
Cómo por arte de magia, allí estábamos. Fuera. Giré mi cabeza con temor para ver con alivio que no había más zombies detrás de mi...Tan sólo niños disfrazados con calderos de golosinas. Noté cómo Hector tiraba de mí y me dejé llevar sin apartar la vista de la puerta del cementerio.
¿Mi idea de salir había sido acertada? ¿Era entonces cierto que los zombies no podían salir del cementerio? Era más que bueno saberlo, aunque no pensaba pisar un cementario hasta que no fuese yo uno de los enterrados. Y aún así puede que pidiese que me quemasen.
Aún notaba la mano de la niña zombie agarrándome, cómo un marca fantasma que sabía iba a recordar por toda mi vida... Pero estaba tan feliz de que todo hubiese terminado... REcordé entonces la herida de la pierna de María.
- ¡María! ¿Está tu pierna bien?
María jaedaba como si hubieran estado corriendo todo el tiempo en esa prueba de resistencia que hacían en clase de educación física.
-Duele... tengo miedo a mirar... quiero irme ya a casa-dijo con voz trémula, alejándose renqueante de la puerta que no hacía mucho acababan de cruzar.
Afortunadamente para los pequeños, al poco rato algunos adultos se acercaron hacia vosotros tras ver vuestro aspecto tan demacrado. En un instante os atendieron y llamaron a vuestros padres. A pesar de sus preguntas, nunca contasteis lo que ocurrió en el cementerio -¿quien os creería?-. Simplemente lo intentasteis olvidar,sin éxito alguno.
Lo que estaba claro era una cosa: nunca os acercaríais mas a un cementerio.
FIN