El día pasó lentamente.Con los aventureros aún afectados por las reciente pérdidas.Varios voluntarios de la taberna, se presentaron voluntarios para ayudar a Lia, la mayoría elfos que se sintieron identificados en Zirodel.El elfo de cabellos rubius, tuvo un entierro digno y gracias al esfuerzo de la maga, pudo descansar en paz bajo el gran árbol.
En cuanto a la búsqueda de objetos mágicos, pergaminos y hechizos, todo estaban fuera del alcance de Lia, era excesivamente poderosos o caros de adquirir, así que tuvo que conformarse con la compra de algunos pergaminos en blanco, plumas y tinta para poder así en un futuro escribir sus propios conjuros.
Por otro lado, gracias a Ridgern, Varuna pudo descansar en paz entre los suyos.Aquella noche, se encendieron los omnipotentes calderos de fuego del templo, pudiéndose ver su luz a kilómetros a la redonda.El sagrado funeral se realizó junto a una misa, e incienso para purificar el ambiente y las almas que allí acudían.
Ambos acudísteis a una taberna para descansar.Ridgern volvía a intentar olvidar entre jarra y jarra de aquel brebaje dorado.Lia simplemente buscaba la comodidad y el silencio de su habitación, para meditar y descansar adecuadamente.Antes de que Ridern pudiese perder la consciencia, pudo escuchar algunas palabras limpias entre todo el barullo sonoro lugar.
"¿La espada sagrada? Vendí esa baratija tiempo ha....a un viejo loco.No sé por qué, pero estaba interesado en ese filo.Pagaba muy bien, y por supuesto, podría adquirir uno mejor con un chasquido de dedos.De pronto, todos empezaron a reír, acompañando a la risa del interlocutor, como si intentaran caerle en gracia.Tras esto, Ridgern cayó inconsciente, ahogándose en las risas y el escenario que no paraba de dar vueltas.
A la mañana siguiente, ambos despertásteis en vuestras habitaciones.Era media mañana, habíais dormido bastante, el cuerpo lo necesitaba.No sabíais aún qué sería de Decker, pero claramente su intención era partir ese mismo día.Si decidíais acudir a la planta baja, donde estaba la barra y la taberna en si, podíais ver a Decker, comiendo algo en compañía de algunos mercenarios.
Hoja de pergamino 2mpt
Pluma 1mpt
Redoma de tinta (0,3 L ) 8mo
Redoma para tinta, poción o agua bendita 1mo
Haz tus cuentas Lia, y añade lo que consideres a tu inventario.Puedes narrarlo por encima como lo adquieres.
Lia se maravilló observando los objetos que estaban a la venta en la tienda, pero no pudo más que soñar con ellos pues con su riqueza actual no podía permitirse ninguno. Un poco decepcionada, pero decidida a conseguir algunos pergaminos se decidió por hacerlos ella misma por si volvían a encontrarse en una situación tan desesperada como la última.
Compró cuatro pergaminos en blanco y pagó ocho piezas de plata. Fue lo más rápido posible a la posada donde se alojaban pues necesitaba varias horas para hacer lo que quería.
Encendió una candelabro y dispuso todo el material. Primero copió a su libro de conjuros el pergamino de "Imagen de Espejo" que compró en Robleda. Después copió a una hoja de pergamino el mismo conjuro. Y dedicó otras tres horas a copiar en sendos pergaminos en blanco dos "proyectil mágico" y un "encantamiento de persona" y a duras penas repasó el conjuro de sueño para dejarlo preparado para el día siguiente.
Cayó rendida sobre la cama, con la mitad de las cosas sin recoger sobre el escritorio y la vela del candelabro a punto de agotarse.
La despertó un rayo de sol que entró por la ventana al filtrarse entre los edificios y se levantó de la cama con un salto y gritando
¡UAAAAHHHHH! ¡¡ME HE QUEDADO DORMIDA!!
Recogió todo lo que había dejado la noche anterior, se visitió y bajó a la planta baja de la posada, toda desgreñada, pensando que se habrían ido sin ella. Pero al ver que Decker aún estaba allí se relajó y, olvidando sus pintas, pero recordando que la noche anterior no había cenado nada, se dispuso a desayunar con ellos.
Ya tenía material, pero he comprado los pergas en blanco para tener en reserva.
No se cuanto se tarda en copiar un conjuro a un pergamino. He supuesto que es una hora.
También he supuesto que las velas para el candelabro me las proporcionan en la posada. Si no es así lo edito para comprar 10 velas en la tienda por 1 pieza de plata extra.
Ya he actualizado mi ficha, también con los puntos de golpe totales.
Ridgern pasó una mala noche. La imagen de Varuna desangrandose se le aparecía en sueños una y otra vez junto a la de la espada de su padre y el guerrero que se la arrebató. A veces se le aparecían las tres imágenes juntas dando vueltas en su cabeza, como en un tornado.
Así durante gran parte de la noche, hasta que finalmente el enano pudo dormir unas cuantas horas seguidas. Entrada la mañana despertó sudoroso y mal oliente. Se pertrechó de nuevo y bajó a la pisada. Allí encontró a Decker y Lia. Se sentó junto a ellos, pero sólo abrió la boca para pedir una jarra de cerveza. Cuando el posadero se acercó con ella el enano Le preguntó:
- Anoche escuché a unos hombres hablrar sobre una espada ¿qué sabéis de ella?
Ridgern esperaba poder averiguar algo sobre su espada...
siento el retraso. Desde el móvil...
Dereck invitó a la joven maga a sentarse con ellos y comer.Tenían que recuperar energías para el viaje que les esperaba.
Cuando el posadero acudió a la mesa de los aventureros y dejó la jarra de cerveza, se vio sorprendido por la pregunta del enano.Su mano frotaba su barbilla, mostrándose pensativo mientras miraba al falso horizonte.
-Ah, si. Se refiere a Sir Fedrick.Es de ciudad Robleda, pero se pasa por Marvalar de vez en cuando a ver a sus amigos.Normalmente solía traer una bonita espada consigo, pero últimamente ya no le veo con ella, una pena...- suspiró nostálgico mientras recordaba el arma-...era la espada soñada por cualquier bravo guerrero, no sé por qué se deshizo de ella.A veces la arrogancia, la riqueza y el poder pudren las mentes de la gente hasta límites en los que ya ni siquiera eres capaz de ver lo bueno que tienes frente a tus ojos.Se la vendió a un anciano que vive cerca de Robleda, al este, cerca de los páramos del pasto, verás su caserón a lo lejos.Es un poco raro ese viejo, vive alejado del resto de gente, se le ve poco el pelo por la ciudad, aunque su mirada siempre se posa en la carne de las jóvenes...- colocó sus brazos en jarra y negó con la cabeza mientras sonreía aunque con desaprobación-.Supongo que será un viejo verde más- frotó ahora sus manos y volvió a sus quehaceres detrás de la barra.
-Espero que hayáis recuperado energías, partiremos dentro de poco.Os presento a nuestros refuerzos.Gente avezada y experimentada.Esta vez los pedí con experiencia en matar animales salvajes....- recalcó con un poco de humor negro tras saber lo que sucedió anteriormente.
-Por cierto, el posadero dejó esta carta para ti, Lia- posó su mano sobre el papel doblado y sellado y lo fue arrastrando por la mesa hasta dejarlo frente a ella-.Nos comentó que ayer noche se lo dejó un hombre un poco peculiar, no pudo ver bien su rostro porque lo tenía semi oculto bajo una capucha.No nos interesan tus asuntos, por eso no lo abrí- añadió dándole ahora un buen trago al vino caliente.Tras esto, golpeó la mesa con la mano abierta e indicó al resto que les siguiera afuera.Era hora de realizar los preparativos para marchar.
Ridgern memorizó todo lo que el posadero le dijo sobre la espada, su antiguo dueño y el anciano que la compró. Por suerte para él la caravana tenía que volver a Robleda y según el posadero allí vivía ese viejo.
Decker sacó una nota para Lia , que al parecer había dejado allí un encapuchado. Fue entonces cuando Ridgern recordó que la joven le había pedido ayuda para defenderla de un mago. La miró con disimulo y le susurró - Te ayudaré con tus asuntos si tú me ayudas a recuperar la espada que busco- Y sin más se levantó como un resorte tras los pasos de Decker dispuesto a iniciar el viaje de vuelta, mientras echaba un vistazo rápido a los nuevos compañeros de viaje.
Lia escuchó las palabras del posadero mientras competía con uno de los soldados de Decker por ver quién podía comer más. No sólo tenía buen saque la muchacha, sino que no había cenado la noche anterior; así que el soldado tenía las de perder; sin embargo al escuchar lo de la cabaña y el viejo verde dejó de comer para prestar más atención, lo cual le costó el último bollito y la victoria fue para el soldado.
¡Ehh! No es justo, estaba distraída.- Pero el soldado ya reclamaba su premio. Con un suspiro y a regañadientes Lia, le dio un beso en la mejilla. A pesar de las protestas, la muchacha puntualizó. -No, no. Yo dije que si perdía te daría un beso. No dije donde. - Divertida le sacó la lengua en broma
Justo en ese momento Decker le entregó la carta y la cara de Lia se tornó sombría. Temía saber de quién era y con cierto temor la abrío cerca del fuego de la chimena para poder leerla con más luz.
La carta:
"Querida Lia.Te echo de menos.Te necesito aquí conmigo.Fuiste una gran aprendiz y me hiciste sentir cosas que nunca un aprendiz logró.Por eso te estoy siguiendo, te observo desde la oscuridad, me encanta verde dormir, disfrutar el olor de tus cabellos mientras los acaricio.Tu piel bronceada, tus labios carnosos, tus pestañas largas y finas.Me gustaría oírte gemir encima mía, sentir como se estremece tu cuerpo junto con el mío.Enseñarte poderosos hechizos y convertirte en una maga de pies a cabeza....aaa esos pies, te los comería todos.
Eres mía Lia, siempre lo serás, hasta que te mueras, te mate o me canse de ti.Ninguna mujer ha osado dejarme nunca, y la puta que lo ha hecho, ya no vuelve a repetir. ¿Tú no eres una puta, verdad Lia? Quizá un poco ladrona, pero no puta.No te preocupes, corregiré ese aspecto tuyo como más te gusta, dándote unos buenos azotes.No había nada más que me gustase que lamer tus lágrimas amargas de dolor y tristeza directamente en la mejilla.Por todo ello, te sigo el rastro desde hace ya tiempo.Sé por dónde te mueves, sé con quien estás y lo qué haces.Te observo a cada momento y en cada momento te anhelo entre mis brazos.
Te espero ya sabes dónde, tráete a tu amiguito barbudo, bajito y maloliente si quieres, te lo serviré en bandeja de plata si hace falta.Espero que no te hayas olvidado de tus cadenas, eran las más bonitas y lujosas de todas las que hay en este caserío y aún así me despreciaste.No pasa nada, para que veas que soy buena persona, te perdono, de corazón, y te dejo que vuelvas a enmendar tus errores.Déjame lamer tu piel, saborear tu coño una vez más, sé que te encantaba y te volverá a encantar, te lo prometo.
Con cariño
....."
La carta no estaba firmada.Parecía que ese hombre no era tonto y no dejaría ninguna evidencia que le delatase.Al final de la carta había un sello.Eran un par de cadenas cruzadas.
Lia leyó la carta con atención y se obligó a leerla hasta el final, a pesar del asco que le estaba profesando dentro de todo su ser. Al terminarla la arrugó, luego intentó romperla, pero al estar el papel arrugado lo dificultó y finalmente la tiró al fuego con desprecio.
Estaba furiosa, pero también temerosa.
Si Él dice que sabe dónde estoy seguro que lo sabe con exactitud. Quizá algún esclavo del viejo sea uno de los soldados. O utilice la magia para encontrarme a través de mis cabellos o... algo peor. Pensó la muchacha mientras veía como los soldados animados por el buen desayuno se preparaban para el viaje de vuelta.
Terminó de recoger sus cosas y prestó poca atención a lo que le rodeaba durante unas horas; respondiendo vagamente a lo que le preguntaban o hablaban con ella. Mientras seguía encerrada en sus pensamiento: Una cosa está clara, no es suficiente con huir de él. Antes o después me alcanzará y me obligaría a volver, aunque intenté quitarme la vida; me lo impedirá sólo para ver cómo fracaso. No me queda otra; tengo que enfrentarlo y matarlo. Pero yo no tengo ninguna posibilidad; aunque Ridger sí. Si le alcanzaba con su poderoso mayal, le destrozará su cuerpo de viejo decrépito.
Puedo proteger a Ridgern de la magia del viejo. Empezó a elucubrar Lia para sí. Pero su magia defensiva es muy poderosa y dudo que pueda atravesarla. Aunque en algún lugar he leído que hay conjuros para poder disipar la magia activa; si consiguiera un pergamino de esos...
Lia se pasó el resto de la mañana pensando sobre cómo podrían enfrentar al mago, incluso se olvidó de sus heridas y montó sobre su yegua. Sólo un pensamiento le recorría la cabeza: cómo derrotar al mago.
Los aventureros, tras el descanso y desayuno en la taberna, se reunieron con la nueva y reformada caravana, ahora formada por guardias y guerreros de elite.Se notaba a la legua, sus armaduras, sus armas, sus pieles curtidas por la guerra y la Muerte.Todos ellos eran hombres de pocas palabras.Sólo prestaban sus servicios a cambio de oro.Allí se podían ver gente de toda índole, desde forasteros, gente de clase media baja, hasta incluso nobles contratados por el reino para salvaguardar lo que fuera que tuviesen esas carrozas.Abundaban desde las armaduras brillantes y plateadas
hasta otras combinadas entre cuero y maya de acero
pasando por otras armaduras completamente tapadas por ropajes de tela de colores oscuros y de aspecto más cómodo
Esta vez, los estilos de combate eran más variados, habiendo arqueros, guerreros de escudo, de arma a dos manos e incluso gente más diestra capaz de poseer un estilo polivalente tanto de arquería y espada.Una vez os preparásteis, la caravana partió rumbo a Robleda.Esta vez, no pareció haber ningún problema, era tal el imponente aspecto de la caravana, que las posibles emboscadas de bandidos o ataques de fieras, eran repelidos con la simple presencia que no hacía nada más que llamar a la muerte.
Esta vez se siguió un itinerario distinto para evitar así que cualquier fuga de información que pudiese tener el mapa, fuese contrarrestada debidamente.Aún así, el trayecto fue tranquilo.Se acampó para pasar la noche y al alba se retomó la ruta hasta llegar al atardecer a Robleda.Allí os volvisteis a reunir con el burgomaestre, el cual os esperaba esta vez en su casona, en el centro de la ciudad, justo en la plaza mayor.Acudisteis a él junto a Decker.
-Bienvenidos- el burgomaestre se levantó de su asiento ceremonial en el salón de su casa, con los brazos abiertos-.Me alegro que hayáis vuelto sanos y salvos.Me llegaron malas noticias de vuestra ida hacia Marvalar.Me temí lo peor...- sus ojos buscaban entre vosotros tres a los faltantes, se mostraban preocupados a la par que desconcertados.
-Dónde....- estiró su brazo como si intentase alcanzar las figuras invisibles de los que ya no estaban, pero no tardó en transformar su palma en un puño cerrado y tenso, el cual llevó a sus labios, como si intentase contener un grito de rabia y dolor.Se dio la vuelta y se acercó a la chimenea, apoyó uno de sus brazos sobre la pared de esta, y cabizbajo, quedó mirando hipnotizado hacia el fuego, perdido en sus pensamientos.
-Los huargos son criaturas infames, no se suelen ver por estas tierras.Eso quiere decir que algo o alguien los ha traído, los despertado y sacado de sus moradas y los deja campar a sus anchas por nuestras tierras para sembrar el caos y la destrucción allá por donde pasen, interfiriendo en el valioso comercio que recorre la gran arteria que es el Camino de la Mantícora para toda la Marca- comentó como si le hablase al fuego, como si pudiese ver el reflejo de lo que antaño fueron aquellas tierras.
-Sólo queda una última cosa por hacer.Algo importante para la gran guerra que se avecina.Asestará un duro golpe a las filas de Shagrak.Nos dará un hálito de esperanza en la oscura época que se cierne sobre nuestros destinos.Necesito que vayáis al Páramo.Allí tenemos el fuerte empalizado de Rocagarganta- se dio la vuelta y se acercó a una mesa alargada de madera que decoraba el centro del humilde salón, iluminado por candelabros y antorchas.Allí desplegó un mapa que permanecía enrrollado, era de toda la Marca.Su dedo se posó sobre el fuerte, y luego trazó una línea recta directa a Úngoloz, dibujando círculos imaginarios por toda la cordillera como si fuesen campamentos improvisados.
-Nuestros vigilantes y guardias de vecería, han avistado movimientos de tropas enemigas por los alrededores de Ungoloz.Han sido capaces de atravesar las bastas cordilleras que rodean a esa ciudad y asentar importantes bases en sus cercanías.Se espera un ataque coordinado de sus tropas al anochecer de dos días, a ese fuerte, para así cortar totalmente la comunicación con Ungoloz y dominarlo por completo.Vuestra misión será simple, uniros a las filas de valientes que defenderán el fuerte de la mano oscura que intentará derruirlo...- se quedó callado unos instantes, y os acercó, deslizando unas bolsas de cuero hacia vosotros por toda la mesa.
-Ahí tenéis la suma de oro por vuestra escolta a Marvalar, 250 monedas de oro.Para esta última misión, serán 700 si la aceptáis- y de esta manera terminó por explicarles a los aventureros su oferta.
Lia seguía meditabunda al llegar a Robleda, pero al ver la primera reacción del burgomaestre se espabiló y se fijó más en lo que la rodeaba. Prestó atención a la reacción de Camil y luego escuchó sus palabras. Se quedó un rato mirando pensativa el mapa y por primera vez desde que salieron de Marvalar, dijo algo:
Hemos perdido a compañeros en el viaje a Marvalar. ¿Qué digo compañeros? Amigos, camaradas. En los que confiaríamos nuestra vida. Confianza que nosotros rompimos al no poder salvar las suyas. ¿Y qué nos dan a cambio? 250 piezas de oro. Por recoger un objeto se nos dio el doble y el riesgo fue mucho menos de la mitad. A este paso salvaremos el país y se nos dará una palmadita en la espalda.
Se nos contrató como mercenarios, y como mercenarios que somos, qué menos que recibir un pago acorde al riesgo y a las pérdidas que hemos sufrido. Eso sin contar que cuando emprendimos el viaje a Marvalar se nos prometió una suma mayor.
Sin embargo, llegados a este punto, sería una deshonra abandonar la gesta emprendida. Yo acepto ir al fuerte para ayudar en su defensa.
Tras unos segundos en silencio, aclaró
Espero que lo de las 250 monedas de oro sea una broma y se nos dé lo que corresponde.
Ridgern observó con atención las armas y armaduras de los nuevos mercenarios. El enano conocía bien el oficio con un simple vistazo podía saber qué guerreros eran los más veteranos a juzgar por las armas y armaduras que portaban.
El enano buscó un lugar elevado un uno de los carromatos y desde allí vigilaba siempre dispuesto con su ballesta. El viaje fue tranquilo y Ridgern lo pasó sentado bebiendo cerveza y pensando en Varuna, la espada y el viejo del que le habló el posadero.
La caravana llegó a Robleda sin problemas y acompañados por Decker, Lia y el enano se dirigieron a hablar con el burgomaestre a recibir su recompensa y quién sabe si algún encargo más.
Y así fue. Por lo que contó Camil, fuerzas enemigas estabn preparando un ataque para aislar y someter Ungoloz. El burgomaestre necesitaba defender un fuerte cercano para impedirlo. El ataque era inminente y ´de nuevo ofreció una buena suma de oro a cambio de enrolarse para la defensa del lugar. Aunque ahora las cosas se veían de otro modo. La muerte había visitado de cerca a los aventureros y la vida valía más que todo el oro del mundo. Así se lo hizo saber la joven y Ridgern era de su misma opinión.
- Nuestras vidas valen más que todo eso. Poca recompensa me parece para quien va directo a una batalla. La muerte de Varuna ha sido una gran pérdida para todos y sin nadie que pueda sanar nuestras heridas esa misión es un verdadero suicidio. Poned remedio a esa falta y ofreced algo más que oro si queréis contar con mi acero. Pero decid algo pronto, pues no puedo demorarme mucho.Tengo que visitar un viejo que vive en un caserón cerca de los páramos. Creo que está en la misma dirección que el fuerte...
Ridger se apoyó un su mayal pesado esperando la respuesta del burgomaestre.
El burgomaestre escuchó seriamente a los aventureros, como si sus quejas resbalasen por la superficie de su cuerpo, se mantuvo impertérrito con los brazos cruzados y una mirada fría a la par que penetrante.
-Muchacha, la misión de la espada no fue más que el deseo de la familia huérfana del difunto paladín que la portaba.Sus deseos eran que volviese a su familia, y pagaron con sus ahorros para que la oferta fuese más jugosa y que hasta los guerreros más avezados y sedientos de oro, se animasen a recuperarla.Pero como bien decís, esa misión no habría valido ni 50 monedas.El resto, corrió por cuenta de la viuda y sus hijos- explicó sin titubear un segundo.
-Se os prometió 100 monedas de oro por esta misión, y os he dado más por las molestias que hayáis podido sufrir, más del doble incluso- puntualizó arqueando sus cejas, sorprendido ante la escasa memoria de la mujer, o quizá su lengua viperina o sed de riquezas.Después, el enano también presentó su posición, algo más digna quizá al no buscar lo material.Suspiró profundamente y se dignó a responder a ambos, apoyando sus manos sobre la mesa.
-A veces en la vida ocurren cosas inesperadas, crudas y dolorosas.Por el camino, todo aquel que se exponga a la guerra y a la Muerte, se verá condenado a ver morir a los que le rodean, es así y es inevitable.Es duro, la vida es dura, pero el hombre ha de serlo más aún, y si hemos llegado hasta aquí, si hemos construido ciudades y civilizaciones, no ha sido por compadecernos de la muerte de nuestros familiares, amigos y camaradas, ni mucho menos por reclamar riqueza, fama o poder, sino por perseverar, por seguir luchando, por endurecer los corazones y mirar hacia el futuro, un futuro mejor.Y aquí, nos encontramos nosotros, gracias a todos los sacrificios y sangre aliada derramada, y así seguirá por siempre.Grandes héroes y heroínas han caído a lo largo de la historia, pero sus muertes nunca fueron en vano, creedme cuando os digo, que aún siguen presentes en todos los que aún vivimos, pues directa o indirectamente, han contribuido a la continua batalla que aún vive en este mundo- se irguió y caminó por la sala hasta toparse frente a un reluciente y brillante escudo que reflejaba su figura.
-La cara es el espejo del alma.¿Veis la mía? Pues podéis imaginaros lo que he vivido.Todos aquí hemos perdido a alguien, es doloroso, lo sé...- el rostro medio deformado por las cicatrices y quemaduras de Camil, se arrugo, mostrando enfado y rabia-...y es algo que nos moldea, pues al comenzar, somos débiles y frágiles estatuas, que van cogiendo forma conforme sufren, disfrutan y en general viven esta vida.Las malas experiencias, nos hacen aprender, nos enseñan lecciones que jamás se nos olvidarán, endurecen nuestra piel y nuestro espíritu, y ya dejamos de ser frágiles estatuas, nos convertimos en rocas, ásperas, rugosas y duras, muy duras- siguió explicando mientras se mesaba la barba.
-Vivimos tiempos difíciles.Cualquier espada ajena al reino es bienvenida, pero tampoco se le suplicará.Siempre habrá guerreros y guerreras entregados a la causa, con firmes ideales, dispuestos a morir por lo que es suyo y por lo que considera correcto y justo, por el bien- se giró y caminó hacia vosotros-.No por ello hemos de ser desagradecidos.Por vuestros servicios prestados, se os otorgará el rango de adalid de Robleda con todos los beneficios que ello corresponde.Como bien decís Ridgern, no hay suficiente oro para pagar esto, pues la Muerte y la vida no tienen precio alguno, es algo que no se puede monetizar, por eso es algo que debe salir del interior de cada uno, algo que le motive a luchar y pelear.Lo que entregamos en oro no es más que algo simbólico, para ayudar a sobrevivir en el día a día o para que alimenten y mantengan a sus familias- explicó mirando a ambos a los ojos.
-Tomo tu palabra, joven maga, y admiro tu determinación.Serás de utilidad.No es ningún suicidio.Siempre se han librado intensas y sangrientas batallas que se daban por perdidas, pero hemos luchado, y hemos sobrevivido.Estamos adelantándonos a sus planes, no será una matanza como estaba previsto que fuera, hay esperanza, y mientras haya esperanza, habrá luz en los corazones de la buena gente- finalizó su pequeño discurso.Escuchó las preocupaciones del enano sobre aquel viejo.
-Ah, ese anciano.Fue antaño un mago problemático para Robleda.Para que veáis que no solo damos oro a nuestros soldados, también información.Si vais a verle, tened cuidado, siempre posee un as bajo la manga.Se dice que es capaz de multiplicarse, algo que lo convierte en un enemigo duro de abatir si vais solo contra él.
Ridgern se acercó también a otro de los escudos que adornaba la sala y comenzó a mirarse el rostro con detenimiento hasta que se fijó en aquella marca que le dejó su vergonzoso combate por la espada de su padre. Una pequeña cicatriz apenas perceptible bajo la espesa barba, pero que a los ojos del enano era como una herida mortal sangrando sin cesar.
A su entender Camil tenía razón en una cosa, lo que se entregaba en oro era algo simbólico. Por eso el enano había pedido algo más que una monedas. El rango de adalid podía ser un buen comienzo para labrarse un buen nombre y fama en aquella ciudad. Si quería recuperar su espada no iba a poder ser solo a base de oro, pues no podría reunir la suma necesaria. Y aunque la tuviese, de nada le serviría si su dueño no quería venderla. Tendría que ganarla de otro modo y por ahora no podía hacer otra cosa que convertirse en alguien respetado. Y los tiempos que se avecinaban, ese respeto se podía ganar en el campo de batalla. De modo que el enano finalmente aceptó el trato.
- Bien, no sé que beneficios son los propios de un Adalid de Robleda, pero los aceptaré de buen grado, al igual que el oro que ofrecéis. Lucharé por vuestra causa esperando que algún día lo hagáis por la mía. Y espero que además de guerreros y guerreras entregados a la causa con firmes ideales, tengamos a nuestro lado sacerdotes y sanadores con esos mismos ideales. A eso me refería cuando dije lo de poner remedio a la ausencia de Varuna. Son necesarios para que nuestros fuertes brazos no dejen nunca de empuñar nuestras armas, por más enemigos que se nos pongan delante y por más heridas que nos infrinjan. ¿ Habrá algún sacerdote de entre los vuestros dispuesto a acompañarnos a la batalla?
Y gracias por advertirme. Por ahora hagamos que ese fuerte permanezca en pie. El anciano puede esperar...
-Excelente- aplaudió una sola vez, uniendo sus manos y frotándolas, satisfecho por la elección del enano-.Por supuesto.Contamos con un considerable refuerzo de curanderos y clérigos para que asistan a los heridos y a las bajas en el combate, sino sería harta tarea el poder conseguir la victoria- explicó moviéndose de aquí para allá, removiendo algunos papeles que había sobre la mesa.
-Os ayudaré con vuestros asuntos cuando podamos acabar los que ponen en peligro nuestra vida y la de todos, si os parece bien.Así todos saldremos ganando- aclaró intentando ser justo en sus palabras.
-Si tenéis alguna otra pregunta, este es el momento.Por mí, ya estáis despachados.Deberíais partir al alba, junto a uno de los destacamentos si deseáis viajar con más seguridad, claro está, sino, podéis hacerlo cuando os plazca.Lo importante es que lleguen sanos y salvos al destino, dónde ya os explicarán vuestros menesteres- pudisteis intuir como sonreía ligeramente bajo su barba, debido al tenue movimientos de su bello facial.
Lia asintió a las palabras del enano y sonrió ante la confirmación que dio Camil
Partiremos al alba con el destacamento. Ya hemos probado los riesgos de ir en solitario.
Tras su palabras salió del edificio y se dirigió a los establos donde dio de comer a su yegua y le hizo los cuidados de higiene pertinentes, mientras le contaba que el viejo pervertido iba a por ellas; pero que con ayuda de Ridgern le derrotarían.
Cuando estaba cerca el anochecer fue a la posada donde tomó una cena tranquila y se acostó pronto. Aunque antes de dormir y después de estudiar un poco sus conjuros, sacó el amuleto que le entregó el de la tienda y lo observo detenidamente.
Tendrás que esperar, viejo. Voy a defender el campamento te guste o no; aunque si quieres volver a disfrutar de mis carnes y fluidos tendrás que mantenerme con vida en la batalla que se avecina. Murmuró al amuleto como si hubiera alguien al otro lado que pudiera escuchar.
Despues colocó el broche entre sus senos, con mucho cuidado de que la cadena no acabara alrededor de su cuello y se durmió
Ambos aventureros aceptaron el último encargo del burgomaestre de Robleda.Quizá una última batalla para ellos, con seguridad, una de muchas más para la alianza compuesta por los humanos, elfos, enanos y demás razas con buena razón de ser.
Tras despedirse de él, los aventureros se fueron a realizar sus últimos preparativos para marchar al alba.Aún quedaba un largo camino que recorrer, malos momentos que sufrir, y deberían estar preparados para enfrentarse a la misma Muerte si fuese menester.
FIN DE LA ESCENA