Partida Rol por web

El Reino de la Sombra: Enterrados en el Hielo

Epílogo

Cargando editor
19/05/2013, 22:46
Romt, hijo de Kun

El horror no había hecho más que comenzar. Haber cercenado la cabeza del alado y escapar de las profundidades de la montaña no era más que solo el comienzo. El destino de los gigantes había sido escrito tiempo atrás. Cada uno de nosotros tenía una misión que cumplir. Un objetivo que lograr. Un legado que continuar. Ese mismo día nos separaríamos quizá para no vernos nunca más.

Allí estábamos del Hijos de Orn, los gigantes más valientes del Clan Hacha de Hielo, a plena luz del día, expuestos a los rayos del sol escondidos tras las negras nubes, en medio de la inmensidad de las montañas. Sin saber que sería de nosotros. Sin saber si nos volveríamos a encontrar. Las preguntas llenaban mi mente y no hacía más que retumbar dentro de mi cabeza sin cesar.

Urm y yo, junto al Hacha de Hielo, iríamos hacia el este, hacia las Colinas de Terasdur. Para comunicar la asunción de un nuevo líder del clan. De un nuevo salvador. De un nuevo profeta que nos llevaría hasta la salvación, que nos guiaría hacia la victoria y la vida eterna. Del hijo mayor del gran salvador Korn. De Urm, quien con el legado de su padre en sus manos, nos libraría de las fuerzas del mal.

Mi garganta poco a poco iba cerrándose debido a la congoja que sentía. La lengua entumecida debido a la tristeza de pensar que posiblemente sería la última vez que vería a Corm y a Unks. Hablar se estaba haciendo más y más difícil. Sentimientos encontrados comenzaron a apoderarse de mi cuerpo. Una alegría inmensa por saber que pronto retornaríamos hacia nuestro hogar querido y amado. Y, una tristeza absoluta por una despedida.

Mientras que Urm iniciaba las despedidas con sus hermanos y comenzaba a emprender la vuelta a nuestra casa, decidí atento imitar y copiar sus acciones y gestos de apoyo hacia Corm y Unks. Después de todo ya era el líder del clan Hacha de Hielo. Había jurado a Korn que su sucesor iba a tener mi respaldo, mi respeto y mi confianza.

Así que, a modo de saludo reverencial, en el momento que Urm pega la vuelta y camina justo por mi costado, bajo la cabeza para aceptarlo como gran líder y nuevo guía de nuestro pueblo. Así ganaría la confianza en sí mismo y nos llevaría a la victoria.

Instantes después camino hacia Corm y Unks con el rostro fijo en sus miradas. Apoyo mis manos sobre sus hombros y digo con una sonrisa contagiosa - Cuídense del frío! - Sabía que lo lograría. No tenía ninguna duda. Sabía que reunirían el ejercito más temible que jamás había existido en todo el mundo. Que pelearían día y noche incansablemente para la liberación de nuestra raza. Y que pronto nos volveríamos a encontrar.

Sin perder un momento más, me giro en dirección hacia el nuevo líder y camino hacia él hasta alcanzar sus pasos. Sin voltear, levanto mi brazo derecho por sobre mi cabeza con el puño apretado. Este es el saludo final. Un saludo de batalla. Un saludo de guerra. Un saludo inmortal que vivirá por siempre en nuestros corazones.

Un saludo de verdadera unión.

Cargando editor
20/05/2013, 00:19
Corm, hijo de Korn

Corm aspiro el aire frío y el tenue olor a sudor de su hermano cuando le apretó la mano. Su corazón se sentía a punto de estallar por los sentimientos encontrados. Y sin embargo, estaba seguro de que volverían a verse. El bárbaro no podía evitarlo: había nacido con un optimismo mas fuerte que las mismas montañas. De ese optimismo y de sus ansias de superación era de donde sacaba las fuerzas para medirse con los suyos, y de donde sacaría el coraje para unir a los humanos.

Solo tú puedes hacerlo.

Claramente soy el mas atractivo de la familia, y una cara bonita siempre convence mejor— respondió a modo de burla a su hermano mientras le devolvía el apretón y esbozaba su más feroz sonrisa. Sabía que Urm quería verlo seguro de si mismo, fiero y con orgullo. Y no tenía que fingirlo, porque lo era. Entonces Romt habló al bárbaro con una broma. ¿El serio y adusto Romt bromeando? Corm no pudo evitarlo y rompió a reir a pesar de las circunstancias. Sabía que reunirían a los fieros gigantes de la montaña, las cicatrices de la batalla y la lealtad de los gigantes entre sí harían el trabajo. Corm se volvió hacia Unks, tras despedirse de Romt, el gigante estaba herido pero se curaría rapidamente, pues su naturaleza era dura como el pedernal. Les quedaba un largo camino y, a pesar de que lo había pintado como una tarea sencilla para no alarmar más de lo necesario a sus hermanos, sabía que sería dificil converncerlos de unirse a lo que despectivamente llamaban gigantes azules. Pero ya habría tiempo de preocuparse después de eso. Corm cogió la cabeza del dragón y ofreciendosela a su hermano se dispuso a partir. Apenas habían avanzado unos metros, cuando el humano se giro

—Romt,—bramó— cuando vuelva a verte, te traeré un espadón mejor que el que rompiste—prometió el humano dejando así claro que estaba seguro de que al final, todo saldría bien. No abandonaría a los suyos. Al fin y al cabo, y aunque esto fuese lo más importante para Corm, no solo eran familia: eran clan.

 

 

Cargando editor
20/05/2013, 01:12
Unks, hijo de Korn

Era lo que debe hacerse. El honor y el deber. Grandes palabras que en el frío norte ha regido nuestras vidas siempre, si bien no estamos presentes en grandes tapices o en las vistosas estatuas de los pueblos humanos. Con la sangre secándose en mis heridas y la muerte de nuestro padre tan presente, no tenemos tiempo para más. Una despedida y una promesa de reencontrarnos.

Devuelvo el saludo con el  brazo a mi hermano, mientras él, pone el suyo en mi hombro.

- Hermano, dirige al clan con tu fuerza y energía, no hay nadie mejor para esa empresa-mi rostro tan serio como siempre refleja la gravedad de la situación, para luego estrechar su mano- sólo tu puedes hacerlo.

Los dos decimos lo mismo al unísono y no puedo evitar una sonrisa, que se ensancha tras la despedida de Corm y de Romt. Me coloco la cabeza que me da Corm en una postura más cómoda para la marcha y suspiro. Encaminandonos hacia tierras no menos peligrosas, para hablar con los pieles rosadas y darles la vuelta a todo lo que creían dar por sentado, removiendo sus convicciones y sus miedos. Pueda que sea la última vez que los vea, así que me quedo unos segundos petrificado y lleno de alegría, por tenerlos cerca y guardar en mi memoria sus rostros.

Después me doy la vuelta yo también y ponemos camino al sur.

- Vámonos- le digo a Corm, aunque ya estábamos en marcha había que decirlo en alto.

 

----------------------------- o ------------------------------

 

¿Como que tú eres el más atractivo?- es lo último me oyen preguntar a Corm con disgusto mientras nos alejamos- Pero si soy la viva imagen de Orn...

Cargando editor
21/05/2013, 00:14
Director

 

En el cielo azul, todavía a salvo de las nubes de tormenta que se aproximan desde la inmensa masa montañosa que son las Kehalas, la diminuta silueta de un águila vuela en círculos…

Desde allí arriba, desde las alturas, apenas se reconocen las figuras que parten en direcciones opuestas. Sin embargo, por suerte para el águila, su penetrante mirada es capaz de distinguirlas con todo detalle.

Dos parten hacia el este, mientras que las otras dos toman rumbo oeste.

Desde las alturas, el águila, aunque las reconoce ligeramente por haberlas visto días antes en sus territorios de caza, no es capaz de saber nada más acerca de ellas. No puede saber, por ejemplo, que se trata de una familia, obligada a separarse a causa de una inminente guerra, como lamentablemente sucederá pronto con muchas otras familias de este mundo. No puede saber de la pérdida que han sufrido, No puede saber nada de Korn, cuya alma reposa ya en las Montañas. No puede saber tampoco que a pesar de separarse, de caminar en direcciones opuestas, los lazos entre ellos son ahora más fuertes que nunca. Lazos de sangre.

No puede saber del camino que les espera. De las pruebas que tendrán que superar. Ellos han sido los primeros en descubrir la vuelta de la Sombra al mundo, pero por desgracia no serán los únicos. La tarea que tienen por delante es titánica. No hay manera de saber si tendrán éxito o no, no hay manera de saber si estarán a la altura de las circunstancias, si lograrán alzarse hasta lo más alto o caerán intentándolo. Nadie lo sabe, porque nadie puede predecir el futuro.

Sin embargo, podemos estar seguros de una cosa… Todos ellos jugarán su parte en la historia venidera, por pequeña que sea, igual que muchos otros por todo el mundo… y que nunca se avergonzarán de, por lo menos, haberlo intentado.

Pero nada de esto importa, no al menos para la majestuosa águila blanca que planea en las alturas, observando los diminutos puntos alejarse, mientras remonta el vuelo todavía más alto en el cielo azul.

Pero a mí sí que me importa. Mientras observo alejarse a los hijos de Orn a través de los ojos del águila, desearía poder ayudarles de alguna manera, desearía poder hacer algo más que observar… pero no hay nada que pueda hacer… al menos por ahora... Como el resto de los pueblos y las razas de este mundo, en sus manos y sólo en ellas se encuentra la fuerza con la que enfrentarán al futuro.

Pero no temo. No temo por ellos. Les he estado vigilando desde hace tiempo y sé que puedo confiar en que no nos defraudarán…

Así pues, cierro los ojos y vuelvo a mi sueño, despidiéndome de ellos…

Hasta que volvamos a encontrarnos…

 

Cargando editor
21/05/2013, 00:16
Director

 

Comunidad Umbría se enorgullece de haber presentado…

Una partida para: El Reino de la Sombra


Assa como Unks, Hijo de Korn

Galthor como Urm, Hijo de Korn

Rahel como Corm, Hijo de Korn

Yeho Ya Qim como Romt, Hijo de Kun


Dirigida por Drágalin


El Reino de la Sombra: Enterrados en el Hielo

(11/01/2013 – 21/05/2013)