Partida Rol por web

Al parecer los dueños de Bigotitos se habían forrado gracias a internet a su costa, por lo que el coronel quizás de puerta para fuera podría ser el gatico más faldero sobre la faz de la tierra... Pero no era así, aquellas cosas eran suyas, se las había ganado todo el solito y gracias a una nimia ayuda humana... Como reírse de él en internet. ¿Acaso también podía haber un gatico que odiara más a los humanos? ¡Si se paseaba de día por el barrio, los humanos le reconocían! Ya no era un gato anónimo que pudiera hacer el mal como antes, es por eso que decidió comandar a gatos menos capaces, pero con las mismas ganas de venganza.

Y es a la entrada de la mansión de sus humanos donde llegó Zapa, con todo el hocico arañado por aquella pequeña bestia que no paraba de gruñir. ¡Gruñía y arañaba! El gatico estaba seguro que aquel cachorro de poder le habría mordido ya. ¿Pero no se estaban quietos todos los gatos cuando los cogían del pellejito ese de atrás? Pues no, algunos tenían tanta mala leche que eso no servía.

- Bfero de qduided ezftá quietooo Bola pelo de miedfda!!! Dijo Zapa bastante harto ya del puñetero gatico.

Por suerte ya habían llegado a la.... HOFTIA!!! dijo Zapa asombrado al ver el pedazo de mansión que se gastaba el coronel.

Estaba claro, el Coronel podía engatusarlos con facilidad con su labia, pero en su interior no dejaba de ser un faldero, un auténtico faldero. ¿Y era él, el rey de los falderos, el que daba lecciones a los otros gatos sobre falderismo? Qué santos güevos tenía!!

Se acercó a la puerta de la casa esperando que estuviera abierta o que el Coronel anduviera por los alrededores, con el tiempo había visto como algunos gatos acomodados aprendían a abrir puertas con unos saltos ridículos pero el no era de esos, no se iba a molestar en gastar energías en abrir una puerta, cuando era más fácil arañarla hasta que un humano te la abría. Se acercó a la puerta y con sus afiladas uñas empezó a arañar insistentemente la puerta...

Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!, Ras!....

Al dar un poco la vuelta a la casa, vio que en la puerta de la cocina los humanos del coronel le habían puesto una puertecita tamaño gato. No todas las casas tenían puertas de esas, porque sus humanos pensaban que podían retener mejor a sus gaticos dentro sin ella... Humanos estúpidos, los gaticos viven donde quieren, nada puede retenerlos.

Zapa reparó en que sus arañazos a la puerta no surtían efecto, así que siguió presionando puntos estratégicos de la misma a la espera de encontrar algún punto debil, o una manija secreta. En ese momento dió con ella, una trampilla trampa por la que podían entrar sin problemas, otra historia sería salir luego.

Zapa apoyó la cabeza contra la trampilla y entró en la casa, al momento comenzó a llamar al Coronel.

Miauuu!!!  Miuuuuu!!!  Miu!, Miauuu!!!  Miuuuuu!!!  Miu!,

Nada más entrar vio que estaba en el lugar donde los humanos guardaban la comida. De frente se topó con un enorme castillo gatuno, de esos que a los humanos les gustaba comprarnos y nosotros ignorábamos a propósito. Eran tan idiotas estos humanos pensando que después de dejarles vivir en nuestros hogares ellos podían decidir dónde dormíamos.

De lo alto del castillo surgió la cabeza del coronel.

-¿Quién miauntres es a estas horas?- dijo bostezando y desperezándose, con un tono de voz de humor de perros. 

Por todas las sardinas de San Juan!!!! Exclamó Zapa al ver el impresionante castillo de rascadores que gastaba el Coronel Bigotitos.... Del asombro la pelotilla de pelo que sujetaba con la boca calló al suelo, pero Zapa raudo y veloz la sujetó con su pata. Quieto parao, pompón!!

Según avanzaba la misión y más descubría, Zapa estaba más convencido de que el Coronel Bigotitos no era el abanderado del Gatunismo que tanto predicaba, no era más que otro faldero que de cara a la galería se las daba de muy felino, pero luego en la intimidad imploraba las atenciones de los humanos. Sin embargo ese inmenso rascador, no era falderismo, era directamente "Canismo" puro, solo un perro podría tener tal grado de juguetes y detallitos. El Coronel Bigotitos estaba absolutamente "emperrado", era un absoluto "Cani" y se creía apto para dar órdenes a gaticos.... no me extrañaría descubrir que le sacan a dar paseos con correa o que hace pis y caca en el asiento blanco... Pensaba Zapa

No hay duda, este gato no nos representa, en lugar de aceptar con naturalidad las comodidades humanas despotrica de ellas y luego busca la forma de que otros gatos arriesguemos el pelo por limpiar su imagen. Es necesario dar paso a un lider sincero, alguien que no mienta a los gaticos, pero las cosas deben hacerse bien, a su debido momento.... Pensó Zapa.

Zapa se cuadró ante la pregunta del Coronel y respondió:

Señor, se presenta el gatico Zapa para reporte. El objetivo inicial consiguió eludir al operativo, sin embargo creamos un buen revuelo en la cocina, estarán limpiando los restos durante días. Zapa evitó decir que no se habían comido el atún. Señor, el objetivo contaba con ayuda de una humana y de refuerzos uniformados, así como varios señuelos polilla. Ese rayas estaba preparado para nuestra visita señor. Del comando que tomo la casa al asalto cayeron prisioneros de los bomberos varios gaticos, ahora mismo es previsible que estén siendo subidos a algún árbol. El resto de gaticos están preparando un operativo de rescate.

Por otra parte, la misión ha dado un giro, señor. En la casa de rayas estaba esta bola de pelo que traigo aquí, no me extrañaría que fuera un sucesor de rayas. Con la Bola de pelo en nuestro poder podemos exigir a Rayas que se entregue y que acepte nuestras condiciones. Tampoco me extrañaría señor que esta bola de pelo escondiera en su interior los planos secretos del arma definitiva que acabaría definitivamente con la felinidad.

Bigotitos miró a Zapa y luego a la bola de pelo, que al soltarla se estaba paseando inspeccionando la zona. Después volvió a mirar a Zapa y de nuevo a la bola de pelo, que se puso a olisquear el comedero del coronel. Volvió a mirar a Zapa y de nuevo a la bola de pelo, que levantó la patita y echó una meada en el comedero del coronel. ¿¿¿¡Levantó la patita!???

-¡¡Miauldita bola de pelo!!- gritó Bigotitos al ver tal horror y bajó corriendo de su castillo. -¿Vienes a decirme que la misión ha fracasado, que habéis perdido a Rayas, que no habéis rescatado a los cachorros y además me traes un cachorro criado por un perro?- dijo claramente enfadado, aunque Bigotitos siempre tenía esa cara de enfadado. Como si le hubieran dado sus humanos limones para hacerle vídeos y subirlos a internet, puede que hasta lo hubieran hecho, ese castillo no se pagaba solo.

-¡Sacar a los gaticos presos de la prisión y llévate este engendro!- su zarpa señaló a Bolita, que ahora le había dado por mordisquear unas pantuflas humanas. ¡Eh, lo mismo hasta era útil contra los humanos, aunque hiciera cosas raras! -Ya encargaré vuestra misión a gaticos más competentes... Pero al menos que no se queden nuestros camiauradas en prisión, ¿me has entendido soldado?

Tras ver el extraño comportamiento de peluche con patas, Zapa también se queda sorprendido.  

- Anda, la leche!!! Si ha levantado la patita!!, Eso no lo había visto nunca, no...

Tras escuchar las órdenes del Coronel, Zapa quiso añadir.

- Señor, le ruego me disculpe, pero... ¿No podría ser tal vez este el híbrido del que hablan los escritos... el engendro conocido como gatocan? Tal vez sería bueno retenerlo bajo nuestra vigilancia hasta ver si nos es de utilidad, señor...

Zapa, no quiso añadir más. Era evidente que habían fallado en prácticamente todos los aspectos de la misión y eso no era para estar orgulloso. Lo cierto es que la organización había brillado por su ausencia, sin un lider en el equipo era muy complicado repartir las tareas. ¿Donde se había visto un pelotón sin un sargento o un comando sin su Capitán? Pero... ay amigo! Nuestro Coronel, Nuestro Capitán estaba muy cómodo rascándo y durmiendo sobre un inmenso castillo de juguete que sus amos humanos, si, he dicho amos, le habían regalado...

- Bien, Señor, informaré al comando de las nuevas órdenes. 

Zapa saludo marcialmente con su pata sobre su oreja y salió de la mansión para dirigirse a buscar al resto de Gaticos.

-No digas tonterías, soldado... Solo es un gatico criado por un perro, ¡llévatelo de aquí! No quiero ver un ser así delante de mí, no podemos dejar que esto ocurra.

Bigotitos asintió varias veces y luego le señaló la gatera con la pata, para que salieran Zapa y Bolita y le dejaran continuar con su sueño reparador. Las fotos de sus amos y demás tonterías le hacían estar despierto demasiadas horas al día, no dejándole disfrutar de las noches como le gustaría.

-Liberar a los otros gaticos y volver a casa- dijo malhumorado, subiendo de nuevo a su castillo.