-Uno de los escribas tomará su declaración para no retenerle aquí hasta que llegue la comitiva imperial. Vaya con las Fortunas, Masahiro-sama...y gracias por todo, una vez más.
El karo te dedicó una sonrisa cansada pero genuina, dándote permiso para retirarte.
Tora fue ubicada fácilmente, cualquier sirviente podría apuntar a la Matsu de cabello rojo y abundante. Pasaba lentamente los últimos granos de arroz de un tazón con sus palillos, pensativa, y aparte de algunos otros platillos vacíos sobre la mesa podía verse una copia del famoso Liderazgo. Se notaba por el desgaste que había visto sus años, pero estaba lo mejor conservado que podía, y por supuesto en una esquina de la mesilla baja.
Los paneles habían sido abiertos, ahora que los jardines habían sido limpiados de impurezas, y los heridos trasladados a habitaciones la brisa suave agitaba las ramas blanquísimas del Roble Pálido en la distancia, produciendo un muy suave murmullo con el agitar de sus hojas.
-¿Tienes asuntos? -a pesar de lo rudo de la pregunta, el tono era calmo y casual.
La mayoría de los samurai habían emprendido viaje o se preparaban para salir, dejando el lugar bastante despejado, más allá de la chica Grulla hermana del artista, y algunos cuantos Asako juntos en otra mesa. Tsumugi, junto con otros sirvientes, ocasionalmente cruzaban la sala quitando platos sucios. El Isawa percibió una sonrisa fugaz y en su dirección, asegurando que se acercaría si decidía solicitar algo que el castillo pudiera ofrecer.
El momento de resumir el viaje había llegado. La mayoría de los samurai se habían retirado tan pronto las puertas del Shiro se habían abierto, y en el jardín no quedaba rastro de impureza, con los cadáveres retirados, el pasto quemado habiendo sido retirado o la tierra removida para cubrir esto, y los heridos de la carpa provisional trasladados a habitaciones.
La brisa suave agitaba las ramas blanquísimas del Roble Pálido en la distancia, produciendo un muy suave murmullo con el agitar de sus hojas que despedía la estancia en el Aojiroi Oki Shiro.
El samurai Grulla y el Unicornio cruzaron miradas. Ambos eran acompañados por sus respectivas personas queridas, Yui junto a Masahiro y Yuriko junto al Unicornio. Esta última era una visión que rozaba lo milagroso, recordando sus horrendas quemaduras en comparación a ese momento, que ni un vendaje empañaba su vista y se veía radiante en cuanto a temple, completamente sana e incluso de piel más tersa que antes.
Ambos grupos debían partir en direcciones opuestas, los Grulla al sur y los Unicornio hacia el norte. Acompañando a los primeros no había nadie, pues Doji Aiko aún se recuperaba y tomaría algún día adicional para poner los asuntos en orden sobre su difunto esposo. Y una muy callada Shinjo Jujiri avanzaba en la esbelta montura Unicornio, las de su clan usualmente superaban en tamaño a los pequeños y laboriosos pony rokuganí, cosa que nadie que no ambicionaría velocidad envidiaría demasiado.
La Dama Sol en alto observaba los pasos de los animales, presagiando obsequiar su brillantez por el resto del día. Y así, los samurai dejaban aquella experiencia bajo su obi, con lo bueno y lo malo que se llevaban de ella.
Gracias por jugar. Pueden interactuar si lo desean (el Fénix no se encuentra ya que es local), pero la partida está oficialmente concluida. Love ya <3
-La presencia de un amigo en días sombríos puede traer luz a los días más sombríos. - El Shugenja guió sus pasos dando instrucciones a los sirvientes para ofrecer mayor confort a los restantes invitados y miembros de la corte que se vieron afectados por el trágico evento. -La suya, Tora-san, es refrescante como las luces del nuevo sol.
Lo afirmó con jovialidad y confianza, Kyo se sentó con las piernas cruzadas y una mano en el muslo así como otra sosteniendo el mentón y un breve suspiro.
-Los eventos que son trágicamente anticipados sobrevendrán, como cuando se anticipa el marchitar de las hojas caídas de otoño en paso al invierno.
Observó con interés el tomo del Liderazgo que había traído su colega del León. -Me encantaría continuar la conversación que hicimos al final de la noche pasada, pero no deseo ser descortés, si Tora-san gusta examinar pasajes del liderazgo me encuentro a confort, incluso podría solicitar un permiso para pasear por el Salón de Armas del Shiro, un jardín que probablemente resulte más atractivo para los valientes León.
-¿Que de ello? Lo que puedo ofrecer si necesitas algo de munición contra asuntos diplomáticos es hablar con un tío, es un Sodan Senzo de cierto renombre. Si Asako Shizu-sama no se opone donde esté, podría ser capaz de dar testimonio por sí mismo. Sobre el liderazgo...lo he leído más de cien veces, posiblemente conozca el libro de memoria. Si buscas un consejo del mismo, imagino que podría darlo.
Un sonido suave acompañó dejar el tazón sobre la mesa, palillos a un lado, y tomó un momento para usar un paño de seda para limpiar los labios.
-Si quieres mostrarme algún sitio, supongo que este es un buen momento. Guía, si quieres. -a nivel básico, la Matsu parecía comprender que si tenías algo que quisieras hablar fuera del ojo público, debían moverse. Miraba a Kyo con un muy moderado aire de curiosidad, esperando su disposición.
El Shugenja asintió de manera educada e invitó a la Leona a tener una visita a la armería del castillo, teniendo en cuenta lo desesperada que había sido la batalla de los días pasados no tenía mucha esperanza de impresionar a la representante de los Matsu, menor aún y a su interés más bien podría solicitarle apuntes sobre su conocimiento en lo que se podía reforzar y mejorar, consejos que infortunadamente no podía pasar a los Shiba sin que sintieran la afrenta, solicitó que Tsugumi les acompañara con una botella del mejor sake para amenizar la caminata y que esperase educadamente a la salida de la armería.
En el espacio confinado y menos concurrido para aristócratas y cortesanos el Shugenja pudo sincerarse.- Tal y como era previsto, un Lord Otomo ha sido enviado a acertar la situación.- Señaló uno de los estantes donde las Katanas de uso más ceremonial se encontraban envainadas.- Habrá un juicio de responsabilidad probablemente y aunque el concilio de Sabios del Fénix emitirá su propia sentencia, no hay dudas de que es una oportunidad ideal para que un vasallo de la familia imperial gane prestigio y haga una exhibición de poder.
Observó a Torahime con un gesto ligeramente entristecido.- No se puede negar que aquél que pueda plantarse sobre las aguas revueltas será el que más salga beneficiado, y disculparás que no posea tanta ambición como para pisar por sobre mi lord Karo y en cambio busque hacer lo posible para darle la oportunidad de que todos los asuntos se resuelvan de la mejor manera.
Los demás clanes suelen atesorar nuestros Shugenjas y citando a mi Lord Isawa Masahiro, las cosas no están en piedra aún, cosa que a los maestros tierra Isawa no nos intimida al ser capaces de escuchar el rumor de la piedra.
Quisiera conocer por anticipado quién vendrá, y de tal modo saber cómo poder, de forma cortés... hacer un poco más lenta su marcha, si es una persona que disfruta de los lujos y la belleza como un distinguido servidor siempre puedo proponer una enmienda para un pequeño festival de tránsito que le entretenga en el camino.
Si es alguien cuya rectitud no desvía del área, tal vez encontrar asociados que presenten problemas los cuales no hagan pensar que el Fénix está mostrando debilidad en el control de sus tierras... pero lo suficiente como para que su señoría Otomo deba ocupar su tiempo.
Las perspectivas de estar en una carrera contra reloj me emocionan por tanto si ahora me pregunta por mis deseos individuales, ahora al haber visto el color sonrosado de Tora-sama -Murmuró eso suave y muy cerca para que no fuesen escuchados- considero que el blanco es un hermoso color pero creo que hay muchos tonos que debería probar primero.
Se enderezó.- Terminados mis asuntos aquí partiré al territorio León bajo algún nombre o pseudónimo, pretendo localizar a los que han hecho mal al señor de Tora-sama y ofrecer mi aporte para el rescate de la prisionera.
Así como una estación termina, una nueva comienza, y aunque no puedo ofrecer un buen partido como marido para Tora-sama, que necesita de un hombre fuerte, recio y digno que incremente su autoridad, la posición de amante no la considero indigna.
Te ofrezco mi ayuda y a la vez, te pido ayuda, Matsu Tora del León. -Extendió su mano más en un acto para dar un poco de elegancia a las palabras, que quedaban como murmullos mientras justamente la temporada cambiaba en el Castillo del Roble Pálido, que aunque herido con el tiempo y cuidados volvería a renacer.
Isawa Kyo, el Roble Pálido.
FIN.
¡Muchas gracias por la partida!