-¡Jajaja! María suelta una carcajada corta y tan estruendosa como las que hace un momento Sara ha lanzado. -¡Sí que es verdad! Alguno de los novicios que he visto Tenía los mofletes hinchados y coloraditos como un bebé. Parece querer ganarse a la mujer en su mismo terreno, aunque el modo en que lo hace es fresco y no hace pensar en que sea premeditado.
De pronto cambia su registro, se hace aún más confidencial, y se acerca a la mujer, con aire de compartir un secreto.
-Mmmm.... ¿sabes? Ando algo extrañada con esos hombres. Son raros. Cuéntame, anda, ¿no hay algún chisme que quieras compartir conmigo...? ¿Algo que te haya sorprendido ver, o averiguar...? Estos muros guardan demasiadas almas, y eso suele ser origen de secretos. Por ejemplo... alguno de los peregrinos cree que hay aquí algún peligro. No sé yo a qué se puede referir... pero... ¿a que es intrigante? Mientras habla María sigue ayudando a la hospedera, ahora están cociendo los panes que han amasado. -Como esos dolores de barriga, esas indisposiciones. Como si algo en el aire les trastornara. ¿No enferman esos Monjes...? ¿A qué se dedican, mayormente...?
Bien, sigamos entonces.
-Y, por cierto, ¿guisásteis también para los peregrinos cuando llegamos? O acaso alguna de las comidas la habían guisado los Monjes? Os lo pregunto porque parecía guisado por otra mano, mucho meno xperta... no como la vuestra...
No puedo ya editar. Añado esa pregunta, ok?
- Oh, le aseguro señora que todos la comida que serví a mediodía en la hospedería fue cocinada por mis manos y que nadie metió mano en ella. No suelo dejar que nadie se entrometa en mi trabajo, lo de usted..., la mujer parece pensar cómo decirlo, - es una excepción.
Sara saca los panes del horno de leña, con cuidado de no quemarse y los coloca cuidadosamente entre unos paños blancos.
- Así acabarán de hacerse y quedarán con la textura adecuada...
La mujer sigue un rato recogiendo un poco los cacharros de la cocina y finalmente parece recordar las palabras de María.
- Por lo que dice de los monjes... pues sus cosas tienen, desde luego, se habla de peleas entre ellos, de algún lío de faldas, de alguien que se puede haber colado en la cocina para robar comida... esas cosas, ya sabe, pero no seré yo quien vaya dando aire a esos chismes, que al final como usted bien dice soy la única mujer aquí y cuando algún rumor se extiende siempre vienen a pedirme explicaciones... mi señora, esto es como un pueblo y hay gente de toda clase, pero, exceptuando algún caso concreto, los monjes son buena gente y normalmente andan más preocupados de lo divino que de lo humano... eso sí, la mujer cambia su rostro distendido a uno mucho más serio, - si alguien comete una falta, ellos mismos se encargan de hacérsela pagar, y le aseguro que no les tiembla el pulso.
No sé si al editar te sale en novedades. En todo caso, te pongo este mensaje y luego lo borraré.
María mira a la guardesa con aire de mujer confidente.
-Oh, no os preocupéis por que se sepa lo que me contéis, Sara. Soy consciente de que no es conveniente que las gentes puedan murmurar de una, ya he pasado por eso, y no sólo hay que ser honrado, y discreto, deben tenerte por tal también, o estás perdido. Pero conmigo vuestras opiniones están a salvo, no voy a contar nada a nadie de lo que digamos aquí, tampoco vos, estoy segura.
Sonríe mientras habla en tono amigable, distendido. Se muestra interesada, pero no como el que quiere cotillear, más bien como el que está preocupado y necesita que le den confianza.
-Los hombres... bueno, en general son muy distintos a nosotras, tan autoritarios, tan rígidos. Y sin embargo sus pecados, sus maldades son mayores que las nuestras muchas veces, pero saben ocultarlas bien. ¿Pagan por sus pecados esos monjes, decís? ¿Pagan los castigos que ellos mismos se imponen? Bien, a buen seguro entre ellos se mostrarán más indulgentes de lo que pensáis. Aunque decís que no todos son buena gente. ¿a qué os referís...?
Bonus del 40%? Necesito ayuda, please:
Tengo IRR del 45%, ¿qué tirada he de hacer, y cómo se aplica?
Asias!
Si tienes 45 + 40 = 85%
Tienes que superar una tirada de 85 o menos en un dado de 100.
"Haec dies quam fecit Dominus: Exultemus et laetemur in ea. Alleluia."
"Éste es el día que el Señor ha hecho: déjanos regocijarnos y ser felices por ello. Aleluya."
Es un bug de la página. Me apunté el texto y la traducción de la segunda pieza en tu escena, pero la puse en "solo para el director" para activarla cuando me pidieses información, pero resulta que la página decidió que eso de guardar secretos era de muy mala educación... voy a ver si puedo volver a reproducir el fallo y lo comunicaré a los jefes :)
El post del enlace de goear sí que era para todos, porque el resto, aunque estén fuera, pueden escuchar también a los monjes cantar.
Vale, no es un error de la página sino mío :S
Creo que en vez de "sólo para el director" le di a "marcar todos".
Menos mal que no era nada demasiado privado, porque estos compis tuyos no entienden que las escenas privadas no deben husmearse y no hubiesen tenido piedad hubiese sido lo que hubiese sido.
Notas como la temperatura parece elevarse un poco y casi podrías asegurar que empieza a oler un poco raro... como a azufre...
Tenemos a Dalavor un poco Out. Le dejaré por si mañana aparece y quiere contestarte (que hoy es domingo y tiene bula papal para no conectarse). En caso de no hacerlo tendremos que seguir solos, porque a la altura que estamos ya no podemos esperar a nadie. Así que, o bien le pnjotizo, o bien hacemos como si simplemente no hiciese nada útil y te tocase hacerlo todo a ti...
Ok. Por si acaso, te he dado pauta de lo que quiero hacer. Como queda claro, María va a pedir ayuda a los monjes, aunque no al oficiante, para no "interrumpir" nada de lo que está haciendo, pues tiene la intuición de que de alguna manera están contrarestando la entrada del diablo al templo. Y no yo, ella, por que las señales son claras.
:)
Tú que conoces a Tomás desde hace tiempo puedes asegurar que su aspecto no es normal. Algo debe haberle pasado para que tenga esa cara de miedo.
Abundando más en el extraño comportamiento de Tomás, vuestro guardaespaldas nunca se ha caracterizado precisamente por ser una persona altruista preocupada por los demás. Que haya declarado preferir proteger a un judío al que a penas conoce entes que a la señora que le paga no es la actitud que se espera de un escolta y, desde luego, es un claro gesto de rebeldía.
Desde la supuesta seguridad de la iglesia te paras un momento a pensar en lo que está ocurriedo y una gran duda te invade.
¿Todo esto no tendrá nada que ver con la accidental muerte de su marido?, una especie de castigo del Señor o algo así...
Es una sensación extraña, nueva. No la de culpabilidad, no, desde luego. Me he sentido culpable desde que falleció. No desde que le compré a la bruja aquella esa potingue... ni desde que empecé a echársela en su desayuno... no. La culpabilidad empezó con su muerte, no sé qué había pensado que sentiría. Me sentí aliviada, es verdad, el Barón era un malnacido que hallaba solaz en cualquier mujerzuela, y que descuidaba a la suya. Pero, además de aliviada me sentí manchada, me sentí pecadora...
Tomo el colgante que el bastardo de mi difunto marido me regaló, quizá lo único bello que obtuve de él, y le doy vueltas entre mis dedos.
He emprendido esta peregrinación para prosternarme a los pies del Apóstol y obtener el perdón por lo que hice. ¿Acaso es esto ya un Purgatorio? ¿Acaso un Infierno...?
El colgante brilla entre las sombras, captando con su oro los reflejos de las velas que arden cerca...
Me acerco al altar y me arrodillo, y, en silencio recito en mi mente el Mea Culpa.