Motivo: defensa
Tirada: 3d6
Dificultad: 14-
Resultado: 6 (Exito)
Defensa con daga de guardamanos.
Parecía que la suerte de Hoffman se estaba acabando. Martín disparó con su pistola al aire, y eso atrajo inmediatamente la atención de sus compañeros. Moritz fue el primero en correr hacia allá, montante en mano, seguido de un sorprendido catalán. Negrete tardaría un poco más, por que el asunto le había pillado a calzón quitado, y salía de la tienda de Kajtelyne con una mano en el gregüesco y otra agarrando el tahalí del que pendía la espada.
Tras un primer ataque del alemán, apartando su hoja, y una defensa exitosa del cabo, que paró con la daga, tocaba el turno a su caporal, que a bien seguro iba a vengar tanta afrenta. En el campamento, hubo agitación entre los centinelas, que miraron en aquella dirección. Martín había gritado que venían los holandeses, pero no era exactamente lo que estaba pasando.
Cuando Moritz llegó al campo donde se estaba desarrollando el duelo, justo al lado del puente colgante, los soldados de caballería que escoltaban a Hoffman se giraron a mirarle. No se supo bien quien fue, pero interpretó su carrera como un intento de meterse en la refriega. El caso es que cuatro aceros se desenvainaron luego, y los tudescos formaron una barrera. Su intención primigenia era la de proteger a su sargento, pero luego, uno de ellos que era especialmente impulsivo, se echó sobre Karl dispuesto a partirle la rücken de un espadazo.
Motivo: Defensa normal 1
Tirada: 3d6
Dificultad: 8-
Resultado: 14 (Fracaso)
Motivo: Parry
Tirada: 3d6
Dificultad: 9-
Resultado: 14 (Fracaso)
Motivo: Voluntad tudescos
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 6 (Exito)
Motivo: Ataque normal soldado
Tirada: 3d6
Dificultad: 12-
Resultado: 10 (Exito)
Tira ambos ataques (Vélez), si aciertas, pásate directamente a daño y localización. De protecciones lleva un jacó o cuera de caballería con mangas (2 puntos de protección), guantes (1), sombrero (1) y botas (1), además de una gola de acero (protección para mitad superior del torso).
Para Karl, primero debes tirar una defensa, del tipo que quieras. Si es normal, luego puedes atacar tu si gustas (con un ataque normal o maniobra de éste estilo). El resto, a su criterio, pues ganan sobradamente por velocidad a los alemanes.
Aquel tiro me sacó complemente de contexto. Y me hizo dar un bote tal cual estaba, atento y echando rápido mano cual lince al tahalí. Antes de marcharme de aquella tienda, dejo rápidamente unas monedas sacadas de mi faltriquera a Catalina. Ni cuento las que son, pues no hay tiempo, pero tampoco en ese momento no sabía de que se trataba, y si era otro ataque holandés prefería dejarme las deudas saldadas.
Sin más dilación, voy tras los pasos del tudesco y el catalán, apañándome la vestimenta por el camino y aun con tahalí en mano. Tan rápido como puedo por la herida. Cuando llego al lugar, me encuentro con cuatro aceros hostiles desenvainados, y uno de ellos trabado con Karl. Aquellos soldados hacen de barrera, y más alla se debate el cabo con Hoffman. Por lo visto estaba de Dios que esto pasara, por mucho que intentémos evitarlo. Al menos la fortuna parece estar de parte del cabo.
Como yo me encuentro ya a un tudesco atacando a mi camarada Karl, y como no se que intención tienen el resto, me voy preparado con la mano en la empuñadura de mi acero, por si las moscas y nos llueven espadazos por todas partes. Que los tudescos lo tomaran como quieran, pero no me iba a pillar desprevenido si alguno de los otros soldados decidiá saltar sobre nosotros también. Y que Dios nos pille confesados a todos.
los dos ataque exitosos, el daño es mas tres por el modificador por destreza, como no estoy en combate no llevo casco asi que la proteccion es botas, guantes, camisa acolchada, coleto y sombrero. Tampoco es que le haya hecho demasiado daño
Motivo: ataque
Tirada: 3d6
Dificultad: 15-
Resultado: 2, 1, 6
Exitos: 3
Motivo: localizacion
Tirada: 3d6
Dificultad: 15-
Resultado: 10 (Exito)
Motivo: daño
Tirada: 3d6
Resultado: 8(+3)=11
Motivo: daño real
Tirada: 1d6
Resultado: 4(+3)=7
Motivo: ataque con entrada
Tirada: 3d6
Dificultad: 14-
Resultado: 6, 2, 1
Exitos: 3
Motivo: localizacion
Tirada: 3d6
Resultado: 7
Motivo: daño
Tirada: 1d6
Resultado: 2(+3)=5
La entrada ha funcionada asi que me quedaria el ataque con daga, al que renuncio si veo que el castigo es suficiente, retirandome atras tras dejar claro que podria haberle acuchillado a placer.
Si deja la guardia abierta por la irrupcion de Martin, no aprovecho la ventaja, retrocedo a distancia segura y le digo.
-¡Sargento!, ¿seguimos con el lance o prestamos atencion al muchacho?, encuentro la situacion demasiado favorable para que sea tenida por honrada.
Siempre y cuando me de cuenta del tema.
La tirada de daño y daño real del primer ataque es porque se me fue la pinza y tire el daño con tres dados, obviamente el daño real es el segundo, 7.
Vilaplana mira un instante fijamente a la furcia pelirroja.
- Ja ens veurem, Marie (volveremos a vernos). - desde luego ha sido la visita a un burdel más patética que recuerde en mucho tiempo. Coge espada y pistola y va a ver qué pasa.
Máster descríbeme un poco la situación del puente.
Voy todo lo que me pueden las piernas hacia allí y uno de los tudescos me toma por lo que no soy y me maldigo por mi negra suerte, pues me va a tocar batirme con ese hombre por algo que no nos concierne a ninguno de los dos. No creo que sea cosa de dialogar con el tipo que me ataca, pero en un primer momento no tengo claro que sea lo más inteligente partirlo en dos, por lo que opto por intentar esquivar el tajo con la mala fortuna que su hoja me acierta, y poco voy a poder pensar sangrando como un gorrino.
No puede ser! Así no!
Motivo: esquiva total (era +2 o +3?)
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 13 (Fracaso)
jojojo!
La añagaza de Martín no estaba surtiendo el efecto esperado. Más que confundir a los tudescos, cosa que era difícil dadas las circunstancias, había puesto sobre alerta a los guardias. Pronto allí sería Troya, y convendría dar explicaciones. Pero en realidad, aquello ya era Troya. O al menos, alguna batalla anterior. Por que los alemanes seguían muy en sus trece, dispuestos a no ceder un centímetro del terreno.
Mientras sus compañeros llegaban, Vélez pudo tirarle dos estocadas al sargento. Una le entró por el vientre, justo al límite de la cuera, que algo absorvió de la fuerza del impacto. Hizo daño, y no poco. Al retirarse, el alemán se le echó encima, así que él solo tuvo que dejar el brazo estirado y apuntar al suyo, dándole un buen pinchazo en el antebrazo, que dió en hueso antes de salir.
Muy bellacas heridas eran aquellas, que hubieran hecho caer a cualquiera. Pero Hoffman era como un toro, ahora enfadado por la excesiva cercanía del español. Le tiró un puñetazo con la guarnición de la espada, pero Vélez solo tuvo que moverse unos centímetros para evitarlo. Estaba a su merced, y podía acuchillarle con la daga como quisiera.
Moritz cometió un error. Su maestro de esgrima en la Hermandad de San Marcos le había enseñado que era fundamental mantener el vorslach, la intención ofensiva que abruma y anula la voluntad del rival. Al sacrificarlo todo en favor de una incierta esquiva, había perdido el vorslach en favor de su enemigo. Y éste lo aprovechó bien. La hoja de su pappenheimer se deslizó contra el muslo virtualmente desprotegido del alemán, causándole un tajo de cierta entidad. Su enemigo dirigió otra estocada, esta vez a su pecho. Pero entonces apareció el catalán, que había estado atento a la pelea y buscando donde mejor entrar. Su actuación fue providencial para salvar al alemán, parando la estocada con firmeza.
Negrete llegó entonces, ya con el calzón abrochado, tiró el tahalí y conservó en la mano la espada, dispuesto a batirse por los suyos. La situación era la siguiente. Junto al puente, como una hilera de hormigas, tres alemanes. Dos junto a Moritz y Vilaplana, y otro que se giró para encarar a Negrete. El cuarto alemán se acercó corriendo a Martín, tirándole una patada como quien pretende derribar un muñeco de paja. Estaba claro que tenía a su adversario en menos.
Motivo: Daño espadazo
Tirada: 1d6
Resultado: 2(+3)=5
Motivo: Localización
Tirada: 3d6
Resultado: 13
Motivo: Segundo ataque normal
Tirada: 3d6
Dificultad: 12-
Resultado: 12 (Exito)
Motivo: Parada defensa completa catalán
Tirada: 3d6
Dificultad: 13-
Resultado: 7 (Exito)
Motivo: Gorguera alemán
Tirada: 1d6
Dificultad: 3-
Resultado: 6 (Fracaso)
Motivo: Fortaleza Hoffman
Tirada: 3d6
Dificultad: 15-
Resultado: 9 (Exito)
Motivo: Pelea tudesco
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 10 (Exito)
Motivo: Posible daño
Tirada: 1d6
Dificultad: -1-
Resultado: 3
Motivo: Localización
Tirada: 3d6
Resultado: 12
Motivo: Pelea Hoffman
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 14 (Fracaso)
Moritz recibe 4 puntos de daño en la pierna derecha. Queda con 10.
Hoffman recibe 5 puntos en el tronco y 3 en el brazo. Queda con 7.
Martín debe esquivar o desviar la patada, según su elección. El enemigo le ha lanzado un ataque normal, no completo.
Vilaplana gana la iniciativa del alemán de la estocada, aunque en el siguiente turno es posible que reciba ataques del que está junto a éste. Moritz tiene menos iniciativa que su contrincante debido a la pérdida de bríos.
Negrete puede comenzar atacando si es lo que desea, al tener mayor velocidad.
Retrocedio, despues de tocarle muy levemenete con la daga pero en un claro si quisiera podria haberlo hecho, y se puso en guardia de nuevo.
-¡Ya esta bien señor Hoffman!, el honor queda a salvo, su valor no admite dudas asi como la lealtad de sus compañeros, la ofensa no pide un duelo a muerte y el rey no precisa que caigan heridos mas de sus hombres en disputas pueriles. Yo me doy por satisfecho, si su merced tambien deberiamos dejarlo aqui.
Abandono el combate cerrado con paso cauteloso en prueba que no queria seguir con el combate pero con la guardia alta y apuntando al tudesco, dispuesto a que si habia el menor movimiento retomar el ataque.
A efectos, salgo del conmbate cerrado, si quisiera volver a entrar deberia volver a forzar una entrada, si no se presta a razones vuelvo a atacar en los mismo terminos que antes.
Miro al tudesco que se me encara a los ojos, muy serio, y aprieto fuerte el puño entorno a la empuñadura de mi acero. Ya me quedaba muy claro que había pasado aquí. No entendía de donde había venido el tiro, pero lo que sí entendía es que Velez y el sargento tuvieron a bien adelantar el duelo...y que la escolta de Hoffman quiere proteger a su sargento como si pensaran que nos vamos a meter en la refriega de más allá del puente. Y Dios nos libre, una cosa es intentar salvar el culo del Cabo de reprimendas de superiores, y otra cosa es meter nuestro hocico cuando ya está la cosa en faena. Un duelo era cosa de honor, y no es honor lo que hay en un duelo donde se meten terceros como si pensaran que no puedes luchar por tu vida. El caso es que aquí nos hallamos metidos, porque uno de los tudescos de la guardia de Hoffman tomó a Karl por lo que no era, y sin dignarse a preguntar tiró de acero, y la cosa se pone seria. Muy seria. El catalán llega a tiempo para salvar a Moritz de una estocada mortal, pero aún siguen las intenciones del tudesco atacante, y un cuarto va a las patadas con el pequeño Martín y no lo entiendo. Que por cierto ¿Que hace él aquí?
Muy cabreado, bien dispuesto estaba a dar de tajos allí, muy turbado de seso y rabia, pero las palabras de Velez me sacan un poco de eso. Esto no es lo que él quiere. Un lio tan grande. No me imagino como vamos a explicar la muerte de la guardia de Hoffman, en un duelo de dos...y que hacíamos nosotros allí, que es algo que aún ni se. Para colmo Karl es herido, y de herida fea y sangrante de más. Éso tenía que verlo un físico ya.
- Que sólo escuchamos un arcabuzazo y vinimos pensando si serían holandeses. No venimos a meternos !Bajad el acero caguenlahostia! - digo muy serio, apretando fuerte mi acero y dispuesto a pasarlo por la gola al primero que me atacara a mi, o volviera a internar atacar a un camarada.
Estoy en guardia. Que una cosa es un malentendido, puñetero malentendido que le costó un tajo a uno de mis compadres, y otra cosa es regocijarse aun sabiendo lo que hay. Y si aun así seguian a las malas, me iba a dar igual ocho que ochenta, y me defendería como el que más, y a los mios. No me iba a quedar de brazos cruzadas, si no desistian en la hostilidad. Bastantes ganas tenía ya de pasar por acero a más de uno.
Martín debe esquivar o desviar la patada, según su elección. El enemigo le ha lanzado un ataque normal, no completo.
Máster, tengo varias dudas.
1- ¿Qué diferencia hay entre parar y esquivar? Tanto a nivel de recibir daño como a nivel de por qué característica se tira.
2 - ¿Podría parar y contraatacar? o esquivar y contraatacar ya puestos. A fin de cuentas la acción del villano es patear de este round es patear a Martín, la acción de Martín no va a ser quedarse a mirar. Que a lo mejor este alemán, por levantar el muslo, se lleva una mojada en la pierna, ascendente por triángulo de Scarpa, camino de la femoral, cual Manolete.
3 - Supongo que estoy en combate cerrado (rango de patada) ergo podría emplear la daga larga. ¿Es así?
Espero tus respuesta para postear la acción.
casi no percibo el corte, fruto de la adrenalina que corre por mi cuerpo como un torrente, apenas como si fuera un golpe.
¿Me habrá dado con el plano de la espada?
Pero un simple vistazo y la sensación de la sangre caliente como se desliza rodilla abajo me hace ver que no, que ese malnacido me ha herido.
Luego dolerá...
Heridas peores me he llevado en otras riñas, pero eso no hace que me cague en sus muelas.
La cosa parece que ahora va a ir de parloteo pero no me fío nada del mozo tudesco. Ha olido la sangre y esas cosas siempre lo vuelven a uno un poco sordo.
Retiro la pierna herida atrás y me pongo en guardia.
Maldito cabrón, ven, si tienes huevos, que te los voy a colgar de las orejas...
Máster, tengo varias dudas.
1- ¿Qué diferencia hay entre parar y esquivar? Tanto a nivel de recibir daño como a nivel de por qué característica se tira.
La daga la tienes ataque a 14, entonces la parada son 9. Esquivar es Reflejos/2, en éste caso 6. Parando tienes más posibilidades de éxito.
2 - ¿Podría parar y contraatacar? o esquivar y contraatacar ya puestos. A fin de cuentas la acción del villano es patear de este round es patear a Martín, la acción de Martín no va a ser quedarse a mirar. Que a lo mejor este alemán, por levantar el muslo, se lleva una mojada en la pierna, ascendente por triángulo de Scarpa, camino de la femoral, cual Manolete.
Si tu acción de defensa es un normal, no completa, en la segunda parte del turno puedes hacer un ataque normal con la daga. Pero ojo que apuntar tiene penalizador, excepto al pecho.
3 - Supongo que estoy en combate cerrado (rango de patada) ergo podría emplear la daga larga. ¿Es así?
Efectivamente. Él ha tirado por pelea, que es lucha cuerpo a cuerpo. Y eso solo se puede hacer en combate cerrado.
Luego haré la tirada, pero master te recomiendo que uses pyromancer para representar partidas. Es de facil uso.http://pyromancers.com/
Perot dispara al enemigo más cercano, luego suelta la pistola y desenfunda.
Motivo: pistola
Tirada: 1d20
Dificultad: 15-
Resultado: 11 (Exito)
El pequeño Martín intentó apartarse de la patada del alemán y a punto estuvo de conseguirlo, pero estorbado como estaba por llevar puñal y pistola en la mano no pudo hacerse por completo a un lado y recibió un fuerte golpe que sonó con un ruido sordo. Intentó apuñalar al alemán en la pierna que le había golpeado pensando que éste se encontraría desequilibrado tras lanzar el golpe, pero, o bien el soldado estaba más ágil de lo Martín había supuesto o bien el zumbido de oídos del muchacho tras el golpe le había ralentizado y sólo consiguió rasgarle la tela del pantalón sin herir la pierna bajo ésta.
Motivo: Parada (9)
Tirada: 3d6
Dificultad: 9-
Resultado: 10 (Fracaso)
Motivo: Puñalada (14)
Tirada: 3d6
Dificultad: 14-
Resultado: 15 (Fracaso)
Vaya, dos fallos por 1 punto. Si es que he hecho bien las tiradas. Perdón una vez más por mi inexperiencia y Feliz Año Nuevo a todos.
Tras la herida de Moritz, parecía que el único que iba a batirse sin contratiempo era el catalán. Descargó éste un pistoletazo sobre el pecho del hombre que había atacado a Karl, que le hizo dar dos pasos hacia atrás. Mientras, otro de los alemanes forcejaba con Martín. Le dió primero en puntapié en el pecho, que le hizo dar un traspiés. El mozuelo no acertó con su mojada en el hombro, por lo que el alemán terminó de darle otra patada en el brazo que, ésta vez si, dió con él en el suelo algo aturdido.
Antes de que la cordura se impusiera, Moritz tiró un tajo fendente al segundo espadachín, que tuvo harto trabajo en pararlo con su pappenheimer. Los aceros sonaron como si aquello fuera una espadería de Toledo, y eso hizo reflexionar a Hoffmar. Miró alrededor, separándose unos pasos. Se vió herido, y vió que la guardia del campamento ya llegaba. Entonces ordenó algo en su idioma, y sus hombres se giraron a mirarle. Él mismo dejó caer su espada al suelo, rindiéndose de manera simbólica. Sus hombres bajaron los brazos, dando por terminada la refriega.
Ahora, sin embargo, los problemas no habían hecho más que comenzar. Una docena de arcabuceros y otros tantos piqueros del cuerpo de guardia les rodearon en apenas un minuto. Los arcabuceros les apuntaron, vigilando que no hicieran ninguna tontería. Se les ordenó desarmarse de todas sus armas, y tuvieron que obedecer, pues no estaba el horno para bollos. Los piqueros tomaron custodia de sus armas y de sus personas, a los que se condujo al campamento con no pocos empellones.
Allí, fueron conducidos hasta las inmediaciones de la casa donde estaba alojado el capitán, en plena plaza de armas. Los soldados que estaban de guardia les maniataron para luego dejarles clavados al suelo con una cadena y unas piquetas. No era nada que un hombre forzudo no pudiera superar, pero en la plaza de armas siempre estaba una compañía de guardia haciendo instrucción, además del piquete que se mantenía en el cercano cuerpo de guardia. Estaban a unos metros del fuego donde los arcabuceros prendían las mechas que señalaban la duración de las guardias, y tres grupos de dos guardias fijos no les quitaban un ojo de encima.
No hubo más consideración hacia ellos que una breve visita de un físico que trabajaba cambiando los vendajes por orden del cirujano, que revisó sus heridas y aplicó sobre ellas el cauterio de fuego con más desconsideración que otra cosa. La herida de Karl era fea, y terminó desmayándose por el dolor a causa de la aplicación de vinagre y las crueles puntadas de la sutura. Vélez estaba a su lado, sintiéndose responsable de su destino, y le dejó dormir con la espalda apoyada en la suya. Reclamó en vano a los soldados unas mantas para pasar la noche, o que fueran a buscarlas a su propia tienda. Los guardias tenían órdenes estrictas de De la Rosa de no hacerles favor alguno, salvo el indispensable. Cada uno recibió un cuartillo de agua antes de dormir, lo que hicieron con el estómago vacío, ateridos de frío. No llovió, gracias a Dios, pero no hacía falta. La humedad del suelo subía por la noche y te calaba los huesos, impidiendo conciliar el sueño con facilidad. Y cuando uno despertaba de aquella manera, lo hacía entumecido y con sensación de haberse agotado más que otra cosa.
Así les recibió el alba, cuando los guardias les repartieron como mísera ración un trozo de bizcocho y un poco de vino diluido en tanta agua que casi había perdido su sabor. Desde su posición privilegiada vieron como el campamento hervía de movimiento. Llegaron mensajeros del mariscal, indicando que el cerco estaba a punto de completarse, y que se estaban instalando ya las primeras baterías por aquel lado. También llegó una esperada pero no más sorprendente visita. Se trataba del preboste del tercio, oficial de justicia a modo de alguacil, acompañado por siete malencarados corchetes vestidos de negro. El asunto no sería tan preocupante si no fuera por que Vilaplana se quedó mirando a aquel hombre, y la sangre se le heló. Él también le reconoció casi al instante, y se acercó a mirarle como si más que un humano fuera un animal, o excremento de un animal. Se agachó y pudo ver sus ojos de hideputa surcados por la cuchillada que le dió en público, un día que discutieron sobre su hija en la Plaça Reial, frente a las escaleras del salón del Tinell. Aquel pudo escapar a costa de pistolas y un caballo veloz, pero ahora estaba atado al suelo como un perro, y desarmado. Se revolvió, intentando liberarse. Él simplemente le mostró su peor sonrisa, y comenzó a reírse de una forma bastante desagradable.
-Siempre lo he dicho, y el tiempo me ha dado la razón. No ets més que un tros de merda. Un nyerro asqueroso. Perot de Vilaplana -dijo, deslizando la hoja de una daga por la gola- El matapadres. Carne de horca.
Tras decir ésto, la luz del día se le apagó, en forma de bota negra y sucia de barro, que se estampó en su rostro. La bota de Armando de Foces.
Motivo: Localización
Tirada: 3d6
Resultado: 11
Motivo: Segunda patada
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 10 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 3(-1)=2
Motivo: Localización
Tirada: 3d6
Resultado: 8
Motivo: Fortaleza Martín
Tirada: 3d6
Dificultad: 10-
Resultado: 12 (Fracaso)
Motivo: Daño pistoletazo
Tirada: 2d6
Resultado: 2(+3)=5, 4(+3)=7
Motivo: Localización
Tirada: 3d6
Resultado: 4, 1, 5
Motivo: Ataque completo Moritz
Tirada: 3d6
Dificultad: 16-
Resultado: 2, 5, 6
Exitos: 3
Motivo: Defensa tudesco
Tirada: 3d6
Dificultad: 8-
Resultado: 6 (Exito)
Motivo: Voluntad Hoffman
Tirada: 3d6
Dificultad: 11-
Resultado: 7 (Exito)
Motivo: Curar Moritz
Tirada: 3d6
Dificultad: 13-
Resultado: 7 (Exito)
Motivo: Curar Hoffman
Tirada: 3d6
Dificultad: 13-
Resultado: 10 (Exito)
Motivo: Fortaleza Moritz
Tirada: 3d6
Dificultad: 14-
Resultado: 15 (Fracaso)
FIN DE ESCENA