Partida Rol por web

Dexter se dirigía a la dirección del Alegría cuando de pronto tuvo una intuición. Giró a la derecha en la avenida y un poco después de nuevo a la derecha. Y otra vez más. No cabía duda de que había un coche siguiéndole. No sabía desde cuando lo seguía, pero parecía que su misterioso perseguidor no se había dado cuenta de que Dexter le había visto y quizás podía usar aquello a su favor. ¿Sería el mismo hombre que parecía seguir a Marshall Daly? ¿Por qué lo seguía a él? 

A pesar de ir concentrado en sus cavilaciones Dex, quizás por mera casualidad, se dio cuenta de que alguien le estaba siguiendo. Intentando asegurarse, se movió aleatoriamente por varias calles, haciendo giros imprevistos, acelerando en momentos determinados hasta que tuvo la total certeza de no estar equivocado.

Alguien lo seguía pero no sabía quién ni porqué. Tal vez estuviera relacionado con el caso de Helen, o simplemente se trataba del tipo que había estado siguiendo a Marshall y que ahora lo perseguía a él. Pero fuera quien fuera Dex se propuso averiguar de quién se trataba o, en el caso de ser un mero mensajero, quién lo había enviado.

En un despiste de su perseguidor se metio en una calle concurrida y aparcó hasta que vio pasar el coche. Y a partir de ese momento las tornas se cambiaron. La presa había ocupado el puesto del cazador y ahora era el detective el que seguía a su perseguidor.

Dex logró dar esquinazo a su perseguidor y tras girar una esquina logró meter su coche en un callejón. No tardó en ver aquel coche que lo seguía pasar de largo en su retrovisor. El detective dio marcha atrás y comenzó a seguirlo con precaución tratando de indagar hacia donde iba. El coche dio un par de vueltas a la zona tratando de encontrar al de Dexter que lo seguía a una distancia segura por detrás. Tras cerca de media hora el coche pareció desistir en su búsqueda y tomo otra dirección y el detective lo siguió.

Dex siguió a aquel hombre en su coche durante un largo rato hasta que este aparcó el coche y entró en lo que parecía ser su propia casa, puesto que abrió con llaves. Era una casa bastante grande y lujosa que desentonaba un poco con el aspecto mucho más normal y mundano de su coche.

Dex se sorprendió cuando el coche se detuvo ante una lujosa casa que un simple matón no se podría pagar; y al ver el coche que conducía el detective había caido en ese error. Pero aquel tipo debía ser alguien importante si vivía en ese barrio y, a no ser que el dueño tuviera mucha confianza en él como para dejarle las llaves, no cabía duda que esa casa le pertenecía.

Dex se acercó en una carrera para comprobar si había alguna placa que le indicara quién vivía ahí. Pero frustrado, tuvo que dar media vuelta sin la respuesta que buscaba. Sin nada más que hacer allí, Dex se alejó de vuelta a las calles transitadas de la ciudad, buscando una de las cabinas telefónicas donde hubiera una guía.

Quien quiera que fuera aquel tipo seguro que aparecía en el listín y no sería difícil localizarlo. Pero el detective no podía dejar de pensar en que debía haber removido un avispero muy importante para que lo siguieran de esa forma.