Phoenix se levanta a la vez que sus compañeros animado de nuevo por mover sus pies en pos de aventuras.
-"Vayamos a buscar a Telémaco, amigos, aunque la empresa sea dificultosa y peligrosa, lo conseguiremos, pero no perdamos más tiempo"
Agradecido por las sabias palabras del viejo ermitaño Diogenes, coge su zurrón y sus armas y espera a sus compañeros para emprender la marcha.
- Vayamos pues, y que sea posible que encontremos a Telemaco, y el fabuloso presente con la que la diosa casta le demostró su aprecio. Y que con el mismo podamos alejar del templo de la poderosa Hera a los satiros - dijo Bacis con una sonrisa poniéndose en camino
Tirada: 2d8
Motivo: Fata
Resultados: 1, 4
Para abriros paso hasta las profundidades del pantano, es necesario una tirada de Might.
- Yo me basto - digo mientras pongo en tensión mis músculos con el propósito de entrar en las profundidades del pantano, en busca de nuestra presa... pero es evidente que en algo Bacis ha ofendido a los dioses pues a pesar de toda su fuerza es incapaz de lograr su propósito
Tirada: 1d6
Motivo: Bacis
Resultado: 3
Tirada: 1d8
Motivo: Might
Resultado: 1
Vettias, cuya fuerza no igualaba la de ninguno de sus compañeros, se acercó a la linde del bosque y dijo a Stalicos y Bacis.
Compañeros, este es un trabajo de fuerza y destreza, dejad de golpear las ramas como si fueran arboles y blandierais un hacha.
Y abrió camino por el pantano pegando gráciles estocadas a las ramas.
Tirada: 1d6
Motivo: Nombre
Dificultad: 4+
Resultado: 6 (Exito)
Tirada: 1d4
Motivo: Might
Dificultad: 4+
Resultado: 3 (Fracaso)
Stalicos, mas habituado a las grandes batallas en bastas llanuras, que a penetrar en tan incomodas sendas, ve frustrados sus intentos de imitar la inigualable habilidad y destreza, con la que es capaz de moverse Vettias por el tortuoso camino pantanoso.
Tirada: 1d6
Motivo: Stalicos
Resultado: 2
Tirada: 1d8
Motivo: Might
Resultado: 1
Vettias os guía por senderos ásperos y angostos hasta llegar al pantano: una extensión de aguas estancadas y árboles que parecen retorcerse agónicos, con las ramas implorando a los cielos.
El olor que desprende la zona, ácido y amargo, impregna vuestras túnicas y vuestra piel. Hasta el propio sol parece oscurecerse cuando entráis en sus límites, y los rayos de sol solo tímidamente traspasan las copas resecas de los escasos árboles vivos.
Os abrís paso entre lianas, barro y ávidos mosquitos hasta llegar hasta lo que parece la guarida de la ménade: un templo semiderruido de piedra gris sucio, situado en una plaza recorrida por múltiples grietas y fracturas. Unas cuantas columnas, que antes se erigieran enhiestas, yacen partidas sobre el suelo, y la enredadera y las malas hierbas medran entre los huecos de la piedra muerta.
Enormes serpientes, más grandes que el brazo de Bacis, el Matahombres, se enroscan y reptan por entre las ruinas. A pesar de su inteligencia animal, os da la impresión de que os vigilan en todo momento. Algunas incluson sisean en vuestra dirección, ofendidas por vuestra presencia. ¿Acaso se trata de las guardianas de la bruja?
Recuerda apuntarte un punto de Gloria, Vettias.