El Cazador
En los oscuros rincones del Bosque Encantado, el pueblo libre está relativamente seguro. La comida es más fácil de encontrar que en casi cualquier otra parte al norte del Muro, los bosques proporcionan cierta seguridad frente a los enemigos, con gran cantidad de madera para construir y hacer hogueras. Pero hay algunas noches aisladas en las que el pueblo libre huiría del Bosque Encantado si pudiera.
Cuando las primeras escarchas del invierno se asienten en las ramas de los árboles centinela más fuertes del Bosuqe Encantado, en alguna parte sonará un largo y solitario toque de cuerno. Es grave y pesado, y el hielo del bosque parece reveberar con ese sonido. Los salvajes más sensatos se esconden en la oscuridad de esas noches, metiéndose en refugios con la máxima compañía posible y encendiendo además fuego en el interior.
Aunque muchos han oído este cuerno, pocos han visto quien lo toca, algo por lo que están muy agradecidos, pues es el cuerno del Cazador, una terrible criatura salida de las leyendas. Uno de los Otros más conocidos, el Cazador, está acompañado por una terrible jauría de lobos huargo de ojos azules y pálido pelaje, horrores voraces que cuentan con el permiso de su amo para devorar todo lo que atrapen.
Ocasionalmente, los hombres del pueblo libre se topan con un asentamiento que ha sido completamente exterminado, cuyos habitantes han sido despedazados por las terribles e implacables fauces de los huargos. Los restos están congelador y horriblemente desgarrados, y los salvajes más sensatos queman tales lugares hasta que solo quedan cenizas.