Partida Rol por web

El visir y la jarra

Escena I: El príncipe

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06/05/2021, 22:18
Director

La jarra brilló y la luz cayó al suelo como si fuera agua. Primero formó una una figura femenina y después se tornó masculina, tomando forma sólida. Habib reconoció la piel aceitunada del muchacho, vestido únicamente con un pantalón de seda rojo. 

Junto a él se materializó Faruk, inconsciente y convulsionando, cuyo cabello se estaba volviendo blanco a ojos vista, deshecho por el Crepúsculo. 

El chico miró a su alrededor y se inclinó ante Ibn Rashiq

- Mi señor, ¿Cómo puedo complaceros esta noche? ¿Cuál es el deseo en vuestro corazón?

Notas de juego

*Faruk está fuera de juego y a juzgar por la cantidad de magia que rezuma, más allá del reino de los hombres.

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09/05/2021, 14:33
Hassán ibn Al-Rayyán

Creó al hombre de arcilla, como la cerámica

Y creó a los genios de fuego puro

El aire osciló alrededor, rielando con la magia como nunca antes lo había percibido. La puerta se abrió y una tinaja comenzó a arrastrar hacia su interior todo aquello que les rodeaba. Un tornado de astillas, esquirlas, hierba y tierra le cegó, deteniéndose súbitamente cuando aquella prodigiosa tinaja hubo engullido las ruinas de la venta.

Habib ahora estaba allí también, desnudo como vino al mundo y como recién salido del hammam. Los tres compañeros se miraron en silencio.

Creados a partir de fuego puro. Uno más de los milagros del Misericordioso. Hermanos mayores del Hombre, a quien odian por ser preferido de Allah. A veces crueles y malvados, raramente benévolos, con frecuencia egoístas y maliciosos.

El hakim abrió la boca para hablar, pero entonces una tropa de caballería, surgida de la noche, se detuvo junto a ellos. Hassán reconoció las vestimentas cristianas, y la cruz roja sobre el blanco de los barceloneses. De entre ellos, Ibn Rashiq desmontó y se abalanzó sobre ellos como un lobo.

-Al Mutamid está… a salvo -masculló con los dientes apretados en una mueca avariciosa-. Vuestros servicios no son requeridos.

Como una turbonada cruzó entre los tres, empujando al pequeño Hassán, que se tambaleó sobre sus delgadas piernas y a punto estuvo de caer.

-EN EL NOMBRE DE ALLAH, ME HAS DE OBEDECER -clamó ibn Rashiq asomándose a la jarra.

Una luz plateada manó de la vasija, y se materializó en un joven ¿o una muchacha? de piel oscura, vestido con sedas rojas. Hassán se estremeció al verle. Ibn Rashiq acababa de invocar al djinn que moraba en aquel recipiente, y con él también se apareció Faruk, inconsciente y temblando sin control. Aguijoneado por un impulso, Hassán saltó arrodillándose junto a él. Faruk respiraba entre estertores, murmuraba, sudaba y temblaba, tenía los ojos en blanco y trazaba gestos espasmódicos con sus manos. El Mago sufría un mal más allá de su saber.

- Mi señor, ¿Cómo puedo complaceros esta noche? ¿Cuál es el deseo en vuestro corazón? -habló el genio con una voz musical y acariciadora.

Hassán reconoció la burla en cada sílaba de cada una de aquellas empalagosas palabras. La voz de aquel ser respiraba doblez y traición. Su reverencia perfectamente calculada engañaba al ambicioso Ibn Rashiq, adulándole con la ilusión del poder. Obedecería sus órdenes y luego le esclavizaría, abandonándole en la peor de las situaciones.

Pero, ¿y ellos? Sus servicios no eran útiles, y no era difícil adivinar cuáles eran los deseos de Ibn Rashiq. En pocos momentos serían testigos de su traición, y a no dudar, no iba a dejar cabos sueltos. Si no actuaban rápidamente, su destino estaba sellado. La mente de Al-Rayyán comenzó a trabajar a toda velocidad, buscando una salida. Debía evitar, ante todo, que el traidor formulara su deseo.

-¡Mi señor, mi señor! -llamó con toda la fuerza de sus pulmones, postrándose ante Ibn Rashiq.

“¡Sabéis que pertenece a la estirpe de Iblis*! -dijo, señalando con un dedo acusador al genio, que le dirigió una velada sonrisa de superioridad-. Demonios que desafían al Creador, enemigos de la Humanidad, malditos por el Único Profeta. Arriesgáis vuestra vida, vuestra mente y vuestra alma sólo tratando con esta criatura.

Asió con una mano implorante los pliegues del pantalón de Ibn Rashiq, que le miraba ceñudo, entre contrariado y desdeñoso.

“No osaré, oh, poderoso, deciros qué debéis hacer, pero os ruego que retengáis vuestro impulso. Os ruego que os detengáis y recapacitéis. Os ruego… que descanséis.

Con un gesto veloz, abrió una mano frente a su rostro, y soplando con fuerza, arrojó su contenido, casi invisible en la penumbra, sobre la cara de Ibn Rashiq, que pestañeó y retrocedió instintivamente.

 

Notas de juego

*Iblis: el Mentiroso. Uno de los nombres del Diablo.

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09/05/2021, 14:44
Hassán ibn Al-Rayyán
Sólo para el director

Notas de juego

Hassán rocía a Ibn Rashiq con su poción (el Sueño de Morfeo). No es mucho, pero es lo que hay.

Si son necesarias tiradas, oh Directora, indícalo y obedeceré.

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12/05/2021, 10:46
Habib Ibn Nazar

Habib alcanzó a sus compañeros tratando de no resbalar con los restos de agua y jabón, a pesar de sentir el suelo irregular bajo sus pies, mientras todo a su alrededor parecía desmoronarse y ser tragado por un remolino invisible que parecía acabar en el interior de una vasija sin fondo. "Así que al final era 'sólo' eso", dijo para sus adentros.

No había terminado siquiera el estruendo destructivo de la turbulenta succión mágica cuando los soldados del de Barcelona ya los estaban rodeando. Lo atenazaba una terrible sensación de haberse perdido hechos importantes, pero la parte que estaba viendo no le dejaba lugar a error y las pocas piezas que tenía encajaban perfectamente: la palabra traición flotaba en su mente como un enjambre de luciérnagas durante la luna nueva.

Ibn Rashiq mandó y ordenó al genio y éste se arrodilló ante él.

La ira interior crecía con tanta fuerza en el interior de Habib que ni siquiera tenía lugar a sentirse avergonzado ante su desnudez, haciendo que sus músculos se endurecieron y su mirada se clavara en Ibn Rashiq como si dos saetas fueran. Casi le gritó a Hassán que no se rebajara ante él, aunque en un último momento pensó que sería mejor apoyar su intento de hacerle recapacitar en cuanto al uso del genio.

- Debéis ser un ignorante o un loco - le espetó a Ibn Rashiq -. Deben ignorarse los enormes perjuicios de intentar utilizar un poder así, o estar totalmente loco pensando que se lo puede tener bajo control, para arriesgarse a usarlo como si tal cosa. ¡Deberíais hacer caso a la voz de la prudencia que obra a través de Hassán!

Se envaró, haciendo que sus músculos se tensaran, esperando una posible violencia en respuesta. Recorrió con la mirada los ojos de todos los hombres a su vista, desafiante, y comenzó una rutina de relajamiento mental, preparándose para utilizar sus artes mientras trataba de tener en la cabeza cada detalle de todos.

Notas de juego

¿Traen antorchas o algún tipo de luminaria los soldados?

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13/05/2021, 20:17
Director

- ¡Mi señor, mi señor! - Las palabras de Hassán surcaron la noche mientras el muchacho sonreía cómplice al saberse descrito por el médico. Como si adivinase su plan, se apartó un par de pasos dejando espacio suficiente para que Ibn Rashiq cayera a plomo después de la treta del hakim. 

Un instante más tarde, el poderoso general roncaba chupándose el dedo, profundamente dormido. 

- Bien, quizá luego - dijo el genio, hizo una reverencia burlona y chasqueó los dedos. La preciosa venta, con el hermoso patio, el naranjo y el jazmín volvieron a su lugar; sin embargo las tres puertas habían desaparecido. - Me gusta más así - dijo, encogiéndose de hombros, y guiñó un ojo a Habib.

Después, todo ocurrió muy rápido. 

Algunos de los soldados se arrodillaron santiguándose, otros desenvainaron y un tercero cogió el cuerpo casi inmóvil de Faruk y lo cargó al caballo como si de un fardo se tratara. El que parecía el capitán, sin embargo, se abalanzó sobre la jarra que Ibn Rashiq había dejado caer, y asiéndola con manos temblorosas gritó, mirando al genio:

- En nombre Jesucristo Nuestro Señor y la Bienaventurada Virgen María me has de obedecer! 

-...y la bienaventurada quién...? - el genio sacudió la cabeza - No importa. Decidme el deseo en vuestro corazón. 

- ...deseo... - el soldado balbuceó, presa del torbellino de emociones, mientras los presentes contenían la respiración - ¡Deseo que los magos cumplan mis órdenes! ¡Yo te lo ordeno, demonio, en nombre de todos los ángeles y santos del Cielo!

- ...en nombre de... - El genio se frotó los ojos como si tuviera una migraña terrible - ... por supuesto. Deseo concedido. 

Luego chasqueó los dedos de nuevo. Las insignias cristianas de los soldados desaparecieron, reemplazadas por las de la casa de Hermes. 

Concretamente, de la casa Mercere. 

 

 

Notas de juego

Había dejado un poco más de tiempo por si Rubus respondía. 

Algunos soldados llevan antorchas

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17/05/2021, 20:14
Habib Ibn Nazar

Habib miró a un lado y otro, observó los cambios provocados por la inconsciencia del capitán, vio que era momento de tomar decisiones y acciones drásticas. Notaba la tensión en sus músculos desnudos a la luz de la luna en el renovado patio de la venta. No sabía qué podría esperar de aquel hombre que así la jarra y desde luego el genio no dudaría en resolver cualquier exigencia de las maneras que se le antojaran (probablemente de maneras retorcidas).

- Hablas demasiado, hombrecillo - dijo en dirección al soldado con una firmeza vibrante -, y tus palabras son peligrosas. Así que no pronunciarás ninguna más hasta que yo te lo permita.

Clavó la mirada en sus ojos, se concentró en la respiración del aterrorizado hombre y decidió quitársela.

Notas de juego

Intento lanzar Thief of the Stolen Breath (PeAu) sobre el capitán, con la idea de que si no puede respirar no podrá seguir hablando y como mucho las cosas se quedarán como está.

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18/05/2021, 22:02
Hassán ibn Al-Rayyán

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­Antes de que pudiese reaccionar, el más despierto de entre los mesnaderos se hizo con la jarra. A sus demandas, el genio chasqueó los dedos y los emblemas rojos y blancos se transfiguraron en algo similar a sombreros o capuchas de color rojo. Nada más pareció cambiar. Los cristianos, algunos con las armas en la mano, vacilaban y miraban espantados a su alrededor, a su líder, al general durmiente y al genio, trazando ante ellos los símbolos de su religión infiel.

Habib comenzó a mover las manos mientras, con voz peligrosa, amenazaba al soldado.

Los hombres asustados son los más de temer, porque para salvar sus vidas serán capaces de cosas que ni ellos mismos imaginan.

Hassán se incorporó y retrocedió, procurando alejarse del genio, de la jarra y de los soldados. En última instancia, prefirió vérselas a solas con el genio antes que con una tropa de hombres desbocados:

-¿Lo veis? ¿Qué ha sido de vuestras banderas? ¡Por su locura el genio os ha embrujado! -gritó a pleno pulmón, procurando infundir el terror en los corazones de aquellos simples hombres-. Diabolus maledictus tibi fecit!* ¡Huyamos de aquí! ¡Escapad! ¡Salvad vuestras almas! Fugite, fugite!

Notas de juego

Hassán intenta crear confusión y asustar a los soldados para que se vayan.

*Diabolus maledictus tibi fecit! Fugite! - ¡Este demonio os ha maldecido! ¡Huid!

Para hacerse entender, mezcla frases en latín, que serán más familiares a los cristianos.

**Editado para corregir la expresión latina. Y aún puede que no sea correcta (si mi profe me viese). Pero total, tampoco creo que los soldados se fijen demasiado en la gramática...

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20/05/2021, 21:06
Director

Notas de juego

Responderé el viernes, así le damos un poco más de tiempo a Rubus, que estamos acabando

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22/05/2021, 22:03
Director

-Diabolus maledictus tibi fecit!*¡Huyamos de aquí! ¡Escapad! ¡Salvad vuestras almas! Fugite, fugite!

La voz de Hassán retumbó en las paredes de lo que hacía solo unos instantes eran las ruinas de la venta. Los soldados magos retrocedieron titubeantes hacia la puerta; el genio, que observaba toda la escena divertido, los miró ladeando la cabeza. Cogió aire, como si fuera a decir algo, y entonces el hechizo de Habib, que había pasado desapercibido con el ruido de las armas, hizo efecto: el cabecilla del grupo se llevó las manos a la garganta, boqueando sin respiración. 

Aquello fue la gota que colmó el vaso. Los nuevos Mercere soltaron las espadas y huyeron apelotonándose, dejando medio ahogado al que fuera su líder y roncando como un bendito al temible general Ibn Rashiq. Olvidado sobre la grupa del caballo, Faruk farfulló entre espumarajos algo ininteligible. 

Cuando el eco de las armaduras se alejó, el genio sonrió a los viajeros, cruzándose de brazos. Los músculos se marcaron en sus brazos. Era un muchacho realmente hermoso, de apariencia inocente. 

- Ya no hay engaño posible, caballeros. Vuestros dones son poderosos y vuestra alma amable. - Se dirigió a todos, pero miró con más intensidad a Habib. - Ayudadme a regresar a mi hogar, y el deseo que esté en mi mano concederos, es vuestro. 

Había cierta nostalgia en su voz. 

Notas de juego

También está la opción de dejarlo ahí, no irá a ningún sitio sin la jarra. 

El hechizo sobre Ibn Rashiq no durará para siempre. 

El cabecilla sin respiración se está poniendo azul...

 

Perdón por el retraso con el post. 

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26/05/2021, 12:33
Habib Ibn Nazar

Habib se inclinó sobre el oficial boqueante mientras los demás antiguos soldado huían aterrorizados, le quitó la jarra con firmeza y agarró unos pocos cabellos con los dedos, tirando hasta arrancárselos. Luego se puso de pie, separándose un par de pasos sin dejar de mirarlo a los ojos fijamente.

- No tengo nada contra vos y creo que habréis podido aprender la lección - le dijo con voz gélida a la par que levantaba los efectos de su hechizo -, así que os dejaré ir si así lo deseáis. Pero debo advertiros que - le espetó mostrándole los cabellos en la mano - podré saber dónde estáis, qué hacéis e incluso podría manejaros como una marioneta. Pero no haré nada de esto si sois capaz de llevar una vida virtuosa sin causar daño o perjuicio a nadie. ¿Aceptáis?

Se giró hacia los últimos mercere, aferrando la jarra bajo su brazo y esperó a que todos desaparecieran de la vista antes de volverse hacia el genio.

- Sé lo que es estar lejos del hogar sin poder evitarlo - le dijo con un tono más amable e inclinando la cabeza-, así que yo al menos sí os ayudaré a volver a él. Mas tenemos una misión que bien puede haberse visto truncada por este miserable - continuo tras lanzarle una mirada fría como la muerte a Ibn Rashiq - y te pido paciencia antes de iniciar ese viaje, pues todavía tenemos que acabar este caso con la máxima discreción.

Acto seguido, para aumentar su indefensión cuando despertara, comenzó a desarmar y desnudar a aquel. Buscó con la vista sus ropajes o aquellos que le pudieran servir con los que cubrir su propia desnudez, no porque sintiera ya la menor incomodidad sino porque empezaba a notar el frescor de la noche con más intensidad de la que le gustara. Finalmente se volvió hacia sus compañeros.

- ¿Qué deberíamos hacer ahora con esta sabandija? Reconozco que después de lo que ha hecho no tendría el menor problema en cortarle el cuello, pero él mismo debe ser nuestro camino más rápido hasta al-Mutámid.

Notas de juego

Habib deja respirar de nuevo al oficial después de darle el discurso de amenaza, incluso si luego no pudiera cumplir con lo que dice, aunque si hace el menor intento de causarle daño a él o cualquiera de sus compañeros se lo volverá a lanzar hasta que se asfixie.

Sobre Al Rashiq creo que no tiene poderes propios, o no necesitaría un genio para cumplir con su plan, y prefiere interrogarlo antes (para saber dónde está al-Mutámid), pero no pierde de vista que ante un enemigo de ese calibre pasarlo a cuchillo sin el menor remordimiento tampoco es mal plan.

Y sobre el tema de la ropa, si no encuentra la suya pues se pondrá la de Ibn Rashiq mismo.

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28/05/2021, 00:09
Hassán ibn Al-Rayyán

Cuando los últimos soldados desaparecieron apresuradamente tras los muros, Hassán resopló aliviado y sonrió para sus adentros. ¡A veces era tan fácil influir sobre las mentes sencillas!

-¿Qué deberíamos hacer ahora con esta sabandija? Reconozco que después de lo que ha hecho no tendría el menor problema en cortarle el cuello, pero él mismo debe ser nuestro camino más rápido hasta al-Mutamid.

El médico observaba hacer al mago mientras se apropiaba de las ropas del general.

-No creo que sea verdaderamente asunto nuestro castigar la ambición de este hombre -opinó-. Su traición no ha sido para con nosotros, sino contra sus señores, y a ellos corresponde castigarle. Además -añadió con un suspiro-, tendríamos que dar demasiadas explicaciones. Entreguémosle, o dejémosle libre, y que sea él quien rinda cuentas…

“Por otro lado, alguien posiblemente más poderoso que él nos solicita una merced -continuó, fijando su mirada en el djinn.

-Sin duda que has conocido la avaricia de muchos hombres, espléndida criatura -dijo, dirigiéndose directamente al genio-. Permítenos ahora mostrarte nuestra caridad. Creo que todos nosotros hemos estado largo tiempo apartados de nuestros hogares y a todos nos gustaría regresar, así que comprendemos tu añoranza. Dime, ¿dónde está ese hogar al que deseas retornar? Si está en mi mano, te devolveré a él.

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29/05/2021, 00:32
Director

El oficial se llevó la mano al cuello y miró aterrorizado a Habib. Tardó unos instantes en reaccionar pero se apartó de él como del mismísimo diablo y puso pies en polvorosa detrás de sus hombres. Mientras hablaban, Ibn Rashiq quedó eficientemente desnudo. Sus ropas eran de buena calidad pero olían a sudor, y Habib arrugó la nariz mientras se protegía del frío. El baño había sido tan agradable que era una lástima estropearlo así, pero no había mucha más opción. 

Con desgana y silenciosamente, dejaron allí al general. En el frío de la noche no tardaría en despertarse, y entonces reclamaría su dominio sobre el genio. Habib cargó la jarra en el caballo que había sido de Faruk y le indicó con un gesto al muchacho que podía utilizarlo. Apartó de su mente el recuerdo del que había sido su compañero hasta entonces. No sabía qué había ocurrido en detalle en la habitación pero el Crepúsculo delataba la avaricia del Criamon. El Enigma. Lamentó que no fuera a volver de donde se dirigía para contarles sus hallazgos, pero no había conocimiento mundano ni hermético que pudiera ayudarle. 

Mientras preparaba su yegua, el genio se acercó un par de pasos con una sonrisa adorable. Una vez pasada la tensión, el hakim se sentía levemente mareado. Ya no tenía edad para estas cosas. Y eso que aún no había amanecido.

- Hombre ingenioso - dijo, a modo de saludo - En las montañas, siguiendo las estrellas - indicó, señalando la cola de la Osa Menor. 

Hassán se estremeció. El djinn les estaba pidiendo que cruzasen la frontera. Con un chasquido el familiar torbellino guardó la venta en la jarra, y el muchacho con ella. El médico se dirigió entonces al mago. 

- Hacia el norte. Pero encontremos un sitio donde descansar, a ser posible de verdad esta vez...

Habib asintió y azuzó su montura, seguido de Hassán en silencio. El caballo negro con una estrella blanca en la frente los siguió dócilmente, como guiado por un jinete invisible.  

Una luciérnaga revoloteó en las ruinas que dejaban atrás. 

Fin

 

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29/05/2021, 01:17
Director

Epílogo

En 1078 Ibn Ammar acudió a Ramón Berenguer II, conde de Barcelona, y le pidió su ayuda para conquistar Murcia mediante el pago de diez mil dinares. Como prenda del pago del tributo, el hijo de Al-Mutamid, Al-Rashid, serviría de rehén. Cuando Al-Mutamid descubrió el pacto, quiso recuperar a su hijo, cosa que solo pudo conseguir mediante el pago de una suma tres veces mayor.

Murcia fue conquistada a fines de 1079 con la ayuda del general del ejército Ibn Rašiq. Ibn Ammar se nombró a sí mismo rey y cortó relaciones con Al-Mutámid. Pero su poder duró poco, pues comenzó a utilizarlo para fines suntuosos que le granjearon la desafección del pueblo murciano. Ibn Ammar se vio impelido a abandonar la ciudad y partió hacia una expedición contra la taifa de Toledo, dejando como virrey a Ibn Rashiq. 

Ibn Rashiq lo traicionó y se apropió del trono de Murcia.