Partida Rol por web

Desde que solucionaste el caso del asesinato de Harlowe Thrombey, tus servicios como detective privado han sido muy solicitados. Harlowe Thrombey era uno de los hombres más ricos de la ciudad y para ti fue una sorpresa cuando te visitó para que lo ayudaras a averiguar quién estaba complotando contra su vida. Por desgracia, lo asesinaron la misma noche en que comenzaste tu investigación. Su viuda, Jame Thrombey, era el principal sospechoso, pero demostraste su inocencia, después de lo cual siguió viviendo en su enorme mansión victoriana hasta que miró, meses más tarde, de un ataque al corazón.

Disfrutaste mucho tu vida como detective privado, aunque últimamente pensaste en dedicarte a una nueva actividad. En efecto, decidiste convertirte en un cazador de fantasmas. Lo que atrajo tu interés fue un articulo sobre el tema que leíste en una revista. Su autor decía que, en la mayoría de los casos, una vasa embrujada fue, en una época, el escenario de un crimen. Este hecho estuvo vinculado con algo que habías escuchado recientemente: pocos meses después de haber muerto Jame Thromnbey, un hombre llamado Howard Grimstone compró su mansión. Según los vecinos, extrañas cosas han estado sucediendo allí: luces encendidas en la noche, perros guardianes que patrullan los jardines, ruidos misteriosos que surgen de la casa. Cuando más piensas en ello, tanto más te parece que el fantasma de Harlowe Thrombey ronda por la mansión en la que lo asesinaron.

No solo los fantasmas de mis antiguos clientes me perseguían, sino que también los de mi pasado. las historias que me explicaba mi abuelo y me repitió mi padre se confluían en una nueva mansión.

Sin pensármelo mucho, porque entonces no habría aceptado ir llené mi maletín de cuero con varios objetos supersticiosos como cruces de madera, agua bendita y esas cosas que salen por la tele y me contaban de pequeño. Lo cargué hasta mi volkswagen sedan y me encaminé hacia aquella casa maldita.

Conducía hacia ella y una tormenta explotó en el cielo:

Que típico... -pensé para mi-

Una vez llegué al pueblo, seguí un camino de tierra hasta llegar a la casa y aparqué cerca de la entrada. Cogí el maletín y me cubrí la cabeza con el para no mojarme y me quedé delante de la puerta. Miré por los cristales a ver si había algo, y finalmente pulsé el timbre.

También llamó tu atención otro parrafo del artículo. Decía que el profesor Zieback, supuestamente una de las autoridades mundiales en fantasmas, trabaja en el instituto de Estudios sobre Ciencias Ocultas. Sin embargo, el autor no parecía tener un gran concepto del Dr. Zieback. Decía lo siguiente:

Aunque ha entrevistado a centenares de personas que aseguran haber visto fantasmas, el Dr Zieback reconoce que jamás ha visto personalmente un espectro. Por consiguiente, ¿como puede estar tan seguro de que existen? ¿Acaso ignora que las personas suelen ver lo que quieren ver o lo que temen ver? Las "pruebas" del Dr. Zieback sobre la existencia de fantasmas no son más convincentes que las presuntas evidencias sobre la existencia de objetos volantes no identificados y de la percepción extrasensorial.

Preguntas a diversas personas si han oido hablar del Dr. Zieback. Tu vecina, la señora Walecka, te dice que lo conoce desde hace mucho tiempo.

No se si sus teorías sobre fantasmas son validas o no, pero puedo asegurarte que es un hombre honrado.

Te preguntas si vale la pena visitar al Dr. Zieback.

Puede que sea un tipo honrado, o puede que sea un estafador, eso lo he de decidir yo y no una vecina impresionable ocn cualquier artimaña -pensé para mi mismo-

Ese tipo me intrigaba bastante, así que decidí ir a hacerle una pequeña visita...

Menos de una hoa después, llamas a la puerta del despacho del profesor Zieback en el Instituto. Segundos más tarde te recibe un hombre alto y delgado, que viste un chaleco de tweed y lazo de lunares. Te hace pasar a una minúscula oficina, que resulta ser aún más pequeña a causa de los enormes montones de libros apilados contra las paredes.

Sientate.

El profesor golpea la pipa para quitar la ceniza y la llena de tabaco. Evidentemente llega a la conclución que tal vez no quieras permanecer en una estancia llena de humo, dado que deja la pipa sobre su escritorio atiborrado de objetos.

¿En que puedo ayudarte? Tendremos que ser breves. Lamentablemente tengo que asistir a una reunión.

Me siento delante de su mesa mientras observo que tiene encima de esta y entonces cruzo los brazos:

-Buenos días. Soy el señor Usher. -le di la mano por cortesía- Iré al grano ya que prece tener prisa. Quería saber si usted tiene algo de información sobre la mansión Thromnbey, ya que voy a tener que ir allí unos días y he escuchado rumores e historias de supersticiosos sobre un fantasma que la ronda.

Esperé a ver que historia me contaba.

El profesor se sorprende cuando le hablas de una casa especifica.

Realmente no puedo darte información sobre esa casa ya que no estudie especificamente ese lugar, lo que si puedo es darte recomendaciones en general. Es en ese momento cuando frunce el seño. te aseguro que se trata de un tema muy complejo que no puede reducirse a pocos concejos. Aclarada esta cuestión, te diré algo más. Primero: los fantasmas existen, aunque normalmente de un modo que podamos ser consscientes de su existencia, razón por la cual la mayorías de las veces no tienen la menos importancia el hecho de que existan o no.

No comprendo... Empiezas a decir antes que el profesor te interrumpa levantando un dedo.

No me soprende que no puedas comprender. Como te he dicho, se trata de un tema muy complejo. Sin embargo, podrás comprender lo que voy a decirte. Segundo: los fantasmas no hacen daño a las personas. Hay más probabilidades de que te hagas daño huyendo de un fantasma que acercándote a él.  El profesor saca del bolsillo un reloj de oro y mira la hora. ¡Caramba, voy muy retrasado! Esgrime la pipa ante sus narices mientras se pone de pie y agarra la chaqueda del perchero. Te deseo buena suerte. Buenos días.

Antes que pudieras darle las gracias, el profesor ya ha atravezado la puerta. Observas unos segundos el pequeño despacho ariborrado, y luego emprendes el regreso a casa, pensando en sus palabras.

Conducía tranquilamente hacia casa mientras pensaba:

Será honrado pero también es un borde y un maleducado. ¿Los fantasmas no hacen daño? pues claro, y las pistolas si nadie las dispara tampoco. Ni que fuesen un perro que venga a morderme los huevos. Igualmente, hasta qu eno los vea dudaré de su existencia.

La lluvia comenzó de nuevo y puse en movimiento los limpias del cristal

Estas sentado en tu escritorio, pensando en como iniciar tu trabajo como cazador de fantasmas, cuando suena el telefono. Es tu vieja amiga Jenny Mudge. ¡Valla coincidencia! ¡Jenny, que también es detective privada, te ayudó a resolver el caso del asesinato de Harlowe Thrombey!

¿Que tal va todo? Preguntas.

Jenny responde con su animado tono de costumbre.

Muy bien. ¡He renunciado a ser detective privada y he decidido convertirme en cazadora de fantasmas!

Me sorprende exclamas, ¡Las grandes mentes suelen coincidir! Precisamente estaba pensando en averiguar si el fantasma de Harlowe Thrombey ha vuelto para frecuentar su vieja casa.

Es posible, comenta Jenny Me he enterado de la existencia de una casa que, a juzgar por los informes está indiscutiblemente encantada. Queda algo apartada de la ciudad. Me refiero a la mansión Gray. Está vacía desde hace muchos años. El lugar resulta tan encantado, extraño, maldito como quieras llamrlo, que nadie quiere acercarse. Te he telefoneado para saber si estás dispuesto a ir conmigo a la mansión el próximo sabado.

Como todo el mundo sabe, siempre tiran dos tetas mas que dos carretas, así que contesté:

-¿Me estás proponiendo una cita? jajajajaja, pues claro que me apetece preciosa, y si no encontramos fantasmas en la mansión ya miraremos de hacer cualquier otra cosa.

Se presentaba un buen din de semana, al menos no lo pasaría solo esta vez...

Cuando el sabado llegas a su casa, Jenny te recibe nerviosa y dice:

¡La mansión Gray sigue vacía!

Entonces ¿que estamos esperando? replicas.

Ahora que he ecnontrado la linterna, nada. Responde Jenny.

LLovizna débilmente. El cielo tiene un aspecto opresivo y plomizo cuando llegas a lo alto de una cuesta y contemplas la enorme casa de estilo Tudor. Los torreones se inclinan y los porches se comban a causa de decadas de abandono.

La maciza puerta principal tiene echado el cerrojo, pero rodean la casa. A mitad de camino encuentran una puerta que conduce a la despensa. Apenas entran el en sombrío y humedo pasillo cuando oís un sonido quejumbroso y gimiente que aumenta y disminuye de tono una y otra vez.

Por aquí murmura Jenny con voz temblorosa.

La sigues por la amplia sala on unas impresionantes mesas y arcones de roble y unas sillas tapizadas con cuero de color marrón oscuro. Clavas la mirada en la enorme chimenea de piedra. Ahora el sonido quejumbroso es más potente... y surge precisamente de la chimenea.

Quizás solo sea el viento comentas.

Jenny se aferra a tu brazo con firmeza.

El viento no aúlla de esta manera.

Entonces debe ser un fantasma te contesta ella.

Jenny acerca la boca a tu oreja:

Si queremos atraparlo, tendremos que rodearlo. Uno de nosotros tendrá que subir al tejado e iluminar con la linterna el cañon de la chimenea, mientras el otro se queda de guardia aquí.

¿Como haremos para subir al tejado preguntas.

En el lado izquierdo de la casa vi un porche elevado responde Jenny. Desde allí será facil saltar al tejado. ¿Lo intentas tu o lo hago yo?

Refunfuño cuando escucho que hay que salir a fuera con la que estaba cayendo, pero bueno, dentro de lo que cabe yo era un caballero, o eso me gustaría creer al menos fuera de la cama.

Miro hacia la ventana y le digo:

-Si, me acuerdo de ese porche, si eso ya voy yo guapa, no sea que te resfríes, eso si, mantén la casa caliente hasta que vuelva.

Le guiño un ojo y me encamino hacia la puerta.

Jenny permanece junto a la chimenea mientras tu asciendes por la ancha escalinata central. En el pasillo del primer piso encuentras una puerta que conduce a un porche situado más arriba. Logras dar un salto en el poste de la esquina de la barandilla del porche y alcanzas el tejado. Aunque la suela de tus "wambas" es de primera calidad y el tejado no resulta demasiado empinado, las tabillas de pizarra están humedas y resbaladizas, por lo que  tienes que ascender con sumo cuidado. ¡Tienes más miedo de caer que de encontrarte cara a cara con un fantasma!

A mitad de camino hacia la chimenea, pasas junto a la ventana del desván. Miras hacia el interior y ves un rostro: ¡Una cara gris y palida con una sombra retorcida en lugar de boca, y unos enormes ojos huecos! Retrocedes instintivamente. Aunque solo son unos pocos centimetros. Bastan para que pierdas el equilibrio. Te pones a gatas para agarrarte sobre el tejado, pero ya es demasiado tarde. caes a trompicones y cruzas el borde, patas arriba.

Se te tuerce el cuello cuando tu cabeza choca contra el suelo duro.

Estás muerto... Al menos, muerto en lo que a cualquier ser humano se refiere. Pero, desde tu perspectiva, no estás muerto, porque notas que flotas, que te deslizas hacia el interior de la casa y, como ondas de televisión, atraviesas paredes, puertas y suelos. Tu imagen es invisible.

Flotas, y no siempre de forma muda, sino como un viento gimiente o aullante, que azota árboles, sacude ventanas y envía ráfagas de aire contra las velas parpadeantes. Tu presencia se cierne a travez de los tiempos. Luego se mueve y es percibida.

Seres vivos, personas de carne y hueso, caminan, corren y se tropiezan. Alguien se queda boquiabierto y otro grita. Hay terror en sus ojos, tienen el pecho rígido, jadean aterrados por el miedo.

El fantasma que los visita eres tú.

FIN

Permaneces junto a la chimenea, preparado para capturar al fantasma si Jenny logra asustarlo. El gemido quejumbroso ha cesado. Te preguntas si será debido a que el fantasma sabe que lo estás buscando. Quizás sea como un animal salvaje que en cuando se da cuenta que lo acechan, se queda paralizado y expectante, a punto de presentar batalla o de huir si su adversario hace acto de presencia.

Te acercas a la chimenea con suma lentitud. Te agachas para observar el cañon. Al inclinarte tu mirada queda clavada en un cuadro que pende de la pared, un retrato pintado de modo que los ojos parecen seguirte a donde quiera que vayas.

Te detienes, hipnotizado por esa mirada. Te preguntas si estás viendo el retrato de un hombre cuyo fantasma frecuenta la csasa. Tiemblas cuando un aire frio que baja por el cañon de la chimenea parece envolverte.

Súbitamente oyes un grito que lanza Jenny desde el tejado:

¡Está en el desván! ¡Tengo que bajar! ¡Estuve a punto de caer!

Al escuchar la voz de Jenny, y sentirme aliviado de que sigue bien comienzo a correr hacia el desván.

¿Qué será lo que hay ahí?

Busco un atizador o cualquier objeto contundente mientras corro a todo lo que dan mis piernas.

Te precipitas al desván y, con todas tus fuerzas abres la puerta. Ante ti aparece una figura delgada y fragil, de rostro pálido y unos ojos que parecen huecos Se da vuelta y se lanza hacia ti. Estás por gritar pero te detienes. No es un fantasma, sino un muchacho vivo, calculas que de unos dieciseis años. Su expresión es amable y da mas la sensación de estar asustado que de inspirar temor.

Por favor, no digas nada de mi. te suplica.

Te adelantas para ver mas de cerca esa pobre y andrajosa figura.

¿Quien eres?

Me llamo Louis. Huí de casa y he estado viviendo aquí desde hace dos meses. Yo mismo producia esos ruidos fantasmales para sustar a la gente. S descubren que no soy un fantasma me hecarán a patadas y no tengo a donde ir.

Hola ¿Estás en el desván?

Es Jenny, que te llama desde abajo. Debió de haberse salvado de caer del tejado.

Si sube le respondes.

Dandote vuelta hacia Louis, te presentas, pero el muchacho no se frece a estrecharte la mano.

¿Por que te fuiste de casa? Le preguntas Habrá sido bastante malo para elegir esta vida.

-Y lo mas importante, ¿por qué has querido asustar a la gente? Si simplemente te hubieses metido aquí sin hacer nada dudo que hubiesen venido a sacarte.

Espero mientras pienso:

Esto huele mal Jack, muy mal...

-¿Sabes que me podría haber matado si hubiese decidido subir arriba?

Le miro de reojo:

No confíes en el Jack...

De pronto Louis se sienta en el piso y se recuesta contra la pared, con la mirada perdida en el espacio. Te preguntas si habrá olvidado que estás ahí.

¿Estás ahí?

La voz de Jenny, otra vez, desde la cima de la escalera del desván.

¡Aquí estoy! Le respondes, y luego le dices a Louis. Te presentaré a mi amiga Jenny.

La muchacha se acerca a ti y se detiene de golpe al ver a Louis.

¡Como! ¡No eres un fantasma! le dice a Louis. Pero si no empiezas a comer, pronto serás uno.

Louis sonríe por primera vez y poco a poco se pone de pie.

Huyó de la casa le explicas a Jenny.

Vivía con mi tio aclara Louis. Bebía muchísimo y...

Lo que necesitas es un baño caliente y buena comida le dice Jenny.

Puedes venir a mi casa agregas tú. Te acomodaremos ahí.

Gracias. Muchas gracias.

Louis se dirige al rincón del desván y recoge algunas ropas dispersas por el piso y las mete en una mochila. Después baja la escalera con ustedes dos y salen de la casa.

Louis, ¿hay alguien más con quien puedas vivir, fuera de tu tío? le pregunta Jenny cuando los tres descienden por e camino.

Al muchacho se le ilumina la cara.

Mi hermano vive en Alaska. Me dijo que podría ir ahí a vivir con él. Pero debo conseguir dinero para el boleto de ómnibus y es muy caro.

Tal vez lo consigas le dices. Nosotros te ayudaremos  a encontrar un medio para hacerlo.

Inclusive podrías unirte a nuestro equipo de cazadores de fantasmas agrega Jenny, riéndose. Al fin y al cabo, ya tienes una valiosa experiencia por haber vivido en una casa encantada.

No se si quisiera ser un cazador de fantasmas. Pero soy muy bueno en carpintería.

¡Fantástico! le dices Conozco un constructor. Estoy seguro que podría utilizarte en su equipo.

Louis comenta Jenny, ya estás a mitad de camino a Alaska.

Fin