En mitad del verano, recibiste un telegrama urgente de tus primos Peter y Lucy:
NECESITAMOS TU AYUDA. ENCONTRAR JOYAS NABOOTI.VUELA A BOSTON INMEDIATAMENTE. TRAE PASAPORTE. PELIGRO. TEN CUIDADO.
PETER Y LUCY
Después de leer varias veces el telegrama, sigues hecho un lío. Te acuerdas de las joyas, ¿quién podría olvidarlas? Los dos diamantes brillaban como los rayos del sol en un glaciar, y los dos rubíes eran iguales a los ojos de una fiera en plena noche. El padre de Peter se los había comprado a un mercader en Marruecos, hace muchos años. El mercader se mostró nervioso durante la venta, y con ansias de deshacerse de las joyas. Un par de días después, el padre de Peter volvió a la tienda para averiguar más datos sobre las joyas, pero se la encontró cerrada. En la puerta, una pequeña nota anunciaba la triste e infortunada muerte del mercader, el señor Abdul Said. Ese mismo día, recibió una carta en el hotel pidiéndole la devolución de las joyas. La carta le advertía que, de no devolverlas, su vida corría peligro. Obviamente, no hizo caso, pero ya no pudo dejar de pensar en el extraño y misterioso poder que esas piedras ejercían.
Peter y Lucy, en el telegrama te han comunicado la pérdida de las joyas. Pero, ¿cómo puedes ayudar a tus primos a encontrarlas? Haces las maletas, dejas tu casa de Nueva Orleans y vuelas a Boston.
Doy un espacio para que rolees las reacciones y el viaje.
La atractiva y voluptuosa prima Lucy y su repelente hermano adinerado Peter requerían de los servicios de este "pobre bastardo". Al parecer al padre de ambos, un hombre que siempre me había tratado gentilmente, le habían sido sustraidas aquellas dos joyas con las que había estado soñando las últimas noches. Aquellos sueños eran bastante recurrentes, en ellos me veía rodeado de oro, doncellas desnudas que acariciaban cada rincón de mi cuerpo y ante mi una fila de esclavos que llegaba tan lejos como el mismo horizonte.
Aquel día tuve un presentimiento. Por extraño que parezca, supe que aquel sueño se haría realidad. Mientras me dirigía a Boston con el nombre de Richard Hemingwey, una de mis identidades falsas, tuve tiempo para organizar mis ide. Una vez hube llegado a la costa este lo primero que hice fue comprarme una Coca-Cola. Por qué, se preguntara quien sea que este leyendo este texto. No me pidas explicaciones lógicas, porque es muy difícil que las haya, pero desde siempre me ha sabido mejor la CocaCola de los Estados Unidos que cualquier otra bebida de la misma marca en otro país. Llamadme imperialista.
Mientras me tomaba la cola, Lucy vino a recibirme. Llevaba puestos unos shorts y una camiseta de tirantes, que dejaban poco a la imaginación. Antes de que cause una mala impresión, aquella hermosa muchacha no era mi prima, o al menos no carnal. Como ya he mencionado antes, soy de origen egipcio, aunque adoptado por padres británicos. Tanto me fije en aquella preciosidad rubia que no me percaté de la presencia de su pequeño hermano, Peter. Digo pequeño hermano porque el jodido Peter sería considerado como enano de circo en la mayoría de paises del mundo. Con su modesto metro cincuenta, aquel arrogante se valía de su dinero y sus estudios para cubrir sus inseguridades.
-Tan guapa como siempre, prima.-dije, bromeando. Lucy rió.-Me gustaría decir lo mismo de ti, enanito gruñón.
Me he tomado unas cuantas libertades en cuanto a la descripción física de los primos. Si no estas conforme, comunicamelo.
Peter y Lucy salen a tu encuentro en el aeropuerto. Peter dice:
No tenemos mucho tiempo. Si estás de acuerdo en ayudarnos, debes tomar el próximo avión para París mañana por la tarde. Desde París volar hacia Marruecos. Debes darte prisa.
Pero, Peter protestas no tengo ni idea de todo esto.
La tendrás cuando veas esta carta. Lee:
"Las Joyas de Nabooti son las cuatro llaves que guardan la sabiduría y la riqueza de una secta africana. Quienes posean las joyas disfrutarán de salud y fama, o sufrirán tormentos inimaginables. Los actuales propietarios de las joyas deben mantenerse en guardia para que no se pierdan o les sean robadas. Deben esperar a entregarlas a los auténticos mensajeros de Nabooti. La pérdida de las joyas significa LA MUERTE".
La carta te deja desconcertado. Peter y Lucy tratan de tranquilizarte. Pero la verdad es que les han amenazado de muerte si siguen buscando las joyas. Te han pedido a ti que las busques porque los ladrones no te conocen. Estarás más o menos a salvo; tanto como pueda estarlo cualquiera que busque las Joyas de Nabooti.
10) Tienes dos opciones
Ir a Paris ya
Quedarte a buscar mas información, ayuda, etc
Esta perfecto porque el libro le da poca bola a eso, lo que si te aviso que el libro me marca muy firme lo que puedo hacer yo, así que no esperes que siga tu historia al pie de la letra porque me matás xD
Me había embarcado en lo que a todas luces parecía un viaje sólo de ida, así que antes de partir a Dios sabe donde, me quedé aquella noche en Boston con la intención de buscar información preguntandole a mis viejos contactos (ladrones de guante blanco retirados, contrabandistas) si sabían algo de esas joyas. Obviamente, lo diría de la forma mas delicada posible, con el objeto de no hacerles sospechar. Aquellos viejos truhanes hubieran vendido a su madre por un rumor de aquellas joyas, así que no podía confiar en ellos.
Quería esas joyas sólo para mí, puesto que para mí eran los riesgos.
Oye, no puedo tomar otro avión. ¡Apenas sé lo que pasa!
Peter te mira y se encoge de hombros.
No te lo reprocho. Volvamos a casa.
Para ir a casa de Peter seguís un largo camino, dando un rodeo, a fin de despistar a los posibles perseguidores. Peter y Lucy hablan de las joyas. Saben más de lo que aparentan. Después de cenar, te dicen que en los últimos años han recibido mensajes pidiéndoles su devolución a la secta de Nabooti. Su padre nunca se dejó intimidar hasta el punto de pensar en devolver las joyas. No sólo valían una pequeña fortuna, sino que, además, por extraño que parezca, él creía en la leyenda. Admitía que le pudiera parecer una broma a todo el mundo, pero decía que las joyas poseían extraños, y maravillosos poderes. Más tarde, pereció en un horrible accidente. Saltó desde el muelle a un velero, en un día de absoluta calma. Inesperadamente el barco se movió, y él resbaló y quedó aplastado entre el barco y el muelle. Antes de expirar, susurró:
Proteged las joyas a toda costa.
Aca te doy un aire para acomodarte al personaje, no hay ninguna decisión que tomar.
Doy por entendido que te quedas, pero si podes escribime en notas cual de las dos opciones haces para no confundirme xD.
Si el valor que podía sacar con aquellas joyas ya me hacía rela merme los labios, al mencionar la posibilidad de adquirir poderes se me hizo la boca agua. No me malinterpreteis, como ya habreís leido en uno de mis muchos libros, que serán publicados en el futuro cuando me haga famoso, sabreis que soy un hombre un tanto exceptico y al que los fantasmas, maldiciones y apariciones de todo tipo de ente incorporeo le parecen ilógicas.
Pero algo me decía que aquello tenía algo de cierto. Al fin y al cabo, un hombre solo tiene unas ultimas palabras, y no era típico de mi tío desperdiciarlas en decir aquella frase de no pensar que esta fuera cierta.
Era una frágil esperanza, pero yo me agarraba a ella como a un clavo ardiendo.
Lamento haber tardado tanto. Envíe un mensaje pero veo que no llegó a publicarse. Un tanto extraño. En cuanto a tu pregunta, sí, me quedo.
A Peter eso no le gustó nada. Recibió una nota pidiéndole que entregase las joyas a un mercader de alfombras de Tánger en Marruecos. Pero, otro día, tres hombres irrumpieron en la casa, le ataron de pies y manos y robaron las joyas. Mientras Peter te explica lo sucedido,
¡CRASH! Un disparo de escopeta hace impacto en la ventana. Los cristales saltan hechos añicos. Nadie resulta herido, pero quedáis aterrados. Suena el teléfono, y cuando Peter lo descuelga, una voz profunda dice:
Abandonad ahora o ateneos a las consecuencias. Es un aviso.
La comunicación se corta.
16) Tienes dos opciones
Abandonar
Seguir en busca de las joyas
Sin disimular mi temeraria sonrisa, miré a los hermanos a los ojos.
-Tenemos dos opciones, abandonar y vivir el resto de nuestros días con miedo y sabiendo que fuimos unos cobardes o averiguar cuales son las propiedades de estas joyas por un precio que a priori a mi me parece irrisorio; nuestras propias vidas y eso sólo en caso de que la amenaza sea seria. Porque, pensadlo un momento. Si yo fuera alguien que quisiera esa joya y tuviera los recursos para eliminar la competencia, no solo lo haría directamente, sino que tampoco acompañaría mis acciones de amenazas. Ya sabeis lo que dicen, los perros que ladran mucho suelen quedarse cortos en la mordida. Así que opto por seguir la busqueda. Ese es mi voto.
¿Tengo algún tipo de arma/ sé algún tipo de arte marcial de defensa o ataque o mixta?
Te levantas del suelo, donde te habías puesto a salvo, y te diriges a la puerta de la calle, casi resbalando al pisar los perdigones dispersos por el suelo. Abres, pero quien haya disparado ya no está. Tu silueta se recorta en el umbral —evidentemente un lugar poco seguro—, pero no sucede nada.
Peter, las amenazas van en serio. Si no consigues recuperar las joyas, os matarán a Lucy y a ti. Os ayudaré. Mañana salgo para París.
Peter y Lucy te rodean, palmeándote la espalda y estrechándote la mano. Parecéis haber olvidado el disparo de escopeta y el telefonazo; pero la tranquilidad se rompe por otro timbrazo inesperado.
Levantas el auricular y oyes una voz:
No bromeamos. La próxima vez no tendréis tanta suerte.
¡Click! De nuevo han colgado.
19) Tienes dos opciones
Partir sin llamar a la policía
Pedir ayuda a la policía
El libro no dice nada, supongo que por ahora no, pero en caso de ponerte a luchar supongo que dará alguna opción.