No me crearon para negociar con no muertos, para que salven a quienes no se pueden salvar a si mismos. Existo para destruir al dragón y eso haré. No voy a preparar ninguna batalla, eso lo puede hacer usted misma señora estratega. Luchare por mi mismo, sin ejercitos que mueran para ponerme las cosas faciles.
Si algun cobarde con más ganas de buscar quien luche por el, que de enfrentar al destino, no quiere venir, que se quede buscando a esos verdaderos heroes. Yo marcharé hoy mismo, no hay tiempo que perder.
-Tengo tantas ganas de atacar como vos. Pero sabeis, como yo, que atacar juntos es mejor que que lo hagais vos en solitario. Dad un poco de tiempo a los demas a que se decidan a hacer lo que hay que hacer.
Lo que aqui veo me da verguenza. Vine a este consejo para conocer a los valientes, a aquellos dispuestos a hacer lo que hay que hacer, ha sacrificarse si es necesario para acabar con el mal. Y lo que encuentro es gente que quiere otros se sacrifiquen para ponerselo facil. Veo cobardes.
Cobardes que ni siquiera saben de que disponen antes de lanzarse a buscar otras cosas. Queréis un ejército que distraiga al enemigo. Yo soy un ejercito. Y me atrevería a decir que Torgein puede matar a su enemigos a cientos. No sois el resto capaces de lo mismo, ¿no somos entre nosotros 5 más devastadores que un millar de comunes?
Ni siquiera sabéis si infiltrarnos es posible, pero yo veo a dos elfos, me atrevería a decir que pueden ser sigilosos, yo fui diseñado para ser una sombra sin ruido, capaz de cruzar las líneas enemigas y llegar directo a mi objetivo, la sierpe. La estratega es pequeña no lleva armadura, probablemente sea capaz de pasar discretamente. Los más sigilosos podemos ir oteando para que los menos discretos pasen por donde no haya vigías, y con eso podemos llegar a la torre sin enfrentarnos al resto.
Queréis ir a hablar con un no-muerto para persuadirle, pero aun no he oido ningun argumento con el que hacerlo. Ni parece que haya nadie entre nosotros especialmente habilidoso en tales artes. ¿Como diantres se supone que vais a hacer algo que no sabeis hacer y en cambio rechazais hacer aquello por lo que vuestras habilidades os han traido hasta aqui?
Yo veo dos opciones plausibles, y una completamente inútil. Pero si hemos de hablar de cual elegir, ¿por que no miramos que es lo que nosotros somos capaces de hacer?
Fui creado para eliminar al dragón, para ello mi habilidad en combate cercano es devastadora, pero a sabiendas de que el enemigo podía contar con ejércitos como en anteriores ocasiones, estoy preparado para hacer una terrible destrucción a distancia. Por si fuera poco mis habilidades se centran en el sigilo, y acrobacias para llegar hasta el enemigo, en sabotage e ingeniería para facilitar las cosas, y por su puesto ni como ni respiro.
En definitiva, fui creado para eliminar al dragon de forma sutil o directa.
Miro a Caronte con lastima, ya que me doy cuenta que en su vida el único objetivo es matar a la sierpe, y que después de eso sera una armadura vacía, que vagará por las tierras sin rumbo.
- Caronte, me acabo de dar cuenta que dentro de tí no esta el alma del aprendiz del maestro que te creo, sino tan solo su fuerza vital. Y en tu cabeza un único objetivo. Te han dado todo lo necesario para poder comunicarte, pero no te han dado nada para entender las cosas o las situaciones. - apoyo mi mano sobre el mango de la espada y hago una pequeña pausa. - Y tu no eres nadie para decir si somos cobardes, valientes, sensibles o insensibles, porque para poder hablar de eso antes tendrías que tener sentimientos.
- Compañera, no malgastes tu poder mental para comunicarte sobre este tema, y descansa la mente. - Le digo brevemente a Selena.
Vuelvo a dirigirme a Caronte y a la vez al resto de compañeros y a los consejeros.
- Visto lo visto, lo único que hacemos discutiendo es perder el tiempo, así que cuanto antes empecemos nuestro camino hacia la torre de Incanthus menos sufriran los aldeanos por los ataques de la sierpe y de sus ejercitos. - me giro a los consejeros y les doy un aviso - Tened en cuenta que si fallamos esta lucha, los primeros que os enterareis sereis vosotros, ya que vuestro mensajero será Incanthus. - después de unos segundos para que asimilen lo que les he dicho, continuo hablando - Consejeros, ahora lo que necesitamos será vuestras indicaciones y caminos que debemos recorrer. Y cualquier aviso o consejo que nos podais dar.
-Caronte. Vos quereis eliminar al dragon tanto como yo a los miembros del clan del colmillo roto. En el momento que nos hemos hermanado en la causa de la destruccion del dragon, los enemigos personales son los enemigos del grupo, creo yo. Asi es como deberia ser.
Por mi experiencia he alcanzado a entender que en una grupo, en una hermandad de guerreros, el grupo es tan fuerte como su miembro mas debil. Eso no significa que alguien aparentemente mas debil que el resto, no tenga importancia vital en la mision.
¿Creeis que no me gustaria abrirme paso a base de hachazos a traves de las lineas enemigas? Aun asi, soy consciente de que mi fuerza no es ilimitada y siempre puedo encontrar un obstaculo que me retrase o que sea insalvable para mi. Confio en mi mismo, pero creo que es importante confiar tambien en mis compañeros, en que si caigo, me ayuden a levantarme. Sin hermanos, un guerrero no es nada.
Yo voto por ir a por el dragon. Ya, hoy o mañana. No obstante, es mejor dar tiempo a nuestra hermandad a prepararse. Dar confianza al grupo. Vos y yo podriamos arrostrar el peligro de acometer al dragon de frente, pero quizas nuestros hermanos prefieran otra forma de actuar. Si nosotros cedemos un poco y ellos ceden otro poco. Atacaremos juntos.
No se como de buenos guerreros sois vostros hermanos, pero se que prefiero pelear con vosotros a mi lado que solo. Hasta el mas grande guerrero sucumbe a un cuchillo en la espalda. No quisiera caer ante las puertas de la guarida del dragon. En silencio, sin pena ni gloria. Si he de morir en esta mision, quiero que mi pueblo me recuerde atacando al dragon, no rodeado de colmillos rotos apuñalandome y apoderandose del hacha de mi abuelo.
Podriamos avanzar sobre la posicion enemiga, evaluar sobre el terreno nuestras posibilidades. Visualizar el entorno, para entender como podemos usarlo a nuestro favor. La pequeña Selene podria elaborar un plan que nos dejara a vos y a mi libres de sembrar la muerte y la destruccion alla donde los enemigos se hagan fuertes.
Acerquemonos al dragon, pero seamos cautos. No se trata de tratar de matarlo, se trata de matarlo.
Kieran observó la escena con una sonrisa en la cara. No era una sonrisa de alegría, pero sí de desprecio. La máquina, la estructura sin alma ni sentimientos se atrevía a llamarle cobarde. A él. A alguien que había combatido durante años mientras él llevaba el té y las pastitas a su señor. Pero aún así se atrevía a calificarle sin conocerle. Es más, se atrevía a afirmar que tenía pocas agallas cuando él mismo había votado a favor de atacar cuanto antes a la gran sierpe. Desde luego, si esa era la capacidad de percepción que había llegado a desarrollar como explorador, estarían perdidos.
Pero no dijo nada. Se mantuvo callado, observando. No abriría la boca para insultar desde el desconocimiento. Entonces el otro elfo, Weylin tomó la palabra. Y de su boca salieron muchas cosas que Kieran compartía en ese momento. Quizás la sabiduría que se transmitía de generación en generación en las comunidades élficas les daban una sensibilidad especial para entender cómo funcionaba el mundo. Eso diferenciaba a los vivos de las meras máquinas, las ganas de vivir tras lograr un objetivo.
Cuando el elfo terminó, Kieran asintió con la cabeza. Fue en ese instante cuando el enorme humano de nombre Torgeis comenzó a hablar. Y básicamente seguía la misma línea. Quizás no atacando el discurso de Caronte directamente, pero desde luego sí dejando claro que el grupo debía mantenerse unido. Kieran volvió a asentir. Podría ser un bárbaro, pero estaba claro que no era estúpido. Sabía bien de lo que se hablaba y tenía razón en lo dicho.
Vayamos a explorar el terreno. Dice Kieran con voz quebrada. Aún le costaba hablar con claridad. Su tono era calmado, pese a lo que se había dicho. No tenía intención ni interés por discutir, sólo de seguir adelante. Como dice Torgeis, en el peor de los casos obtendremos mucha información que podrá sernos útil. Dicho esto, yo mismo me ofrezco a liderar la vanguardia de exploración si nadie más se ofrece. No me importa.
Apenas hace unos días desde que tomó vida. Permaneció por siglos enterrado en un taller cerrado, esperando la regreso del dragon. El consejero llegó a aquel taller olvidado, y ánimo el metal con el alma de su ayudante, asesinandole. La máquina aguardo al consejo para presentarse ahí.
Ahora ya tenían un plan, a pesar de no entender del todo las emociones de los vivos, la máquina era poderosa calculando y habia conseguido que el grupo estubiese de acuerdo en no desperdiciar el tiempo con el no muerto.
Parece que finalmente estamos la mayoría a favor de marchar a por el dragón. No será sencillo, pero se puede lograr. Cuenta conmigo Kieran, para esa exploración. -el robot recoge las ropas que antes le cubrían para volver a taparse antes de abandonar el consejo.