"Hablando de niños malcriados... que dados más largos tiene" Mick miraba la situación con cierto recelo, parecía que le estaban comprando por algo que no tenía muy claro si hacer. Además, le había parecido entender que aquel hombre no era parte de los cuervos plateados, casi hablaba como si estos ya no existiesen y los acabara de fundar.
En cualquier caso, creo que deberíamos repartir por consenso a partes iguales, este tipo de cosas generan desconfianza, recelo y luchas entre compañeros si se lo queda el primero que le eche el guante.
Era una clara punzada contra la ninja, a la que poco tiempo faltó para quedarse lo que él creía era lo más valioso.
Eklerion se mantuvo en un profundo silencio mientras escuchaba las historias y presentaciones que se iban sucediendo. Aquellos que hacía unos instantes eran desconocidos empezaron a confiarse sus sentimientos hacia la Casa Thrune... y evidentemente ninguno de ellos guardaba simpatía por la casa gobernante. Un argumento que utilizó Rexus Victocora para darles un motivo para permanecer unidos. Fue muy hábil por su parte... pero el espadachín llevaba mucho a las espaldas como para arrojarse sin cautelas a los brazos de una incipiente rebelión contra los Thrune... Participaría en aquella misión de encontrar a los denominados Cuervos Plateados y después... y después ya se vería.
Bien, pues supongo que deberíamos movernos... demasiado tiempo en un mismo sitio puede ser peligroso... En cuanto a estos pertrechos, habría que considerar quién de nosotros le podría dar un mejor uso, no?
Disculpen la tardanza
Después de haber desahogado su rabia contra el arquero en forma de griterío y de haberse disculpado la muchacha no estaba para valorar un botín que no se habían ganado. Tal vez se le podría llamar patrocinio para unas futuras misiones, pero de momento la mejor recompensa para la muchacha era el verse envuelta en lo que iba a acontecer.
cuando el espadachín dio su opinión la mestiza la encontró del todo coherente y no pudo más que asentir... y claro, echar un ojo a su arma y reservas de munición para ver como estaba el tema. De momento todo bien, estaba lista para la revolución.
También deberíamos saber en que nos puede ayudar según que cosa... la daga sabemos que utilidad puede tener, pero ese broche? saber si posee alguna dotación especial sería clave. la muchacha hablaba como si lo hiciese para ella misma divagando con la mirada ligeramente perdida.
sorry yo también, me encasquillé escribiendo un post y no lo supe retomar hasta ahora
Pensativa, la ninja daba vueltas a las palabras de la carta que escribió la madre de Rexus. Sin lugar a dudas, para llegar a encontrar a esos cuervos plateados, sus opciones pasaban por visitar aquél sitio: El edificio de la Librea de la Fortuna Justa. Lo comentó en voz alta a los allí presentes.
- Esa carta nos describe nuestro siguiente paso. Deberíamos hacer una visita al edificio de la Establos de la Fortuna Justa. Habrá que buscar en una de esas habitaciones inferiores y ver si podemos encontrar alguna pista sobre los cuervos plateados. Mmmm... - Quedó pensativa, abstraída en sus pensamientos sobre lo que acontecía.
El destino era caprichoso. Por la mañana, ninguno de ellos se conocía de nada, pero sólo unas horas después estaban dispuestos a hacer todo lo posible para que los Cuervos Plateados volvieran del ostracismo. Se miraron unos a otros y pudieron contemplar que formaban un grupo realmente heterogéneo, pero eso no tenía que ser una desventaja en todos los casos. Quizás sus habilidades diversas podían complementarse y apoyar a Rexus en su búsqueda.
Sea como fuere, cuando quisieron darse cuenta, caminaban por las calles de Kintargo en dirección al edificio de los Establos de la Fortuna Justa. Por suerte, sólo se hallaba unas cuantas calles hacia el noreste, con lo que en breves instantes volverían a estar tras la pista de la legendaria facción de los rebeldes.
FIN DE ESCENA