Gwalin escuchó atento a sus hermanos y negó con la cabeza.
- Todo lo que puede hacer un humano lo puede hacer un Naugrim mucho mejor- sentenció sin levantar la voz.
- Y es verdad que dos manos siempre son necesarias, pero la cabeza que las guía no es enana, por lo que no tendrá el mismo punto de vista ni sabrá el por qué actuamos de una manera u otra.
- No, "ma-go a-zul". Esta aventura no es para que tú te redimas de tus pecados y tus faltas, si no para que nosotros recuperemos lo que se nos quitó hace tiempo.
Gwalin, viejo y terco como era no quería ver la ventaja de tener un mago en el grupo si no ver a un grupo de enanos consolidado que recuperaran ellos mismos Moria. Pero sabía cual era su sitio, es algo que siempre ha tenido en cuenta, incluso cuando su posición era muy alta dentro del escalafón enano.
- No soy amigo de la magia y sé que es algo que quizás nos pueda venir bien, pero no veo el por qué deberíamos dejar que vengas con nosotros- confesó.
Entonces miró a Gimli y se mesó la barba. Y su mirada fue a Thorin para acabar de nuevo en Gimli.
- Pero no soy yo el único quien deba ver los beneficios o perjuicios de llevar al "ma-go", Gimli, tú como lider del grupo debes decidir. Sea cual sea tu decisión la acataré sin rechistar- concluyó.
Lo dicho en el off, pero dentro de la partida, que elija el master en boca de Gimli ;))
Luego de pensarlo algunos segundos, Gimli se pone nuevamente de pie y se dirige a todos los presentes, pues la votación había terminado en un empate.
El mago vendrá con nosotros, pero como sus viejos huesos no sean capaces de aguantar la marcha lo dejaremos atrás. Hijos de Durin partiremos en dos días, prepárense adecuadamente, pues el trayecto será difícil y la misión muy peligrosa.
Esta tarea no es para débiles, así que si no están seguros de sus capacidades, será mejor que no se presenten, aunque dudo que eso suceda. - dice Gimli con voz severa.
Muy bien, pero la próxima vez deciden ustedes.
Pongan un post con sus preparativos, muy probablemente mañana o pasado abro la próxima escena.
Decidan la ruta en el Off.
Lo usual, enpacar víveres, ropa, armas, armaduras etc. Todo gratis.
Se llevan 50 monedas de oro como bolsa de viaje.
La histórica reunión había culminado. Podía sentir en mis huesos como aquél instante sería relatado de padres a hijos en los años venideros. Sería uno de esos momentos míticos que los jóvenes añorarían haber vivenciado.
Abandoné la magnífica sala en soledad. En silencio caminé por los amplios corredores, las cámaras altas y espaciosas, cruzando el aire quieto y eterno que descansaba bajo la montaña.
Al doblar por un recodo me encontré con unos chiquillos que con emoción discutían el evento que había sucedido antes: la reunión de Thurin y la expedición a Moria. Me detuve, animado por su juventud y su entusiasmo por las aventuras, y comencé a narrarles pasadas hazañas e historias de tiempos vetustos. Las horas pasaron, con las miradas de los inocentes perdidas en aventuras que mágicamente cobraban sentido, color y sonido, en sus frescas mentes.
Cuando la quinta historia terminó, aquella que hablaba sobre mis desaventuras la vez que me perdí en el Bosque Negro, ya era muy tarde, y la hora de partida se acercaba precipitadamente. Regresé a mi recámara con una sonrisa de satisfacción en los labios y preparé los petates y bártulos. Raciones, tabaco y un pequeño barril de cerveza; ropa y abrigo; la tienda de campaña y los implementos de cocina; todos ellos fueron siendo acomodados junto a mi armadura y mis armas, que aguardaban junto a la puerta.
Me ceñí el blindaje, cargué con el equipaje, cerré la pesada puerta de roble y le dí dos vueltas a la llave. Mis pasos se perdieron nuevamente por los amplios corredores, las cámaras altas y espaciosas, cruzando el aire quieto y eterno que descansaba bajo la montaña, pero esta vez, yendo hacia lo desconocido.
Los pormenores decididos por los lideres, la aventura encaminada y la forja esta fria.
Vuelvo a mi casa después de la reunión pienso en que llevar y que no, quien sabe que pase asi que decido organizar mi equipo: un Yunque Pequeño de mi abuelo siempre lo llevaba a la guerra, Ladrillos para la hoguera y mantener el calor, Tenazas de mi padre forjadas de un suave baño de mithril, la Fragua pequeña que me vendió ese enano de las montañas de hierro, mi armadura de placa [I]Mejor dicho la de mi abuelo y la de mi padre, con mi DustMaker podre doblar cualquier material y quebrar cualquier cabeza, un saco con diferentes metales, cueros, telas y materiales para remachar armaduras, una buena cuerda siempre es necesaria y mas con un buen gancho al final, y raciones para un mes con suficiente agua. Así lograre mostrar mi valía en el grupo. Como el Herrero que soy.[/I]
Stilgur preparo todo su equipo. Guardo barriles de cerveza.
Y cuando vio que su montura no podria con todo hizo lo que solo un enano podria hacer: beberselos y repartir cervezas e historias con los compañeros.
Por los ancestros que los enanos éramos tozudos, cada una de las posiciones sobre si dejar que el mago nos acompañara o no habían sido defendidas y atacadas por cada bando, llegando el punto de que nuestro líder de expedición tuviese que tomar partido. Fuera como fuera las decisiones habían sido tomadas y ahora tendríamos que prepararnos para salir para dar cumplimiento a nuestro juramento.
Paso por las forjas y las tiendas de Erebor recogiendo todo tipo de consumibles que fuesen necesarios para la aventura. Tras esta mera formalidad, ya que jefe de expedición se había encargado prácticamente de todo, me dirijo a mi morada. Empaqueto mi mata y un par de camisas para el viaje, así como vendas y tiras de cuero para hacer algún que otro apaño. Engraso la armadura de placas, afilo las armas que lo necesitan y compruebo la tensión de la ballesta. No había mucho mas que hacer, tras cerrar las puertas, es tiempo de reunirme con mis compañeros.
Los días siguientes pasaron lentos, nuestro enano no podía dejar de pensar en el gran camino que les quedaba para llegar a Moria, los peligros con los que se encontrarán y las posibilidades de no volver, no eran pocas...
----
En la última noche allí, muchos compañeros terminaban de ultimar sus equipos...yo los recogí el primer día, sólo volví a pisar la habitación para dejar una nota, nota que contiene mi última potestad.
Queridos hermanos, mañana dejo la montaña con gran pesar, en estas noches se me ha hecho muy difícil conciliar el sueño, aunque, en mi cabeza palpita una vez tras otra el verdadero.... Soñé que pisaba Moria, que el sonido de picos en las profundidades no dejaba de borbotear por las paredes de piedra y grandes cantares sacudían los salones mientras los barriles de cerveza se vaciaban..
Ohh si........que gran sueño.....
------------------------
Tengo miedo, no os lo negaré, pero no me juzgéis hermanos, queda un gran camino por recorrer y no sé que nos aguarda cada anochecer....lucharé hombro con hombro con mis camaradas y no bajaré el escudo hasta que todos nuestros enemigos hayan muerto, ya sean orcos, arañas o elfos.
Aunque una cosa os prometo, lucharé hasta morir, hasta que no me quede una gota de sangre en el cuerpo.
--------------------------------
Al final de ésta carta se podía leer la última frase escrita de Dôlill:
Cuando acabó, se sentó en la cama, apagó la vela y esperó que llegara el día, el gran día.
---------------------------------------
Me llevo el equipo que dije anteriormente, víveres (1 semana) y tabaco (¿Fumar tiene algún factor en el juego?)
+2 piedras de molar
+1 Yesquero
------------------------
+1 cuerda de 25 metros (aprx)
+1 cuerno de guerra enano (si se puede)
En cierto modo Gwalin estaba nervioso. La mochila y los demás pertrechos que tenía que llevar para esta nueva aventura, los había preparado hacía tiempo. Además, siempre llevaba lo mismo y siempre cuidaba de que no faltara nada. La misma mochila, los mismos objetos, todas y cada una de las veces que partía. No habían sido pocas. Siempre lo mismo, el mismo ritual, la misma mecánica.
pero esta vez era diferente. Gwalin sabía que iba a ser la última aventura y eso le pesaba en su mente. Se había despedido de su familia. Sus hermanos, primos, hijos, nietos...y de su mujer.
Solo faltaba dar el paso.
El viejo enano, enfundado en su armadura, pertrecho con multitud de armas que le habían acompañado en todas las batallas a las que había participado. Miró su casa, miró sus cosas y por último a su esposa.
- Me voy mujer. Cuida de la familia. Ya sabes que no sabrán hacer nada sin mí...pero menos que eso sin ti.
Tras darse un beso tierno, el viejo guerrero enano marchó a su última aventura.
Sí, que pasa, mi enano se casó y tuvo familia ;))
Una cosa master, te dije si me podías confirmar lo de mi equipo.Somos enanos y se que íbamos a ir cargados como mulas.por eso pedí lo de llevar un pequeño carro, tirado por bueyes o por dos ponys y así iríamos al mismo ritmo.
Luego las otras cosas son:
Mapas y conocimiento de Moria hay en Erebor?Podría incluso ofrecer dinero a los enanos que me recordaran canciones o conocimiento de los salones de Khazad Dum cualquier detalle será bienvenido.
Otro tema sería conseguir gemas y poder armonizármelas.¿Algo a destacar?No dije nada porque te vi liado y no quería enredarte con esto
Puedes hacer tu las tiradas oportunas por si puedo averiguar más cosas. Me da igual invertir dinero en ello, por que considero que es importante.
Dos cosas:
1.- ¿Qué es exactamente lo que quieres saber de Moria?
2.- Las joyas puedes tenerlas 5 de ellas, pero el carro NO. Han escogido la ruta más difícil así que un carro sólo sería un lastre.
Entradas, salidas, estructura general, los tragaluces de la cumbre, el tipo de viejas trampas enanas. Un mapa aunque fuera precario, tras cada cuento y canciones habrá una pists. Cómo llegar al lago sagrado? Qué se sabe del guardián (el Kraken)?
Ok a lo del carro. Hoy me resgo el equipo. Dime qué vale un pony igual llevo uno de carga
La información que consigues de los bardos es la siguiente.
1. Existen tres respiraderos principales y cinco secundarios. Todos ubicados en distintos puntos de la montaña, el descenso por ellos es viable, pero en extremo riesgoso, si tomas el respiradero equivocado podrías caer en la zona de los puentes de guerra.
2. La gran mayoría de trampas son mecánicas y se encuentran en el sector de la tesorería, en el cuarto nivel bajo la montaña.
3. El lago sagrado se ubica bajo la bóveda principal.
4. Planos no encuentras.
El pony de carga te sale costando 40 gp.
Habiendo terminado la reunión, y viendo que había quedado como él quería, sonrió. Se acercó a Frarim y le dio una palmada cordial en la espalda.
-Gracias, hermano. Echaba de menos esto. No lo supe hasta probarlo de nuevo. Gracias, de corazón... Ven. Tenemos que prepararnos para el viaje.
Se vistieron metódicamente y a la misma vez, disciplinados y bien medidos, como si les fuera la vida en cada movimiento. Tuvieron que quitarse la armadura para blindarse primero con ropa gruesa y resistente. Se acumulaban estrados sobre estrados de tela y cuero, y por encima se ajustaron las escamas hechas armadura. Se sentía aquello bien, muy bien. Se sentían seguros, como si ninguna flecha ni espada pudieran traspasarlos. Como si tuvieran muchas pieles, todas fuertes.
Tras ponerse el casco, Garamil entrecerró los ojos. Por momentos revivió demasiadas batallas. Ese yelmo había sido chamuscado, y Garamil casi se quedó sin barba en aquella ocasión. Y aún tenía el casco un olor a cuero y metal ardientes. Tapaba el oído, pero aquello no importaba. Mientras podía proteger cada centímetro de sí mismo, lo iba a hacer. Y Frarim sabía aquello demasiado bien.
Mas si emprenderían semejante viaje, iban a necesitar más armas. El martillo de guerra era leal y lo quería casi tanto como a su hermano, pero era grande y podía en algún momento perderse. Frarim había guardado su propio arsenal masivo, y lo sacó para que Garamil escogiera. Se armaron acorde a los demás Matadragones, con maza y martillo para abollar, hachas para cortar, espada para apuñalar y daga como última medida, para clavar en el ojo y en los puntos débiles. Tampoco faltaron los escudos, cada uno con el suyo, listos para juntarlos y formar un muro, o para defenderse el uno al otro de espaldas.
Las armas traídas se sentían bien, aunque Garamil prefiriera su martillo. Pero se sentía mucho mejor sabiendo que estaban ahí, y que podía usarlas. Recordó instancias en las que había tenido que abrirse paso a puño limpio... Y se juró evitar a toda costa aquello. Aún sentía en sus nudillos carne sangrienta.
Desde el muro miraron una vez más antes de partir el valle. Habrían podido despedirse de Erebor, habrían podido pasar el día recordando la batalla, habrían podido llorar de nostalgia. Pero prefirieron simplemente jurar volver a ver la Montaña Solitaria. Con eso en mente, y anhelando con ver Moria, salieron y se unieron a la expedición.