Partida Rol por web

Cimbria agarra con firmeza la muñeca para estabilizar el arma en una posicion de tiro mas acertada. La criatura baila en el punto de mira, mientras esquiva los golpes de Xanthia y Mir.

"Estate quieta de una vez, abominación"

Durante una fraccion de segundo, la criatura se detiene frenta a ella y la acolita dispara su arma de nuevo.

Sus compañeros se aferraban a la Fe Imperial, a los recuerdos de su mundo de origen... Praetus no.

Para él era todo mucho, muchísimo mas simple... Únicamente tres opciones.

A) Morir a manos del ser. - Mala opción.
B) Huir y fracasar la misión. - Peor aún.
C) Matar al engendro, destruir la piedra y salir vivo. - Objetivo prioritario.

Así que era sencillo.

- MUERE BASTARDO PODRIDOOOO!!! - Praetus volvió a descargar otra ráfaga a bocajarro a la bestia, ahora mas frenético que antes después de ver a escasos centímetros la corroída hoja del ser.

Acto seguido, cuando sus disparos se perdieron golpeando la piedra Praetus tiró el arma al suelo con un gruñido de furia... Ahora es tiempo del hacha de una puta vez!

El cuchillo de Xanthia muerde una y otra vez las tripas de la bestia, que lanza un grito desencajado. De su boca ulcerosa emana un aliento que despide un olor a enfermedad y muerte.

Las moscas que lo rodean se muestran molestas por la interferencia de la acólita y se zambullen por boca y oídos. Los insectos reptan por las mucosas de la mujer para tratar de distraerla lo máximo posible. El zumbido horrísono parece instalarse en tu cerebro y anidar en tus ideas. Te ves obligada a echarte a un lado y tratar, en vano, de deshacerte de ellas.

La criatura abisal te observa con regocijo y carga el temible arma para descargar un golpe mortal...

Más Xanthia rueda en el último momento, con la nube de moscas todavía rodeándola, y evita el fatal desenlace.

La espada herrumbrosa parte el suelo; una nube de piedras y fragmentos sale despedida y se levanta una polvareda, que a la luz rosácea, parece un arcoiris loco y absurdo; una miriada de colores imposibles.

Viendo al monstruo combatir con Xanthia, Mir se acerca por detrás

"Despacio, Mir, despacio. Concéntrate... En... Tu... OBJETIVO"

Mientras piensa la última palabra, hunde con gran violencia su hacha en la espalda de la criatura

Cimbria adopta posición de tiro y vuelve a encañonar a la criatura. Nota el sudor recorriendo su mejilla y la sequedad de sus labios partidos. Le cuesta respirar, aunque lo hace mecanicamente, como en trance. Con un esfuerzo casi sobrehumano, dispara de nuevo su pistola laser...

El enorme hacha de Mir impacta con violencia entre los omoplatos de la criatura. Una sangre ambarina salpica la cara del guerrero, que aparta la cara asqueado ante el olor de semejante sustancia.

La criatura trata de darse la vuelta para enfrentarse a su enemigo, pero Mir es fuerte, y el hacha está bien enterrada en su espalda. La bestia gime y chille, y las moscas asaltan al acólito, como enfurecidas por su injerencia; pero ya es demasiado tarde. Mir realiza un último esfuerzo y saca el arma mientras tira hacia arriba. Aunque los insectos se afanan en su molesta tarea, el hacha continúa su recorrido, desgarrando músculos, huesos y arterias. Cuando alcanza el cráneo, Mir apoya un pie sobre la espalda y da el tirón definitivo: el ser chilla y su grito os taladra el oído. El hacha revienta su cabeza y sale despedida en una lluvia de fragmentos orgánicos de todo tipo.

Cuando el demonio aterriza sobre el suelo, las moscas huyen y pronto quedáis en silencio. La luz rosa parpadea ahora más rápido y su fulgor se intensifica.

Cimbria permanece estatica unos segundos, luchando por mantener su cordura mas o menos intacta. Su mano le duele a cuasa de la fuerza con la que aferraba su arma laser. Mir comtempla el cadaver decapitado, con la hoja de su hacaha iluminada por el brillo del orbe...

"El Orbe... oh, mierda"

"¿Que diantres es esa cosa y por que esta empezando a brillar?

Praetus, que estaba ya hacha en mano, no llegó a tiempo para masacrar al ser, por lo que aún acelerado por los contínuos estallidos de adrenalina, se giró hacia la pulsatil piedra. Pero su mera visión, ese brillo malsano, se abrió paso entre la rojiza neblina devolviéndole a la dura y desconocida realidad.

- Por el Trono, que me cuelguen si lo sé. Pero lo que sí se es que yo me niego a tocarla y que voto por poner todas las granadas a su lado, activarlas y correr como si fuese nuestra única opción... Que realmente lo sería. - Mira al resto. - No creo que ninguno podamos saber que es... Pero si esa bestia estaba cerca, o ha sido invocado por la piedra, esta no puede ser buena y hay que hacerla desaparecer.

"Ohohohohoh"

Cimbria consigue reaccionar ante el inminente peligro que supone el desconocido artefacto. Con presteza regoge su abandonado rifle de caza y mientras lo pone a punto grita ordenes cortas a sus hombres.

"¡Nos vamos! ¡Aqui hemos terminado! ¡Ishamel, granadas a 30 segundos! ¡Vamos a volar esta instalacion!

Con gesto decidido dirige a sus hombres al laboratorio anexo, procurando taparse la boca para evitar aspirar la nociva atmosfera

"Ishmael, quiero que prepares lo que tengas para volar esto. Procura evitar que se derrumbe toda la mina sobre nosotros, pero asegurate de enterrar este sitio. ¡Venga, no nos entretengamos!"

Dicho esto y con el rifle por delante, Cimbria echa a correr en direccion a la manpara que separaba las minas de los Rotos.

"Por el amor del Emperador, que no nos perdamos"