Partida Rol por web

Y que haya buena bebida- añade Tordek. Las posadas sin un buen licor no eran posadas.

Mientras sus compañeros se encargan de la burocracia, Gunnar se acerca a Pandarg para enterarse de lo que quiera que sea que está ocurriendo allá adentro.

-Pero, ¿qué demonios es toda esta algarabía?

Eso sí, como buen enano, el pícaro brujo mantiene una recia mano protectora sobre la bolsa de monedas que porta al cinto por si las moscas. Entre tanto gentío uno nunca sabe si el paisano que se encuentra momentáneamente a su lado es o no un vil truhán de dedos ágiles.

Ikaru se le acerca a Gunnar desde la espalda, sosteniendo la cuerda de la mula con una mano, también sentía curiosidad por saber a que se debía que la gente estuviera huyendo de la ciudad, había vivido varios años en aguasprofundas, y esto, definitivamente no era normal, a excepción del final del verano, cuando la gente que había llegado a los inicios del verano se marchaba paulatinamente, pero este no era el caso......

Mirando como el enano agarraba el cinto preocupadamente, aferrándolo con vehemenca se dirije a él -Amigo Gunnar, en esta ciudad no te sirve únicamente poniendote la mano en la bolsa de monedas; el día que un ladrón de aguasprofundas le eche el ojo a tu bolsa de monedas, hace falta tener un sexto sentido para salvarla!!!, eventualmente descuidarás la bolsa y ahí serás una víctima más de Aguasprofundas.... Por cierto, acabo de recordar algo.... -El ladrón extiende su mano al enano, con un par de monedas de oro en sus dedos -Tomé "prestada" de tu bolsa esto hace un par de semanas para pagar por bebidas y compañia, se me había olvidado devolvértelas, pero al verte tan preocupado con tu bolsa... bueno, se me ha vuelto a la memoria -El elfo deja salir una risotada ante la cara que pone el enano, parecía un tanto enfadado, típico de los enanos, carentes de buen sentido del humor......

-¿Que qué? ¿Cómo se atreve?

Abriendo los ojos de par en par, el enano escudo se pone más rojo que un tomate maduro al tiempo que una vena se le comienza a hinchar de ira en la frente. No obstante, Gunnar recoge las monedas de la mano de su compañero antes de escupir:

-La próxima vez te recomiendo que me las pidas si no quieres que tus pelotas terminen tintineando en mi bolsa, orejotas.

En esos momentos, la tierra comenzó a temblar.

Los guardias clavaron la lanza en el suelo y se mantuvieron agarrado a ella.

No fueron más que unos segundos de fuertes temblores, pero contribuyó al que el caos en general se multiplicara.

Gritos y llantos os llegaron de detrás de las puertas, las carretas alijeraron el paso para poder salir, caras de miedo abandonaban rápidamente la ciudad entre palabras de maldición y la muerte está cercana.

El guardia volvió a prestaros atención.

Bien, no sé si venís en busca de Bajomontaña, como los demás. Si es así tenéis que ir al Portal del Bostezo. Como veis estamos muy liados por aquí, decidle a Moénicus vuestros nombres.- dijo señalando al escriba....y os podrá conseguir un guía.

Tordek se mantuvo de pie, aguantando el temblor que sacudió la tierra durante unos segundos. 

Vaya, así que por esta zona también hay terremotos, ¿eh?- dice mientras mira al guardia- gracias por la información. Supongo que habrá que dirigirse hacia allí.

Sorprendido por la sacudida, el rostro de Gunnar parece reflejar por un fugaz instante algo parecido al miedo. Sin embargo, el pícaro de la cadena armada enseguida recupera su habitual gesto sonriente al tiempo que comenta henchido de orgullo mientras se atusa la trenzada barba:

-No sé vosotros, pero yo creo que quizás no sea el mejor momento para internarse bajo tierra en una estructura de cimientos tan precarios. Otro gallo cantaría si la hubiesen construido las manos de nuestra gente. ¿Verdad, Tordek?

Eso es evidente- responde- quien construyó esas estructuras debía haber contratado a un constructor enano. Al menos así podríamos ir hacia abajo sin mayores problemas. Pero que se le va hacer. 

Ahora lo mejor que podemos hacer es hablar con el escriba ese, y luego buscar una posada.

El primer pensamiento de Pandarg fue que esos dos enanos le habían vuelto a echar licor enanil de patata en el odre, como aquella vez en Los Dientes Pequeños. Luego se dio cuenta que a todo el mundo le pasaba lo mismo y trató de agarrarse a lo más cercano.

Cuando todo paró, dijo Tamara, habrá que buscar a ese Moénicus, cuanto antes empecemos, antes terminaremos rodeados de mujeres, oro y vino.

-Gunnar de las Montañas Galena--indica el enano al escriba para luego dirigirse al guardia de nuevo mientras señala a Ikaru--No hace falta guía. Mi amigo dice conocerse bien la ciudad y, aunque a veces no termino de explicarme el motivo, confío bastante en él.

La sacudida casi hizo que Tamara perdiera pie; por suerte, logró apoyarse en el hombro del fornido guardia.

¡Ups! Lo siento, estos tacones no están hechos para estas situaciones - añadió señalando sus delicadas sandalias de tacón alto. Gracias por su tiempo, soldado, hablaremos con este tal Moénicus.

Tamara tampoco se fía mucho de Ikaru... sobretodo porque eso de "el rápido" puede significar que, si se topa con los que le están buscando, ponga los pies en polvorosa y ellos se queden sin guía. Decididamente no va a arriesgarse a quedarse en medio de Aguasprofundas sin nadie que la acompañe a las mejores boutiques y ya de paso esté dispuesto a cargar sus bolsas de la compra.

A ver... te llamas Moénicus, ¿no? - dice Tamara al hombre de la mesa. Yo soy Tamara, estos son mis chicos - dice señalando con el dedo a sus compañeros, de aspecto feroz con sus armas y armaduras - y queremos ir a Bajomontaña. Y ni los elfos ni los enanos somos famosos por nuestra paciencia...

No hay que tener tanta prisa, jovencita. A veces las cosas es mejor hacerlas despacio para que salgan bien.- el anciano escriba intentaba colocar la montaña de papeles que se le habían caído tras la violenta sacudida.

Ummm, déjame ver.- elijió una hoja en blanco, agarró una pluma y la lleno de tinta de un recipiente que milagrosamente no se había derramado.

Gunnar de las Montañas Galena, Tamara, ¿alguno más?.- su mirada se detuvo en Ikaru

Tu cara me suena, ¿tu nombre cual es?

Este es el primo 'Karu. informa Pandarg adelantándose y colocándose en medio, para tapar parcialmente a Ikaru. No es el más listo de la familia. añade agachandose hacia Moénicus pero lo suficientemente alto para que lo escuchen todos.

Se yergue de nuevo y añade señalando al otro enano. Aparte de nuestra encantadora guía Tamara, tenemos a Tordek el Invatible y servidor es Pandarg, terror de maridos y padres en toda la Costa de la Espada. tras lo que planta la sonrisa más estúpida posible en la cara.

Tamara se queda gratamente sorprendida ante la rápida actuación de Pandarg.

Parece que tenga un talento natural para parecer idiota...

Y Tordek el invencible quiere matar bichos en Bajomontaña- añade mientras da un puñetazo en la mesa del escriba- asi que, arreando con los trámites y a bajar a la mazmorra del mago. Que ya me estoy cansando de estar sin hacer nada.

Con esa actitud, maese enano.- el escriba colocó los papeles de nuevo en la mesa sin alterarse lo más mínimo...los únicos bichos que va a poder matar son las cucarachas de los calabozos. Así que le recomiendo que se tranquilice y me deje terminar mi trabajo, que cuanto antes empiece antes temino ¿no le parece?

A ver, Gunar, Tamara, Tordek, Pandarg y el primo algo lento pero que es el único que sabe donde teneis que ir en la segunda ciudad más grande de todo Faerun es Karu.

Veis como escribe vuestros nombres con una gran caligrafía en el pergamino en blanco...¿y a vuestro grupo se le conoce por algún nombre?

Tras escuchar la pregunta, Pandarg se giró hacia Tamara esperando su reacción.

Con mirada altiva, Tamara responde a la pregunta del escriba.

Somos los chicos de Tamara. Yo soy Tamara - dice elevándose aún un poquito más - y ellos - señalando a los demás- son mis chicos.