Valak caminaba en silencio por uno de los lugares que poca gente tenía acceso en Amaris. Llevaba en su mano una bola de crital que contenía en su interior una enorme nube negra. El pasillo por el que caminaba estaba lleno de líneas azules que recorrían todo el lugar. Tanto el suelo, como las paredes y el techo estaban lleno de símbolos y runas ocultos al ojo, pero Valak podía escuchar el sonido que proyectaban. No solo eso sino que también los gritos de las estatuas....
Siguió caminando en silencio durante unos pocos minutos más. De vez en cuando se araba en un sitio y de un lado de la pared se abría una puerta. Un intruso se perdería por el laberinto de pasadizos y puertas que habían creado en este lugar. Finalmente llegó a una zona donde acababan varias líneas. En frente del mago había una enorme puerta de piedra en la que se leía en el arco superior el lema de Amaris en una lengua muerta. A los dos lados de la puerta había varias esquirlas de hielo y se podía notar como las temperaturas no eran las más altas detrás de aquella puerta.
Valak esperó durante unos segundos y finalmente la puerta se abrió: Hacía tiempo que no me hacías una visita. Dijo una voz andrógina. La fuente de esta voz salió del umbral de la puerta. Era una figura pequeña y alargada, casi como un gusano. Llevaba una máscara de madera por cara, pero no podía ocultar las largas orejas peludas y que acababan en punta. La figura se incorporó y se puso a la misma altura que el arcanista. Valak sonrió ante el aspecto que había decidido tomar la figura. Le gustaba provocarle.
Estas jugando con fuego Valak ignoró a la figura y entró en la habitación. La puerta se cerró detrás de él y unas luces azuladas se encendieron. La sala hacía un frío ártico y estaba vacía. La forma se acercó detrás de Valak y este podía sentir su pútrido aliento. Esa era una de las pocas cosas que no cambiaba, sin importar la forma que decidía tomar.
Por eso, te estoy hablando en esta celda, para no quemarme. Rió mientras se lanzaba hacía atrás. La risa maniaca era otro rasgo que nunca variaba. Valak decidió ignorarla y se dirigió al otro extremo de la sala, donde a la altura de su cara se hico un hueco en la pared. Valak depositó ahí la bola de cristal que había conseguido la anterior noche. Cerró los ojos y suspiró Era necesario que fuera...
Hoy estas menos gracioso que de costumbre, guerrero. ¿A caso esa cosa absorbió tu humor? Los dioses saben que si es así es normal que hayas tenido que tomar tantas precauciones. Sería una pena que este callera en malas manos... ¡Como las tuyas! La criatura volvió a reír mientras el hueco que rodeaba a la esfera se congelaba en una bloque de hielo. Unos símbolos arcanos aparecieron por unos breves segundos y desaparecieron sin dejar rastro. Valak miró durante unos segundos a la esfera y finalmente se giró de nuevo y se dirigió a la salida.
El ser se aceró a él y le volvió a susurras, le intentaba tentar. ¿Sabes esa cosa aún está cerca? ¿Lo sientes? Mejor dicho ¿Lo oyes, verdad? ¡Claro que sí! Qué pregunta tan tonta. Sabes ahora está débil y usaste un buen truco para engañarle... Ahora sería una buena oportunidad. Con los Guardianes y tú... ¡Qué digo! Tú solo con un par de cosas que tenéis ocultas aquí, sería suficiente y bueno... Entiendo que no te fíes mucho de lo que hay aquí, pero... Estoy yo... sabes... Aún estoy ligada a los juramentos y a ti... podría ir contigo. No te fallaría. Volvería nada más que acabásemos. Sabes que no está bien lo que me hiciste... Al menos me podrías sacar a pasear... A demás sabes que haríamos algo bueno... Tu amiga estaría libre entonces... El ser empezó a cambiar de forma. Las puertas se abrieron y Valak no se giró, pero sabía que forma estaba formando mientras escuchaba como su voz de cambiaba a una voz de una mujer joven. Podrías salvar una vida, ojalá lo hubieses hecho conmigo...
MARCHATE DE AQUÍ Valak ordenó antes de que pudiera continuar. La criatura se marchó de la estancia, pero Valak aún podía escuchar como resonaban las risas de su pecado más antiguo.
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La tripulación de La Dama de Hierro se encontraba dispersa por toda la ciudad, pero eso no evito que Valak pudiese encontrarles. Mandó a numerosos funcionarios de la ciudad a que comunicaba que se marchaban esa misma tarde. Muchos no sabían lo que ocurrían, pero los rumores de los sucesos de la anterior noche habían volado y aunque no sabían que había de verdad y que había de mentira, pero aún sabían que algo se cocía y que no tardarían en poner pies en polvorosa.
Poco a poco toda la tripulación fue llegando y conforme llegaron vieron como los pedidos de Valak llegaban al barco. Enormes cantidades de comida y agua subieron y fue requerida la presencia de Adrian para que se ocupase del inventario. También vinieron un pequeño grupo de aguaciles que se ocuparon de confiscar todo el alcohol de las bodegas. La tripulación protestó y estuvieron a punto de montar un disturbio a pesar de que los guardias fueron por ordenes de Valak. Se necesitó de refuerzos y no fue posible tirarlo todo. Muchos tripulantes consiguieron guardar unas de botellas y los alguaciles no fueron capaces de confiscar las que estaban ocultas. Hicieron lo que pudieron.
A pesar de terminar el trabajo, muchos alguaciles se quedaron. A pesar de que en Amaris se podía ver gente de todas las razas, especies y lugares había unos cuantos tripulntes que no solía verse en la ciudad. Por un lado estaba Shiroi, ¿Un humano alado? La gente se mostraba curiosísima y en Amaris nunca se perdía la oportunidad de ver una curiosidad y si podían intentar sacar algo de provecho. También se había esparcido el rumor de que Seijuro era de Hisui. Había gente en Amaris que venía del mismo continente, pero nadie de Hisui, era un lugar demasiado aislado. Mucha gente no sabía la diferencia entre alguien que venía de Hisui o de otra nación vecina del este, pero eso no les importaba. Habían escuchado rumores y nadie en su sano juicio en Amaris evitaría poder comprobarlo.
Estas curiosidades y el tumulto que había causado el tema del alcohol había causado que un pequeño grupo de gente se quedara a observar, lo que había provocado que estos comenzaran a dar su opinión. Como toda opinión, estas tenían sus defensores y sus detractores. Defensores y detractores que obviamente se odiaban a muerte entre ellos, a pesar de que incluso podían haber sido amigos hace cinco minutos. Las aguas se calentaron, lo que hizo la única reacción posible. Más gente se unió a la fiesta que se estaba montando.
Es en este ambiente que llegaron las personas que faltaban en subirse al barco.
Valak había mandado esta mañana a una asistente de los guardianes a buscar a Elof. Esta le dijo que La Dama de Hierro partiría esta tarde y que antes tenía que ir a comprar ciertos recados... le entregó una lista y una considerable cantidad de oro. Elof tuvo que ir a lugares muy poco apropiados para conseguir ciertos materiales alquímicos extraños. ¿Qué aventuras vivió para conseguirlas? Solo él podrá contarnos lo que vivió. Llegó al muelle cuando el mundo de todas las razas imaginables se apretujaban para conseguir un mejor lugar para ver. Los guardias habían conseguido mantener un cordón de seguridad para que no pasarán más allá del barco, el problema es que no dejaban pasar a nadie más...
Anise estaba en una pequeña taberna de la ciudad. Los pocos días que estaba en Amaris habían demostrado los caóticos que podían llegar a ser. Valak le había dicho que estos podían ser intensos, aunque intensos era una palabra que no podía definir del todo los sucesos que había vivido en Amaris. En pocos días se había metido en numerosas aventuras, en peligrosas negociaciones y había salido viva de lugares que se suponía que no tenía que haber estado. Había vivido de todo y dependía de ella contar lo que había visto... Ahora estaba sola en la taberna viendo su bolsa vacía ( una enfermad muy común en Amaris) y un pequeño medallón de plata que había conseguido hace escasas horas. El medallón tenía unas runas inscritas, pero a parte de eso no tenía nada de especial. Un asistente de los Guardianes la encontró y le dio el siguiente mensaje de Valak:
Mi querida amiga: Ves a los muebles y busca un barco conocido como La Dama de Hierro. Trae contigo ese medallón por lo que no lo pierdas. Ya tienes un comprador.
Valak de Malak
La comerciante llegó tras un buen rato buscando al muelle, pero estaba lleno de gente. Consiguió moverse cerca de Elof, pero aún no se conocían, por lo que se iba a poner interesante la cosa...
Kel caminaba por las calles de la ciudad junto a Ögon. La joven se había llevado a dar una vuelta a Ögon y aunque se había alejado algo de los muelles, no tardaron en enterarse del asunto que se estaba montando en su barco. Al llegar, tuvieron que hacerse un hueco, no estaban lejos de donde se encontraban Elof y Anise, aunque el número de personas de por medio hacía complicado la comunicación. Detrás de la línea de los alguaciles, había dos centinelas que se habían activado y un par de agentes en el barco discutiendo con la tripulación. Fue Tuni el que se percató de Kel estaba intentando llegar a su barco y fue él el que gritó ¡Capitaaanaaa! ¡El Alcohol! Enseguida el resto de la tripulación se fijó en Tuni y dirigió las súplicas a su jefa ¡Un atraco! ¡Un robo en toda regla! ¡Ni siquiera a mi se me ocurriría tal canallada! ¡Nos han quitado todo el alcohol, ya no quiero vivir! ¡No es justo! ¡Lo hemos roba... digo comprado de manera totalmente legal... Las súplicas, quejas y justificaciones conseguían elevarse incluso en el murmullo de la turba que se estaba montando.
En el momento que se identificó a Kel un hombre regordete y con un enorme y característico bigote que estaba acompañado de una mujer alta y de pelo corto caminaron hasta llegar delante de Kel. El hombre era el Capitán Wilfred Cabeza de Hierro. A pesar de su aspecto y de su edad, se decía que había sido uno de los mejores oficiales del imperio hasta que un día sufrió un terrible accidente. Cansado de la guerra se escapó a Amaris donde se formó una nueva vida... La mujer que estaba al lado suyo era la teniente Ripler, una semi elfa, originaria de Amaris del subsuelo. Era una mujer respetada, incluso entre los criminales y siempre solía acompañar al capitán 'Cabeza de Hierro'. ¿Tú eres la capi, capi...
Capitana, señor Completó la teniente con una sonrisa y el capitán afirmó con la cabeza.
La capitana...
Kel de Amaris, señor.
La capitana Kel de Amaris... Dijo el capitán mientras comenzó a mover su mano por su bigote... ¿De qué me suena usted?
La confunde con su sobrina, señor. La mujer dijo con una sonrisa. Ella mentía. Habían visto a Kel varias veces en el calabozo. A demás, Ripler se solía mover mucho por varios lugares que Kel se solía mover...
¿Con mi sob... Sob...
Sobrina, señor.
Sobrina. ¡Eso es! Ya decía yo que me sonaba de algo! ¿Sabe, capitana Kel de Muro...
Kel de Amaris, capitán. Corrigió la capitana aguantándose la risa. La mujer siempre ayudaba a su superior, pero eso no evitaba que siempre le hacía sonreír.
¡Eso! ¡Kel de Amaris! ¿Sabe usted que su tripulación ha causado mucho... Un silencio se hizo al final del tumulto y la gente comenzó a moverse con rapidez, dejaban pasar a una persona. Comenzaron a murmurar al ver que se dirigía donde estaba Kel, Ögon y los oficiales. Muchos rumores se estaban confirmando y tenía pinta que la cosa iba a ir a más.
Valak llegó finalmente donde estaban. Saludó con una sonrisa y cuando vieron quién era. El capitán hizo un saludo marcial muy exagerado, tanto que con su mano golpeó la parte delantera de su casco y este estuvo apuntado de caer al suelo. Pero la teniente lo agarró a tiempo y se lo volvió a colocar a su superior con una pequeña carcajada antes de saludar a Valak.
¡Guardián Valak! Le saluda el capitán Wilfred, señor. Estoy a su total dispo... dispo..
Disposición, capitán. Guardián, le saluda la Teniente Ripler.
¡Disposición, eso es! Valak sonrió y volvió a reír. Muchas gracias, pero no hace falta ser tan formales. ¿Qué tal habéis pasado la tarde, chicos? Preguntó Valak a Kel y Ögon. Entonces Valak sacó un documento blanco. Parecía una carta de navegación doblada. Esta será nuestra carta de navegación, Kel. Me ha costado muchos años completarla, marcará el destino de cada destino de nuestro itinerario. Ábrela cuándo estemos arriba ¿Vale? ¡Mira si están ahí, Elof y Anise! Creo que ya estamos todos. Valak hizo un gesto para que se adelantaran mientras caminaba hacia el barco.
Guardián ¿Qué quiere que hagamos con... El capitán iba a preguntar, pero fue interrumpido por los gritos de la muchedumbre:
¿LOS GUARDIANES ABANDONAN LA CIUDAD?
¡ QUÉ DICES IMBÉCIL, SEGURO QUE ESTÁN PREPARANDOSE PARA UNA CATASTROFE!
¡MIKEITH, DEL NUEVO TIEMPO DE AMARIS ¿POR QUÉ LOS GUARDIANES ABANDONAN AMARIS? ¿SON CIERTOS LOS RUMORES DE UN APOCALIPSIS?
¡MI ROPA HA COBRADO VIDA HOY, CREO QUE HAY UN FANTASMA!
¡EL FANTASMA YA SE LO CARGARON AYER!
¡ESO NO ES CIERTO, YO HE VISTO UNO ESTA MAÑANA
¡ESO SERÁ OTRO!
¡DEL DIARIO DE AMARIS! ¿QUÉ PIENSA HACER LOS GUARDIANES CON LA PROPAGACIÓN DE ESPÍRITUS?
¿ POR QUÉ EL GUARDIÁN KADEM SE HA MARCHADO?
¡YO LO ACABO DE VER, PALABRA DE...
Los gritos y las preguntas no paraban y parecían que estaban empujando más. Valak sonrió aunque se contuvo la risa. Había cosas que nunca cambiaban.
He decidido un par de cosas y tomado un par de decisiones para situar la escena, si alguno no le gusta que me lo diga que lo cambio sin problema :) Creo que va a quedar guay que narremos como partimos de la ciudad y a partir de ahí narramos como llegamos al pueblo minero y empezamos con el misterio. No sé que os parece y bueno lo dicho si queréis cambiar cualquier cosa o algo no os parece bien, decídmelo. A partir de ahora, todos tendremos el mismo control :)
PD: Lo acabo de escribir, no he tenido mucho tiempo de revisión. Sorry, pero tampoco queríamos retrasar mucho más el comienzo del segundo cap :)
Kel paseaba por la ciudad con Ögon. El chico le resultaba cuanto menos curioso y mientras caminaban por el mercado del puerto, le acribillaba a preguntas.
- ¿Puedes comer? Escuché una vez que todo sabe a tierra cuando la maldición te afecta -Kel sostuvo una manzana en sus manos y le dio una moneda de cobre al dueño del puesto.
Se la ofreció a Ögon sacando su cuchillo para partirla si éste decía que sí.
- ¿Y el sol? Una vez conocí a un ser como tú, bueno... no me dio tiempo a conocerlo realmente. Fue una de mis primeras aventuras, se trataba de una mujer, la enamorada de un monje. El monasterio en el que vivían estaba viéndose arrasado por una sangrienta serie de muertes -perdón dijo al nombrar la sangre, pensando en que quizás el mejunje de Valak no fuera suficiente para saciar el apetito de Ögon-. El monje y ella estaban se habían enamorado y él accedía a alimentarla a cambio de que no hiriera a nadie. Pero una noche... no pudo controlarlo y -miró a Ögon y torció el gesto- bueno, acabó con él, lo semiconvirtió. Él debía beber sangre humana para acabar de transformarse, pero se negaba, retorciéndose de tremendos dolores en su lecho. Ella, le visitaba cada noche y al final sin poder soportar más su sufrimiento, lo mató. Cuando la encontramos, nos rogó que acabáramos con su sufrimiento, uno de los de mi equipo no dudó en hacerlo -compuso un gesto de pena esta vez.
Nunca estuvo de acuerdo con lo que sucedió, pero tampoco pudo hacer nada para evitarlo.
Mientras Kel contaba la historia, advirtió el movimiento anormalmente frenético del Mercado. Cuando todo se movía de aquella manera, sabía que Valak debía estar detrás. Le había visto muy alterado aquella mañana. "Un testamento... ¡será gilipollas!" sus sospechas se confirmaron cuando escuchó el nombre de "Ka" y "La Dama de Hierro".
- Ven, creo que no se trata de Hisui, sino de Valak -contestó a Ögon, su rostro se había vuelto serio, se dio media vuelta, dirigiendo sus pasos a los muelles aéreos- ¿Tendré que matarlo?
Asti se desenroscó de su brazo.
- No pinta bien rubia, ¿te hago el trabajo sucio?
- ¿Desde cuándo me da miedo mancharme las manos de sangre? -se carcajeó mirando a Asti.
- El Guardián nos ha contratado, su viaje, sus normas -a pesar de la frase de apoyo, Valak pudo leer su mirada asesina- y nos pagará lo suficiente en compensación. Al volver podrás permitirte nadar en una bañera de ron Tuini -revolvió su pelo al pasar a su lado.
Tenía intención de dirigirse a Valak, cuando la pareja la interceptó en el camino. A pesar del gesto enfadado que lucía, esperó pacientemente que el hombre acabara sus frases, o más bien éstas fueran completadas por la chica. No pudo decir nada antes de que el objetivo de su enfado llegara hasta ellos. Atendió a la conversación con una ceja alzada y el labio fruncido. Tomó la carta entre sus manos, sin mirarla.
- A mi camarote, ya -le dijo a Valak en un tono calmado, que podría haber helado la sangre en las venas al más valiente de todos los hombres o mujeres.
Kel se giró y abriendo de un golpe seco entró en el camarote, esperando que el mago la siguiera, la puerta se cerró tras de él, pero los marineros que estaban cerca pudieron escuchar retazos de la conversación.
- ¿Qué te crees que estás haciendo Valak de Malak? ¡Mago orgulloso y pretencioso! Este barco es mi casa y en mi casa se siguen mis normas... pagar un peaje no te da ningún derecho a manipular a mi tripulación, a mi barco y a su contenido. ¡Ver para creer!... ¡Son mis marineros Valak, no los tuyos! Si querías condiciones a tu viaje, deberías haberlas presentado al contratarme... yo doy las órdenes a bordo... ¡Por mucho que te quiera, viejo amigo, te has excedido en tus pretensiones! ¡Maldita sea Valak, estoy muy cabreada! -un golpe y cristales rompiéndose-. Ni se te ocurra volver a sugerirlo, una sola vez, me has visto así, no sabes absolutamente nada de mí. ¡Ahhhh! ¡Odio cuando te pones así! ¡Baja de tu pedestal!
Pasado el estallido inicial, la conversación bajó ligeramente de tono y dejaron de oírla.
*- No puedes volver a hacer esto Valak. ¿En qué demonios estás pensando? Si lo que quieres es un motín estás en el mejor camino para conseguirlo. No son soldados, son piratas -Kel se dejó caer en el asiento y apartó su pelo hacia atrás- ¡Joder Valak! Me ha tocado fingir que estaba de acuerdo. Ni se te ocurra buscar las botellas ocultas, sabes que las hay, pero ya les has jodido bastante. Les daré la opción de quedarse en puerto si es lo que desean. Y ahora cuéntame de una vez qué es lo que está pasando. Todo o te juro que este barco no abandonará el puerto.
Ambos, mago y capitana estuvieron un buen rato en el camarote, cuando salieron el sol despuntaba el medio día. Reunió a sus tripulantes en la cubierta, sabía que había miradas indiscretas en el puerto, pero no le importaba.
- Este viaje va a ser largo y peligroso. No vamos a abandonar Amaris -aquello iba más por la gente del puerto que por sus tripulantes- pero tardaremos un tiempo en volver. Las condiciones del viaje son las que habéis visto, no podemos permitirnos no estar alerta y eso va a requerir toda nuestra atención; a cambio, el pago del guardián, será generoso. Pero no voy a obligaros, el que no esté de acuerdo, puede quedarse en tierra. En "La Boca del Lobo" se dispondrán habitaciones para aquel que no desee partir. Partiremos casi inmediatamente, así que tenéis unos minutos para decidirlo.
Deseaba que todos se quedaran, pero no iba a decirlo, pues sabía que si ella lo pedía, la seguirían hasta el mismísimo infierno. Les dejó meditarlo y se dirigió al resto de invitados de Valak.
- A algunos os conozco -inclinó la cabeza hacia Elof- el resto no tengo el placer -miró a Anise-. Mi nombre es Kel de Amaris y soy la capitana de esta navío. Seijuro, acércate, deja que te presente a Valak de Malak, el mago -se mordió la lengua para evitar el adjetivo que acompañaba en sus pensamientos, en su lugar inspiró aire profundamente-. Abandonó Hisui para acompañarnos y conocer Amaris.
* No escucháis esta parte, pero la meto en narración igualmente, ya que nuestro objetivo es narrativo.
Ante sus primeras preguntas, asintió: - Parece que tengo un pie en el lado oscuro y otro ... en la luz. Tengo afinidad por la magia sagrada y blanca, pero, en ciertos momentos me invade una sombra. Una oscuridad.... intentaba explicar: - ... que me nubla el juicio, pero que puede ir y regresar tan deprisa como reaparecer o desaparecer. Miró hacia el cielo un instante, como si fuera un tipo del campo, que mirando las nubes adivinaba la climatología: - El sol me molesta un poco más que al resto de la gente, pero por mi piel y el tiempo que he pasado entre las sombras. Inspiró profundo: - No me quemo como los de las historias para asustar a los niños.... pero si es intenso o estoy mucho rato me pasa como a cualquier otro. Añadió: - Tal vez un poco más .... pero poco más.
Escuchaba a la la pelirroja ... más bien rubia echar la bronca al mago arcano por lo de la tripulación. - Si eran como dice, es un buen entretenimiento una botella. Mejor que monten la fiesta a bordo, que tener que salir a la calle y en su camino montarse algún "incidente". Sobre todo los mal visto o complicados de arreglar. Paró en seco cuando empezaron las presentaciones. Se puso de rodillas en en suelo y se hizo como una bola sobre estas..... Es como si se quejara, como si .... le ardiera el cuerpo, como si llorase. ... todo junto y a la vez. Temblaba, sudaba frio, apretaba sus manos contra las pantorrillas en un rictus que asimilaba al de un muerto. Luchaba contra esa sombra y ahora mismo le arrancaría la cabeza a alguien por el puro placer de ver como la sangre arterial fluía en corretones cíclicos.
Vamos a darle algo de vidilla a la cosa.
Admi Edit: Te cambié los destinatarios.
Los gritos continuaban, pero una voz que se elevó sobre las otras, esa era la de Kel. Dejó de sonreír y no dijo nada a la prensa ni nadie. Acompañó a su amiga al camarote. Valak sintió las miradas asesinas clavadas en él. Era normal, pero aún tenían alchol.
Las voces de las gente se amontonaban cuando Valak entró tras Kel. Está comenzó a echarle la bronca. Valak hiló magia y se aseguró que nadie les escuchara cuando Kel se sentó y empezó a hablar en voz más baja. No le importaba los gritos, pero no quería que el resto de información saliera de allí.
Valak se acercó a la mesa de la habitación cogió una silla y se sentó. Acabó de escuchar a Kel y miró un momento los cristales rotos. Miró a Kel. Buscó entre el interior de su ropa y sacó un pequeño estuche y una pequeña botella con un líquido transparente.
Siéntate, vamos a ver esa mano, no queremos que se infecte... Miró a los ojos a Kel y suspiró Vamos a ver Kel...*
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Valak salió junto a Kel y se quedó algo rezagado observando toda la situación. Kel realiza su discurso y entonces su amiga le presenta al joven de Hisui. Valak se adelanta y hace una pequeña reverencia al estilo de ese país. Valak no estaba seguro si lo estaba haciendo bien, hacía tiempo que se la habían enseñado y no es que hubiese tenido mucho tiempo de practicarla. Encantado de conocerte Seijuro. No sé si has tenido mucho tiempo de ver Amaris, pero estoy seguro que tendrás más oportunidades en el futuro. Valak sonrió y siguió. Igualmente en el viaje que nos embarcamos habrá muchas oportunidades de ver mucho mundo... Me temo que Hisui es un lugar que no he tenido oportunidad de ir a ver, aunque hace unos años hice varias amistades de ahí. Siempre he oído cosas buenas y me duele no haber visitado el país aún. Me encantaría si más tarde pudiésemos hablar un poco más. Mientras hablaba, Valak empezó a sonreír más, estaba escuchando algo interesante, amplió sus sentidos y vio sus conexiones mágicas... Interesante... Ummm... oigo algo interesante dentro de ti... ¿ Cual ha sido tu relación hasta ahora con la magia muchacho? ¿Has ido a uno de esos monasterios vuestros?