Habían pasado ya un tiempo desde aquel extraño episodio en el que tantas cosas ocurrieron en el transcurso de un par de días. Tampoco fue demasiado, pero fue el suficiente para que pudierais haber tranquilizado los ánimos, recuperados las energías y templado vuestro espíritu después de haber vivido y visto todo lo que ocurrió allí, recuperando la normalidad en la nave... Si es que se le podía llamar "normalidad" a las diversas peripecias, desventuras e interacciones que siempre parecían desarrollarse junto a tal insólita pero unida tripulación que se iba acostumbrando a su vida allí.
El viento en las velas y los motores de la Dama de Hierro os habían llevado hasta las tierras de Pyres, no demasiado alejadas de la familiar Amaris, por lo que seguramente sus tierras no les serían desconocidas para aquellos que habían viajado mucho y los que ya la habían visitado. Entre las nubes se podían ya divisar las altas torres blancas como la sal que caracterizaban a una de las ciudades costeras más reconocibles de aquellos territorios: Carkosa.
La ciudad portuaria de Carkosa era sin duda una de las joyas de las costas de Pyres. Una ciudad construida en el conjunto de varios estuarios, deltas y rías de forma verdaderamente habilidosa, una proeza arquitectónica impresionante a la par que bella y elegante gracias a los inmaculados materiales de construcción que se usaron. La principal fuente de ingresos de esta ciudad es el transporte marítimo y la pesca, pues aunque tuvieran un puerto de naves aéreas, ellos seguían prefiriendo los viajes por el mar. De hecho, no era raro ver disputas sanas entre capitanes de navíos y máquinas voladoras donde cada uno aseguraba que su medio era más peligroso y valiente que navegar... Y que solían acabar en un torneo de ver que navegante podía beber más alcohol. O con una gresca de bar si eran borrachos agresivos.
Mientras ibais llegando y preparándoos para atracar en la torre más alta de la ciudad que servía como el puerto de las naves aéreas, alguno podía mirar a Teron mirando absorto aquella ciudad... tal vez porque nunca antes se había visto una ciudad tan vistosa, o porque los puertos de los cuales había estado saltando eran mucho más humildes y no sabía que pudieran ser así... y quizás alguno le podría recordar que era parte de la tripulación y que debía de ayudar. Se veían grandes navíos y embarcaciones estacionadas en el puerto marino desde el cielo, junto a toda la gente que caminaba entre tiendas de un mercado como si fueran hormigas. Una parada allí para reunir suministros, visitar los bares y pasar un rato agradable no pintaba mal.
Habían fijado Carkosa como su siguiente destino y a pesar de la cercanía de ésta a Amaris, era una ciudad que la Capitana jamás había visitado. Según el viejo Tom, porque comerciar allí significaría arruinarse porque los precios, las tasas, impuestos, valores... a esas alturas la Capitana siempre perdía la atención... les harían tener más pérdidas que beneficios.
Kel había pasado la noche encerrada en su camarote trabajando con las cartas de navegación para su siguiente viaje. Estaba preocupada por el destino al que Valak le había solicitado ir y quería tener controlados todos los pormenores para cuando el mago quisiera emprender el viaje. Llevaba días obsesionada con aquello mientras jugueteaba con una pieza de hueso entre sus dedos con un loto grabado. En algún momento, el sueño había podido con ella y se había quedado dormida sobre los mapas, pero cuando entreabrió los ojos con la luz del sol, se encontraba en la cama junto a Seijuro.
A través de los rugosos cristales de su camarote, vislumbró las torres blancas y emocionada se incorporó, poniéndose de rodillas sobre la cama.
- Mira -dijo zarandeándole con suavidad- es Carkosa.
De un enérgico movimiento se puso en pie alcanzando sus pantalones y enfundándoselos de un tirón. Después busco su corpiño... ¿dónde había puesto su corpiño? Giró su rostro a izquierda y a derecha hasta vislumbrarlo enganchado de la red que utilizaba para separar el lecho del resto de la estancia. Se lo ajustó bajo los pechos, estirando los cordeles hasta que éstos los hicieron sobresalir de la camisa blanca que llevaba debajo.
- Vamos -se inclinó sobre la cama y dejó un beso sobre los labios de Seijuro.
Esperó para ver si la acompañaba. Tras ello cogió su sombrero de la mesa y abriendo la puerta salió a cubierta uniéndose a su tripulación. Una suave brisa acarició su rostro, saludó a Ka, que se encontraba al timón, con una sonrisa. Le dio un capón a Will que se había situado bajo el palo mayor en un intento de ver algo de Asha que trepaba en ese momento por el mismo.
- Es demasiada mujer para ti pequeñajo -le guiñó un ojo antes de robarle la manzana que estaba a punto de morder y darle ella un mordisco.
Asha, que les había escuchado, dejó caer un pequeño saquillo contra la cabeza de Will que se quejó con un lastimero "ay" frotándose allí donde le había golpeado. Asha rio antes de continuar su escalada.
La Capitana se dirigió hasta la barandilla, inclinándose sobre ella apoyando ambos antebrazos. Las vistas de las puntas de las torres entre las nubes la embelesó.
- Nos vamos a arruinar -escuchó la voz del viejo Tom situándose a su lado.
- No tenemos por qué comprar nada aquí -como respuesta el viejo se carcajeó.
- No conoces este sitio Capitana, quién entra aquí vuelve al barco con el corazón lleno y el bolsillo vacío -el hombre se alejó dando cortas caladas a su pipa.
Kel le sonrió y giró de nuevo su rostro hacia las torres en el justo momento en que las nubes se despejaron y apareció el mar con el sol reflejado sobre su superficie azulada; sus ojos centellearon. El mar... la piel de Kel se erizó.
El puerto hervía de actividad gente cargando y descargando mercancías, entremezclándose con aquellos que paseaban por los mercados. Lo echaba tanto de menos... pero "La Dama de Hierro" pasó de largo dirigiéndose a la Torre designada a los navíos aéreos. Suspiró antes de girarse a cubierta para dirigir el aterrizaje.
- ¡Ka, te toca el timón! ¡Will recoge las velas! ¡Tuini...! -fue dando órdenes a todo aquel que se encontraba en cubierta- ¿Y lo de los torneos de beber? -susurró acercándose a Tom.
- También es cierto Kel -rio el anciano- también lo es.
Sonrió satisfecha mordiéndose la comisura del labio de forma pícara. Centró de nuevo su atención en las maniobras cuando vio a Teron embobado mirando la ciudad. El chico se había adaptado bien, por mucho que ella no le había dejado respirar ni un solo segundo. Algún día le explicaría que su obsesión con que aprendiera a hacer los nudos de la "Maniobra de Amarre" fue porque por no hacerlo antes, casi despeña a Seijuro.
No le asignó ninguna tarea, le dejó disfrutar de la preciosa imagen de la ciudad de Carkosa.
- ¡Vamos caracoles marinos! ¡No os pago por holgazanear! -bromeó dándole una palmada en el culo a Tuini.
Mildred salió del camarote de Valak gritando: ¡Por fin libre! Yo quiero ver la ciudad, yo quiero ver la ciudad ¡Vamos ha hacer cosas de piratería, vamos a piratear! En la última semana Mildred había trabajado algo menos, pero aún así se le veía durante las horas del día en el camarote de Valak estudiando o cuando el malakiano decidía llevar sus lecciones fuera, lecciones que aprovechaba para incluir a todo el mundo quien se le pusiera delante, se las pasaba manipulando rocas y respondiendo preguntas de Valak. Ambos trataban de los temas más diversos, hablaban de magia, pero nunca solo de ella, a veces prácticaban distintas lenguas, otras hablaban sobre matemáticas, biología, alquimia, astrología, arte, literatura, ingeniera, historia, economía, filosofía, arquitectura y agricultura; mucha agricultura. El mago parecía tener una pequeña obsesión con la agricultura. La joven piramaga finalmente se acercó a Teron y dio un saltito golpeando ligeramente mientras hablaba: ¡Por todos los culos de sirena! La joven parecía decidida a crear exabruptos de temática marinera. ¡Es la ciudad más grande que he visto jamás! ¿Es más grande que Amaris?
No, ni mucho, menos. Podemos decir con bastante seguridad que Amaris es una de las ciudades más grandes del mundo, como mínimo del continente. Es una pequeña joya. El mago salió del camarote fumando la pipa que siempre llevaba consigo. Ya había recuperado todo su aspecto y su energía de siempre. Pero es una cuestión interesante que planteas, Misha, Habías escuchado a Valak llamar de esta manera a Mildred en los últimos días. ¿Alguien me podría decir cuál es la población de Carkosa y la de Amaris? ¿Y las razones de esta diferencia? Valak sonreía y Mildred cuando escuchó la pregunta miró dramáticamente aterrorizada a Teron, su cara lo decía todo, pensaba que había hecho un error al realizar la pregunta.
Carkosa es una ciudad muy interesante ¿Cómo puntuación extra alguien sería capaz de decirme por qué es relevante esta ciudad en la historia... Tom murmuró algo casi inaudible, pero Valak atento respondió con una risa, algo que hizo que se tensara brevemente al viejo Tom:
Me temo que no es por eso viejo amigo. A pesar de la tradición beligerante de Tyres, en Carkosa se firmó hace algo menos de un siglo uno de los tratados más importantes post-guerras mágicas. Al menos de los que incumben a este continente. Como bien podrá afirmar nuestro amigo Seijuro, los conflictos entre grandes poderes tienen un impacto muy relevante en el ambiente. Como os podéis hacer una idea tras las Guerras mágicas, había pocos lugares no tocados por los duelos mágicos: ríos de lava donde debían haber ríos normales, bosques rodeados de sombras mortales, pueblos poblados por solo criaturas de sangre, montañas de agua en tierra firme y tantos otros desastres que no eran muy agradables. Tras varios años de complicadas negociaciones se firmó el tratado que implicó una gran colaboración de Grandes Poderes para la restauración de la mayor parte de los terrenos. Por su puesto no fue perfecto, ni mucho menos, pero inspiró muchos otros tratados, ayudó a tender algunos puentes y algunas zonas críticas pudieron regresar a la normalidad. Valak hablaba en medio de todo el caos y usaba su magia para asegurarse que todo el mundo le escuhara.
Y hablando de Seijuro, Valak miró con una gran sonrisa al orientas: ¿Ya has tenido oportunidad de terminar los libros que te dejé ayer? También en las últimas semanas habíais visto que Valak daba algunas lecciones de magia a Seijuro, no tan extensas como a Mildred, pero aún así era bastante exigentes, a veces incluso el mago no era muy consciente del nivel que pedía, por lo que llamarle la atención tampoco venía mal de vez en cuando. También le solía enterrar en libros, aunque eso Valak lo hacía con todo, parecía como si tuviese un libro para todo y para todos. Me gustaría hacerte unas preguntas más tarde, hay varios temas expuestos que creo que son interesantes para reflexionar. ¿Cuál es tu opinión del debate de... Bueno olvídalo, ya habrá tiempo para la diversión. Hablaba de manera totalmente sincera. Después movió su mirada a Kel y dijo: Kel, amiga mía, no sé que planes tenías para la ciudad, pero te voy a pedir que los pospongas brevemente, tengo un par de amigos que quiero que conozcas cuánto antes y solo estarán en la ciudad durante unas breves horas.
A veces se olvidaba que Kel era, además de su… ¿novia?, la Capitana de La Dama de Hierro.
Y eso incluía no sólo gritar órdenes, lo cual se le daba muy bien (lo de gritar, sobretodo) y hacía a menudo. También tenía que encerrarse en su camarote, revisar mapas y cartas de navegación, escribir cosas en su cuaderno y cosas de esas que la tenían durante horas ahí encerrada.
Y esa noche se quedó dormida, entre mapas y cuadernos. Sei le hizo una bromita y le escribió algo en su cuaderno en el idioma Hisui.
愛してる♡
Sería divertido cuando se diera cuenta y le preguntara qué significaba. La engañaría con cualquier otra cosa para hacerla cabrear y reírse (y deleitarse) un rato con su cara enfurecida.
La mañana llegó y esta vez fue la Capitana quien le despertó. Seijuro se levantó con cierta pereza y miró por la ventana, abriendo los ojos como platos.
¡¡¿¿Nanda (Qué)??!! miró las torres de Carkosa con admiración.
Aunque Amaris era enorme, aquella fortaleza no dejaba indiferente y pensó en los recursos que se necesitarían para construir algo así.
Aquello significaba que Carkosa debería ser una ciudad rica.
Se puso su Dogi con prisa, y salió al exterior, donde vio a varios presentes.
Kel gritando órdenes, Valak que hablaba por los costados como de costumbre…
Ahhh… sí, he estado leyendo. no mentía, no esa vez, porque anoche Kel había estado ocupada así que “sí” había leído.
Muy interesante “Teoría sobre la gravedad y el vuelo”… se suponía que era necesario para aprender a volar leerse todo ese tocho.
Con razón a los Magos les salía barba, ¡tantas horas leyendo no daba tiempo para nada!
Luego vio por ahí a Teron, ensimismado en sus cosas. Le dio una palmada en la espalda.
¡Ehh! ¿Ahora duermes de pie? bromeó ¿Te encuentras bien? No te cansé demasiado ayer, ¿verdad? preguntó algo preocupado, y es que desde que se había convertido en su Sensei, habían ido incrementando la complejidad de los entrenamientos.
Disculpad Señor Seijuro… la suave voz de Earwen casi le da un susto. ¡¿Es que hacía aposta lo de no hacer ruido?!
Ah… buenos días Earwen… ¿acaba de empezar el día y ya tengo que disculparte? bromeó, aunque esa forma tan formal de hablar era la que usaba él antes de contagiarse del ambiente de La Dama.
No… es que… ¿habéis visto al Señor Adrián? preguntó con timidez.
Seijuro sonrió.
No, pero siendo el cocinero es fácil adivinar dónde está.
Preparando el desayuno supongo. respondió.
Oh, claro… ¿en qué estaría pensando?… le dedicó una reverencia y se fue para allí.
Seijuro sonrió y miró a Teron.
Si tienes hambre tendrás que esperar, no sea que vayas a la cocina y pilles a Adrián “con las manos en la masa”… soltó un par de carcajadas y dejó al Semiorco para observar mejor las formas de la ciudad.
愛してる = Ai Shiteru = Te quiero
Perdón perdón, mucho salseo en un mismo post!! :D Saludos!
A medida que os acercabais a la cocina podíais distinguir mejor el olor del horno, una mezcla entre pan y algo dulce.
Adrian acababa de sacar la última hornada, la cocina estaba impecable a pesar del laborioso proceso de cocinado, pues él hacía todo a mano, con lo que ello implicaba. La encimera estaba llena de bandejas de barro cocido, con distintos platos.
Dio un último toque al plato recién sacado y se acercó a la puerta, abriéndola casi sin mirar.
-¡Si queréis comer tenéis que venir a ayudarme a sacar todo! Normalmente siempre había alguien más goloso o hambrón que ya estaba esperando para entrar rápido y comer cuanto antes, pero esa vez todos parecían inquietos por algo. Adrian usó el trapo que colgaba de su cintura para limpiarse las manos y terminó de salir, al tiempo que se encontraba con Seijuro, casi chocándose con él.
-Si que echas de menos ser mi ayudante, ¿no?. Dijo el elfo con una sonrisa burlona. -¿a qué viene tanto revuelo?
Entonces Adrian observó mejor el paisaje. Desde que Kel le sacó de aquel barco esclavista, había tenido la oportunidad de viajar a muchos lugares, pero era la primera vez que veía aquella ciudad, o al menos que él recordase, porque en vista de los recientes acontecimientos, ya no sabía bien qué pensar. Lo que estaba claro es que aquel sitio era monumental, no al nivel de Amaris, pero si lo bastante grande como para pensar que pudiera ser una capital.
-¿Ya hemos llegado? Preguntó curioso.
Los pies del goblin estaban cansados, no recordaba el tiempo que había estado andando... y lo cierto es que tampoco sabía muy bien de donde había venido, sólo que tampoco recordaba ¿Cuándo había sido la última vez que Erg había comido? para ser sinceros el estómago de Dedoslargos nunca estaba satisfecho, pero era cierto que sus dedos se movían inquietos y cuando eso ocurría es que realmente era necesaria la comida, había ido a parar a su boca un hueso... pero tras un rápido lametón decidió entregarlo a un perro que se había puesto a enseñarle sus dientes... Erg supo que detrás de eso vendría un ladrido y anticipándose a los hechos le tapó prácticamente la boca con su obsequio.
Apoyándose en sus cuatro extremidades para ir más rápido dio un salto sobre el muelle y comenzó a olisquear... olía a salitre... pobredumbre, sudor... madera mojada... pero de entre todos esos aromas distinguió algo peculiar... algo que hacía mucho que no llegaba a las fosas nasales del goblin... olor a comida recién hecha...pero no los guisos pesqueros que olían a pescado pasado disimulado con especies... sino a cosas ricas... muy ricas.
Sus pies ya se habían puesto en movimiento antes de que la saliva recubriera su hambrienta boca y en apenas unos segundos el raquítico ser verde, cubierto en harapos y de ojos saltones, ya estaba en el barco de Kel, tan sólo hicieron falta unos segundos más para que Dedoslargos reptara por la madera y se plantara en la cocina del elfo. Nada más llegar a sus manos cayeron un par de boyos que no tardaron en llegar a su boca y ser engullidos en apenas unas fracciones de tiempo.
- Erg te ayuda a sacarlo todo... Erg es bueno ayudando...- se ofreció metiendo mano a lo que pillaba pero mirando al elfo de buena fe- eres bueno, muy bueno cocinando... Erg te va a ayudar- le dijo a Adrian con sonrisa infantil disfrutando de aquella extraordinaria comida que se acumulaba casualmente en su boca.
Adrian volvió a la cocina momentáneamente para buscar un preparado que hizo especialmente para seijuro, solo para encontrarse con un pequeño ser metiendo su mano entre los distintos platos.
Adrian arqueó las cejas sorprendido, para lanzar un rápido movimiento y agarrar a aquella criatura, sujetándola en el aire. Lo levantó como si apenas pesara, demostrando una vez más que tenía más fuerza de la que aparentaba.
-¿Pero qué? ¿como has lelgado aquí? ¿quien eres?
Salió de la cocina de nuevo, sujetandole, mientras llamaba la atención de los tripulantes.
-¿Quien estaba de guardia hoy? tenemos un polizón a bordo. Dije gritando para que todos nos escucharan.
Erg apenas se inmutó cuando Adrián lo sujetó, estaba acostumbrado a ese tipo de tratos, mientras tras lo sujetaba en el aire el gobling terminó de masticar lo que tenía en la boca. Una parte de su apetito se había satisfecho, pero le vendría muy bien comer más...
- He llegado andando, con mis pies... yo sólo... me llamo Erg Dedoslargos... ya te lo he dicho antes... pero se vé que no me has escuchado, aunque tampoco importa, Erg no se enfada, Erg está acostumbrado a eso- sonrió para corroborar que no estaba enfadado y que incluso estaba de buen humor, sí... las cosas eran mucho mejores cuando se llenaba la panza- ¿Un polizón, donde?- dijo imitando la frustración del cocinero agarrándose con sus huéspedes manos al férreo apretón del elfo para buscar a quien fuera que fuese el polizón.
Kel levantó una ceja al escuchar que tenían un polizón a bordo. El barco apenas había atracado en el puerto y Ka estaba encargándose de rellenar el papeleo pertinente, así que la Capitana se acercó con curiosidad hasta el pequeño ser verde que colgaba pacíficamente de la mano de Adrian.
- ¿Y tú quién eres? -Kel se inclinó hasta ponerse a su altura.
No había tenido mucho contacto con goblins, aunque sí había visto correteando por los puertos. Normalmente los utilizaban de mensajeros, porque eran rápidos y escurridizos, aunque por otro lado la mayoría de las veces olvidaban el mensaje antes de llegar a su destino.
- ¡Vaya! -la Capitana cogió una miga de boyo de la mejilla del curioso personaje-. Parece que te has dado buena cuenta de nuestra comida -miró efímeramente a Adrian para que le confirmara que así había sido- ¿Y cómo vas a pagar por ella?
Kel sonreía, claramente estaba bromeando con el pequeño; solo con ver lo escuálido que estaba ella misma le habría invitado a coger de la cocina lo que quisiera. Ka caminó hasta la altura de Kel y llamó su atención.
- Kel, he registrado la entrada, pero creo que será mejor que no descarguemos nada aquí.
- ¿Por? -la Capitana hizo un gesto a Tom para que se acercara.
- No lo sé, es una intuición. El ambiente en el puerto puede cortarse Capitana. He preguntado, pero... -se encogió de hombros.
Tom llegó junto a ambas mujeres y Ka le puso al corriente. Había registrado el barco pero el comportamiento del Administrativo encargado de ello había sido bastante extraño, taciturno. No solía ser así en Carcosa donde toda mercancía era bienvenida. Dejando a ambos ocupándose de la administración devolvió su atención al pequeño polizón.
- Bueno, "Erg Dedoslargos" tu nombre no me inspira mucha confianza, pero puedo ver tus costillas y algo me dice que tienes hambre. Te propongo un trato, te invito a comer si tú me cuentas de dónde has salido y si mantienes tus manos alejadas de las pertenencias de toda mi tripulación. ¿Te parece? -Kel le tendió un dedo, ya que con la mano entera era lo que el enano podría abarcar, eso y porque en él no tenía ninguna joya que pudiera robarle.
- ¡Vamos! ¡Tuini, Will, Aman-Ida! Os quedáis de guardia. El resto, hay una posada aquí cerca de la que me han hablado muy bien.
- Capitana... -Ka levantó la ceja y Tom estalló en una carcajada.
Nada tendría que ver que en esa posada fuera uno de las competiciones de beber más renombradas de Carcosa.
*Tomo el relevo de Teron hasta que tenga más tiempo. Os narraré una miniaventurilla en la misma ciudad.
Adrian soltó al pequeño mientras kel, haciendo gala una vez más de su caridad con el necesitado, le ofrecía comer y acompañarles.
Pronto las actividades del barco se retomaron y Adrian se puso junto a Erg.
Habló elevando algo el tono, asegurándose de que la gente le escuchase.
-Ya que en este barco la prioridad siempre pasa por invadir la posada antes que una buena comida, acompáñame y al menos no desperdiciaremos lo que he estado preparando. Parece que al menos te gustó. Era muy notorio como había pasado en un momento de tratar al pequeño con condescendencia y paternalismo, a tratarle con aceptación y respeto, tan solo porque Kel había decidido afrontar aquel encuentro de aquella manera.
-Os alcanzo en seguida. Dijo dirigiéndose a la capitana.
Erg va a ser cebado, primero desayuno y luego comida jajaja. Quedo en el barco un momento por si sei tenia intencion de que earwen hablase o no como puso en su post.
Valak empezó a escuchar todo el revuelo y se fue a la cocina para ver todo lo que pasaba. Vio a Erg y levantó las cejas. ¿Otro más para la tripulación, Kel? Dijo divertido mirando a la capitana Pateas una piedra y salen diez nuevos piratas. Después volvió a mirar a Erg y le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Valak de Malak. Encantado de conocerte.
Mildred no tardó mucho en entrar corriendo en la estancia y vio a Erg, se fue corriendo al lado suyo, le dio una palmada en la espalda y le dijo ¿Cómo has llegado hasta aquí? Yo soy Mildred la piramaga y aprendiz de Valak. ¿Tú también quieres ser pirata? Si quieres puedes unirte a mi tripulación, la primera regla es: "Mejor patea un trasero primero y pedir perdón que no patear ningún trasero", La segunda regla es: " maldice siempre que puedas usando expresiones de piratas". Por ejemplo: ¡Por la meada de una ballena! O...
Valak ignoró a Mildred mientras recitaba cada una de sus reglas, a cada cual más excéntrica que la anterior y se puso al lado de Kel, Sabes eso de dejar guardia en un barco es una pena para los que les toca el palo corto. Toda tu tripulación debería poder ir a explorar... A lo mejor, cuando partamos de Carcosa se nos ocurre algo para ahorrar eso de las guardias y....Valak se rasca la barba, intentando recordar lo que quería decir y después de un buen rato exclama: ¡Ah, sí, la posada! ¿Cuál es el nombre? A lo mejor podrían venir los amigos a ese lugar...
Después gritó en alto: ¡Seijuro, Mildred!!!! ¡Venid!!!!! La niña se apartó corriendo y se quedó junto al mago. Valak que había vuelto a perder el foco, seguía hablando con un tono alto: ¿Entonces te ha interesado el tomo sobre la gravedad y el suelo, verdad? Usar la gravedad no es el método más común que usan los arcanistas para volar, pero creo que será la vía más adecuada para ti, debido a la senda que has estado recorriendo hasta ahora. A demás te permitirá obtener unos resultados inmediatos más espectaculares. Eso sin obviar las posibilidades defensivas que ofrece esta serie de métodos. Lo primero que desarrollarás será enormes saltos, más de lo que puedas imaginar, conforme vayas perfeccionando la técnica podrás convertir esos saltos en verdadero vuelo. A demás controlar podrás realizar alteraciones similares a otros individuos con mucha mayor facilidad. Pero me estoy adelantando. Ahora quiero que resumas los principios fundamentales expuestos en el libro y se lo expliques a Mildred. Misha, presta atención entender la gravedad será fundamental para que puedas volar con la magia de cristales.
Valak parecía pensar que esta situación era tan buena para discutir sobre teoría mágica. Mildred se metía los dedos de manera dramática en los oídos como si un ruido fuerte le hubiese dejado sorda: ¡Por la doble poya de un tiburón! ¡No hace falta gritar, sabes! ¡Estamos al lado!. Contestó mientras también gritaba
Seijuro se puso en tensión cuando vio aparecer a ese pequeñajo verde, y de poco no va a por él. Pero la reacción de Adrián y luego de Kel, aceptándole en la tripulación, le hicieron enarcar una ceja.
¿Qué… eres? le preguntó, y es que no había visto ningún goblin antes.
Luego Kel propuso ir a una posada a tomar algo, lo cual siempre era bien recibido por la tripulación y a Sei le hacía gracia ver a todos los marineros borrachos y a la Capitana ponerse un poco tonta.
Pero entonces Valak le llama junto a la pequeña piromana y Seijuro casi resopla de fastidio.
Ahora tenía que explicar lo que había leído del libro. Bueno, lo que Kel le dejaba leer. Por suerte o por desgracia había estado ocupada con mapas y cosas de Capitana y había podido avanzar bastante.
Bueno… mmm… la gravedad. La teoría es que usando las energías arcanas es posible ignorar la gravedad, y por lo tanto mover libremente el cuerpo por el aire, como si fuera una liviana hoja de un árbol.
Aún necesito practicar mucho, pero sí, creo que puedo saltar más que antes y controlar las caídas para no notar el impacto contra el suelo.
De aquí a llegar a volar… queda bastante. Pero supongo que lo que dice el libro es cierto. afirmó, porque al principio le costaba creer que fuera verdad, pero con los avances que había tenido, quedaba claro que era real.
Puedes alegrarte Mildred, ya no eres la más pequeña de la tripulación… dijo en tono jocoso, mirando a Erg.
Capitana, ¿estás pensando en dar barra libre a la tripulación? le preguntó, y es que luego había que pagar y se quejaba de los precios.
Y Carcosa no parecía barata precisamente.
Aunque después de nuestra última batalla, nos merecemos disfrutar un poco… le dijo guiñándole un ojo. Normalmente “un poco” significaba “desmadrarse”.
Mientras tanto, Earwen observaba al pequeño goblin con cierta fascinación.
Los elfos solían despreciarlos, pero su padre la había criado en un sitio en el que los prejuicios no tenían lugar.
Maese Adrián… no es nada importante… es sólo que quería asegurarme que estáis bien. En ocasiones el ritual que os hice deja algunas secuelas… dolor de cabeza, mareos, insomnio… ¿podéis dormir bien? preguntó algo preocupada por su estado.
Había estado realmente absorto mirando por la barandilla de la nave... Nunca había visto una ciudad así tan urbanizada, pues los puertos de los que había estado saltando hasta llegar aquí no eran ni por asomo de esa envergadura y esa majestuosidad -¡Ah!- aunque al final me sobresaltaría sin llegar a pegar un brinco de milagro cuando sentí a Mildred golpearme ligeramente cuando se acercó también mencionando lo grande de la ciudad -S-si... es enorme. Se ve i-increíble...- asentiría a sus palabras, volviendo a mirarla... aunque ahora más atento, no tan embobado. Y al escuchar a Valak... miré a Mildred de la misma forma que ella a mi, creo que ambos pensando lo mismo: Le habíamos dado cuerda a Valak para hablar, hablar, hablar... y luego hablar...
Pronto también se uniría a la cubierta Seijuro, que me palmeó la espalda y preguntó si estaba durmiendo de pie, poniéndome algo nervioso -¡N-no no, e-estoy despierto! So-solo que... nu-nunca vi una ci-ciudad así... e-es impresionante...- le comentaría al maestro marcial, quien me había estado enseñando mucho desde que partimos juntos en la nave... y aunque a veces podía acabar agotado, agradecía mucho su atención y enseñanzas -No te pre-preocupes... e-estoy bien, no ca-cansado- le comentaría para no preocuparle. Por suerte no me cansaba fácilmente... aunque sus entrenamientos a veces lo conseguían. Y asentiría agradecido a sus palabras sobre la comida... esperaría sin problemas a que Adrian se ofreciera a cocinar.
Entonces... al igual que todos por lo que se veía... me sorprendí de la aparición de aquel... ¿Era un goblin no? ¿Desde cuando estaba en la nave? Aquella aparición me dejó realmente sorprendido y sin saber bien que decir... Desde luego ya había aprendido que en esta nave cada día podía haber algo que me sorprendiera... pero siempre me sorprendía, valga la redundancia -E-esto... e-encantado... Erg...- le saludaría sin saber que mucho más decir.
En ese momento empecé a escuchar a Valak a hablar en "mágico" y... volví a desconectar un poco el cerebro. Había aprendido en este viaje que... a veces para soportar la alta capacidad de usar la lengua para hablar del mago, era necesaria desarrollar la capacidad de que sus palabras pasaran por un oído para salir por el otro quedándose con las palabras importantes. Por lo que entendí era algo de usar magia de gravedad o algo así... Creo... supongo...
Me acercaría a la capitana, sin saber ahora mismo que hacer... porque aparte de mirar la barandilla, creo que no me habían dicho nada -¿Ne-necesita que haga algo capitana? ¿De-descargar provisiones, recoger y a-anudar las velas... Ir a por tapones para Mildred?- terminaría preguntando, mirando a la aprendiz de maga que parecía necesitarlos para soportar las palabras de su maestro de magia.
Adrian sentó a Erg en su cocina, compartiendo con él la comida recién hecha, además, le sirvió deliciosas sobras de la cena del día anterior. para Erg fue todo un festín. Cuando el pequeño goblin estuvo satisfecho Adrian le invitó alegremente a que le acompañara a la taberna, donde el resto de la tripulación no habría tardado en empezar a beber. El elfo bromeó con el hecho de que erg pasaría de ser un famélico goblin a estar tan lleno que una mera gota de agua podría hacerle estallar.
Cuando legaron a la taberna Adrian no pudo evitar reirse ante la estampa, la competición de beber había tardado menos emnempezar de lo que esperaba.
Dejó a erg a su aire, que entendiera la situación y se acomodase, y se acercó al lugar donde kel y un enorme hombre competían.
-Capitana, dale algo de ventaja, no querrás terminar con él tan rápido, ¿no? Dijo para que todos fueran capaces de oirle.
Adrian sonrió y pidió una jarra de cerveza, uniendose al ambiente festivo y participando de distintas conversaciones con sus compañeros.
Al menos hasta que todo empezó a darle vueltas. Adrian supo que algo andaba mal. Los elfos tenían mas aguante del normal al alcohol, no había bebido como para encontrarse así, rápidamente supo que aquello no era la bebida, aunque no pudo hacer nada para evitar sus efectos.
-Otra vez no... Alcanzó a decir antes de olvidar lo que pasó después.
No se podía creer lo que Kel estaba a punto de hacer.
¿En serio pensaba enfrentarse en una competición de bebida con esa cosa?
Vale, estaba convencido de que podía ganar pero… ¿porqué le gustaba tanto llamar la atención?
Negó con la cabeza y sonrió cuando vio que empezaban a beber y vaciar vasos.
Seijuro estuvo atento también a los movimientos en la posada, no conocían el lugar y nunca se sabía qué o quién podría haber.
Pero en cierto momento, alguien le dio una copa, y viendo como todos se divertían, y Kel seguía a lo suyo, decidió no ser el aguafiestas y también bebió.
¡Venga Kel! ¡Es una competición de beber y no de dar sorbos! la picó entre risas esperando motivarla para que le diera la estocada final al grandullón.
Entre risas y copas perdió la noción del tiempo.
Lo que tu digas, Kel ¿Quieres que apostemos algo? Valak contestó con una sonrisa ante lo de la tripulación y después levantó la mano Por eso te digo, que podemos pensar en algo para que no haga falta hacer guardias, instalar un escudo mágico en el barco no lleva muchos problemas.
Después escuchó a Seijuro y volvió a levantar la mano Tus suposiciones están muy bien, pero un pequeño matiz, no eliminas la gravedad, sino que la alteras. Con los tejidos adecuados puedes tanto reducir como aumentarla en...
¿De qué me sirve esto a mi? Preguntó Mildred, que no había añadido ningún insulto a la pregunta.
Valak sonríe: Supongo que recordarás que hace unas noches me preguntaste si algún día podrías volar, a pesar de tus características. Bien, los principios son muy similares. Pero eso es tema de otro momento. La base de la magia de cristales es usar el mínimo uso de tejidos ya que estos tienen como fin ser los más versátiles posibles. Nuestro objetivo con los tejidos de gravedad que Seijuro va a aprender es conseguir la mayor versatilidad posible con el menor número de tejidos posibles. Aún estoy dudando de si darte directamente los tejidos o... Valak sonríe y mira a Mildred y está da unos pasos hacia atrás y pone cara de asustada.
¡OH NO, SEIJURO! VALAK NOS VA A MANDAR DEBERES...
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En el trayecto a la taberna, el mago no soltó prenda conforme a lo que le había ocurrido, en cambio vio que era buen momento para hablar sobre los principios teóricos de la gravedad, la física y matemáticas involucradas y la evolución histórica de la teoría mágica al respecto.
Cuando llegó a la taberna y vio como iba a ir la noche iba a discutir que no era el mejor momento para hacer un concurso de bebida, pero entonces escuchó las habladurías de los parroquianos y vio una mesa perdida en el fondo que el viejo Tom había ido y estaban jugando a juegos de azar, tipos de juegos en los que Valak solía tener increíble suerte. Fue de camino a la mesa del fondo mientras hizo levitar una cerveza hacia él ¿Qué daño iba a tener un par de cervecitas?
Yo en aquel momento no estaba entendiendo del todo que estaba pasando o de que estaban hablando entre ellos. Principalmente creo que estaban hablando de alcohol... por algún motivo. Aún me estaba acostumbrando a tener tantas charlas a mi alrededor e intentar prestar a todas no sea que alguien me preguntase algo sobre alguna de ellas -Mildred, ¿me pu-puedes ayudar con a-algo...?- le preguntaría a la chica en cuanto escuché que a lo mejor la ponían deberes... A saber que podía mandarle Valak entre tanta charla, me daba algo de lástima la chica y por eso la ayudaba a librarse de cosas así... Aunque seguramente también sería porque Valak me seguía dando miedo... En fin...
Cuando me di cuenta, vi que la cosa acabó en una taberna con una competición de beber alcohol... Cielo santo, ¿cómo habíamos llegado a esa situación sin darme cuenta? ¡Si además apenas bebo! Por presión social del ambiente, me pediría una cerveza... solo una... y aún así... Ya empecé a sentirme grogui por ella.
Después de las desventuras que había estado viviendo con la tripulación como parte de esta, aquel no sería el primer cadáver que por desgracia había visto. La habitación era todo un caos, las pinturas de las paredes me daban mal rollo, habían cosas tiradas y olía a cerrado y a alcohol y nada más...
Pero pronto Teron dejo de preocuparse por el lugar, sl ver que Mildred se asustaba y se caía de culo retrocediendo conmocionada. Preocupado, apoyaría una rodilla en el suelo a su lado y la envolveria en un abrazo...
Aunque el semiorco pareció quedarse durante unos segundos pensando que hacer ahora... hasta que apoyo una mano en su hombro palpeandolo suavemente. Incluso la pirrel de la mochila de este sacaria su manita para intentarlo -Tra-tranquila... tranquila...- diría algo nervioso pero queriendo ayudar... y un poco asustado miraría a todos, sobre todo a Adrián que decía que todo era sospechoso -¿E-esta... de ve-verdad esta...?- no quería decirlo en voz alta para no asustar más a Mildred.
Kel estaba testeando su nariz justo en el momento en que entraron en el dormitorio de Amourmine. Había recuperado de los bolsillos de Mildred todo aquello de lo que se había apropiado, devolviéndolo a su sitio sin que ella lo advirtiera. Justo cuando la puerta se abrió devolvía un hermoso cincel labrado colocándolo sobre una mesita fuera del alcance de la pequeña cleptómana.
A pesar de ello, su atenció se desvió rápidamente al cuerpo que yacía en el medio del dormitorio. Rápidamente evaluó lo ocurrido, la cuerda, el taburete, las marcas del cuello. Echó un rápido vistazo a la enana, seguía sin entender por qué debía acompañarles, esa no era vida para una niña, además era un incordio que no cesaba de cotorrear e inmiscuirse en cualquier sitio. Sin ir más lejos la noche anterior casi se coló en el camarote cuando ella y Seijuro estaban... ocupados. Por suerte Kel tuvo tiempo de cerrar la puerta antes de que la mocosa viera algo que todavía no debía aprender. Pero a pesar de ello dio un paso interponiéndose entre ella y la visión del cadáver.
- Así es, comprueba si respira Adrian -dijo con firmeza al elfo.
En ese momento de despiste Mildred se le adelantó caminando hasta casi el lugar del cadáver pero algo pareció aterrorizarla de una manera que jamás había visto en la enana malhablada. Mildred retrocedió dominada por el terror, pero tropezó y cayó de culo con los ojos desencajados y el rostro tan pálido como el de un cadáver. Kel miró a la pequeña aterrorizada a sus pies y a Teron consolándola; cogiéndola de la espalda de la camisa la levantó y la abrazó contra ella.
- Vuelve a hablar así de mal y te haré limpiar la cubierta durante dos meses -trató de normalizar la situación aunque apretándola contra su pecho-. Girasol sácala fuera, le pidió a la pirrel. Pero no abandonéis esta planta.
Tras ello la soltó, empujándola ligeramente para que saliera del dormitorio y asintió a Seijuro sacando sus espadas curvadas preparada para que descubriera lo que había bajo de aquella tela.