Partida Rol por web

- Gracias por el remiendo Musgo, y tranquilo que descansaré junto a los uncas. Además, ahora poco puedo hacer. Tengo que poner una cuerda al arco y comprar flechas y una buena daga... - sonrío, pero la verdad ahora mismo no soy el adversario mejor equipado si vienen a atacarnos. - Lo mejor que podemos hacer es buscar un sitio donde hacer fuego, comer algo y luego inspeccionar esto. Seguramente haya algo que nos ayude a saber dónde está nuestro amigo, si es que sigue con vida... Aunque los que aquí moraban eran malignos, temo por su vida la verdad.

Nienna no está con nosotros, y vagar por un sitio desconocido donde puede haber alguna trampa o sorpresa es peligroso. Musgoverde pregunta por Nienna y muevo la cabeza como signo de preocupación.

- Me preocupa Nienna, si le pasara algo no la escucharíamos y el hechicero puede rondarnos todavía. En sus ojos vi mucha maldad...

-Por eso salí a buscarlo -respondí a mis amigos-, porque sigo sin confiar en nuestra seguridad. Nienna salió porque no tenía a nadie que la respaldase en ese momento, pero ahora que todo parece más calmado y tanto los dos uncas como tú, Mut, necesitáis reposo, puedo permitirme dejaros a cargo de Musgoverde e ir a ver qué le ha pasado. Quizás Huesos pueda acompañarme, y si tengo problemas mandarle a buscaros o a avisaros al menos. Que Nienna no haya vuelto es muy preocupante, temo por ella.

Mientras hablaba, aseguré de nuevo mis pertrechos y me dirigí hacia la puerta por donde nuestra amiga había salido, intentando seguir sus pasos.

Pasaste a la siguiente estancia (5) y resultó ser un segundo dormitorio. En esta ocasión con dos camas y de aspecto algo más humilde que el anterior. Por lo demás, no parece haber nadie ni nada de interés.

Siendo así pasas a la siguiente estancia y… resulta ser un tercer dormitorio. Bueno, ya has averiguado donde dormía la gente contra la que habéis luchado. Este con una cama. Su el anterior era más humilde, este… parecía a medio construir.

Ya solo te queda una puerta la del fondo. Y esta está… cerrada. Pero el portón de madera tiene como una pequeña ventana con barrotes. Te asomas para ver lo que parece tratarse de una celda. Del techo cuelga una especie de cuenco del que brota unas hierbas de combustión lenta, cosa que produce algo de humo. Su olor es intenso, es… su olor es… algo que te produce mala espina, tu instinto te indica que quizá no sea bueno respirar eso. Hay un camastro, pero si que hay alguien, ya encontraste la persona que canturrea, pese a que hay un camastro se encuentra en el suelo en posición fetal. Y es… Si, es Farahail.

De pronto escuchas algo a tu espalda, te pones en guardia. Pero al poco ves aparecer a Axe por el fondo del pasillo.

Axe se pone al corriente, la situación al menos parece estabilizada. El montarás decido buscar a la medio elfa por si se ha encontrado con problemas. Y quizá de paso hacerse una idea de como es la situación en la que seguramente tendréis que esperar una hora.

Mut y los Uncas toman la sabia decisión de reposar. Y Musgoverde, aunque no sea un gran guerrero, tratará de cuidar de ellos. Axe sale de la sala para buscar a Nienna.

Sales por donde ella salió, no ves nada, decides ir hacia el norte, nada. Una sala vacía expecto por unas armas, comida, etc. Decides retroceder y tomar el pasillo en dirección sur.

Cruzas lo que parece ser una cocina, y al girar una esquina vez un nuevo pasillo con 4 puertas. Con tanta puerta no es de extrañar que Nienna tardara. Y es que te la encuentras en la puerta del fondo mirando por una especie de ventana con barrotes que esta posee.

No había nada interesante en ninguna de las salas, lo que suponía en parte una decepción pero también un alivio al no encontrarme con peligro alguno del cual defenderme. Prefería no tener problemas pero en esos momentos, también deseaba acabar con la exploración completa de aquel lugar y hallar el muchacho era lo único que podía darle algún sentido a estar allí.

La puerta del fondo estaba cerrada y por fin, al examinarla, encontré lo que buscaba. El muchacho estaba allí encerrado, y aquellas hierbas puede que sirviesen para dejarlo fuera de combate y que fuese menos beligerante. El por qué lo habían retenido era algo que se me escapaba, pero no me importaba demasiado con tal de haber logrado lo que buscaba.

Estaba a punto de gritarle cuando oí un ruido de pasos procedente del pasillo, por lo que me volví... a tiempo de ver a Axe. Sonriente, envainé la espada.

-¡Axe! ¡Axe! ¡Lo he encontrado! Está aquí. Farahail está encerrado en esta sala -le dije, volviéndome para ver si podía intentar romper la cerradura con la espada.

El animista dejó que Huesos fuera con Axe, indicándole al perro lo que debía hacer. Si había problemas, venir rápido a avisarle para que pudieran intervenir. Ya había funcionado el sabueso en otras ocasiones como enlace entre los miembros del grupo cuando se habían separado, por lo que Husos supo qué hacer. 

Entre tanto ellos no tenían nada más que hacer que esperar noticias o a qué los uncas y Mut se estabilizaran para poder salir de allí y encontrar un sitio mejor en el que poder sanar de sus heridas. Musgoverde se levantó y paseo de un lado a otro de la sala, comprobando que todo siguiera en orden, tranquilo, y que las vendas de los heridos no se movieran o requirieran de su atención.

—Voy a echar un vistazo por allí —le dijo al hobbit.

Me dedico a descansar de mis heridas, intentando moverme lo menos posible. Eso sí, como buen hobbit convaleciente intento estar lo más cómodo posible para que la espera no se me haga larga. Unas horas como mínimo para encontrarme lo suficiente bien para poder moverme y lograr llegar a un sitio seguro donde poder descansar. Musgoverde me avisa que va a echar un vistazo y le contesto:

- Sin problema, yo seguiré aquí con los uncas. 

Me sorprendió no encontrar a nadie enemigo en ninguna parte, dadas las circunstancias. Mi desconfianza natural y mi apego por la vida me hacían ser precavido, y avanzaba con toda mi atención puesta en mi alrededor a pesar de la aparente calma.

Escuchar a Nienna me tranquilizó, pensando que habría podido tener problemas mientras estábamos en la gran sala. ¡Y había encontrado al desaparecido!

Apuré mis pasos ya con la confianza de no estar solo. Aún así, en voz baja 

-¡Me alegra verte bien! Mut y los uncas necesitan reponerse, Musgoverde se quedó con ellos. Veo que la puerta está trabada... ¡Probaré a golpearla con mi martillo! ¡Prepárate por lo que pueda haber al otro lado!

Agarré a Rompehuesos con ambas manos, y cogí impulso hacia atrás, con idea de descargar el golpe en la cerradura de la puerta.

Musgoverde sale de la sala, te quedas solo con los animales heridos. 

Escuchas un porretazo lejano, como a madera romperse. Pero aquí poco puedes hacer ahora, solo esperar a recuperarte, quizá recapacitar sobre lo sucedido. Y aunque quizá no haya terminado todo, dentro de lo que acaba habéis tenido mucha suerte de seguir todos vivos.

Los Uncas heridos se te acercan para hacerte compañía.

Por la esquina del pasillo sur, llega ahora Musgoverde con huesos a la cabeza.

El montaraz llega corriendo y aprovechando su impulso, revienta la cerradura de la puerta con su maza. En su interior se puede ver... si. El muchacho, Farahail, en el suelo semiinconsciente. Del techo cuelga un cuenco con hierbas humeantes que como ha dicho Nienna, parece tratarse de alguna especie de droga aturdidora, habrá que tener cuidado de no respirar demasiado en esa estancia y sacarlo cuanto antes de este lugar, quizá sería buena idea reunirse con los heridos, este tiempo también podría ser aprovechado para que el muchacho se recupere.

El portazo me inquieta, por lo que agarro la empuñadura de mi espada corta, aún dispongo de la honda pero no tengo munición para ella. Debo reponer la daga y también la cuerda de mi arco corto, además de comprar flechas y un nuevo carcaj de mi tamaño. 

Los uncas se acercan y les acaricio la cabeza, hemos logrado salvarlos y ellos nos han salvado a nosotros. 

- Shamann, Viento. Debéis descansar y reponer fuerzas. Luego iremos a comer algo y en unos días estaremos recuperados.

Al irse Musgoverde me siento un poco inquieto, porque no conocemos todos los recovecos de esta madriguera de malhechores. Aunque estoy reposando sigo pendiente de lo que hay a nuestro alrededor, fijándome en la sala a ver si veo algo que llame mi atención. 

El olor vino a mí en cuanto la puerta quebró.

-¡No respiréis, cuidado! -dije, y yo mismo contuve mi aliento. Quedarnos allí dormidos como estaba Farahail no era el mejor de los planes.

-Musgoverde, ya que has venido, ayúdame a llevarlo a la otra sala! - de nuevo contuve el aliento, intentando respirar lo menos posible.

Farahail no pesaba mucho, lo alcé por los brazos esperando que Musgoverde lo elevase de las piernas. Lo transportaríamos rápido junto a Mut y los uncas. Ya habría tiempo de hablar.

Cuando se le pasase el aturdimiento, seguro que tendría cosas importantes que decirnos.

En cuanto Axe rompió la puerta, entré justo detrás de él a toda velocidad, conteniendo la respiración, y me dirigí hacia el muchacho, que estaba inconsciente o casi, en el suelo. Las hierbas que colgaban del techo debían tener algún efecto somnífero y podía afectarnos a todos, por lo que no había tiempo que perder y agarré a Farahail de los brazos para sacarle de allí arrastras.

Axe, que era más fuerte que yo, decidió cogerlo y cargarlo, y con ayuda de Musgoverde terminamos de salir todos de allí.

Solo cuando estuvimos a unos metros de distancia de la estancia, me permití volver a respirar.

-Aún no sabemos por qué demonios lo secuestraron y el motivo para tenerlo encerrado. Me parece de lo más incomprensible -comenté, sintiéndome molesta con que se nos hubiese escapado el líder del grupo que lo había hecho. Pero cuando Farahail hablara, esperaba que terminásemos por entender lo que estaba sucediendo.

Nienna encontró a Farahail encerrado bajo llave en una de las habitaciones. Además habían sometido su voluntad con una hierba humeante. Tardaría un rato en reaccionar y que no pareciera que estaba borracho.

Por lo demás, este lugar estaba ya libre de enemigos. El pez gordo había escapado si, pero con el recuerdo de la daga de Mut clavada en el muslo. Quizá supierais más de él en el futuro o quizá no.

Permanecisteis alerta una hora en el gran salón, hasta que los heridos se recuperaron lo sufiente como para poder caminar, y eso incluía al Farahail y su lucidez. Y desde luego que tenía una historia que contar.

Tal y como os contó su padre había ido a la granja de su amigo, y tal y como el hombre de la granja os contó, partió un poco tarde. El trovador, ya con la luz del día menguando, se fijó en una luz en lo alto de una colina. Farahail es tan incauto como curioso, y se fue a cotillear.

Descubrió este lugar, se extrañó de no saber nada de él, encontrándose relativamente cerca del pueblo. ¿Quién guardaría un sitio así en secreto?

En un momento en el que estaba escondido observando, llevó un extraño viajero, y escuchó la conversación. Bueno, o parte de ella. El viajero parecía traer noticias, estaban hablando de números de soldados, de fortalezas y distancias. Se alarmó al sospechar que se trataba de una especie de espía. Asustado se decidió a regresar, pero al pisar una rama esta crujió, lo apresaron y lo encerraron en la habitación. Le dijeron que iban a preparar un ritual, uno del que no saldría con vida.

Y aquí termina el resumen de su historia. Nienna le dio a Mut un carcaj con 20 flechas que encontró en otra de las habitaciones. Y Repartió con todos un botín de 100 monedas de oro. Con lo que salís a 25 cada uno. Farahail no quiso nada, ha había tenido su recompensa con que le salvarais la vida, cosa que os agradecería siempre. (inventario ya actualizado)

Ni que decir cada lo contento que se puso su padre al regresar al pueblo. Ya que no quisisteis su dinero, lo dispuso todo para celebrar un banquete, en el que tampoco faltó carne en abundancia para los podres Uncas que casi no sobreviven a esta aventura.

Y esto es todo amigos. Cada vez estaba más claro de la amenaza proveniente del este, pero… se trataba de algo de dimensiones que superaban a la de 4 aventureros, por osados o aguerridos que fueran. ¿Y el siguiente paso a dar? Tal vez seguir hacia el norte. No se encuentra lejos la ciudad blanca, una maravilla con múltiples murallas de la que habéis oído hablar últimamente, pero esa… será una historia que será contada en otro momento.