Partida Rol por web

Tiro con arco? En serio? Pensaba el Kobold, miró a ambos lados haciendo como que tensaba la cuerda esperando a que el público se aburriera de mirarle haciendo estiramientos y pasará a ver a otro concursante. Y "ZAS" tomando la flecha con su zarpa tiraba a lo bruto la flecha como si se tratara de una jabalina con plumas.

Y le fue bien en los primeros tiros, mientras la gente maldecía perderse siempre el tiro de Tsien, pero entre tiros siempre era lo mismo, mil estiramientos y juegos con el arco antes de disparar con su zarpa en espera de que nadie le mirara. Almenos, hasta el último intento, tenía una enorme puntuación y se creó un grupito de fans,que no le quitaban los ojos de encima ni medio segundo.

El sudor resbalaba entre las escamas del reptil sin ver posibilidad de hacer su lanzamiento... Y después de veinte minutos, cuando el "mono" de beber licor de dragón volvía, el gran dragón se rindió ante la imposibilidad de lanzar con su zarpa aquella última flecha. Intentó disparar con el arco y... Un juez fue hospitalizado por recibir un flechazo en el culo.

Contra todo pronóstico sus fans aumentaron, asegurando que era intencionado, y su forma de quejarse porque ningún árbitro le hubiera prestado atención a sus anteriores lanzamientos. "Ha perdido a propósito" aseguraban sus fans, que comenzaban una huelga en honor a "su dragón", una huelga en la que de algún modo, Tsien se quejaba del poco licor de dragón que les servían a los participantes.

Una vez más, Tsien enseñaba algo al mundo. LO IMPORTANTE NO ERA GANAR, ERA BEBER LICOR DE DRAGÓN CON LOS COLEGAS.

A lomos de su enorme animal, el caballero pasó a un ritmo tranquilo, mientras saludaba a la multitud con un aire de humildad y fuerza en iguales proporciones, realmente le encantaba esto. 

Además de que no había mejor forma de mantenerse bien físicamente para ambos que combatir juntos en un torneo de caballería, no lo hacía por mostrar su galanura, si no por tener pupilos a los que enseñarle a combatir. 

La hija del archiduque no podía ser más discreta en su llegada. Trompetas, carroza, el griterío de la multitud, todo aquello simplemente para dejar claro que era una figura importante en la ciudad y bastante apreciada. Como si el aprecio fuera algo importante. Fruncí el ceño al observar aquel detalle porque el afecto era un sentimiento inútil, el cual solo servía para despertar los celos, los cuales si que eran interesantes. Sin embargo, dónde uno vivía el otro acechaba, por lo que permanecer cerca de esa niñata podría resultar útil y decidida a captar su atención invoqué una figura de luz violácea delante de su camino, lo que supuso que Corina se detuviera y los guardias menos sagaces se pusieran alerta. Desgraciadamente la figura no parecía querer complacer sus ansias de lucirse frente al gentío y en su lugar comenzó a bailar. Era un baile repetitivo e insulso, cuyo único efecto significativo era que la figura jugaba con su cabeza de un extremo a otro de sus brazos. En resumen, una mera distracción o un entretenimiento para las masas que bien podría haber sacado a relucir durante mi presentación, pero que al hacerlo ahora me servía para captar la atención de la princesa al ser la única que movía un dedo conforme la figuraba bailaba. Hasta que sabiéndome exitos cerré el puño obligando a la bailarina a esfumarse al "fallar" su movimiento y caer su cabeza al suelo. - Suficiente. ¿No os parece? Pregunté y avancé hacia ella, lo que no fue bien recibido por los guardias que saltaron de inmediato para "proteger" a la princesa. Seguía habiendo muchos rencores hacia mi raza por la antigua guerra y ella no dejaba de ser la heredera. En cualquier caso, aún enfrentada por diez lanzas decidí entregar mi mensaje. - Luz y oscuridad. Dos caras de una misma moneda que todo buen gobernante debería saber diferenciar. Princesa, ahora vivís en la luz y por eso sois incapaz de hacerlo en la oscuridad. Golpeé suavemente la punta de la lanza como una forma de reafirmar mi argumento, sin siquiera lograr que el custodio desviara su arma. - Imagino que vuestros educadores os lo habrán comentado en alguna ocasión, mas seguro que las palabras no habrán continuado con el permiso para seguirlas. No, los que viven en la luz temen y odian la oscuridad del mismo modo que el sol lastima mis ojos. - dicho lo cual me aseguré de bajarme un poco más la capucha - Es por ello os ofrezco mi consejo princesa. Para que así vuestros protectores no teman que corráis el riesgo que supone sumergirse en la oscuridad. Tras esas palabras, casi pudo verse un pequeño atisbo de sonrisa, toda una provocación a los guardias quiénes únicamente necesitaban un gesto hostil para intentar ensartarme con sus armas. Era evidente que la pelota estaba del lado de Corina y que, escogiera lo que escogiera, sería delante de todos y ello la condicionaría. "Habláis como si necesitara la corrupción para escoger con sabiduría." - Habláis como quién no ha visto los estragos que un paladín puede ocasionar en su lucha por la justicia - le repliqué - Cuando los orcos atacaron, eran los malos porque invadían vuestras tierras, pero cuando sus aldeas son devastadas por los exploradores y "aventureros", no pasa nada porque son por el "bien y la justicia" ¿me equivoco? - esto iba ir para largo y por eso opté por apoyarme en mi bastón - O quizás prefiera usar a mi raza para replicar, hacedlo por favor. La animo dando a entender que era una trampa, pero dado que no quería precipitar conversaciones futuras opté por dejarle la elección y optar por ignorarme seguro que era una opción muy tentadora, aunque dejar de lado mi propuesta seguro que no era la jugada más inteligente, lo que únicamente le dejaba una opción. "¿Cómo os llamáis drow?" - Dinirineld Valym. "Consideraré vuestro ofrecimiento Dinirineld Valym." - Como deseéis. Era la opción más adecuada teniendo en cuenta las circunstancias. Evitaba enojar a nadie, le permitía considerar la propuesta tal y como había declarado, así como buscar consejos de terceros, si es que los necesitaba. Por eso dejé de apoyarme en la madera y regresé junto al resto de contendientes, quienes seguro intentarían jugadas similares tras ver mi actuación.

El Kobold escuxhó a la drow y le pareció que estuviera hablando de los propios Kobold por un momento.

Cuando las lanzas se acercaron más a la drow, el joven dragón dio un paso adelante por detrás de la mujer dejándole hablar, ofreciendo su intimidante aura a quienes le amenazaban.

Cuando esta acabó el Kobold tomó la palabra - muy shuave con tush palabrash, no mencionash lash multiplesh veces que razash como lash nueshtrash intentaron shembrar camposh para dejar atrásh losh malosh hábitosh, camposh que fueron quemadosh o shaqueos por humanosh jushtificando que esho sholo daría poder a lash razash "hoshtilesh" para preparar un nuevo ashalto...

El Kobold había vivido varios asaltos humanos y había quemado (y comido) a más Kobold de los que pudiera recordar, pero claro, para los humanos, su raza era una plaga. Saquear era el principal medio de vida Kobold, pero habían estudiosos que no les veían de esa manera y Tsien había conocido en sus viajes a alguno de esos impresionantes humanos que manejaban Kobolds como marionetas.

- Eshta demoshtrado que losh Kobolds son una mano de obra excelente, shi she lesh tiene en consideración. Poderoshosh magosh han aniquilado al jefe Kobold de una aldea, que shon quienesh tienden a dar órdenesh de shaqueo y acogido a pequeñash tribush bajo shu mando. Manteniendo a todosh bajo shu protección... Shuelen ser humanosh egoishtash y cruelesh contra otrosh humanosh como shi bushcaran venganza por como lesh trataron shush shemejantesh. Linaje me hace penshar a menudo que losh términosh bien y mal eshtan muy manipuladosh en favor a vueshtrosh propiosh intereshesh.

Alzó sus manos señalando todo lo que le rodeaba - he shido atacado múltiplesh vecesh por guardiash que no han querido creer que un Kobold quishiera sholo vishitar una ciudad. Guardiash a losh que he tenido que derrotar y malgashtar en ellos mi don de dragón para curar, por tal de que otrosh vieran que no tenía mala voluntad. Y aunque en eshte cashtillo no me ha pashado, he preshenciado malash miradash.

Se giró a ver a sus fans ganados en unas u otras ocasiones, invitados a licor de dragón en la taberna o quiénes venían a un revolucionario en su tiro fallido al culo del juez.

- ¡Pero el mundo eshtá cambiando! - enfatizó de repente mostrando su mejor sonrisa reptiliana - grandes pershonash de hoy reconocen a los mejoresh líderesh shin preshtar atención a shu raza ¡Hombresh humildesh con shush problemash, pershonash canshadash de que lesh digan que todo esté perfecto mientrash eshtan pastando hambre! *¡Niños que shiguen a alguien como yo diciendo querer sher grandesh dragonesh como Tshien KShar!

Se giró de nuevo hacia la festejada orgulloso - hoy, tú que subes a un habitáculo blanco brillante, debes prepararte, porque si me es posible, me aseguraré de que se vuelva gris.

Algún día las razas no pelearían entre ellas, incluso si se debía lograr a base de golpes.

Y finalmente la noche llegó y, con ella, el final del torneo. Los organizadores habían preparado un gran banquete para todos los participantes, aunque tras todo el día teniendo que aguantar el maldito sol, no tenía muchas ganas de celebrar nada. Por eso me había sentado y tapado al máximo con mi capucha, intentando que el estruendo de los músicos pasara con rapidez. Quizás de haber tenido un día como era debido pudiendo dormir tranquilamente, entonces habría disfrutado del buen vino, el cerdo asado, el venado a la cerveza o los cangrejos, pero en la situación actual lo único que deseaba era poder descansar.

De hecho, lo único que me mantenía aquí era el saberme entre los mejores del torneo. Eso significaba que iban a darme un título, dama del fénix o algo así, que luego me permitiría disponer de una posición frente a los ciudadanos de esta ciudad. Más aún, la princesa aún no me había dado su respuesta e imaginaba que podía dármela tras el nombramiento de dama, pero para eso debía aguantar todo este paripé. Era exasperante, cierto, aunque las venganzas no son para gente impaciente y para la mía necesitaba reunir mucha más fuerza de la que ahora disponía.

Así que soporté el mal trago. Escuché al gobernante dar su discurso. Me levanté. Me arrodillé cansada. Esperé a los tres toques mientras anunciaba a todos los asistentes mi nombramiento como dama. Me levanté. Regresé a mi asiento. Y volví a esconderme bajo mi capa a la espera de que los jueces dieran los resultados finales y terminara todo esta pérdida de tiempo.

En todo el día, nadie quiso desafiarlo, nadie se apuntó a la lucha, nadie quiso pelear con él, jo era muy Bravo o todos era cobardes... 

No valía la pena, una victoria conseguida sin la dificultad de un desafío no valía la pena, ni el tiempo del soldado, a fin de cuentas, se aburrió rápido de todo esto. 

Viendo que el animo del publico decaia Melisae se resigno a participar en la barbarica representacion de patear goblins, despues de todo necesitaba ganarse el apego del poblado si iban a convencerlos de ayudar a reparar la fortaleza o incluso conseguir algun nuevo y valiente soldado, alcanzo uno de los ultimos lugares en el evento, al estar el primer saco en su lugar solo susurro, es por el bien de la gente, tomo impulso y dio su primera patada, la patada no fue tan mala, pero la falta de concentracion de la clerigo hizo que le diera una mala patada y ella fuese quien sufriera por ello, se rompio el pie con la primer patada, estoicamente se retiro para poder curarse con clama ella misma, a pesar de ello su cometido real fue cumplido pues la gente se lleno de animo al tener algo de que reirse.

Estando sin nada que hacer Colmillo decidio probar suerte con el arma de las flechas pues al ver al kobold lanzar con tanta maestria, penso que  tal vez ella tambien podria usar ese complejo aparato, tras superar el problema de colocar las flechas empezo a encontrar sencillo el uso de aquella arma, la flecha volo y se clavo con fuerza eso alegro a la licadeudo, repitio su tiro de suerte una vez mas y cuando al fin entendia como funcionaba logro atinarle a la pata de la diana, eso la hizo molestar pero no se iba a rendir tomo la flecha para lanzarla contra el ultimo objetivo y la solto, solo la flecha dando por terminada su ultima actuacion con el arco golpeando su propio pie, resignada se fue a tocar su laud jurandose que algun dia dominaria el arco.

No tenía intención de participar en los torneos, pero viendo que Kraden iba a presentarse a las pruebas de caballería, Darvin vio la oportunidad de luchar contra él, algo que llevaba tiempo deseando. Había visto al caballero en combate, su sangre fría y su instinto táctico. Dudaba que pudiera vencerle, a no ser que la suerte se pusiera de su lado, sabía que el caballero tenía más experiencia en combate a caballo, pero tan sólo luchar contra él era una oportunidad de perfeccionar sus habilidades.

Corrió a apuntarse, y por suerte, tenía su caballo cerca.

Cuando le tocó el turno de presentarse, entró a lomos de Janto y se acercó al centro del coliseo.

-Hola. Soy Darvin Tallstag. He venido a luchar.-Dijo, mirando al público, en lo que sanaba a medias como un grito y un susurro. Los discursos no eran lo suyo, y no se le ocurría mucho que decir. La atención de tanta gente, desde luego, no le estaba sentando demasiado bien. Tras unos momentos, en una ocurrencia de último momento, decidió levantar una de sus espadas en alto y agitarla en lo que esperaba que pareciese un gesto triunfal.

Darvin se había distraído tanto con el resto de atracciones de la feria, que casi se había perdido su oportunidad de luchar.

Llevó su caballo al lugar en que se estaban produciendo las pruebas de caballería  y montó cuando ya estaba en el coliseo. Se dirigió a Kraden y dijo.

-Caballero Kraden Uth Greenthal. ¿Acepta batirse en duelo conmigo?-No sabía si eso era exactamente la fórmula apropiada, pero al menos esperaba que sonara adecuadamente formal.

Estaba de cepcionado de todo, cómo si nadie tuviera el valor de enfrentarse a su persona, estaba claro que nadie quería desafiarlo, pero al voltear y ver entrar a su colega, el explorado, y ver su intención de luchar, sacó una sonrisa en el rostro.

-Darvin Tallstag, yo acepto tu desafío a luchsr-

El caballo se levantó sobre sus cuartos traseros, haciendo gala y emocionado también por la emoción de su jinete ante lo que estaba por acontecer, dos que pelearán cómo uno, listo para cargar contra el adversario, que sólo por que es su amigo, no se detendría hasta derrotarlo. 

Nervioso, Darvin dirigió su caballo hacia el lugar designado y aceptó la lanza de justa que le ofrecieron, colocándola, esperaba, de la misma forma que había visto a los caballeros hacerlo en las pocas ocasiones que había visto un torneo.

Sabía que los caballeros con más habilidad podían dirigir sus golpes a los puntos débiles de sus contrincantes, pero pensó que lo más seguro en su caso era dirigir su golpe al pecho, donde era más dificil que fallara.

Cuando Kraden también estuvo en posición y preparado, azuzó a su caballo y se lanzó hacia él.

Se escuchó cómo su bestia clava los cascos firmemente en la tierra, saliendo en un furioso galope, Kraden iba poseído por los dioses mismos para luchar contra aquél amigo, era una justa y no tendría piedad con el.

Pero siempre se tiene que respetar la vida del oponente, sin duda alguna cumplir el código de caballero era su prioridad, mientras sus espada destellaba bajo el sol, rápida cómo un relámpago plateado surcando el cielo nocturno. 

La lanza de Darvin logró golpear el pecho de Kraden. Había conseguido hacer eso correctamente. Pero su golpe no fue lo suficientemente centrado, o quizás no había sujetado la lanza de justa con la suficiente firmeza, porque la punta simplemente resbaló sobre el peto del caballero.

El golpe de Kraden, en cambio, si había sido mucho más acertado técnicamente. Por lo que le habían dicho después. Lo que Darvin sabía era que había notado el golpe en el pecho, y que luego había volado por el aire y el mundo había pasado de vertical a horizontal en un instante. O probablemente él lo había hecho.

Cuando logró orientarse de nuevo, llenar sus pulmones de aire y ponerse en pie, el coliseo ya estaba victoreando al campeón de la justa. Cogió las riendas de su caballo, que se había acercado a inspeccionar si su jinete aún seguí vivo o no, y se acercó caminando al caballo de Kraden. Al llegar junto a él, alzó su mano para tendérsela al caballero.

-Parece que no he ganado en esta ocasión. Pero me alegro de haber podido competir contigo. Y me alegro de tener al campeón cubriéndome las espaldas cuando salgamos de aquí. Buena suerte en el resto de la competición.

        - ¡Bravo caballeros!    ¡Todo un muy honorable duelo entre ustedes!    ¡ Asi que seria  un honor para mi que aceptaran mi reto! -      Dice con seguridad, aplomo y valor la paladina con armadura excepto el yelmo para poder ser reconocida la bella rubia no solo por el escudo nobiliario Brightblade

-Para mi será un honor aceptar su reto mi Lady-

Dijo el caballero después de ayudarle y sonreír le, estrechando su mano para expresar su honor y lealtad a su amigo.