Partida Rol por web

La abuela era de armas tomar, pero no solía matar a nadie... Solo esperaba que siguiera siendo así. Cumplir con la misión era lo más importante en esos momentos, por lo que salí por patas del lugar, alejándome todo lo posible. Una vez fuera, miré a mi alrededor, tratando de recordar dónde había dicho el abuelo que nos encontraríamos y poniendo rumbo hacia el lugar. -Espero que Xandra aguante- sabía que una Anko enfurecida sería mucho más rápida que yo.

Trato de aguantarlo, pero el golpe ha sido demasiado fuerte y preciso, golpeando en pleno estómago. Con varias arcadas, echo todo lo que tengo en el estómago. Al menos ahora debería ser más ligera.

Miro con odio gélido a la felina. Y a continuación me limpio el vómito de los labios y comisuras con el dorsal de la mano desnuda. 

Sujeto la lanza con rabia y vuelvo a cargar contra la felina. 

Vuelves a atacar a Anko, pero esta vez la felina se ve sobrada para evitar el ataque de tu lanza. Además, te das cuenta tarde de que este lugar es demasiado estrecho para usarla bien.

 ¿Eso es todo? ¿Ni golpes potentes, ni saltos a lo dragontino? Qué decepción, tu padre me daría mucha más pelea. Aprende cómo pelea una guerrera de verdad.

La felina hace girar el cepillo con gran destreza, distrayéndote lo bien que lo maneja. Tanto que no ves venir el potente golpe que te asesta en la boca del estómago. Fue tan fuerte ese golpe que saliste despedida, subiendo las escaleras y cruzando la cocina, hasta salir atravesando la puerta trasera. Yaces en el suelo del jardín trasero, completamente derrotada. Puedes ver, algo borrosa, que Noriko está en la calle, viendo cómo acabaste.

Cuando te preguntas si Xandra estará bien y si podrá aguantar ves que ésta sale despedida atravesando la puerta trasera, de mala manera. La chica yace en el suelo del patio trasero, completamente derrotada. Desgraciadamente no te sorprende mucho, pues tu abuela es increíblemente fuerte, sin embargo esperabas que Xandra la entretuviera un poco más..

Paré en seco la carrera cuando vi salir volando por la puerta a Xandra. -Mierda- era una de las palabras que no me dejaban decir, pero ahora no había nadie que pudiese reñirme. Sabía que la abu no tardaría en salir después y buscar su delicioso y suculento tesoro.

-¡Me voy!- cogí la bolsa con fuerza y salí corriendo de allí todo lo rápido que pude. Aunque fuese pequeña, siempre me decían que parecía un hámster con cafeína.

Noriko no lo dudó un instante y escapa con todas sus fuerzas junto al botín. Siempre lo decía mucha gente, Noriko era como un hamster con cafeína, y ésta vez más que nunca pues logró escapar a gran velocidad. Al torcer la esquina allí estaba el carro de escape, conducido por Irvine. En ella esperan Sharabell (magullada e inconsciente, aparentemente agredida por Anko) y Viela (está intacta).

 ¡Vamos, sube! - exclama - ¿Dónde están los demás?

Irvine: No os preocupéis, Anko no les hará nada malo. No es una asesina. ¡Vamos!

Irvine agita las riendas y salís escopetados del lugar. Habéis logrado escapar con éxito, con buena parte del botín. Lo suficiente como para considerar esta misión como un éxito.

-Han caído en combate- pese a mi tono agudo e infantil, traté de poner una voz grave para darle más énfasis a la frase mientras estiraba la mano para que me ayudasen a subir al carro.

Había conseguido escapar de una pieza, era un milagro. Pero todavía no había que cantar victoria.

-¡Yayo! ¡Haz que esos caballos vayan más rápido!- miraba fijamente el lugar por el que había dejado el lugar, esperando ver aparecer en cualquier momento a una yaya Anko muy muy enfadada.