Partida Rol por web

Herejía, idolatría y pecado... ambición desmedida, abandono de la fe y oscuridad...

Todo ello y más observaban los ojos de un Dominique aterrorizado por lo que veía. Bajo sus pies, en una vertiginosa lejanía, el hombre dejaba de ser hombre, y se convertía en un lobo para el hombre, en un ser que se alejaba cada vez más de Dios y se dejaba seducir por las tentaciones que el ángel caído situaba a su alrededor. Como necios blasfemos se dejaban engañar y se despreocupaban de velar por sus almas, consumiéndose en una espiral de cenizas y humo que habría de terminar sin duda en un desgarrador baño de sangre.

Y sobre aquella macabra escena, una atronadora voz que advertía de las desgracias que deberían acontecer, del día en que los hombres abandonarían al Padre, y ya nada podría hacerse por su salvación. ¡Aciagos días que conducirían al final de los hijos de Dios y los conducirían a su condenación eterna entre las llamas del infierno!.

Incapaz de pronunciar palabra alguna, con el alma entristecida por lo que acababa de ver, el monje no pudo hacer otra cosa que cerrar los ojos y caer al vacío, mientras un rastro de plumas de sus alas quedaba tras de si danzando en el aire.

No somos dignos.

Sabias palabras... Espero que el monje las haya analizado como es debido.

Esto es lo último que puedo pensar, antes de darme cuenta de que caigo de forma irremediable hacia mi cuerpo. La verdad es que todo esto ha sido muy raro. No sé si sigo vivo, estoy muerto, o que ocurre, pero, al menos, ahora mismo, poco puedo hacer, por lo que intento tranquilizarme mientras caigo.

Un sin fin de imágenes me vienen a la mente mientras caigo. Las que cobran mayor fuerza, son las últimas que he visto. La tienda en llamas, los cuerpos de mi padre y mi abuelo, mi espada... ¿Qué habrá sido de mi espada?....

Todo esto parece carecer de importancia ahora. Si sigo vivo, cuando caiga al suelo, moriré de forma irremediable. Nunca pensé que moriría así, pero al menos, es mucho mejor que algunas de las muertes que había pensado que acabarían conmigo...

La caída prosiguió. Empezó a verse cercano el suelo y cayeron hasta el punto anterior a ver sus caras aplastadas contra él.

Despertaron sobresaltados y empapados en sudor.