Partida Rol por web

Tras un chasquido de dedos la cueva se vio inundada por baño de luz azulada que disipó por completo las tinieblas. Para vuestra sorpresa, tras donde estaba el círculo rojo se encontraba alguien, un hombre de ropajes extraños, alto, de constitución fuerte y con algo en la boca que desprendía humo, era como una pipa pero ¿más sofisticada y pequeña?

Aquel tipo tenía que ser extranjero, aquella ropa tenía cortes que nunca habíais visto, y el olor que desprendía... ¡era la primera vez que teníais a alguien así!

Recogido en su brazo tenía una túnica negra harapienta.

- ¡Buh! - dijo mientras sonreía de nuevo y daba una calada inundando de nuevo todo de humo.

Estuve a punto de dejar volar mi flecha hasta su cabeza.

Perdona, creo que "Buh" no es un nombre. ¿Quién eres?

Instintivamente dejo caer las piedras y llevo mi mano a la Ballesta, apuntando con ella al fulano que tenemos delante.

- Será mejor que respondas a la pregunta. - le digo.

--Eso mismo, empieza por tu nombre y luego di como has llegado hasta aqui- digo sin moverme, la verdad es que estaba bastante sorprendido.

Ziba miró con los ojos bien abiertos a aquel hombre que había aparecido de pronto, le dio un pequeño espasmo cuando dijo "Buh", luego lo miró de arriba abajo, portaba unas vestimentas extrañas, ¿quien era aquel hombre?, sus compañeros comenzaron a preguntar por lo que permaneció callada pero con su mirada aun puesta en él

El hombre dio una larga calada y volvió a expulsar humo.

- Por favor... cuanto estrés detecto en vuestras jóvenes cabezas... ¿para qué tanta prisa?¿qué mas da un nombre? lo único que importa es que he vuelto - se hace crujir los huesos del cuello que por su sonido podéis adivinar que están muy entumecidos.

- Ni si quiera me dejáis acabarme este cigarillo... ¿sabéis lo bien que sienta? y más cuando pensé por un momento que no iba a lograrlo... uff... esos dos amigos vuestros, sí sí, los que murieron, su voluntad interna casi hace que mis planes se vayan al traste, menos mal que tenía un plan B por si las moscas, da gusto que todo salga según lo pensado - seguía embaucado con su cigarrillo mientras os miraba, os disteis cuenta que todo lo que hacía lo desempeñaba con mucha calma y tranquilidad, era como el hombre con más paciencia del mundo (y también el más extraño).

Ziba iba abriendo los ojos de par en par a medida que el hombre misterioso hablaba, ¿todo había sido una trama para que él fuese liberado?, ese libro...y...

- La señorita Bariday... -casi se le quebró la voz al nombrar a aquella que supuestamente había cuidado de ellos. - ¿todo era una trampa?... - hizo una breve pausa, tragando saliva. - ¿A qué habeis venido?...

---Mas que estres es ganas de salir de este agujero- digo  mirandole y luego abarcando la sala entera- como puedes apreciar estamos encerrados aqui y el humo de tu cigarillo me molesta bastante.

- ¿Estrés? - digo mirándolo fijamente. Te equivocas. No es estrés. Este es mi estado natural.

- Y ahora contesta a las preguntas de una puñetera vez si no quieres ser un maldito colador. - añado apuntándole con la Ballesta con el dedo en el gatillo.

- Última oportunidad.

Tensé un poco más el arco.

Responde, como te han dicho los demás. ¿Regresar de dónde?

Al cigarrillo de aquel desconocido ya le quedaba poco uso ¿qué hará una vez finalice?

- Ah... mi querida señorita Bariday, siempre tan leal y eficaz, buena mujer, os lo digo en serio ¿eh? si no confiase ciegamente en ella me hubiera visto incapaz de hacer todo esto, a fin de cuentas las asistentes están para algo - comentó mirando a Ziba.

- Y muchachito - dijo mirando a Coren - no tienes NI IDEA, del estrés que produce estar encerrado aquí durante décadas ¿a que no sabes lo que es eso? así que no llores más que tu madre no está aquí para oírte.

El tipo seguía tranquilo, no sentía que fuerais una amenaza.

- No me dais ningún miedo, y mucho menos vuestras armas prehistóricas... ahora que tengo de nuevo mi poder... hará falta más que eso para detenerme ¡mucho más!, así que con vuestro permiso... o sin el, voy a marcharme de aquí con algo de estilo, mi cautiverio ha llegado a su fin y es el momento de terminar lo que he comenzado, y no os preocupéis por vuestra vida, mi recompensa por liberarme es el perdón... y vuestra libertad -

La actitud arrogante del fulano ese ya me ha inflado las narices.

- Atentos. - digo disparando la Ballesta en dirección a la mano del puro con la intención de ensartar este a la mano, o a la boca si fallo un poco el disparo.

El virote de Storm pasó muy cerca del cuerpo de aquel desconocido, lo suficiente como para que éste frunciera el ceño y tirase el cigarro al suelo desprendiendo unas pocas chispas incandescentes.

En un abrir y cerrar de ojos y tras un chasquido de dedos una de las paredes de la cueva se derrumbaba a la vez que una especie de portal arcano se materializó justo a su lado, aquella "puerta" desprendía una radiante luz azulada que iluminó por completo el complejo subterráneo, pero lo que ocurrió después fue un acto de brujería puro y duro puesto que aquel hombre desapareció a través del portal zafiro.

Un escalofrio recorre mi cuerpo cuando veo desaparecer al hombre, en ese instante siento que hemos cometido un grabe error...ahora teniamos que repararlo, chasqueo la lengua disgustado, odiaba tener que hacer cosas que no le gustaban...

--- Voy tras él, hay que pararlo sea como sea....- digo mientras avanzo con decisión hacia el portal y lo atravieso.

Sin pararme a pensar voy tras mi compañero.

A Ziba y a sus compañeros le estaban dando muy mala espina lo que ocurría con ese desconocido, en vista del ataque que le realizó Storm se marchó a través de un portal que se abrió ante él, pero también se había abierto una salida en aquel lugar. 

Storm y Coren habían ido tras él y atravesó el portal, Ziba miraba a su compañero Cerion como buscando  una guía pero no podía dejar a sus otros compañeros atrás, y a pesar de desconocer a donde la llevará el portal, tomó aire y también lo atravesó.

Asentí cuando la mirada de Ziba se cruzó con la mía.

Vamos, hay que hacer algo contra ese cretino dije mientras me lanzaba contra el portal.