Partida Rol por web

- Pero, ¿que ...? - digo justo antes de  rebotar contra la pared.

- Ouch.

Eso ha dolido.

Una vez repuesta me dedico a buscar la forma de salir de esa sala en la que nos encotnramos encerrados.

- Veamos si soy capaz de encontrar la forma de salir de aquí.

Mientras que estabas mirando a tu alrededor para buscar una manera de salir de allí escuchaste algo, además supiste que eras la única que se había dado cuenta puesto que tus compañeros seguían todavía impactados por el golpe tras la actuación de Cerion. ¿Eran...pasos? sí, estabas casi segura al 100% de que eran pasos y que alguien se acercaba.

- Viene alguien. - susurro. Haceros los muertos.

Apenas le dio tiempo a pedirle a su compañero que no hiciera nada cuando todos salieron volando hasta la pared, aunque chocaron contra ella no ocasionó demasiado daño, pero Ziba al incorporarse los miró y les preguntó sobre su estado.

- ¿Estais bien?...- Cosa innecesaria, se veia que no habian sufrido mucho daño pero aun así preguntó, luego escuchó la proposición de Storm, algo que no le pareció lo mas realista, al fin y al cabo lo acababan de meter ahí... no iban a caer.

- Es mejor que quien quiera que venga... seguramente sea aquel hombre, hablemos con él, no va a surtir efecto ese engaño cuando nos acaban de meter aquí. - murmuró con el mismo tono de voz.

La explosión les debe haber llamado la atención... Si desbloquean este escudo mágico, podremos atacar y salir de aquí. No creo que haya otra manera susurré, quedándome en el suelo haciéndome el muerto.

Me tumbo en el suelo como si estuviera inconsciente, de forma que tuviera visión de la entrada de la celda para cuando estos desactivaran la protección que tenía este lugar.

- Venga bastardos, caed en la trampa. - pienso.

Ziba se sentó en el suelo y se llevó una mano a un costado y se dirigio a sus compañeros.

- Yo puedo estar consciente y alarmarlos.

---¿En serio?- pienso mientras me tumbo en el suelo al igual que los demas, era el cuento de la vieja eso, pero bueno, si funcionaba no tendria ninguna objeción

Storm estuvo en lo cierto en cuanto a que escuchó a alguien acercarse. Sus pasos eran lentos pero seguros, no parecían los de un soldado. Incluso se podía notar cierto nerviosismo al andar.

Mientras el resto se hacía el muerto, Ziba fue la única que pudo comprobar el rostro de la persona que se acercó a vuestra prisión.

- Oh... por todos los dioses, ¿qué os han hecho? - comentó el hombre mientras apoyaba las manos sobre el cristal.

- Querida... oh querida... decidme que no os habéis rendido... dadle esperanza a este viejo hombre, ¿han caído tus compañeros?¿hasta que punto ha llegado la tiranía de Garland? -

Sin poder ver nada, tan solo pudisteis centraros en su voz...

               Oh... por todos los dioses, ¿qué os han hecho? 

 Querida... oh querida... decidme que no os habéis rendido... dadle esperanza a este viejo hombre, ¿han caído tus compañeros?¿hasta que punto ha llegado la tiranía de Garland?

Ziba se levantó del suelo rápidamente cuando vio acercarse a ese hombre, a primera vista no parecía ser uno de esos soldados, pero se dio cuenta que ese lugar todo lo que lo rodeaba era extraño, cuando fue a pedirle atención para sus compañeros, éste habló, quedándose mirándolo sorprendida y con sus manos también posadas en el cristal.

¿Rendido de que?, ¿Garland?, ¿ese era aquel hombre?... comenzó a respirar nerviosa y rápidamente comenzó a hablar.

- ¿Sois ayuda?... no.. no nos hemos rendido, mis compañeros solo se hacían el muerto para conseguir salir de aquí, nos han encerrado dentro de este... recinto extraño y ya no sabemos que hacer. ¿Que es lo que se espera de nosotros?, ¿que es lo que tenemos que hacer?. Seguimos adelante pero no sabemos que es lo que buscamos, no hay respuestas...- Se desahogó de pronto, siempre hablando en voz baja y resopló con ansiedad. - Seguíamos a ese hombre cuando nos encerraron aquí.

Ziba se habia movido para hablar con aquel que se había acercado, y se volvió hacia sus compañeros siseando.

- Shhh... shhh... acercaros, es amigo. -murmuró.

Las ganas de dar a Ziba una buena colleja hicieron que me hormigueara la mano. Abrí un ojo y miré directamente a esa pared mágica que había conseguido repeler mi ataque.

Abro los ojos y ruedo sobre mi mismo para acercarme a la pared, tras esto me levanto hasta colocarme al lado de Ziba y miro al recien llegado.

Disimular era absurdo cuando Ziba había destapado la trampa. Abrí los ojos y me incorporé, sacudiendo mis ropas mientras me acercaba a la pared transparente.

Siento ser tan brusco, pero ¿quién eres?

- La madre que la pario ... - pienso visiblemente malhumorada.

- Si en verdad es amigo que nos saque de aquí. - digo incorporándome.

Los que se acababan de reincorporar comprobasteis que frente a la celda había un hombre de avanzada edad, afable de rostro y sonrisa algo nerviosa.

Notasteis como al veros reincorporaros y hablar, suspiró profundamente, tan profundo que hasta parecía que lo habíais hecho vosotros mismos.

- No sabéis la alegría que acaba de inundar a mi corazón, creía que os habían matado... yo... yo ya no sabría que hacer... - juntó sus manos y os miró mostrando una tierna sonrisa.

- Mi nombre es Cid, lamento que estéis pasando por toda esta pesadilla, pero alguien tiene que detenerlo, los cristales... yo los cree para un fin puro, y vosotros, vosotros sois los guerreros de la luz y de la oscuridad que traeréis el equilibrio a este mundo - dicho aquello comenzó a tocar una especie de panel que no estaba al alcance de vuestra visión y en cuestión de segundos vuestra prisión había desaparecido.

- Yo vengo de vuestro mundo, él me trajo hasta aquí para utilizarme como una simple herramienta, mi vida se apaga, soy demasiado viejo, tan solo quiero redimir los errores del pasado -