Partida Rol por web

Te despides de todos tus amigos y te diriges a tu trabajo. Sí, ese trabajo que detestas tanto y que tiene un nombre tan largo:Gerente de Adquisiciones de IT con la especialización "Análisis estadístico y la reconfiguración de datos".

Como todos los días, te encuentras sentado en tu despacho, rodeado de papeles por todos lados y harto de ver a tus jefes, a empleados pelotas y demás.

- Mierda, que asco de día... -pensé mientras me llevaba las manos a la cabeza con desesperación tras la última migración de datos incorrecta. Me puse en pié en mi cubículo de 2x2 metros donde estaba estrictamente prohibido fumar- Por supuesto, eso a mi no me importa -pensé- Total, ¡yo ya lo he dejado...! Mierda, ¿a quien engaño? ¡Me muero por un cigarrillo! No aguanto más, me salgo a echar un piti...
Estaba cogiendo la chaqueta cuando un par de ojos verdes y seductores bajo una melena pelirroja me observaban 4 cubículos más allá. Llevaba un auricular y parecía estar teniendo una conversación totalmente excitante visto el modo en el que me miraba. Me giré estúpidamente buscando al destinatario de aquella mirada lujuriosa, pero no había nadie tras de mi a menos que fuera al Sr.Knowless el conserje de 70 años con que solía toser constantemente por obra y gracias de 60 años de consumo de tabaco. Aquello mi hizo replantearme lo del cigarrillo y mis ojos volvieron a la pelirroja, que me guiñó el ojo y silabeó con sus labios un silencioso "salgo a comer a las 1". Luego se giró coqueta en sus silla de oficina y me dio la espalda, de nuevo enfrascada en su llamada. No la reconocía, pero tampoco es que me importara mucho.
- ¿Y a quien el importa? ¡He ligado con una preciosidad y eso es lo que importa! ¡JAJAJA, la vida es maravillosa! -Y sentándome con las manos tras la cabeza, estiré las piernas para ponerlas sobre mi mesa y...
¡Cataprom!
Me levanté rápido de mi aparatosa y ridícula caída. Por suerte a nadie le había importado o nadie lo había notado..., nadie salvo el Sr.Knowless, que ese momento sus toses pasaban junto a mi cubículo y me miraba con su cara de amargado de la vida.
- ¿Un pitillo? -me dijo esfreciéndome un cigarrillo.
- Naaaaa... ¿Quien necesita nicotina cuando tiene confianza y amor propio?
- Ahora cree que no, pero ya los perderá... -dijo con tono de maquiavélico. Parecía Al Pacino en el "Abogado del Diablo"- ...Y entonces, volverá a mi en busca de esto... -añadió con tono misterioso y siguió con su trayecto- ...Usted tranquilo, que yo se lo guardo... -dijo entre toses alejándose por el pasillo.
Definitivamente, mi trabajo era un asco. Pero había una pelirroja en mi futuro y el día era menos gris.

Te llamaron diciendo que había una mujer de pelo negro en tu despacho, quería información sobre no se qué artículo que había aparecido en el periódico sobre la empresa en la que trabajabas. Tu foto había aparecido en el periódico y ella estaba interesada en conocerte.

Te presentas en la empresa en la que trabaja Chandler porque has visto un artículo en el periódico en el que salía su foto, el artículo trataba del  Análisis estadístico y la reconfiguración de datos sobre la empresa en la que él trabajaba, pero no habías ido hasta allí por el artículo sino porque el tipo de la foto te había llamado la atención y querías conocerlo en persona. Te hacen pasar a su despacho y sentarte a esperar a que él llegue.

- Vaya, una misteriosa morena interesada en mi que quiere conocerme... -pensé ufano al oír a la recepcionista por el auricular- ¡Hoy debe ser mi día de suerte! -entonces respodí a la recepcionista con tono grave y confiado- Si..., estooo..., hagan pasar a esa señorita a la sala de reuniones nº2, por favor.
Usé el reflejo de la pantalla para comprobar que tenía bien el pelo y me lo atusé. Ajusté la corbata y me puse la chaqueta. Me costaba recordar que posiblemente había un motivo laboral en aquella cita, así que salí canturreando de mi cubículo mientras me dirigía a la sala de reuniones nº2.

Veo venir al tio de la foto,canturreando,y con una manera de andar un tanto rara..

- Vaaaaya,vaya,vaya,vaaaayaa..Así que usted es Chandler Biiing.. Yo soy Janice Hosenstein, pero puede llamarme Jaaanice -Le tiendo una mano. Es un poco raro,pero es mono.- Estaba leyendo el periódico esta mañana y vi el reportaje de su empresa. Mi amiga Valerie,que casualmente estaba en casa porque la invité a café, le conoce, y me ha hablado de usted. ¿Puedo tutearle? Claaaaaro que puedo,jajaja (risa nasal),¡..si ya somos amigos!.. Pues como te decía,Chandler Biiiing, Valerie me habló de tí, y creo que me puedes echar una mano en un problema que tengo. Bueno, yo no exactamente.. Mi padre tiene una empresa que necesita apoyo informático,y creo que podrías ser útil al respecto..

Me mira con cara rara.. Ya sé que es inevitable, ¡..pero podría disimular un poco su atracción!

- Esto... señorita Hosenstein... -la explicación me había aturdido. No es que fuera el bellezón que me esperaba, y mi cara demostró la impresión. Por la forma en que ella me miró (guiñandome un ojo, pseudoseductora), creo que malinterpretó mi gesto. Por suerte, recordé que estaba aquí por motivos profesionales, de modo que me centré en consiguir cerrar una venta- Ejem... señorita Hosenst... Janice... Estaré encantado de compartir la proxima hora de la comida en su compañía para pulir los detalles del servicio que necesita usted... o sea, su padre. Su padre necesita mis servicios y para eso me contrata... En fin, usted me entiende... -tosí un poco, para coger aire ante su sonrisa un poco psicópata- ¿Que tal a la 1? -dije sin meditar, con una una de mis mejores sonrisas profesionales, pensando solo en quitarmela de enmedio cuanto antes...

-¡Entonces recógeme a las 12! Necesito hacer unas compras-,y le dejo mi tarjeta.

Ya sabia yo que me pediría una cita..Es inevitable.

Me levanto y me cuelgo mi bolso,un Hermès por el que mataría si no fuese ya mío,y me dirijo a la salida.

- ¡Hasta lueeeeego,Chandler Biiiiing!

Te marchas para hacer tus compras pero teniendo muy presente que después has quedado con Chandler que te ha parecido sin duda un tipo encantador.

Janice se va a hacer sus compras y vuelves a quedarte solo en tu despacho reflexionando sobre aquella extraña mujer que apareció de la nada.

- Adiooooooossss... -canturreé levantándome con una disimulada falsa sonrisa y agitando los deditos como despedida...
Me quedé sorprendido por aquel encuentro con la tal Janice... ¡Dios! Me ponía los pelos de punta cuando le daba por pronunciar mi nombre y apellido todo de seguido sin respirar. Y encima tenía la sensación de que le había cogido afición. Y esa risita nasal y exasperante...
- Espera, tio... -pensé de repente, tras reflexionar un momento. Mis ojos se abrieron como platos y me quedé clavado en el sitio- Tio, tio, tio... Espera... ¿Que has hecho? ¿Le he pedido una cita? ¿Le has pedido una cita para comer? ¡Serás... -y comencé a dar golpes al aire, cabreado porque me había olvidado de la pelirroja- ¡Mierda, mierda, mier...!
¡PUNCH!
- ¿¿¿???...daaaaa...
En todo el ojo. Un gancho perfecto. En la preciosa cara de la pelirroja, que ese momento doblaba la esquina hacia el despacho nº2... Me llevé las manos a la cabeza y de un lateral apareció el Sr. Knowless, que al parecer lo había visto todo y estaba tan tranquilo. Se acercó a ella y sacó de una bolsa una botella de Jack Daniels y se la puso en el ojo. Luego metió la otra mano en un bolsillo mi me la tendió con una sonrisa de suficiencia.
- ¿Un cigarrillo...?

Te despides de la adorable Janis y te diriges hacia tu trabajo. Cuando llegas, tu jefe te recibe de una manera bastante inusual:

- ¡Buenos días Chandler! ¿Qué tal estamos hoy? ¿Has dormido bien?- el hombre no paraba de hacerte preguntas- ¡Aquí está mi hombre de confianza! Puntual como siempre- refiriéndose a tí. Mientras te decía esto te pasaba uno de sus brazos por tus hombros.

- ¿Se encuentra bien, señor? -pregunté totalmente mosqueado ante la actitud de mi jefe. No es que aquel hombre no supiera sonreir o ser buena persona; simplemente es que la última vez que sonrió fue cuando vio a Jesucristo crucificado... Y seguramente después se fue de copas con Judas Escariote y Barrabás. Decidí hacer un acercamiento de tanteo ante tanta amabilidad. Como en los thrillers adolescentes, tanta calma no podía ser cosa buena- ¿Puedo hacer algo por usted...? -lo mejor era ir con pies de plomo...

- ¿Qué si puedes hacer algo más por mi? ¡Ya lo has hecho! La verdad que no has podido hacer un trabajo tan excelente como el que has hecho, ¿tú sabes la de millones que va a ganar la compañía gracias a ti?- te dijo tu jefe en un tono bastante eufórico. Nunca lo habías visto así ya que lo único que se dedicaba a hacer siempre era pegarle la bronca a todo el mundo, hiciesen lo que hiciesen.

- ¡¿Como dice...?! -por un momento pensé que hablaba con otro y miré a mi alrededor. Al cerciorarme de que en efecto hablaba conmigo sonreí sorprendido, dispuesto a aceptar los beneficios de los cumplidos de mi jefe. La explicación seguramente era que había ido al dentista y le habían dado demasiado gas de la felicidad y se había vuelto al fin humano. Entodo caso, ¿quien era yo para criticarlo por ello?- Perdón... quiero decir... ya se que soy una pieza valiosa para el engranaje de la empresa, y que mi trabajo es siempre de calidad... -sonreí cómplice a mi jefe- Pero he recibido tan pocos... -busqué la palabra exacta un segundo. No había porque desaprovechar estas oportunidades venidas del cielo- ...incentivos en los últimos tiempos que no sabía si era apreciada mi esforzada labor... ¿Y como dice que he conseguido tantas ganancias para la compañía...?