La oscuridad os engulle como si de una burbuja se tratara, centauro incluido, ahogando cualquier sonido y cortando de golpe la cantinela del joven Holden y su bolsa (vaya palo).
Os perdéis de vista entre vosotros, aunque podéis percibir sus presencias os encontráis en un extraño limbo.
Ahora si que si. CAMBIO DE ESCENA.