Partida Rol por web

Habeis sido sacados del campamento practicamente a la fuerza por este joven sátiro.

-Vamos... ¡Hay que acelerar o no llegaremos a tiempo!- El joven sátiro se iba rascando los brazos compulsivamente con mucho nerviosismo.- Si no llegamos a tiempo el señor D me convertira en Coca Cola Diet...

Y así durante dos días enteros. Según os habeis podido enterar este jovencisimo satiro os está llevando a un lugar a modo de refuerzos/sustitutos de un grupo de mestizos en graves problemas cuya mision fué encargada por un dios en persona. Debeis ayudarles.

La verdad, es lo que esperaba, el campamento está genial con sus juegos de captura de banderas y demás, pero hacía tiempo que tenía ganas de algo más de acción, y aquella misión podía ser mi oportunidad, la oportunidad de hacer algo grande y de que se me empezara a tener en cuenta para las misiones. Sabía que estaba perfectamente capacitado para estar en primera linea de combate, así que en aquel momento solo estaba impaciente por llegar a nuestro destino. Sea como sea no estaría de más sacar algo de información antes.

-¿Y bien Stevie? ¿nos vas a contar cual esta importante misión de la que somos refuerzo?- Puse acento en la última palabra, la verdad es que me molestaba un poco ser un refuerzo y no haber sido parte del equipo principal.- ¿O a quien se supone que vamos a rescatar?

Sabía que era a unos cuantos mestizos, pero suponía que los conocería en mayor o menor grado. Y si bien los quería ayudar siempre había personas más o menos cercanas para uno.

- Ay ay ay. - Decía mientras nos apresurábamos hacia a saber dónde. - Esto... y ¿qué tenemos que hacer? - Dije mirando a Noah. No sabíamos nada de lo que había que hacer, ni tan solo dónde nos llevaba. Durante los dos días nos habíamos enterado de algo, pero no mucho la verdad.

El pobre fauno se volvio a veros sin dejar de caminar con sus velludas patas. Os encontrabais en un bosque cerca de una siniestrada avioneta. El satiro había estado guiándoos con paso vivo desde que salisteis del campamento cuando recibió un mensaje de un mestizo llamado Johan Firefist, hijo de Hefesto.

-Os estoy llevando hasta la ultima localizacion conocida del grupo de Jackie, Holden, Lukas y Eneas. Ya sabeis, los mestizos que recibieron el encargo de Hades de encontrar a Quirón. -El joven hizo un mohin mientras saltaba por encima de un arbol derribado.- Por lo visto uno de los integrantes llamado Damian, hijo de Ares murio en la misión y el señor D a considerado que esta mision es demasiado importante como para que sigan solos. Quizás os suenen de haberles visto en el campamento. 

El joven se detuvo en un pequeño claro donde habia restos de una fogata ya apagada. Se agacho y olfateó los restos con gesto preocupado.

-Estuvieron aqui... No hace ni un día. Les estamos ganando terreno. ¡Vamos!

La verdad es que el ritmo era agotador, y me preocupaba ligeramente que para cuando los alcanzáramos estuviésemos demasiado cansados como para servir de ninguna ayuda, pero no pensaba quejarme.

Stevie nos contó algo más sobre nuestra misión, encontrar a Quirón, una misión encomendada por el mismísimo Hades, sin duda era la oportunidad que esperaba. Pero al escuchar sobre la muerte de Damian me olvidé del resto. No es que lo conociese mucho, pero era uno de mis hermanos, algo bruto, pero en el fondo un buen chico, había intercambiado alguna que otra palabra con él y ahora estaba muerto.

Stevie olisqueó los restos de una fogata, al parecer nos estábamos acercando a nuestro destino. No era tiempo de preocuparse por los muertos, teníamos que sacar fuerzas de donde fuera para ayudar a los vivos.
Entonces me volví a mi otra acompañante, Casta, la miré a los ojos, esos ojos que me volvían loco cada vez que los veía, y a pesar de que sabía que era una chica fuerte me preocupe por ella, dado que fuera como fuese llevabamos un ritmo infernal.

-¿Vas bien?- Le pregunté ocultando mi preocupación tras una sonrisa.

Andando durante horas, abrazado a Noah. Algunos que otros besos, y mimos que nos dábamos. Aunque cogidos de la mano durante casi todo el trayecto. A pesar de eso, fue un viaje algo cansado y aunque Noah me iba preguntando si estaba bien le decía que sí. - Tranquilo, aun puedo aguantar. - Le dije sonriendo. A demás, estaba deseando llegar a nuestro destino final.

El fauno de repente alza la vista y señala una modesta casa en medio de una extension vallada de campo.

-Estan ahí... Ya los hemos encontrado, ¡Estan en peligro! ¡Debemos ayudarlos ya!- El fauno sale corriendo y se para en una ventana que da al subsuelo de la casa. 

Al seguirle podeis apreciar la gran cantidad de seres que hay en los recintos vallados como tortugas mordedoras gigantes, unicornios, hidras...

Siguiendo a Steve al fin habíamos llegado. - Vamos corre corre. - Le dije cogiendo de la mano a Noah. - Tenemos que ayudarles. - Me preparé para luchar con mi espada.

Finalmente hemos llegado, pero las prisas y el nerviosismo de Stevie no hacen más que alterarme. Ya tengo bastante con que de por mi mismo me cueste aguantar mi impaciencia, como para que el sátiro me ayude a potenciarla. Aunque gracias a los dioses la mano de Casta me tranquiliza en cierta manera.

Observo fascinado todas las criaturas mágicas que hay por allí.

-¿Qué leches es esto?¿tráfico de animales mágicos?- Pregunto con cierta ironía.

Seguimos a Stevie hasta la ventana y si esperar un segundo más miro el interior. Soltando tiérnamente la mano de Casta y preparando la lanza para el combate.

De repente la ventana cede a la presión del joven que del susto se agarra a lo primero que encuentra para evitar caer... ¡Agarrando la pata de Steve!

-¿¡Que haces!? ¡Sueeeeeeeeeeeeeeeelta!- El asustado sátiro resbala agarrandose a la desprevenida Casta... Cayendo los tres dentro de la habitación.