Partida Rol por web

Hida se prueba una armadura liviana que parece le quedará muy bien. No es para nada ostentosa y le sienta muy cómoda. Dejar el hogar inquieta un poco al niño, pero sabe que contará con el apoyo de sus hermanos. Ahora, con la armadura puesta se siente todo un adulto capaz de la misión encomendada por su maestro. en ese momento parece Fuga, el djinn suele rondar a Hida siempre, pero no lo hace cuando Alex anda cerca, le tiene algo de miedo. Pero ahora la curiosidad, la mayor característica del compañero de Hida, se apodera de él y sale de su rincón para estudiar muy de cerca la nueva vestimenta del pequeño. Lo merodea y huele un rato extrañado. Parece que Fuga no tiene ni idea de lo que está pasando.

Antes de volver al encuentro de su maestro Hida se detiene, tonto de él no se fijó que eligió su hermano. Se detiene para volver despacio con Ioke y ver que ha sacado del baúl.

Rebusqué en el baul. Había tantas cosas, tantas cosas que le sonaban de algo. Cosas que desaparecían un día, al parecer Alex las guardaba. Casi se le saltaron las lagrimas al ver la antigua honda de mí padre, una honda vieja, usada, con unas marcas grabadas en el cuero del capacete. Era lo único que conservaba de mí antigua vida, y al parecer Alex lo había guardado. Sin dudarlo, la cogí. Salí junto con el pequeño Hida y al pasar la puerta, eché un último vistazo a la casa. Susurré unas pequeñas palabras, una corta plegaria pidiendo que todo saliera bien. Al instante sentí una gélida brisa, y me giré para ver a Frío, el pequeño Djinn que me encontre hace tanto tiempo rondando el lago. Lo cogí. Estaba extremadamente helado, pero al parecer ese frío no me dañaba, ya que él así lo quería. Le dije a Hida:

Vamos allá.

Realmente no sabía a que me refería, si a la aventura, a ver a Alex, a la vida o a todo en su conjunto.

Alex os estaba esperando, pudisteis ver que estaba hablando con Suigetsu mientras apoyaba su mano en el hombro, era un gesto de bastante complicidad. En el momento que os escuchó dirigió su mirada hacia ustedes, dejó a Suigetsu y observó las pertenencias que habíais cogido

- Ha llegado el momento, necesito que os acerquéis a mi y toquéis mi mano - comentó mientras la extendía.

- Vuestro primer objetivo estará en el continente de Gondowan, os enviaré al desierto de Sulhalla, allí supuestamente deberéis encontrar algún indicio sobre el paradero del Medallón de la Luna, es de vital importancia que no compartáis esta información con nadie ¿entendido? una vez que consigáis el medallón tendréis que viajar hasta la ciudad de Lalivero para tomar un barco que os lleve hasta Tundaria, donde se encuentra el segundo artefacto, el Medallón del Sol - Alex cerró los ojos.

- Recordad que la misión consiste en destruir esos medallones bajo cualquier precio, usaré mi psinergía para teletransportaros directamente a Sulhalla, tenéis que dejar vuestra mente en blanco durante el proceso o puede que terminéis en otro paradero distinto al que os quiero mandar, sé que cumpliréis este cometido, sé que no me defraudaréis hijos míos... -

A Hida se le detiene el corazón un momento. Ya es hora? Tan pronto?? Apenas suspira y los ojos se le llenan de lágrimas, pues no sabe cuando ni como volvería a aquel lugar, el único del que guarda algún recuerdo. Repasa de memoria cada rincón de aquel lugar que lo vio crecer. Su última mirada es para su maestro. Ese hombre es su padre, de alguna manera, ahora le está confiando una misión para la que fue preparado toda su vida. Perno ninguna preparación es suficiente a la hora de alejarse del hogar. Respira profundo y se seca los ojos, antes de dejar su mente en blanco, justo antes su último pensamiento ya es sereno, el niño está concentrado, solo piensa en el Medallón de la Luna.

Apoyé mi mano sobre el hombro de Hida y guiñé un ojo

- No te defraudaremos - comenté mientras ponía la otra mano junto a la de Alex para así llevar a cabo esa especie de ritual

Alex apretó la mano con fuerza

- Guiaos por vuestro instinto, la Psinergía llama a la psinergía, eso hará que encontréis con facilidad los medallones, no necesitáis tener suerte porque eso es para los principiantes, vosotros tenéis capacidad de sobra... - y tras decir aquellas palabras notasteis como la psinergía de Alex comenzaba a brotar con gran intensidad a vuestro alrededor, estaba empleando el poder de teletransportación y a la vez estabais siendo rodeados por un resplandor dorado, el poder era tan cálido y sobrecogedor que os llegabais a plantear hasta qué punto llegaba el poder de vuestro padre...

de repente todo se volvió negro y una sensación de desequilibrio llegó a vuestra cabeza, la teletransportación estaba en marcha