Lloró y lloró, todo lo que no había llorado desde la explosión. Kwan no recordaba haberla visto así jamás, probablemente solo Ladlow la había visto en semejante quebranto (el día que le perdonó la vida en la morgue).
Le devolvió el abrazo tan fuerte que casi lo ahoga ¿Cómo Min-Soon no pudo sentir eso? Desde que Queen dio a luz a Jon sentía que tenía el alma abierta en canal, que aquello dolía como mil demonios y aun recibiendo un golpe tras otro, una mala mirada, un mal gesto una mala palabra, desplantes, silencios… no podía dejar de amar ni a sus hijos ni a Kwan. Eso era amor de madre.
Le temblaban las piernas y acabaron por arrodillarse y sentarse sobre la alfombra.
-Tsss… no digas nada…- sollozó acariciándole el pelo. El cuadro era conmovedor, después de un rato le dio unos cuantos besos y era ella quien le consolaba a él.
-Y por quien crees que voy a llorar eh?- le tomó por las mejillas mirándole intensamente –Te quiero ¿Entiendes eso?- dejó un largo silencio -Si sabes lo que duele ser traicionado por alguien a quien quieres… ¿Por qué lo haces? Mira mamá… mira como acabó…- nombrar a su madre era un golpe doloroso, tragó saliva –Kwan… Namdongseng*…- le peinó y le enjugó las lágrimas dulcemente –somos la misma carne, eres parte de mi como un brazo o como mis hijos… el daño que te hagan a ti- le tocó el corazón -me duele a mi también- se tocó el suyo propio –te lo hagan otros o te lo hagas tú mismo…- le tomó de las manos –¡Casi muero Kwan…-abrió expresivamente los ojos –y mientras el avión caía en picado, y estaba segura de que iba a morir…, ¿Sabes que pensé? Que con que cara iba a presentarme delante de papa habiéndote dejado así, en este estado, indefenso… sin rumbo, a merced de asesinos y fulanas… Imaginate si hubiera muerto ¿Que habría pasado? ¿Que sería de ti?- las lágrimas regresaron sin pucheros, ella misma se las limpió aunque no había remedio, el maquillaje estaba arruinado. Inspiró… expiró…
Tenía planes para Kwan, había llegado el momento en que las medidas drásticas eran ineludibles, ahora estaría blando una temporada y sería más fácil de hacer –Más vale tarde que nunca- sonrió –y yo te ayudaré y tú…- le tocó la punta de la nariz como hacía cuando era pequeño -¿Me harás caso?- necesitaba ver en él la intención de un compromiso autentico –No digas nada, demuestramelo, demuéstratelo a ti mismo y no tendremos que volver a pasar por esto, nunca más- Soltó aire, llorar así la dejaba agotada –Por favor… no vuelvas a esconderte de mí…-
Volvió a abrazarle acunandole un poco y, tras separarse, apoyó un hombro en el asiento de uno de uno de los sillones. Silencio… se apartó el flequillo, se sacó los zapatos con la punta de los pies, arrugó la nariz, parpadeó, sopló un mechón rebelde, rieron un poquito. Esa risa que da después de un dramón. Entonces levantó un dedo y se levantó. Caminó al mueble bar (un diseño guapissimo que se desplegaba como un vestidor, con luz y refrigeración. El cual por precaución se abría solo con la huella dactilar de determinadas personas), tomó dos vasos, una botella de soyu y una bolsita de plástico (en el taller seguían cuidando del "jardín del abuelo) y los plantó en la mesita delante de Kwan.
-Pero esta noche lo que necesitamos es olvidarnos de todo, así que…- sirvió con generosidad –Ésta por papá- tragó sin respirar y volvió a servir –y esta… por la comosellame, la zorra inglesa esa, porque la usen como a papel higiénico- guiñó un ojo a su hermano con el vaso en alto.
*Hermano pequeño en coreano
Quería hacer propósito de enmienda. Al menos, sabía que tenía que comportarse hasta que la crisis acabara, por que si en un descuido podía quedarse sin su familia. Y aparte del dinero, que era importante, él quería a su familia genuinamente, aunque Golan pensara que era un trepa incorregible y que no iba a cambiar "así le colgaran por el pescuezo".
-Si... me centraré.
Lo que si sabía era beber y desfasar. En eso era un maestro. En realidad, de tal palo tal es la otra rama del mismo árbol, ya que en éste caso no podemos hablar de astillas. El caso es que... bueno, el soju se les comenzó a ir de las manos, mientras miraban viejas fotos de familia y comenzaban a reírse de gilipolleces. Hablaron de más, por supuesto, hasta del asunto de la sobrina Ximena y del niño, de como follaba la inglesa (que quería que se lo dieran todo hecho).
El soju se terminó y a pesar de la insistencia, Queen no quería tocar el vino ni los licores de Golan, que como buen señor gustaba de echarse una copilla al final del día. "Bajamos al Hen y allí nos terminamos de cocer". "Tu no estás para conducir, tía". "Calla... que nos lleve un guardaespaldas o algo".
Y allí estaban de pie en la oscuridad, mientras ella cogía el móvil y quería mandar un mensaje a quien fuera. Con Kwan apoyado en el marco de la puerta, riendo, y ella dándose cuenta de que tenía un montón de mensajes en el móvil, y poca vista para leerlos.
Golan: Cariño, ha pasado algo terrible.
Golan: Voy para casa con los niños.
Golan: No es nada de Yong, no. En fin...
Golan: En un rato estoy allí, estamos en un área de servicio.
Amanda: Acabo de mirar en internet sobre los sikh.
Amanda: ¿Por que es todo tan díficil?
Amanda: Pfff, religión.
Amanda: Gracias por lo del piso. Ya he cenado aquí y estoy viendo la tele.
Amanda: Una casa de diez.
Jon: ¿Mamá?
Jon: Papá te estaba llamando y no lo has cogido.
Jon: Está muy serio, por que se ha muerto el abuelo y la abuela está muy grave en el hospital.
Jon: Ha habido un atentado en Israel y les ha pillado en medio.
Jon: Quiere que mires billetes para ir allí.
Jon: ¿Estás?
Le acababan de cortar el rollo pero bien.
-¡OSTIA!
Se quedó paralizada de tal manera que ni parpadeaba. Leyó los mensajes, no entendió muy bien el de Amanda pero no estaba para eso ahora –Mierda ¡Mierda!¡MIERDA!- soltó a Kwan y se llevó la mano a la cabeza -¡¿PERO YO QUE TE HE HECHO?!- clamó al cielo -¡¿ES QUE NO TE GUSTA QUE BEBA?!- recordaba la cogorza que pilló cuando secuestraron a Golan ¡Joder! Parecía una puta broma pesada. E igual que ese día se le pasó el pedo de un plumazo.
Se pinzó el puente de la nariz “Piensa, piensa, piensa…” repetía palmeándose las mejillas para despejarse.
Su hermano preguntaba que pasaba, doblado, apoyando el culo en el marco de la puerta. Tenía que hacer algo rápido, Golan estaba a un salto de piedra, por suerte toda una adolescencia de rebeldía era como montar en bici, no se olvidaba –Lo siento hermanito- tiró de él de una mano, lo acercó a un seto y asiéndolo por la cintura le cascó un puñetazo en el estómago (un puñetazo suave, ojo). Potó como una cabra y obviamente se revolvió preguntando que cojones le pasaba.
-Perdoname, perdóname…- le tomó la cara para que clavara los ojos en ella –El padre de Golan ha muerto, tenemos que ir a Israel y viene de camino para acá con los niños- parpadeó esperando señales de que su cerebro procesaba la información –Así que hay que recoger rápido- Kwan sabía perfectamente que le veía como un tarambana sin remedio y si le pillaba de aquella manera, en ese momento tan delicado, era muy probable que le soltara cuatro frescas y perdiera para siempre la poca credibilidad que le pudiera quedar. Le dio un pequeño golpe en el culo como si le impulsara hacia el interior de la casa –Corre, ve y métete en la ducha ¡Rápido!-
Resopló poniendo los brazos en jarra. Le llegó la peste a porro, corrió a poner el aire acondicionado. Acto seguido abrió el armarito de los antepasados y le puso incienso, sobre la mesa aún estaban esturreados los álbumes de fotos así que podría cuadrar... cogió los vasos, la botella y el cenicero. Los tiró a la basura, los vasos no claro, esos los enjuagó y los metió en el lavavajillas. Allí mismo, en la cocina, metió la cara bajo el grifo, hizo gárgaras y se echó agua en la cara. Luego abrió el frigo, había un tupper lleno de “burekas jatzim” (empanadillas de berenjena y queso), se encajó una casi entera en la boca y se llevó otra en la mano.
Al volver al salón seguía oliendo a porro, arrugó la nariz, siguió el rastro e iba directo a ella. Tiró la segunda empanadilla sobre la mesita y corrió cual gamo, volando sobre los escalones, camino del dormitorio para, por lo menos quitarse la ropa atufada. La cual dejó arrugada en un rincón del vestidor.
En camiseta, sentada al borde de la cama, volvió a leer los mensajes realmente preocupada –KWAAAAN!!! ¿CÓMO VAS?- dijo en voz alta con la boca medio llena aun de la empanadilla. ¿Qué habían pasado?...¿15 minutos? Creyó oír el motor acercándose.
Tecleó rápido a Ladlow para avisar del asunto, ya lo haría con los demás cuando supieran el planing concreto. De pronto le vino una arcada y fue directa al water a echar hasta la primera papilla. Normal, mucho había tardado.
Echó hasta la carne que se comió en el restaurante de Grapeseed. Madre mía... que manera de echar la raba. Atada al WC con el estómago ardiendo, ni siquiera escuchó cuando la puerta de casa se cerró, ni los pasos de los niños. Afortunadamente quien la encontró en aquella tesitura fue Golan, y no los niños.
Sospechaba que eso pasaría, por los mensajes que le había mandado sobre que estaba deprimida. Junta eso con un hermano engañado y una discusión para que todo terminara al estilo de su esposa: comer y beber. El método Choi para arreglar todos los males de éste mundo. Eso, por supuesto, si exceptuamos los tiroteos, tráfico de influencias y ajustes de cuentas.
-Ya la he encontrado. Jon, mira lo de los billetes, por favor. A Haifa, aunque también sirven a Tel Aviv. El país no es muy grande.
Laila estaba cerca y quería entrar al baño, pero su padre la retuvo.
-Espera arriba con tu hermano. Mamá está mal de la barriga.
Cerró la puerta y se arrodilló junto a ella, cogiéndole la cabeza para que vomitara sin mancharse. Tenía la frente ardiendo y lágrimas en los ojos, por la estampa que él tenía que ver en aquel momento y la vergüenza que sentía. Él sonrió un poco, frotándole la espalda.
-No pasa nada... Ha sido sin avisar. Lo siento.
Hizo una pausa, acercándole papel de váter para que se limpiara los labios.
-¿Vaya forma de arruinar la noche, eh? Y yo que pensaba en una cenita romántica con mi amante de los jueves...
Ella le dió una palmada en el pecho que pretendía ser una especie de bofetada. Se rieron. En ese baño había un pequeño plato de ducha y él lo señaló con la mirada.
-Anda, date un agua, que no te huelan los niños que la combinación es matadora.
Golan pensaba en que tendrían que dejar avisadas a muchas personas con todo aquello y su mujer posiblemente no tendría cuerpo para hacer todo aquello.
-Lástima lo de tu secretaria. Ahora nos vendría de perlas.
Y la bombilla se encendió.
-He avisado a alguna gente, pero no tengo todos tus contactos. Obviamente los de la empresa y demás, pues no.
Mary llamó insistentemente mientras se desnudaba para meterse en la bañera. Ella acabó cogiendo por que el teléfono la estaba poniendo de los nervios.
-Hola... ¿Como estáis? Bueno, ya me dijo tu marido. ¿Tenéis que ir a Israel, no?
Hizo una pausa.
-Son casi dieciocho horas de vuelo hasiendo escalas y esa mierda. Pero yo os puedo dejar allí en menos de quinse. No te pido más que lo que cueste el combustible y algo para las comidas. Te saldrá barato.
Resopló.
-Y no me digas que no que te conosco. Ésto es por la familia, déjame ayudar.
“Trágame tierra”
-Soy la peor esposa del mundo…- buscó una de sus manos para estrecharla sin atreverse a alzar la mirada. Escupió unas cuantas veces terminando de echar las pizquitillas, escocía un huevo (con lo que comía sus jugos gástricos debían ser ácidos como la baba de alien). Se limpió con el papel que le ofreció y luego apoyó la cabeza en su hombro. Estaba débil y regresaron momentáneamente los mohínes, le rodeó con los brazos en un gesto muy cariñoso –Lo siento, lo siento de verdad…- en referencia a la muerte de su padre. Él bromeaba, señal de que aún no lo había digerido, ya llegaría el momento del derrumbe y para entonces ella ya estaría en condiciones y a su lado. Como es debido. Aun así preguntó -¿Cómo estás mi amor?- para enterarse de los detalles del suceso había tiempo de sobra, lo acuciante era Golan. Se acunaron unos momentos, acurrucados en el suelo.
Cuando vio que había recuperado algo de color (porque al encontrarla estaba más blanca que la porcelana del lavabo) la ayudó a levantarse.
-Es verdad…- reparó en que la familia y Amanda no se conocían -…em… tengo secretaria nueva… la de la foto de las tartas- de momento obvió la compra del piso… -muy maja… hoy me ha acompañado y tal… parece competente- lo que no especificaba era en que XD –Ahora la llamaré-
Golan la ayudaba a desvertirse (no había mucho que quitar) mientras el teléfono no paraba de dar por culo. Al final lo cogió, capaz era el destino de liarsela más, sonrió al oír la voz de Mary y darse cuenta de que no eran más problemas si no soluciones –Hola cariño…- “Es Mary” susurró a su marido –estoy hecha una braga así que si me dices que quieres un collar de diamantes te lo compraba sin rechistar- Golan protestó de fondo medio en broma medio en serio. Los tres rieron cansados escuchándose unos a otros por el auricular –acepto sin dudar- soltó aire por la nariz –Gracias prima… eres la mejor. Tu me dices lo que hay que pagar y santas pascuas, eso sabes que no te lo discuto. Oye… me pillas entrando en la ducha, te paso a Golan y concretais?- alargó el brazo estirándole el teléfono “Que dice que nos lleva ella” gesticuló. Pese a todo, metiendo un pie en la ducha le lanzó una de sus miradas, era habitual que cada vez que se iba a dar un agua le dijera eso de… “si quieres me acompañas”. No era el momento pero… una tradición es una tradición
Ducharse, llamar a Amanda para que se hiciera cargo de contactar con los de la empresa y cualquiera que estuviera en su agenda, hacer las maletas pensando en un funeral druso y una visita relámpago a Israel, comprobar que tenían los visados en regla, hablar con Mary, que pidiera un permiso de aterrizaje y estancia para un aeropuerto israelí... Todo eso se tenía que hacer en un tiempo récord.
Kwan se quedaría en la casa "hasta que volvieran" y con orden de no poder salir. Tuvo una discusión con él, sobre como quería que hiciera las cosas. O se centraba o tendría que demostrar su valía ganándose el pan en un trabajo de los de echar más horas que un reloj dentro de la empresa o en el Delhi. "Seré un buen chico", pero ella no se lo creía. Ladlow se quedaría allí vigilando que no escapara ni se dedicara a emborracharse, drogarse o algo así.
Les llegó un mensaje de Mary a las doce de la madrugada, indicando que fueran hasta el aeródromo de su empresa, que estaba en Panopticon. Se montaron en un mismo coche, como buena familia, mientras Golan les contaba como iba "normalmente" el asunto en esos funerales. El plan era una mierda pinchada en un palo, y más habida cuenta de que toda la maldita comunidad drusa de Haifa estaría allí para mirarles con lupa ¡Menudas vacaciones para los niños!
El sitio no estaba lejos, apenas cuarenta minutos conduciendo. Era una pista de aterrizaje de buen tamaño en Red County, a media hora de la ciudad, situada junto a una pequeña laguna. Las instalaciones, modestas, contaban con un hangar grande y una casa junto al lago que era la sede de la empresa. En teoría, tenían más aeronaves, pero esas solían estar en Los Santos, desde salían la mayoría de los vuelos.
Un jet privado de buen tamaño estaba allí, y la propia Mary estaba ayudando a un operario a desenganchar la manguera del combustible. Era tarde, y había tenido que mover a bastante gente para aquello, posiblemente un favor que sus empleados se cobrarían en forma de días de asuntos propios.
-Un momento que estoy ultimando las cosas -dijo Mary.
Desde el edificio aparecieron dos personas montadas en una especie de vehículo caddy de los que se usaba en los campos de golf, cargando maletas y un par de contenedores grandes. Uno era un copiloto guaperas, y la otra una azafata que les sonrió.
-Por favor, dejen aquí su equipaje excepto el de mano, y lo cargaremos. Si me acompañan, les mostraré el interior de la aeronave y recordaremos los protocolos de seguridad antes de que comience el viaje.
Hicieron caso, subiendo por la escalinata hasta en interior del avión. Tuvo que encender las luces, por que estaban apagadas.
-Disponemos de una sala de entretenimiento con sofá y televisión, asientos totalmente reclinables de alto confort, zona de reuniones y comedor, baño con ducha y una cama de matrimonio. Existe también una pequeña cocina, aunque los aparatos son algo extraños, pero yo les enseñaré como se usan. Estamos cargando los palés con la comida y la bebida en la zona del montacargas, pero les rogamos que no accedan a la bodega si no es en compañía de un piloto. Yo no viajaré con ustedes, así que recuerden que deben sentarse y abrocharse el cinturón durante el despegue y el aterrizaje, coger su chaleco salvavidas e inflarlo con la boquilla solo si la nave cae al mar, y usar las mascarillas en caso de descompresión.
El avión era chulísimo por dentro. En eso se gastaban el dinero los ricachones, pagando por la comodidad de imponer sus horarios en los viajes nacionales e internacionales. Aunque no era tampoco el Taj Mahal, si era un palacio de confort comparado con cualquier avión comercial, incluía la zona de primera clase de los grandes aviones intercontinentales.
La azafata terminó de explicarlo todo y luego bajó del avión, por que al parecer no iba a acompañarles en el viaje. Media hora más con ruido de máquinas al cargar al equipaje, y finalmente subieron piloto y copiloto.
-Siéntense y abróchense los cinturones, vamos a iniciar las maniobras de despegue -dijo el chaval.
A pesar del dinero que tenían, y de ser jodidamente ricos, parecían rústicos en Dinerolandia, pues jamás habían viajado en un jet privado. Queen insistía mucho en dar una apariencia de humildad para ganarse el corazón de la opinión pública y recordar que por mucho dinero que tuvieran eran humanos normales y corrientes.
Golan estaba sentado a su lado, y le cogió la mano con un breve sonrisa. Estaba serio y aquellos gestos le costaban esfuerzo. Pero sabía que ella y los niños estaban haciendo un gran esfuerzo para ir con él en aquel momento difícil. Más díficil todavía si uno consideraba que él había dejado de lado su religión, algo imperdonable en el lugar a donde iban. Un lugar donde religión y estado eran la misma cosa.
Embocar la pista, acelerar, el tirón de los motores y un leve vértigo en el vientre. Conocía bien los síntomas de un despegue en avión y su ascenso hasta la altitud de vuelo operativa. Sin embargo, un avión tan veloz como aquel lo hacía todo de una manera más intensa y emocionante.
Pasó media hora, ya eran las dos de la madrugada, cuando se apagaron las luces que indican "no poder levantarse" y recibieron la visita de Mary, que dejó al copiloto en cabina y al piloto automático al mando del viaje.
Allí estaba ella con su uniforme. Normalmente, la camisa blanca y los pantalones azul marino sentaban como una patada en el culo a las mujeres, pero ella estaba, como siempre, fenomenal. Parecía algo cansada, o quizá preocupada por ellos. Saludó a los niños con un beso en la mejilla o una caricia en el pelo y luego se sentó.
-Me debían un par de favores y ahora me los cobro. ¿Si? No os preocupéis. He dicho que estábais forrados y que se lo compensaría con días libres.
Sonrió.
-Hwo dise que paga la mitad, que son los sueldos del copiloto, el hangar en Israel y esas cosas. Que os manda su pésame, y que tenga cuidado que no me cace ningún guaperas de piel morena.
Parpadeó, mirándoles.
-Es tarde y deberíais descansar. ¿Si? El sofá es muy cómodo y las butacas también. Yo dormiré en una, mientras Peter hase la primera guardia. Es un buen chavo, su novia es un encanto y había tenido otro servisio de noche ayer, así que durmió de día.
Se pasó la mano por el mentón y se rascó el cuello.
-Yo creo que deberíais descansar ahora, ¿Si? Los funerales son una cosa muy intensa y eso... Mañana cuando os levantéis hasemos algo de comer pa todos y ya está. Supongo que llegaremos a Haifa a las tres de la tarde o así.
Sonrió encantadora y miró a la tita. Ella siempre admiraba su belleza y su gancho con los tíos, que ya lo quisiera para ella.
-Gracias tita. El avión es chulísimo, está lleno de cosas.
Miró a Faisal por que éste la miró a ella.
-¡Me pido el sofá! -dijeron casi al unísono.
Por lo menos los niños estaban de buen humor.
Miró a Queen y pensó en eso. Ciertamente, sería mejor que partieran la cama ahora durmiendo, por que en Israel posiblemente no tuvieran la oportunidad de descansar mucho. Sacó algo de una bolsa que llevaba como equipaje de mano y lo puso encima de la mesa.
-Como no sabíamos bien como agradecerte todo ésto, hemos sacado de la bodega tu favorito. Cosecha del 24. Te pido disculpas por las molestias... Éstas cosas pasan sin avisar.
Cogió la botella con una sonrisa casi infantil y la espachurró contra sus suculentos pechos.
-Uyyyy... el signorello. ¡Grasias!
Sin perder la sonrisa, dejó la botella en el suelo por que no quería que se rompiera. Luego les miró a ambos, mientras los niños se iban a dormir, excepto Jon, que se quedó viendo la tele con unos auriculares.
-No quiero ser mala, pero ya sabéis como me lo podéis agradeser.
Parpadeó de forma adorable, mirándoles a ella y a su hijo mayor, con un gesto significativo.
-No digo que hagáis de Selestina, pero si un poco la vista gorda y eso... Una barbacoita a la vuelta, dejar que los niños hablen. Mi chava es más romántica de lo que parese y ya le he dicho que si no va en serio con Jon y solo lo quiere para coger un rato, que lo deje quieto. Pero que si lo quiere de verdad pelee por él y se comporte como una chica bien.
Miró a Golan, consciente de que quizá no era el mejor momento para hablar aquello.
-Bueno, ahora dime. ¿Como estás? Todo ese tema de la pinche religión de tus padres es una joda bien gorda.
Si, y el hecho de que se murieran... Joder, aquí cada uno barre para su casa. Pero no podía, no debía mosquearse con nadie. Y menos con alguien que les hacía un favor tan grande.
-Estoy muy preocupado por mi madre. Mi hermana me dijo hace media hora que se había desmayado. Los médicos la operan en éstos momentos... Al parecer perdió una pierna y la mitad de otra a causa del explosivo. Mi padre... en fin. No había mucho cuerpo que rescatar.
Hubo un tenso silencio por aquellas palabras. Eran los primeros datos que Queen tenía sobre el tema.
-Me gustaría llegar lo antes posible. Me tortura pensar que mi madre se pueda ir y no me pueda despedir de ella... Sarit me dijo que antes de desmayarse la última vez...
Estaba a punto de llorar y se le cortó el habla.
-Dijo que... que estaba orgulloso de mi. A pesar de todo. De que fuera feliz.
Se llevó la palma de la mano a los ojos y lloró. Queen se preocupó por él, mientras miraba a Mary como diciendo "a ver si te cortas con la extroversión que a veces te pasas tres pueblos".
La verdad es que había metido la pata y se sentía mal. Así que se levantó y le abrazó. En otras circunstancias hubiera sido... sexualmente incómodo. Pero estaba tan triste que no tenía tiempo para reparar en un buen par de tetas aplastándose contra su pecho.
-Ay lo siento... no se cuando callarme. Iremos lo más rápido posible, ¿Si?
Le secó las lágrimas con los dedos y sonrió.
-No hay que sentir lástima por los muertitos. Ellos nos esperan en un sitio mejor. ¿Si? Tu padre te espera en un sitio bonito, donde ya no se tiene que preocupar de las cosas de acá.
Era inquietante pero lo decía de veras, ella era ferviente católica, como su abuela.
-Anda, os dejo solos. Dormid algo.
Él asintió, sonándose los mocos en un pañuelo. Ella cogió las manos a Queen y se las besó.
-Olvida lo que dije antes y ya sabes donde estoy pa lo que te haga falta.
Sonrió levemente, luego, tras acariciar el dorso de sus manos un par de veces, se las dejó en el regazo y se marchó hacia donde estaba la puerta de acceso al avión. Allí había una butaca que se podía desplegar como un camastro para el piloto.
Dejar a Kwan solo en ese momento era un problema bien gordo. De haber podido lo habría dejado esposado a un radiador o dentro del calabozo del pueblo y eso porque no existían las tobilleras o collarines explosivos (esos de las pelis que explotan cuando te alejas más de X metros de la cárcel). Acordó con Ladlow que esos días fuera su sombra.
Entre la multitud de tareas que dejó en manos de Amanda estaba recibir a Lester y, cómo para eso tenía que pasar por casa, le advirtió acerca de su hermano. El sexo fácil era una de las drogas de las que debía desintoxicar a su hermano y lo último que necesitaba Amanda en su vida era alguien como Kwan.
Antes de despedirse quitó el manos libres y le preguntó por el tema del sikhismo, Queen nunca había tenido ningún conflicto con Gupta a causa de ello y Udai parecía bastante moderno… cuando le dijo lo que pasaba casi se cae de culo -¿EN SERIO? ¿NADA DE NADA?- Eso quería decir que ese pedazo de tío era virgen!!?? –¡Que fuerte!- “Lo dicho, es mundo es una caca porque la gente no folla en condiciones”. Ella tenía mucho que aportar al tema, no en vano se suponía que su relación con Golan era imposible, religiosamente hablando. Quedó pendiente de hablar largo y tendido (con el suficiente alcohol y helado por medio) cuando volviera y pensaba en tener algunas palabras “muy casuales” con Udai. Ponerle límites al amor es como ponerle puertas al campo, una puñetera aberración.
Pese a que Mary les iba a llevar en su avión compraron billetes para toda la familia en una aerolínea comercial. Un experimento personal… Avisó a Biggs de su ausencia y dejó toda la información de ese vuelo en manos de Ladlow, él sabía por dónde iban los tiros (o las bombas más bien…) y sabría que hacer llegado el caso.
Hizo la maleta como para una semana, todo ropa negra, muchos libros y cosas budistas. Por lo que había leído en internet puede que la comunidad le negara un entierro apropiado a Faisal, por haber permitido que Golan abandonara la comunidad, o que a ella, a sus hijos y al propio Golan no les dejaran participar. Así que estaba decidida a rendirle respeto a su suegro haciendo las preceptivas plegarias de duelo del budismo Won (al que ella pertenecía), aunque Faisal la culpara de arruinar sus vidas. Queen lo entendía igual que entendía la situación de Golan, por eso nunca decía ni una palabra al respecto y por eso era capaz de perdonar.
Atados todos los cabos (incluido quien cuidaba de los gatos), echas todas la llamadas y cerradas todas la maletas Queen se pegó a Golan y no volvió a separarse de él. Como hacía siempre que le necesitaba, lo dejaba todo.
Todo fue de lujo con Mary hasta que sacó el puto tema de Ximena ¡Joder! Le iba a coger tirria a la chiquilla. La mirada que le cascó lo dijo todo.
Entonces Golan soltó aquella bomba informativa, le vino a la cabeza la muerte de sus padres, el trauma de reconocer los cadáveres, las circunstancias… la gente inocente no debería sufrir esa clase de cosas. Asió el brazo de su marido cálidamente. Mary no lo arregló hablando de dónde van los muertos, tratándose de drusos la cosa era complicada de cojones, pero bueno, no tenía porqué saberlo y, la verdad, el más allá católico-mejicano molaba un huevo.
Todos estaban cansados, era normal que hubiera tropiezos, mejor no tenerlo en cuenta.
-Gracias preciosa. Hablamos por la mañana-
Apoyó la cabeza en el hombro de su esposo –Sabes que te quiero verdad? Y que estoy contigo, que te apoyo, que puedes hablar conmigo…- le acarició, el pobre estaba demacrado y con los ojos enrojecidos –Tienes que descansar, vamos a la cama anda- se desabrochó el cinturón. Allí hablarían o no, dormirían o no, se harían arrumacos o no, llorarían, seguro, pero harían lo que Golan necesitara hacer. Se puso en pie y le tomó de la mano –venga, hay que descansar que nos esperan unos días intensos- de camino se acercó a Jon, que estaba a su bola, y le dio un beso en la frente –Te quiero gatito- Lo mismo hizo con los mellizos –No os acosteis muy tarde vale?-
El matrimonio se cogió de la cintura y se retiraron.
Budismo Won:
https://en.wikipedia.org/wiki/Won_Buddhism
https://www.academia.edu/1220859/Won_Buddhism_Is_it_a_New_Religion?auto=download
Irse a dormir a una cama de matrimonio, en un avión. El mundo tenía cosas muy locas, en realidad, y aquella era una de ellas. Mientras, la gente que viajaba en turista iba como sardinas en lata, cada vez con menos espacio para meter las piernas y cada vez con aviones más grandes y rápidos para que viajara el mayor número posible al precio más barato.
Y allí estaban, tumbados en una cómoda cama con cinturón de seguridad incorporado, en la oscuridad de la noche, sobrevolando el territorio continental de los Estados Unidos con dirección al otro lado del mundo. Así era la vida de Queen Choi: un día estás aquí, el otro, allá, y el fin de semana, barbacoa con los amigos.
Y a pesar del peligro, sentía que estaba dejando atrás el tedio de casi dos décadas de vida formal. Estar amenazada de muerte tenía sus cosas buenas.