No queda nadie importante en Gary. Algunos han aparecido con grandes planes para el futuro, pero no ha salido nunca nada de ellos, aunque permanecen en la ciudad. La mayoría de la población de Gary es pobre. Si no lo son, entonces son corruptos. Pandilleros, criminales y drogadictos están por todos lados. La numerosa “regeneración” de cuerpos ha llevado a la ciudad a ser prioritaria para otros proyectos. El dinero público es desviado a cuentas privadas, o usado para actividades criminales. Donde en el mundo real intentan a menudo mejorar la ciudad, en el mundo de tinieblas no les importa. El gobierno de la ciudad es un gran chiste, y la policía tiende a pasar lo más desapercibida posible, haciendo de Gary la capital del asesinato de Estados Unidos.
El viaje por carretera es teóricamente la ruta más fácil para llegar a Gary (casi todas son autopistas, así que la mayoría de la gente utiliza las carreteras del sur para evitar la ciudad). Tiene aeropuerto, aunque es pequeño y viejo, prefiriendo usar los vecinos, más grandes y limpios. Solía haber varios puertos, pero terminaron como parte del erial que se desmoronaba al norte de la ciudad, a lo largo de la costa del lago Michigan, cuando las industrias cerraron. La única ruta para las embarcaciones (al menos oficialmente) es a través del puerto del este de Chicago, siguiendo la costa. La compañía de exportación de Gary opera desde allí, siendo la ruta principal entre Gary y Chicago, para cualquiera que quiera entrar a escondidas. La estación de tren está vacía y abandonada, pues el tránsito ferroviario pasa a través de Gary, sin parar nunca allí.
Gary se encuentra en el Condado del lago, al noroeste del estado de Indiana, entre Fihiting y Portage siguiendo la autopista 20 de la orilla del pequeño río Calumet, cercana a los límites del estado de Michigan e Illinois. El gran río Calumet y la interestatal 90 la atraviesan.
La población estimada el 1 de julio de 1998, era de 108.469, reducida en 8.177 habitantes desde 1990. La ciudad de Gary es más sombría y peligrosa que las áreas circundantes, un efecto conocido por algunos como “La Plaga”. La plaga define los límites de Gary, y todo lo que abarca es un poco más oscuro y amenazador que lo de fuera. La plaga se encuentra al norte de la universidad del noroeste de Indiana, entre Lake Station y Gibson (este de Chicago), extendiéndose hasta el lago Michigan. En su epicentro hay un ejemplo claro de decadencia y corrupción suburbana de clase media, y en los peores sitios un infierno de vigas oxidadas, ruinas siniestras y residuos tóxicos.
El centro ha estado sujeto a la misma decadencia y degeneración urbana que el resto de Gary, pero también es el lugar de donde salen la mayoría de intentos para regenerar la ciudad. Surgen nuevos negocios, para cerrar poco después, y planes cívicos (como el centro de convenciones), fracasan, dejando medio vacíos los equipamientos que difícilmente serán vueltos a usar.
La Estación Central, al norte del centro, es la única estación de tren de la ciudad. Caída en desuso hace años, ahora es un armatoste en ruinas. Su proximidad al centro de la ciudad, y la disponibilidad de mejores localizaciones, ha hecho que no haya sido utilizada por ninguna otra facción sobrenatural. A veces se usa como lugar de reunión semiclandestino, pero es demasiado abierto y obvio para cualquier que se dé una vuelta por ahí. De hecho es la “puerta” al yermo de fábricas abandonadas del norte. Un puente peatonal sombrío cruza las vías del tren hacia el centro, uniendo la estación con el resto de la ciudad.
Justo al sur de éste puente, se encuentra el ayuntamiento. A destacar el aspecto demacrado de sus funcionarios. Todo el mundo que trabaja allí parece estresado y cansado. Un sentimiento de desesperanza impregna el edificio y sus alrededores. Aquel que se dé una vuelta suficientemente larga por el ayuntamiento, notará el continuo, pero infructuoso empeño, para mantener activo y eficiente el lugar. Llegan periódicamente nuevos ordenadores, fotocopiadoras e incluso dispensadores de bebidas, sólo para estropearse a los pocos días. En consecuencia, la mayor parte de la actividad del ayuntamiento, incluye bastantes visitas de camiones de entrega y técnicos de reparaciones. El personal sigue el mismo patrón, con las visitas añadidas de ambulancias y policía cada pocos meses, cuando algún oficinista o funcionario saltan desde el tejado al aparcamiento.
Al oeste del ayuntamiento están el centro de convenciones y el complejo deportivo. Todo el mundo en Gary puso sus esperanzas en ellos, como la mejor forma de regenerar la ciudad. La pieza clave para la reurbanización iniciada por el alcalde Richard G. Hatcher, el complejo con 10.000 localidades, con una pista principal de unos 10.000 m2, fue construido en los 80, junto al Gary Sheraton (conectado por un puente peatonal cubierto, por encima de la carretera), otro fracaso estrepitoso. Aunque el estadio sigue abierto, suele estar vacío.
El Sheraton cerró al poco de abrir, en 1978. El hotel abandonado tiene 135 habitaciones, 2 suites de lujo (la “melocotón” y la “lima”, decoradas a los 70), un salón, un restaurante, y una sala de convenciones para 350 personas. Al lado hay un aparcamiento cubierto para 300 coches. Se esperaba que lo usasen los promotores del centro de convenciones, pero nunca fue así –se retrasó su construcción, terminó siendo más pequeño de lo que debería, y su ubicación no era bastante atractiva para atraer suficientes clientes de fuera de la ciudad. La cuestión era sencilla, no había ninguna razón para que alguien quisiera visitar Gary. Siendo la mayoría de los locales demasiado mediocres para aumentar las demandas de habitaciones, no se pudo mantener abierto. Un año después de abrir el hotel, quedaban menos de 40 empresas en Gary, y sin base económica para sostenerlo, el hotel se fue a la bancarrota. La ciudad empezó a pagar las facturas de los servicios (agua, gas, electricidad, calefacción, etc.) para mantenerlo abierto unos pocos años más, pero en 1983 la ciudad no pudo seguir pagándolas, habiendo de despedir casi 400 empleados de la ciudad. En 1984 estaba cerrado. El aparcamiento de delante del hotel se lo quedó el ayuntamiento, aunque la mayoría de plazas quedan vacías. Las dos “pasarelas” que llevan al hotel permanecen cerradas. Una conecta con el complejo deportivo por encima de la carretera, y la otra (que se suponía debía enlazar el hotel con el centro de convenciones) termina en una escalera, al ser el centro, más pequeño de lo que se pretendía. Como muchas propiedades en Gary, ahora es casi imposible rehabilitar el hotel, ya que de hecho se encuentra en números rojos –sus dueños (ahora la ciudad de Gary) tendrían que pagar para que se lo quitasen de las manos, pero la ciudad simplemente no puede permitírselo.
Sin embargo, parece que a veces se da un uso no oficial al hotel, pero hasta la fecha nadie ha visto quien (o qué) lo utiliza. Y si alguien lo ha descubierto, ciertamente no ha vivido para contarlo, o lo ha olvidado misteriosamente.
Al este del ayuntamiento hay un deslustrado centro de fitness, y el estadio empleado en la liga menor de baseball de Gary. Los Steelheads (el equipo de básquet de Gary) utilizan el centro de convenciones.
Al sur está el “Hotel Gary”, ahora la residencia de ancianos Torre Génesis, y la vacía iglesia metodista de la ciudad (un esplendoroso edificio gótico construido por más de un millón de dólares en 1926, por el reverendo William G. Seaman. Gárgolas y símbolos inusuales decoran la iglesia, muchos de los cuales de significados tan oscuros, que tan sólo la congregación original sabe qué representan. Se desconoce por qué el reverendo Seaman los incorporó en el diseño, y representan un mayor misterio que el uso actual del edificio. La iglesia hizo un uso ambicioso de los escaparates y otros espacios comerciales y de oficinas, del recibidor que da a la calle. Aunque ha estado durante mucho tiempo en desuso, algunos de éstos locales han seguido activos, y las noches de sábado, una de éstas tiendas, una particularmente mugrienta llamada “El perchero de ropa”, parece que ha tenido una pequeña pero regular clientela para algo llamado "La Subasta".
Más al sur se encuentra el Parque Buffington (un lugar al aire libre sombrío, con unos pocos pabellones decrépitos y un camino serpenteante y tenebroso que atraviesa la maleza salvaje) y el “distrito histórico”. Este distrito es una forma bonita de nombrar los edificios más viejos y deteriorados allí aglutinados. Una de las curiosidades de Gary, es que el Ayuntamiento ha calificado de optimistas y atractivos todos sus inconvenientes, para intentar atraer inversores. El distrito histórico es un buen ejemplo de ello. Todo aquel que siga por este distrito llegará a la mansión de Modius. Este decrépito edificio sirve tanto como refugio del Príncipe, como Eliseo de la ciudad.
Al sudoeste de la mansión está el Cementerio Tolleston y en el extremo sur de Gary está el campus de la Universidad del Noroeste de Indiana. A pesar de que no es precisamente la mayor universidad del mundo, parece que está libre de gran parte de la influencia maligna de la ciudad, indicando el límite entre la zona plagada, y las áreas más agradables del otro lado.
En el extremo este del centro, se encuentra el olvidado Holiday Inn. Probablemente es de la década de los 60 por su diseño. Está situado junto a la Autopista de las Dunas (NdT: nombre que se da al tramo de la Autopista 12, que va desde el este de Gary, hasta la Ciudad de Michigan), una arteria muy congestionada, siendo una de las principales rutas entre Detroit y Chicago. La construcción de nuevas vías a ambos lados, separaron el motel de la ruta principal. Era más barato viajar al sur de Gary cuando pusieron un peaje en ésta. Condenada a una existencia lúgubre, destinada a aquellos viajeros perdidos que se habían equivocado de salida terminando en el Holiday Inn, lentamente le pasó lo mismo que al resto de negocios de la zona. Ahora una valla rota lo rodea. El edificio de dos plantas en forma de “L”, da a un enorme aparcamiento, y la piscina ha sido vaciada, quedando sólo algo de agua de lluvia en el fondo.
Al noreste del Holiday Inn está el Parque Marquette. Es la parte más oriental de la zona plagada. El parque contiene una casa de baños en ruinas, diseñada por el famoso arquitecto George W. Maher (1864-1926), siendo el primer ejemplo de arquitectura modular del mundo. Este histórico edificio, sufrió la erosión continua de la arena de la playa y las dunas. Con los años se ha ido llenando de tierra, cubriendo casi todo el suelo.
Periódicamente alguien del Ayuntamiento organiza la limpieza, pero nunca dura mucho, ya que cuesta demasiado reparar las grietas de las paredes. Cerca de allí se encuentra el lugar donde Octave Chanute realizó sus pruebas con planeadores, en la década de 1890. Estas fueron la base para la primera máquina voladora de los hermanos Wright. La casa de baños cayó en desuso en la década de los 70, conocida también como el “Aquatorium o el Museo de Aviación” (NdT: se inventaron el significado de la palabra Aquatorium, como “el lugar desde donde ver el agua”, para desasociar la estructura con su antigua función de casa de baños), aunque no haya ningún museo allí. Este es otro ejemplo del Ayuntamiento, para intentar hacer de Gary una ciudad atractiva.
Al noroeste del centro de Gary, está el Aeropuerto de la ciudad, pequeño, lóbrego, y desfasado. Pocos viajeros lo usan. Más al oeste se encuentra el Este de Chicago.
Los páramos del norte de Gary merecen una mención especial. Esta área, a lo largo del lado sur del lago lago, separa del todo Gary del agua. Aparte de unas pocas carreteras que la cruzan, y del puente peatonal a la desierta Estación Central, es de difícil acceso desde el centro. La mayoría de las industrias de la zona se han ido, dejando una vasta extensión de zona industrial “fantasma”. Todo lo que ocurra allí pasará desapercibido. El yermo se extiende unos 12 km por la costa del lago, siendo un lugar evitado por la policía.