Partida Rol por web

Estas últimas semanas han sido tranquilas. Muy. Tranquilas.

La franquicia regional de InSpectres de la cual ustedes forman parte (recordemos que InSpectres es una multinacional con cientos y miles de subdivisiones) no ha tenido demasiados casos que resolver últimamente. Como bien saben, la principal fuente de ingresos es el footage que el cameraman que los sigue a todos lados pueda registrar, y mientras mas "jugoso" sea, más visitas tendrán sus videos y más pasta recaudarán. Así es como funciona el sistema. Pero por desgracia, lo mas sobrenatural que capturó Manuel el camarógrafo ha sido un video de un niño que se cayó de cabeza de un tobogán, rebotó sobre el suelo y tumbó a una vieja que pasaba causándole una fractura expuesta. Las cosas han estado muy tranquilas...

En este momento se encuentran en su base de operaciones, un bunker viejo que ha sido reacondicionado (han barrido una vez con una escoba que ya estaba ahí) y sirve como oficina principal. En el centro hay una mesa de algún tipo de material metálico, muy pesada como para moverla y por sobre esta cuelga un tubo halógeno fluorescente que ilumina a duras penas el lugar. Un par de gabinetes y organizadores de los años 60 adornan el espacio reducido, sin que nadie sepa que contienen en su interior, puesto que como casi todo en este sitio, ya estaban ahí desde antes. 

En la cabecera de esta mesa ovalada se encuentra sentado John, con los pies arriba y las manos en la nuca, mirando al techo con los ojos cerrados. John es un hombre de unos 50 y largos años, pero en buena condición. Es el CEO encargado de esta franquicia, quien toma los pedidos de la gente y busca trabajo para usted (y se lleva una buena comisión). Viste un pantalón de gabardina, mocasines y un saco de tela gris con parches en cada codo. John suspira y les dice:

- "Creo que esto de cazar fantasmas no nos está funcionando. Alguno sabe otro oficio? Si no facturamos algo estos días, tendremos que cerrar y dedicarnos a otra cosa" 

Por favor, cada uno describa su Personaje, y también cómo se siente, qué es lo que desea, y qué le responde a John.

Comenzamos el juego!

Con aspecto duro, botas negras, mezclilla; con la pistola a buen recaudo y oculta por mi chamarra negra entro con calma, atento siempre a cualquier ruido extraño. Al ver a nuestro jefe sonrío.

-Hey, Johny. ¿Aún sigues vivo? Ya me hacía tomando tu puesto, para mover mis cosas a tu escritorio. Piensalo, no tendría que cambiar el nombre de la oficina.

Leon entra por la puerta con cara de cansancio, lleva un café caliente en una mano y con la otra se quita el sombreo mientras se deja caer en una silla minúscula y polvorienta que está al lado del archivador. Lleva puesto un traje con camisa y americana.

- "Hola Jefe..."

Leon es un hombre bastante entrado en kilos con pelo rizado y sonrisa afable. Es un buen tipo, aunque quizás le guste beber y apostar a los caballos un poco más de la cuenta. Antes era agente de seguros, pero cuando le echaron entró InSpectres para (intentar) pagar las facturas.

Se siente un poco hambriento, y a decir verdad lo que realmente desearía es estar ahora mismo de vacaciones en Honolulú con un margarita en la mano. XD

También desearía que su sobrina se recuperase de su enfermedad mental y sacarla del manicomio, claro, pero no sabe cómo.

- "La cosa está fatal"  - dice con cara de circunstancias - "Si hay fantasmas o cosas raras definitivamente nos rehuyen. Quizás podríamos poner un anuncio en los periódicos buscando gente poseída. O inventar un aparato detector de hombres lobo."

"Yo antes era vendedor de seguros, podríamos intentar vender pólizas anti-poltergeist para inquilinos en casas encantadas" - murmura mientras mira al techo.

Andaba trasteando en mi rincón, tratando de hacer algo útil para el grupo. Siempre había trabajado reparando las cosas que compraba mi padre en su tienda de segunda mano en el sótano de casa y de paso inventaba o trataba de crear algo nuevo con cosas sobrantes. Nada con un objetivo fijo. Por eso andaba siempre perdida.

Hasta que me contactó Inespectres para trabajar como su técnico y reparar y crear cosas para un mundo que sabía que existía, pero que no me atrevía a entrar sola. Había grabado más de una cinta buscando voces, psicofonías, las voces de los muertos o del inconsciente de uno mismo. Habían muchas teorías sobre aquello. Pero jamás me atreví a escucharlas después y allí estaban, en casa, en un cajón. Decenas de cintas vírgenes sin saber si contenían algo o no, grabadas todas en sitios distintos.

Pero eso ya no importaba, ahora tenía algo mejor... hasta que el jefe dijo aquellas palabras. Entonces dejé lo que estaba haciendo y le miré. - Yo... yo puedo salir adelante con... mi... mi conocimiento de... de tecnología... - Dije con timidez, casi en un susurro que a más de uno le podría costar oír. - Solo... solo tengo que se-seguir trabajando con mi padre.

Era joven y un cerebrito. Saqué buenas notas en el instituto y una beca para la universidad. Aún estaba eligiendo cual era la mejor para mí y mientras, mataba el tiempo allí, quizás terminando de buscar mi camino.

- Tiene que haber algo ahí fuera... - Dije con mi timidez a nuestro jefe. - Pero si nos quedamos todos aquí metidos, no lo vamos a encontrar. Quizás deberíamos buscar en el edificio más antiguo de la ciudad. ¿Alguien sabe cual es? Podemos ver si sale una psicofonía en ese lugar... tengo mi grabadora con una cinta virgen... pero siempre me da miedo escuchar lo que se graba sola... si es que se graba algo... la verdad es que tengo cintas grabadas por media ciudad, todas ellas etiquetadas por fechas y lugares, pero no las escuché nunca por miedo... si no os apetece salir, quizás no sea mala opción que me vaya a casa a por ellas y las escuchemos todos juntos... así no lo pasaré tan mal. Si sale algo, tenemos sitio donde ir...

John da un bostezo donde casi parece descolocar su mandíbula y aspirar tanto aire como puede para luego exhalarlo en un aliento que evidencia rastros de tabaco y sushi del día anterior.

John a John: 

- "Vas a verme muerto antes que te deje esta oficina a cargo, muchacho"

John a León:

- "Ya he intentado con publicidad en diarios, pancartas en avionetas, hasta anuncios en los taxis, y no hay caso. Aunque lo de las "pólizas-por-si-acaso" no es mala idea..."

John a Agnes:

- "Me gusta tu fe Agnes, quizás si ponemos un emprendimiento de reparación de aires acondicionados, hasta que aparezca algún caso, podremos sacar algo de pasta..."

Con una sonrisa forzada, John vuelve a mirarlos intentando no mostrar desesperación por el dinero que no llega, cuando de repente el ruido estridente de un viejo teléfono de línea suena en el ambiente. John atiende.

- "Hola? Sí, somos nosotros...momento, más despacio, sí, sí, exacto."

John toma rápido una libreta y anota unos garabatos.

- "Ahí estaremos. Si llegamos en más de 30 minutos la consulta es gratis"

John a todos:

- "Buenas noticias! Tenemos un caso!"

El semblante de John se transforma y su sonrisa ahora parece sincera. Les da una dirección y dice que acabó de hablar con un hombre que sonaba histérico, el cual decía que encontró un muerto cuando salía de su trabajo. 

Les toca investigar que ocurrió, quien es este muerto, quien lo encontró y por qué lo mataron. Habrá sido un accidente? Hay algo más ahí que no sabemos?

Jimmy es un joven de veintipocos años, de pelo rubio que generalmente lo lleva alborotado, piel muy clara, con pecas y ojos azules. Va vestido con ropa sencilla, Camisa de franela a cuadros rojos y azules, pantalones vaqueros, botas de montaña bastante hechas polvo y tirantes. Podría pasar perfectamente por uno de esos "rednecks" que viven perdidos en las montañas. 

Lleva metido en el bolsillo trasero del pantalón un cuadernillo de esos de crucigramas y sudoku, tema con el que sabéis, está obsesionado. 

Parece tranquilo, como si no estuviese muy atento a la conversación. De hecho, incluso parece tener la mirada perdida hasta que de pronto parpadea y mira a su alrededor como intentando comprender lo que sucede. 

...un caso

La voz de John de pronto le retumba como si esto fuera lo primero que dice y lo gritara directamente dentro de su cabeza. 

Jimmy cogió la nota y leyó la dirección. 

-Así que un muerto ¿eh? Bien...

Luego miró hacia atrás. Le parecía que había alguien. 

-Anda, ni más ni menos que Agnes, John y Leon. Estaba hablando con John de un caso...espera, que vosotros también venís. Es eso ¿verdad? Vale, bien, ¿quién trajo coche? Recordad que si tardamos más de media hora en atender el caso, vamos de gratis ¿Leon? Seguro que podemos confiar en ti para esto ¿verdad? Vamos, grandullón. La empresa pagará la gasoiina. 

- "Claro Jimmy, tengo el coche aparcado ahí enfrente. Podemos ir todos en él. ¿Alguien tiene alguna cámara para grabar lo que ocurra?"

Leon tiene un Cadillac descapotable 1964, un tanto viejo pero grande y robusto.

Iba a ofrecerles ir en mi dodge charger de 1970. Ya había conseguido que las ventanillas subiesen y bajasen con las manivelas. Un verdadero alivio para mí, porque temía que me lo robasen cuando lo movía por la ciudad. Le llamaba Rocko, no por el actor porno, sino por el incesante ruido del motor que llegaba a ponerme nerviosa.

El tubo de escape petardeaba y llevaba el capó sujeto con alambres al frontal del vehículo porque ibas conduciendo y se abría solo. Era la herencia de mi abuelo. Lo compró para arreglarlo junto a mi padre y lo que hicieron fue sentarse a ver como se iba pudriendo con el paso del tiempo, mientras se bebían unas cervezas a su lado.

Mi padre me lo dio cuando me saqué el carné en el instituto y tardé un año en lograr que arrancase y se moviese. Creo que mi padre pretendía que no conduciese nunca y ese coche fue mi motivación para aprender mecánica y a reparar cosas. Eso sí, la calefacción tampoco funciona. Si la conecto sale humo negro... Sí, ya sé, tiene mucho trabajo por delante aún, pero no quiero deshacerme de él. Fue de mi abuelo, luego de mi padre y ahora mío.

- Yo llevaré mi grabadora. - Como siempre. - Y acabo de medio arreglar una cámara de vídeo pequeña, de las habituales que compran todas las familias... - Me moví por mi zona buscando la cámara. Iba a vendérsela a mi padre para sacar algo de dinero, pero si nadie tenía nada decente para grabar, era la única opción. - Lleva tarjeta de datos y aún tengo que ver que la pasa con las cintas, que se las come y las rompe, pero como no tengo ninguna ahora, no será problema usarla.

Mi timidez me ganaba por la manga, quizás no me hubiese escuchado nadie salvo el cuello de mi camisa. Me había puesto colorada al decir lo de la cámara y hasta había sudado al añadir lo demás.

Observo y escucho buscando la forma más eficiente. Como sugerencia antes que como una orden.

-Si gustan puedo irme con Agnes. Manejaré detrás de ustedes y así ella puede grabar en el camino si algo pasa. No estoy diciendo que vaya a pasar algo, pero... siempre hay que prevenir. Además, seguro que nos dará un toque más profesional.

- "Qué, ya no me necesitan?", dijo Manuel (el camarógrafo) mientras sostenía una vieja Panasonic AG-455 entre su mano y su hombro derecho. Este hombre calvo de mas de 50 años los miró a todos, y luego exclamó al aire:

- "Saben qué? Renuncio! Nunca se valoró mi trabajo, me pagan miserias, no tengo afiliación a un sindicato, y ahora ignoran mi existencia. Cómo si ustedes pudieran realizar mejores tomas que yo! Me voy, y me llevo mi equipo conmigo. Ya extrañaba volver  a grabar bar mitzvah y bodas, ahí pagan mucho mejor.

Manuel toma su equipo y sin mediar palabras y antes que el jefe John pueda intentar persuadirlo, sale del bunker hacia un destino que nunca sabremos. 

John los mira, un poco desconcertados y responde:

- "Bueno, quién tiene hambre? Aquí les dejo las raciones para el camino, ustedes saben que InSpectres siempre los cuidó y los cuidará bien, que las palabras de Manuel no queden en sus cabezas, el siempre hablaba tonterías. Sindicatos? ja! que cosas...bueno, en marcha.

Les deja una bolsa de maní (unos 200 grs aproximadamente) y unos 10 dólares para gasolina.

La noche comienza a adentrarse en esta ciudad, y el otoño marca sus primeros coqueteos con el invierno por medio de una ventisca fría que levanta un par de hojas secas de la calle y se las tira por el rostro. 

Ha oscurecido y un muerto los espera.

Jimmy miró el billete de diez con decepción antes de cogerlo. Bueno y quien dice el billete, dice la bolsa de manises. Miró el billete a trasluz para ver si era bueno. Jimmy nunca se había fiado de los rotuladores esos, ni de la historia esa de los rayos X para billetes. Solo su ojo y la luz del sol atravesando el billete, haciendo su magia, era todo lo que necesitaba para saber si un billete era bueno. Lo era. 

-Con 10 pavos para gasolina, me temo que tendremos que ir en un solo coche hasta la parada del autobús. Por cierto ¿alguien sabe quién era ese que se fue enfadado? Me quiere sonar, pero no caigo. Bah, es igual. Venga, vámonos cagando leches. Que el tiempo corre en nuestra contra. 

- "Pero... Manuel... oye vuelve, que ha sido un malentendido..." - pero Manuel ya estaba alejándose por el pasillo- "Caramba, qué mal se lo ha tomado" dijo Leon encogiéndose de hombros.

- "Me parece una excelente idea, John, podemos ir en dos coches"- dijo a John Doe, y dirigiéndose a Jimmy: "Vámonos ya, y comparte ese maní de camino. Agnes, John nos vemos allí en un rato" y salieron.

Un segundo después vuelve a asomarse por la puerta: 

- "Jefe, estaba pensando que si ahora nosotros vamos a grabar las tomas... debería pagarnos el sueldo de Manuel no?" - con sonrisa sarcástica antes de salir corriendo y ahorrarse la bronca del Jefe.

Nos montamos en el Cadillac y miro por un momento a Jimmy.

- "Ponte el cinturón, agárrate y mira esto"

El coche lleva un depósito Nitro oculto que permite una aceleración de 0 a 100mph en menos de 5 segundos. 

En menos de dos minutos y esquivando el tráfico y cruzando semáforos en todos los colores freno bruscamente en la dirección facilitada.

- "Ahora ya podemos comernos el maní con calma" - dice sonriendo :)

Tras ver la estampida del tipo aquel que no sabía que existía hasta ahora y es que nunca le vi en el reality, quedaba claro que quedábamos mi cámara yo. - Vamos, verás como en los últimos arreglos Rocko ha mejorado y mucho. Será mejor que te pongas el cinturón o puede que al pisarle te deje en tierra. - Sonreí a mi compañero de viaje y arranqué el coche... tres veces. A la cuarta parece que aguantó el motor, pero se caló al salir. En ese momento vimos el coche de Leon esfumarse dejando un montón de polvo detrás suya.

Al ritmo de pu-pu, chiki-puck- chiki-puck, pu-pu, chiki-puck, chiki-puck, el coche comenzó a moverse lentamente. - Tiene que calentarse... lleva dos días parado. - Y aún con 40º al sol, hubiese dicho lo mismo. El coche comenzó a moverse más deprisa, pero ese ritmo no se iba. Lo peor de todo era el petardeo del tubo de escape en cuanto el coche se calentó, que unía un chás a lo que ya de por sí parecía una canción instrumental, que hacía que mejorase el sonido, pero no el estado de Rocko.

- Creo que voy a tener que parar un momento... un poco de aceite no le vendrá mal. - O un camión entero por como suena. Espero que siga bien cuando vuelva a arrancarlo.

Han llegado a destino. Algunos con ciertas dificultades. Si existiera un registro fílmico de como Agnes y John Doe llegaron al lugar sería algo así:

Por el momento tu carro, Agnes, ha quedado inutilizable. Fue demasiado el estrés para esa pobre máquina y quizás sea hora que pase a mejor vida o que encuentre un destino nuevo como chatarra.

Nuevamente reunidos los 4, notan que la dirección a la cual concurrieron pertenece a uno de los mas famosos restaurantes de comida rápida del mundo, y particularmente este es el que se encuentra a pocos metros del Mall principal de la ciudad.

Lo que de día es un festival de gente, sonidos y espectáculos, de noche carece de toda alegría. Los relojes digitales marcan la hora 20, algunos otros cronómetros mas antiguos marcarán las 20:05 (todos sabemos que ciertos relojes tienen por costumbre adelantarse cuando se están por quedar obsoletos), pero lo cierto es que ni los perros tienen ganas o ánimos de pasearse a estas horas de la noche por la calle.

En ese momento logran ver como la puerta principal del establecimiento se entreabre, un rostro asustado los mira y les dice:

- "u...ustedes son los investigadores?"

La entrada no se abre del todo, por lo que apenas pueden distinguir los rasgos de esta persona, quien aparentemente es un adolescente flacucho y con el uniforme de McDonals como vestimenta principal.

Suspiro al llegar como quién ya lo ha vivido todo. Definitivamente, si hay pruebas que pusieran al límite los nervios de un homber, sería una experiencia como esta. 

Con todo el peso de la vida, mi ropa aún seca y una fina película de sudor en el rostro desciendo.

-Agnes, creo que para la próxima mejor conduzco yo.

Con la expresión aún dura por la presión de viajar con Agnes me acerco al tipo de la puerta mientras de mi chamarra saco unos guantes negros.

-Si, somos nosotros. Y tranquilo, podemos ocuparnos del trabajo. Somos profesionales y ya hemos realizado este tipo de trabajos varias veces.

- "Sí, venimos de InSpectres ¿qué ha ocurrido? ¿nos puede mostrar dónde está el cadáver?"

Mi coche quedó hecho un asco. Menos mal que solo íbamos dos.

- Adios a mi herencia familiar. - Dije con lágrimas en los ojos al ver al pobre coche así. Aunque ya había rodado lo suficiente en esta vida, ahora debía velar por los demás en el cielo de los coches...

Cogí la cámara de vídeo al ver que Doe no se animaba a hacerlo y me puse a grabar el edificio por fuera y el momentazo en el cual llamamos a la puerta y Leon se presentó como uno de los miembros de InSpectres. El vello se me puso de punta cuando mencionó eso de cadáver. ¿No era un fantasma lo que veníamos a ver?

La noche parecía enfriarlos un poco más. La luna, que hasta ese momento se dejaba ver clara y completa, de a poco se iba tapando por las inmensas y oscuras nubes que comenzaban a cubrir el cielo. 

Como recién habían llegado no se percataron de la mezcla de aromas del lugar, pero ahora, ya con varios minutos en ese enorme y vacío estacionamiento se hacen evidente los olores a grasa y aceite. 

A lo lejos se escucha un aullido triste, un perro hambriento quizás, o un hombre lobo transformado en contra de su voluntad por la luna llena. Como sea, estaba suficientemente lejos como para que sea una preocupación para ustedes.

Miran nuevamente a este joven, con un examen un poco mas certero pueden notar que evidentemente es alguien que apenas llega a los 18 años de edad, un muchacho muy delgado de nariz aguileña y ojos claros (ahora rojos, posiblemente por el llanto y el horror que experimentó, aunque también es probable que haya estado fumando ciertas hierbas prohibidas). 

- "Pasen, rápido por favor, no quiero que lo que sea que esté dando vueltas entre!"

El joven los hace pasar, y se presenta:

- "Mi nombre es Otto, llamé a su número porque el 911 me daba ocupado, y cuando por fin me atendieron pensaban que estaba bromeando. Luego traté de llamar a los bomberos pero me dijeron que estaban de huelga hasta que el gobernador les consiga mangueras nuevas. Así que los llamé a ustedes, era lo mas parecido a alguien con autoridad que pude encontrar. Ustedes pueden arrestar gente verdad? Aquí hubo un asesinato! Estábamos cerrando ya el turno, terminando la limpieza y dejando todo ordenado para mañana con mi compañero Julio, a quien le tocaba sacar la basura. Yo solo lo vi salir, por la puerta de atrás y nunca volvió. Como se tardaba mucho, decidí ir a buscarlo, y ahí fue cuando lo encontré, al lado de los contenedores, boca abajo. En realidad es solo una manera de decir, porque ya no tenía boca, ni ojos, ni nariz, no tenía cabeza. Alguien decidió matar a mi compañero y decapitarlo!

En ese momento, Otto quiebra en llanto y entra nuevamente en shock, lleva su mano a su boca como queriendo cubrir algo, pero es inútil, además de lágrimas Otto lanza un vómito desde su boca, una reacción esperable en estos tipos de trauma. También se tira un par de pedos.

- "Disculpen. Es el estrés. Que vergüenza. Necesitan saber algo mas o quieren inspeccionar el cuerpo? No tengo idea de que se hace en estos casos."  

-Hiciste bien en llamarnos, hijo. - Le doy unas palmaditas en las espalda -Nosotros nos ocuparemos. Lo primero es asegurar que todo lo demás esta cerrado y que solo estamos nosotros. Luego, debemos empezar con la investigación.

Jimmy parecía haberse quedado como tantas otras veces enfrascado en sus cosas, mirando al horizonte, cuando el chaval apareció. Solo cuando empezó a hablar pareció percatarse de su presencia, parpadeó y miró al muchacho con extrañeza, pero sin decir nada. Su cerebro fue procesando las palabras mientras intentaba hacerse una idea de la situación. 

-De modo que el muchacho presuntamente asesinado se llamaba Julio. Salió presuntamente a sacar la basura por la puerta de atrás y no volvió y cuando pasado un rato, fue a buscarle a ver qué sucedía, le encontró muerto y decapitado. Entiendo...¿cuánto tiempo pasó entre que salió y usted fue a buscarlo?¿Me podría confirmar si realmente salió a echar la basura?

Un montón de parámetros comenzaban a cruzarse en la mente de Jimmy intentando hacer cábalas sobre lo sucedido, pero con tan poca información las posibilidades eran infinitas. Quizá Julio había salido para entrevistarse con alguien y éste le hubiese matado por un ajuste de cuentas. Quizá fuese algo accidental, quizá un accidente laboral...cualquier cosa era posible.