Partida Rol por web

Habrá que hacerlo por las malas... - dijo Jones mientras salía del despacho con su asfixiante atmósfera, sin dar ninguna clase de explicación al resto.

Quizá podamos encontrar algo útil al fin y al cabo. - dijo para más sí que para nadie más mientras abandonaba el lugar.

Niego con la cabeza imperceptiblemente al considerar todos los conflictos que hay que saltar en un tiempo que no tenemos, y retiro todo el metal en contacto, replegándolo a mi propio cuerpo. El Sr. Jones ni siquiera necesita una confirmación vocal, y eso que con todo el humo que hay por las granadas yo juraría que ni puede verlo bien. Pero la oscuridad es cosa suya, como la explosión de tinieblas de hace un rato, y quién sabe qué pretenderá hacer ahora. -Esto me sobrepasa. -Digo, apartándome del lector complejo. -Vapor, Eartho, es vuestro. Me repliego a cubrir. -Termino, avanzando hacia la salida mientras afilo un par de espadas cortas. Nunca se sabe qué es lo que puede aparecer...

Rorschach giró la cabeza hacia la salida. Como respuesta a las palabras de Jones corrió hacia las granadas de humo y las pateó contra la puerta. Primero una y luego otra. Tras ello se sacudió la gabardina y volvió con sus compañeros.

- Cretino- fue lo que atinó a mascullar.

Se preparó nuevamente. Se le acababan las opciones y el arsenal, así que rudimentario y simple sacó un cuchillo y lo empuñó con la mano izquierda, dejando en la derecha la pistola. Se colocó a una distancia prudencial de la puerta y esperó.

- Creo que te necesitaremos, Eartho- dejó caer con una mezcla de orgullo y aceptación, a sabiendas de que era, quizás, el que se encargaría de aquello.

Francamente, visto el historial no dudaba en que Jones bien podría estar haciendo progresos por su propio lado, pero, seamos sinceros. Para vestir como un ejecutivo y comportarse como un rico pedante ese meapilas tenía el compañerismo de un cubo basura y el trabajo en equipo del eslabón perdido. No contaba con el, ni quería hacerlo. Casi lo hubiese hecho antes en Roland Reed dadas las circunstancias. Al menos era... educado.

Las partículas practicamente indetectables del cuerpo de Charles se transformaron a gran velocidad en el cuerpo del ex bombero que había sido hasta entonces su compañero.

El hombre sonrió a los demás y en especial hacia R. Aquella mujer había sido su compañera y sentía que, de todo aquel grupo, era en la única que podría confiar llegado el momento. Luego hizo un gesto con la mano a Eartho, Aún no tenía muy claras sus habilidades y mucho menos después de verle escupir fuego por la boca.

Lo mejor es que nos dejéis este asunto a nosotros dos solos. Salid de la habitación por lo que pueda pasar. Yo soy capaz de controlar los estados del fuego y convertir mi cuerpo en humo como habéis podido comprobar. Además, puedo calentar esta puerta y dejarla al rojo vivo, aunque lo mejor sería comenzar por las bisabras.

Aunque no perderíamos nada si alguno de vosotros le pega un fuerte puñetazo a todo ese sistema de reconocimiento, quizá con un simple puño se abra, estos aparatos tan sofisticados son como los móviles de ahora, que no duran absolutamente nada.

Si eso no funciona pasemos al plan que digo. Entre Eartho y yo calentamos todo esto y luego que él trate de reventar la puerta, que por lo que habéis dicho, parece que no se le da nada bien. ¿O alguno tiene alguna idea mejor? Dijo mirando especialmente a Jones que se creía el cabecilla y líder del grupo y que siempre ponía alguna pega a todo lo que se decía.

A ser posible, proponed ideas en lugar de vetar las de los demás. Concluyó ahora fulminando a Jones con la mirada.

Aunque no perderíamos nada si alguno de vosotros le pega un fuerte puñetazo a todo ese sistema de reconocimiento, quizá con un simple puño se abra, estos aparatos tan sofisticados son como los móviles de ahora, que no duran absolutamente nada.

Al oír aquello Rorschach miró el panel. Se sintió tentado de quitarse la máscara, desvelar el rostro de Rosalia otra vez y de disparar una bala contra el sistema de seguridad o hender el cuchillo dentro, pero finalmente desechó la idea y se contuvo, retrocediendo un tanto más en base a lo que había dicho Vapor Negro. No estaba seguro de que acometer violentamente contra el sistema de seguridad fuese a abrir la puerta, temiendo, por contra, un cierre como alarma en última instancia. También se resistía a abandonar sin más la habitación, retrocediendo lo andado hasta el final, pero se echo un poco atrás, y lo haría más si veía que aquello se volvía insoportable para su organismo.

- Yo tengo una pistola y un cuchillo- dijo en tono sarcástico mientras retrocedía.

Era, a su modo, una forma de bromear. Vapor Negro acababa de explicar al detalle sus poderes, pero R no tenía nada de eso, así que solo podía decir aquello. Sí, tenía un chaleco antibalas corporal en la gabardina, y algún pequeño truco más oculto, pero poca cosa. Había gastado ya casi toda su munición, salvando la pistola.

Hecho eso espero impertérrita a que Eartho y Vapor trabajasen, o a que Jones apareciese soltando alguna perla lírica diciendo que le podían peinar las canas.

Veo que lo tenéis controlado. - dijo Jones, aunque no quedó muy claro si lo decía en serio o era puro recochineo hacia las palabras de Vapor Negro.

Se quedó parado un segundo en el umbral de la puerta y sacó una pitillera y un zippo del bolsillo del pantalon.

Se giró y añadió. Eartho, no tenemos claro qué buscamos por lo que mejor asegurarnos que no lo aplastamos ni volamos todo por los aires.

Dicho eso, se alejó por el pasillo mientras encendía un pequeño puro.

Como siempre había pasado desde que se formó el grupo, a la hora de proponer aparecían incontables ideas, cada cual ponía su culo más o menos a salvo y, en este caso concreto tanto Vapor como él mismo eran las piezas principales.

-Agradezco de buena manera toda la confianza que ponéis en mí para que me encargue de la puerta -al no tener ninguna expresión en su cara, no se sabía con que intención lo había dicho-, pero os olvidáis de una cosa importante. No sé si es que no tenéis ojos o lo que os preocupa es vuestro carnoso y rosado culo, me falta una mano -alza el muñón izquierdo y en su voz se nota el dolor de la pérdida- por no hablar de que estoy malherido, más de lo que el resto podáis soportar. Así que sino hay otra opción, tendré que enfrentarme a una jodida puerta más, pero ya es hora de que algún otro haga de cerrajero. Como todos vosotros, yo también aprecio mi vida.

Sabía que al final se uniría a Vapor en la labor para reventar esa última puerta y salir de allí con lo que sea que han venido a buscar. Pensándolo fríamente, ninguno de ellos podría hacer nada para superar ese último obstáculo.

Me detengo un instante, camino de la puerta, cuando dos granadas de humo pasan una detrás de la otra rebotando por el suelo propulsadas por una buena patada. Oh, las chiquillerías entre esos dos... Y es entonces cuando Eartho saca a colación un concepto obvio, tan obvio como mirar, pero que se me había pasado por completo. Me llevo la mano al casco, sin espada, como tratando de pasarme los dedos por los ojos. Lo cual es imposible, claro, con esto puesto, pero se intenta. -Bueno, no se me da tan bien como a ti, pero quizá pueda echarte una mano... de manera literal. -Digo, retrocediendo sobre mis pasos hasta llegar a la mole por el lado de la mano buena, a la que le echo un rápido vistazo para luego poner mis palmas un instante a su alrededor. Mediciones, mediciones... Una vez hecho, doy una vuelta por su espalda hasta el otro brazo, y le pongo mi mano sobre su antebrazo, un poco más allá del muñón. Entonces empiezo a explicarme, mientras un metal líquido plateado empieza a fluir de la palma a Eartho, formando un brazal justo al borde de donde debería empezar la mano. -No será de piedra, pero será fuerte. Aunque vas a tener que decirme qué quieres que haga, o que haga copycat de la otra mano. Y por supuesto, nada de lava. Si vas a volver a hacer eso de escupir, deja que me aparte primero, y te la vuelvo a montar. -Y montar es el concepto, pues mientras hablo, una copia reflejada de la mano de Eartho se ha ido formando a partir del brazalete, sujeto al brazo del gigante de piedra. Retrocedo un paso, dejando como única unión al brazalete un cable de un dedo de grueso, que llega hasta mi palma. -Una puerta más y nos abrimos con Elvis.

Su inexpresivo rostro se queda mirando a Steel mientras le examina la mano buena. Sentía curiosidad por saber que demonios intentaba hacer, aunque no preguntó, simplemente observó. Estuvo a punto de retroceder cuando aquel fluido plateado comenzó a aderirse a su muñón. La réplica era buena, al menos fiel a su otra mano, aunque no podía articular ningún movimiento aunque lo intentara. Era extraño.

-¿Te importa empezar con los preparativos? -dijo a Vapor- Empieza derritiendo las bisagras y cualquier cosa que veas que pueda sujetar la puerta, para evitar destruir lo que hemos venido a buscar, la arrancaré de cuajo, pero me va a hacer falta una ayuda.

Sin esperar respuesta por su parte, se volvió hacia donde estaba Jones, que había puesto tierra de por medio. Aquello le había tocado la moral, más que nunca.

-¿Qué demonios crees que haces? -dice dándole un manotazo al puro y tirándolo al suelo- Ya habrá tiempo de celebrarlo cuando salgamos de este agujero y, sino le importa a su eminencia, reúnete con el grupo. Sea lo que sea que haya ahí dentro, lo afrontaremos todos juntos. Ya me he cansado de aguantar palos por todos, especialmente por ti y tu actitud. Si estás en esto, estás con nosotros y lo harás en la boca del lobo, como todos.

Hey, hey, tranquilo, fiera. - dice Jones dando un par de caladas al puro. - Aquí la dama - señala a R - había decidido poner ambiente discotequero - hace un gesto a las bombas de humo - y yo soy más de jazz.

¿Mi actitud? - sonríe - No voy a entrar a discutir porque tengas un mal día, antes no te importaba pero si tu plan es ponernos todos bien juntitos y pegaditos para ser mejor blanco, sin controlar si vienen refuerzos...

-Si tienes algún otro plan alternativo, soy todo oídos, sino tienes nada que añadir, como viene siendo desde que entramos en esta instalación, te digo que te vengas con nosotros. Ya sé de sobra que huyes de la acción debido a tus ¿nulas? ¿inexistentes? habilidades de combate, por llamarlo de alguna manera. Pero cuando esto termine, si es que termina de una maldita vez, querrás ponerte una medalla, darte golpecitos en el pecho y reclamar tu parte del mérito. Todos sabemos lo que hemos hecho y la pregunta es ¿qué has hecho tú desde que entramos aquí?

Acto seguido, se gira dándole la espalda y vuelve a la puerta, a la espera de que Vapor empiece con los fuegos artificiales.

Eartho, Eartho, que seas grande y tengas mucha fuerza no quiere decir que puedas intimidar a todos cuando te enfadas. - responde Jones tranquilamente. - Mientras te movías camuflado tranquilamente, cosa que será raro para ti, o mientras camelaba al guarda de la entrada para que nos abriese la puerta, nos enseñase las cámaras y nos diese acceso libre no te escuché protestar y, de haber salido mal, era yo quien estaba delante.

¿Quieres creer que no he hecho nada desde que entré aquí? - dio un par de golpecitos al puro para quitar la ceniza - Perfecto, cuando te pregunten sobre los miembros del equipo, podrás decir eso y rezar porque ellos - hace un gesto a su alrededor - piensen igual.

Y no, no tengo una fuerza descomunal ni juguetitos brillantes ni poderes de combate - da un paso hacia delante, sosteniendo la mirada a la mole de piedra sin ningún atisbo de miedo y con un tono de voz más dura - pero más vale que tengas claro que no me han puesto aquí por mi cara bonita.

¿No quieres utilizar tus poderes para la consecución del objetivo? Perecto, cojamos la puerta y vayamonos ahora mismo, la primera ronda la pago yo. - otra calada al puro - Pero si no, deja de tratar de jodernos a todos porque hayas tenido mala pata y terminemos cuanto antes.

Tras escuchar las palabras de Jones, Charles sintió algo que no había sentido antes. Sentía que Jones tenía razón y que sus palabras tenían sentido. Efectivamente todos habían tenido un papel en aquella aventura, quizá algunos mayor que otros, pero al fin y al cabo, todos habían aportado su granito de arena y aunque lo de Jones parecía "más fácil" o "menoso peligroso", aquello distaba mucho de ser real.

Era normal que Eartho estuviera mosqueado, aquella misión que tan solo era un simulacro se había cobrado una gran parte de su cuerpo, y el dolor le hacía estar irritado y el objetivo más claro era Jones. Esto también debía entenderlo.

El caso es que mientras Charles daba vueltas a sus ideas, negaba con la cabeza tras escuchar las palabras de sus compañeros.

Charles no habló, no dijo nada, simplemente se limitó a lo que había dicho. Comenzarían dirritiendo las bisagras, o al menos parte de la estructura, seguramente sería lo más eficaz.

Había un fallo en el plan del equipo. Un pequeño fallo que Charles tardó poco en descubrir cuando se puso a examinar la hoja de la puerta en su forma ígnea: No tenía bisagras, era una puerta de apertura lateral, como todas las que se habían encontrado en el complejo subterráneo hasta el momento.

Tendrían que pensar una alternativa.

Rorschach bufo e inspiró hondo, mirando uno a otros los presentes.

- Ya basta- ordenó en tono frio y aséptico-. Mientras Jones no abre la boca, nos entendemos, así que- levantó la pistola y apuntó con el silenciador a la cabeza del diletante- cierra el puto pico ya y ábrelo solo para dar ideas útiles- accionó el martillo del arma, preparando el percutor al mínimo roce-, porque te juro por Dios que como vuelvas a mofarte de un miembro del grupo te meto una bala en el ojo. Y créeme, no estoy de cachondeo.

Sin dejar de apuntar a Jones con el arma y pulso firme, señaló la puerta con la otra mano.

- Eartho, eres hasta donde sé el único que puede abrir eso- aseguro el tono concesivo, intentando ensalzar el mérito del coloso-. SteelBlade podría, pero tardaría demasiado tiempo, y esto es una competición contrarreloj. Si le meto una bala al sistema corremos el riesgo de activar un doble sellado de seguridad- con la mano libre se retiró la máscara hasta la nariz, dejando a la vista el mentón y los labios de mujer-. Necesitamos que la abras tú por la fuerza, aunque tengas que sacudir el centro de la tierra. No hay nada que no puedas atravesar- estaba piropeando, ciertamente, por necesidad-. Si puedo ayudarte de algún modo , lo haré, pero esta no es mi área. y en principio dependo de ti y de Steel.

Señaló a Vapor con la mano libre, encañonando todavía al Señor Jones. Y más le valía no decir otra jilipollez si quería conservar los ojos en sus cuencas.

- Vapor, Steel y yo te cubriremos con todo lo que tengamos en cuanto la abras- aclaró como colofón final, sin incluir al único miembro del grupo a quien, obviamente, no podía pedir nada-. Si nuestro quinto miembro espera de verdad sacar algo útil de todo esto, hará lo mismo.

Y con ello, volvió a taparse el medio rostro y esperó, impertérrita o impertérrito, a que Eartho se postulase. Rorschach actuaba solo, sin compañía, y no se le daba en absoluto también trabajar en equipo, y menos hacer de líder. Pero estaban dándose de golpes unos contra otros, desistiendo en el avance, y no podía permitirlo. Si tenia que intentar coordinarlos, lo haría.

Sus ojos se clavaron en Jones y su mano buena se cerraba en un puño y se abría repetidas veces, mientras la otra quedaba inerte con su brillo metálico.

-Por todos los demonios, ni siquiera merece la pena -dice refiriéndose a Jones, estaba más que harto de todo esto. Abriría la puerta y todo esto terminaría de una vez por todas-.

Continua sus pasos hasta la puerta, aunque esta vez tenía en mente algo distinto para abrir esta última. No se la quería volver a jugar a recibir algún otro impacto en cuanto hubiera hueco para disparar.

-Steel, voy a necesitar un poco de ayuda para utilizar esta mano -esperó la confirmación del mismo- necesito que la mano tenga esta postura -le indicó la forma de la misma* y esperó a que su mano prestada obtuviera la forma deseada-.

Preparado para abrir la última puerta, utilizó la fuerza de sus brazos para clavar las manos en la superficie. Acto seguido, utilizó sus habilidades para debilitar la pared en torno al marco, por arriba y por los lados. Una vez hecho esto, utilizando su fuerza bruta, tira hacia él para arrancar la puerta de cuajo y retroceder unos pasos cargando con ella. Si había alguien al otro lado esperando para dispararle, esta vez se llevaría una decepción.

Jones seguía fumando impasible mientras la mujer con suficientes complejos como para desbordar la Presa Hoover le apuntaba con el arma.

Lanzó un par de aros de humo al aire y siguió disfrutando de su habano hasta que Eartho le habló.

En ese momento solo sonrió y asintió a la mole de piedra.

La combinación de vibraciones y fuerza bruta de Eartho hicieron ceder el marco de la puerta lentamente hasta que los bordes de la hoja quedaron al descubierto. Ayudado por Charles, que en su forma ígnea iba sobrecalentando los raíles y las presillas magnéticas que mantenían la puerta cerrada para debilitar su fuerza, pudo extraer, no sin un esfuerzo titánico, el medio metro de metal blindado que protegía el interior de la cámara. Steel, que había mantenido a base de fuerza de voluntad la forma de la mano sustituta que el gigante de piedra había perdido, tuvo que retirarla en ese momento debido a la tensión a la que estaba siendo sometido entre el calor, la presión y las vibraciones.

Al otro lado del hueco pudieron atisbar un corto pasillo de paredes metálicas pulidas que daba, a través de un par de escalones descendentes, a una sala de buen tamaño pobremente iluminada por una serie de halógenos de baja intensidad situados a intervalos regulares en el techo.

Dos islas con grandes paneles holográficos dominaban la sala de unos doce metros de ancho por unos quince de largo y la dividían en tres pasillos entre los que se movían una decena de técnicos uniformados al estilo de JeriCorp que monitorizaban todos los datos reflejados. Cada panel tenía una serie de pantallas anexas en las que se mostraban cascadas de números, diagramas de barras y otras representaciones gráficas para interpretarlos y diversas vistas de las calles de la falsa ciudad, de la fábrica de North Central y de los pasillos del complejo subterráneo. Una gran pantalla, que ocupaba buena parte de la pared contraria al pasillo de acceso y que estaba vigilada por dos hombres, mostraba un mapa completo de toda la caverna que contenía la simulación de SubCity y situaba a todos y cada uno de los simulacros que hacían las veces de habitantes. También estaban reflejadas la localización del equipo de aspirantes, así como su estatus actual y toda la información que se había obtenido de ellos durante la prueba.

Todos los elementos de la habitación indicaban que se trataba de una sala de control central desde la que se había monitorizado a los aspirantes desde el mismo instante en que abandonaron el anillo de seguridad junto a Carbono.

En el momento en que irrumpieron en la sala un sonriente Rolan Reed les salió al encuentro. Los técnicos, que hasta ese momento se habían mantenido ajenos a la irrupción, se volvieron para presenciar el encuentro, algunos de ellos con una clara expresión de tensión en el rostro.

Jones sonrió y dio unos toquecitos al puro, asegurandose que la ceniza no manchase su pantalón que, pese a todo, parecía estar completamente limpio y con la ralla planchada.

Vaya, así que esto era todo, ¿no? - dijo a Reed. - Ratones en un laberinto con techo transparente bajo el ojo clínico de un ciéntifico de bata blanca... ¿tenemos que cruzar una línea de meta o ya podemos abrir un buen bourbon?

Dio una lenta y profunda calada al puro, dejando que el humo saliese por las comisuras de su boca mientras seguía aspirando un poco más, mirando a Reed desde detrás de la casca invertida de humo que él mismo provocaba.

Concentración, esfuerzo y tratar de no retirarme con todo mi esfuerzo mientras tengo que ir adaptando posiciones con la mano metálica. La verdad, cuando salgamos de esta creo que me va a tocar practicar un poco más formaciones extrañas para situaciones absurdas o descontroladas. Ya tengo un par de trucos en mente desde hace un buen rato con el Sr. Jones, pero se me están ocurriendo unos pocos más para diversas ocasiones. Y también tengo que hacer algo con ese hueco que tengo, y que tanto molesta... Perdido en mis pensamientos, continúo trabajando bajo las órdenes de Eartho esforzándome para abrir la siguiente puerta. Cuando ya casi está y no puedo aguantar más, aviso al gigantón con la mano libre todo un segundo antes de verme obligado a retirarme, pero lo hemos conseguido. Antes de pasar a la siguiente habitación, preparo una cuchilla de mano, y entonces entro. Buscando a Elvis, nos hemos encontrado con el sistema del Show de Truman. Si no fuese porque la puerta no solo no estaba camuflada sino que era nuestro destino, casi pensaría que nos hemos colado por donde no deberíamos. Pero la aparición de un doctor-malvado-campodefuerza aparece con una sonrisa en la cara, un par de cosas se aclaran. -Bueno, si esto acaba aquí, estaría bien que alguien me recogiese la bufanda de fuera. -Digo, como el que no quiere la cosa, bajando el brazo afilado. Pero no la guardia, que nunca se sabe...