A Nacho se le complicaba hacerse la idea de que una persona tan aplicada en el combate fuera tan descuidada en la conducción. La agresividad sí que tenía sentido.
_Es cierto, estamos muy guapos. Cuando terminemos con esto tendríamos que irnos de fiesta... o asaltar un banco. O ambas cosas. ¿Qué creen?
No lo decía en serio pero sí lo aparentaba. Es que con Borra allí todo se hacía muy fácil.
Se sonrió al ver el trato que tenía con el personal de seguridad. Se alarmó por un momento cuando le pidieron dejar las armas, pero fue apenas un acto reflejo que no llegó a durar un segundo. Si las necesitan, la chica se encargaría de recuperarlas. Al fin y al cabo eran de ella, preferiría dejarlos a ellos allí y no a las armas.
Sí se alarmó un poco más cuando pidieron las invitaciones. Esa parte no la entendió. ¿Por qué tenían dos invitaciones si eran cuatro personas? Claro, podía ser que fuera una invitación por grupo. Claro que quedaría un grupo de tres y uno de uno, si es que pretendían sostener que Eileen era su hermana. Como fuera, extendió la invitación que había tomado.
_Sí, aquí tiene, sírvase.
—¡Hala! ¡Estás muy guay, David! —exclamé abriendo los ojos como platos al verlo llegar. ¡Su look era la leche!
—Um… —Miré de arriba abajo a Nacho con su nueva ropa. No me parecía que hiciese mucho juego con la mía—. Podrías haberte puesto más elegante, ¿no?
Luego, cuando se puso a hablar de su familia, empecé a sentirme un poco triste. Lo que contaba daba bastante pena. Me hacía darme cuenta de que yo había tenido un poco de suerte comparada con otros.
—Yo tengo un hermano. No lo he visto desde que me secuestraron y me llevaron a ese sitio. Ni a mis padres —murmuré agachando la cabeza.
Por otro lado, lo siguiente que dijo sí que me animó un poco. Sonreí al oír eso.
—Je, je. Y espero que tú seas un buen hermano mayor. —Tras sus comentarios sobre si podría mantener la ilusión, la deshice, volviendo a mi apariencia real—. Bueno, vale. Ya me la volveré a poner cuando nos acerquemos al sitio.
Una vez preparados, nos subimos al coche y nos pusimos en marcha. Cuando vi que llegábamos al edificio, activé nuevamente la ilusión, adoptando la apariencia de antes. Me puse un poquitín nerviosa al ver que investigaban el coche, pero todo fue bien.
Me divirtió ver lo bien que conducía Bora. Casi parecía una piloto de carreras. Tras bajarnos del coche les dio unas invitaciones a Nacho y a David.
—¿Y yo? ¿No tengo invitación? —pregunté decepcionada—. Supongo que yo también me llamo Ivanov, ¿no? ¿Y de nombre de pila? ¿Cómo nos llamamos? Yo quiero llamarme Alice.
No me esperaba que Bora se desentendiese de nosotros y nos dejase allí plantados. Me puse un poquitín nerviosa. Todo debería ir bien si nos ceñíamos a nuestro papel, pero si algo salía mal nos meteríamos en un buen lío.
El tipo de la entrada no preguntó, pero, para mantener las apariencias, me pegué a Nacho y puse cara de tímida, mirando los alrededores con curiosidad.
Ante el imprevisto de las únicas dos invitaciones y sin haber preparado los grupos de cómo íbamos a entrar en el lugar, cuando Nacho se adelantó dando una de las invitaciones junto con Eileen mire algo nerviosa a David mientras mi mente trabajaba. Vale, ellos pasaban como hermanos, pero, ¿Y nosotros?
Así, cuando nuestro turno llego con invitación de apellido de Ivanov en nuestras manos, me acerque a David para susurrarle algo al oído delante del propio guardia sin que él me escuchara.
—Actúa como mi intérprete, por el apellido y mi palidez no sería difícil justificar un acompañante de ese tipo. Habla por mi.—No era la mejor idea que podía pensar, pero con el tiempo que había dispuesto era decente y valida.
Así, tras alejarme de su oído y tender la invitación a las manos de David, espere que fuera él quien hablara y entregara lo conveniente al guarda con el fin de levantar la menor cantidad de sospechas.
Sin duda no habían pensado aquello todo lo que debían, pero tampoco era demasiado grave, al fin y al cabo lo importante era entrar. Por suerte Lilia pensaba rápido y llegó a su misma conclusión, así que agarró la invitación y se la extendió al vigilante sujetándola entre sus dedos índice y corazón.
—Buenas noches, aquí tiene la entrada de la señorita Ivanov, se alegra de haber podido venir, ya que al parecer, la velada promete bastante.
Tras entregar la invitación abrió los brazos en cruz para que le registrasen y encontrasen la pistola que llevaba, al final casi se alegraba de no haber encontrado una pistola de oro, porque no iba a pegar tan bien con el papel que finalmente le tocó interpretar.
El hombre observa las invitaciones y les mira, no parece que haya problemas mientras dice:
Deberan dejar aquí sus armas.
Tras lo cual les permite le paso sin problemas. Al entrar pueden ver que el lugar es una sala realmente grande, con unas escaleras al fondo. El lugar esta lleno de gente que están de pie hablando entre ellos con una copa en la mano, varios camareros pasan de un lado a otro con toda clase de aperitivos y bebidas.
Al observar un poco pueden ver a personas con aspecto peligroso, algunos incluso puede que les suenen de ser delincuentes buscados. Sin embargo, lo que quizás mas les puede llamar la atención es que Bora habla animadamente con varias personas, es como si la conocieran de antes.
El lugar ademas cuenta con una barra en donde algunas personas están pidiendo algo de comer o beber, una especie de escenario en donde un dj esta poniendo la música ambiental, de momento tranquila y donde ademas hay una pantalla con una especie de atril a un lado.
Al verles entrar Bora les mira y hace una indicacion con la cabeza, para que miren a un lado, allí pueden ver un pequeño grupo de hombres con aquellos uniformes y armados guardando una puerta
El tema de las invitaciones aparentemente era una formalidad, o estaban muy convenidos de que cualquiera que tuviera su correspondiente invitación podía pasar. Dejar las armas, sabiendo que gracias a Bora podían recuperarlas cuando quisieran, tampoco fue un problema.
Una vez dentro, todo fue muy raro para Nacho. Era la primera actividad social que tenía en añares. Por supuesto, había interactuado con la gente del centro y sus rescatistas, pero era la primera desde su infancia en "el mundo real".
_Casi lamento haber comido tanto antes -comentó a sus compañeros, viendo todas las posibilidades en cuanto a comida y bebida, y algunos sabores que o no recordaba o nunca había probado-.
La indicación de Bora les hizo pensar que allí estaba guardada el arma, junto a todas las otras cosas que fueran a subastarse. Iban a tener que ser pacientes. Decidió comunicarse mentalmente con Bora.
Cita:
Viendo que el tipo de la entrada insistía en que dejásemos las armas allí, me pregunté si conocía los poderes de Bora. Seguramente no. Yo al final me había traído solamente un cuchillo, que dejé sin problemas donde él dijo.
—¡Vaya…! ¡Cuánta gente! ¡Es una pasada! —exclamé quedándome boquiabierta.
No dudé en coger algo para picar cuando pasaban los camareros. Tras tanto tiempo en ese centro, no me podía creer que pudiésemos coger lo que quisiéramos.
Me fijé en que Bora hacía señas hacia una puerta. Me acerqué a Nacho y le hablé en voz baja, con la boca llena.
—Bora ha señalado hacia esa puerta. ¿Crees que el arma estará ahí detrás?
Nacho no estaba seguro de haber podido ocultar su gesto de sorpresa al escuchar la pregunta de Eileen. Intentó recomponerse pronto para disimular y simplemente se encogió de hombros, respondiendo con total naturalidad, como si estuvieran hablando de algo intrascendente.
_Supongo que sí, seguro que así es.
Tras ello enlazó a todos.
Cita:
Al ver semejante despliegue David no pudo evitar acordarse de cuando sus padres montaban alguna fiesta elegante en casa y a ellos los mandaban a la cama, aunque siempre intentaban colarse a escondidas. Empezó a picar de todos los platos que pasaban por delante suya, pero al escuchar la voz de Nacho en su cabeza volvió a centrarse y agarró un par de copas para disimular, extendiéndole una a Ilia.
—Aquí tienes, para hacer más llevadera la espera.
Entonces todos pudieron escuchar la voz de Carla en sus mentes, pero no la extraña voz de cuando hablaba a través de David, sino una voz femenina joven y bastante alegre.
Podemos observar a ver quien entra y sale de la sala, y si vemos que alguien lo hace de forma repetida, yo podría intentar meterme en el para espiar. Tendríamos que montar alguna escenita para que nos chocáramos con él o algo, porque según David nota una pequeña molestia cuando lo hago.
Bueno si, no es algo exagerado, pero si que se nota cuando lo haces. Aun así… bueno, nada, supongo que podría ser una idea.
La impaciencia de Carla por actuar era tan evidente como las dudas de David al respecto.