Maldita sea...
-Daichi, lleva a tu hermana y a los demás al autobús. Entrad y cerrad las puertas, hacer de contrapeso con lo que podáis. Puede que el autobús no sea infalibre, pero parece bastante seguro, al menos para protegernos de "ellos" mientras salgamos. Y si de camino, nos encontramos casualmente con una masa de apestosos... Por mí no hay problema en jugar a la apisonadora. ¿Qué os parece?
Miro detenidamente a los demás, para ver su reacción.
Elevando el tono lo justo para que sólo me oigan los de nuestro grupo.
– Rápido subamos a un autocar y con él podremos ir a rescatarlos. A pie no conseguiríamos salir vivos después.
¿Puedo subirme al techo del autobús? Quiero que vayan al mogollón y bajar de un salto para pegar palazos xD
-Al fin...- murmuro exhausta al ver a los chicos. El peso de Satoshi comenzaba a cansarme, pero al fin estábamos junto a los demás y quizás podríamos salir de allí cuanto antes, aunque la situación, era algo caótica y preocupante, pero al menos, no estábamos solos.
Los sonidos de aquellas criaturas resultaban extraños, diferentes a los anteriores y por ello, giro la cabeza en dirección hacia ellos y me percato de un grupo de personas.
-Esas... personas...- balbuceo al tiempo que mis ojos se abrian poco más de lo normal -necesitan... ayuda- aparto la mirada del grupo y la fijo en la chica rubia, en la hija de la directora.
-¿Habrá algún herido?
Preocupada, me pongo de puntillas para intentar ver algo, rezando para que puedan protegerse hasta que podamos ayudarlos.
-Tenéis razón, tenemos que subir al autobús, y ayudarlos desde allí. ¿Qué si no podríamos hacer?
¿Jugar a la apisonadora? Espero que el autobús resista, en ese caso. No me gustaría nada la idea de salir corriendo rodeada de ellos.
Puedes intentarlo, pero tendrias que escalar literalmente por un mar de carne putrefacta zombie.
Si quieres subir al tejado de un autobus sin zombies alrededor, puedes hacerlo sin problemas.
La directora se acerca a Aoki y a Satoshi, ya que la chica apenas puede seguir llevando al chico a cuestas. Pasando el brazo de Satoshi con cuidado alrededor del cuello, la directora ayuda a los jóvenes de avanzar. Aoki, tenemos que danos prisa en subirlo al autobus. Este ritmo tan excesivo no le sentara bien. Tenemos que encontrar un lugar seguro para que descanse y se recupere, y pronto.
a uno libre de zombies, precisamente, al que se suban los demás xD
eso, o que alguien conduzca otro para embestir a la masa... que mi pj conducir, lo que se dice conducir, ni una bici sabe xD
Satoshi sintió el cambio de peso y la ayuda de la profesora. Tan solo sabia que debía descansar, aquella situación le estaba destrozando. El autobús parecia una buena idea...pero era un autobus, no un trailer, quizás no resistiria...
Asiento a las palabras de la directora, agradecida por ayudarme con el peso de Satoshi.
-Si directora, yo me encargaré de él en el autobus- miro a Satoshi y comienzo a preocuparme por su semblante -Todo saldrá bien, Satoshi- lo animo frotando una de mis manos en su no lastimado brazo.
-Pronto directora, subamos- le digo con firmeza, encaminándonos hacia el autobus.
Me espero a que la directora y la chica suban a Satoshi, e insto a Miyako a subir lo más deprisa posible, para ir yo detrás.
¡Sin ruido, sin hacer ruido!
El corazón me late tan deprisa que parece querer echar a volar, pero intento controlar mi respiración, y así estar en silencio.
Al llegar junto al autobús mas alejado busco la llave con su número.
Una vez abierta la puerta me quedo al lado para que vayan subiendo los que no están armados.
– Rápido no os entretengáis.
Cuando suba el ultimo lo hare yo.
Miro a la persona que parece va a conducir, y le hablo en voz baja con determinación.
-¿Piensas dirigir este cacharro hasta la masa de esos locos, o voy a tener que coger otro?
viiiva nuestro conductor-conductor-conductor xD
Lentamente, todos consiguen subir al autobús, hasta que finalmente todos se encuentran dentro (con la excepcion de Liam, que se sube al techo del autobus, espada en ristre)
¡Tendre que conducir hacia ellos, para limpiar un poco la zona!- le grita la directora a su hija. Espero que aguante. ¡Sujétate fuerte!
De modo que la directora cogió las llaves y arrancó el autobus. Al principio parecia que le costaba manejarlo, pero la zon estaba tan llena de monstruos que era imposible fallar a algo. A su paso, los otros quedaban reducidos a miembros mutilados y visceras, pero algunos aun se movian. Las ruedas comenzaron a atascarse, pero al menos seguia avanzando.
Desde lo alto, Liam pudo ver quienes eran los humanos vivos que luchaban contra los muertos: tal como algunos os temiais, es el grupo que mandasteis en la otra direccion en el pasillo: Saeko, Takashi, y los demas. Aunque gracias al autobus el numero de cosas que los rodeaban ha descendido, su situacion sigue siendo desesperada.
Me agarro como puedo al techo del autobús, aguantando un precario equilibrio que cada golpe parece reducir. Espero que el pasarles por encima sirva para algo.. aunque sea para retrasarlos.
Al acercarnos lo suficiente, nuestras sospechas se confirman, ya que se trata efectivamente de nuestros compañeros.
Por encima del ruido producido por el motor y el jaleo, grito para que Rin me oiga, aunque seguramente sea innecesario:
-¡Mamá, tienes que acercarte lo máximo posible! ¡En cuanto podáis, abrid las puertas y ayudadlos a entrar!
Espero a estar lo suficientemente cerca como para descender de un salto y unirme a su grupo para ayudarlos en la huída.
Estoy con el extintor sentado en el primer asiento del pasillo atento por si alguno de aquellos intentara subirse a nuestro autobús.
– Vigilar no haya alguna ventana abierta y se nos cuele alguno.
¿Pero que intentara hacer desde el techo no lleva ninguna pica* aparte de lo peligroso que es?
*Lanza de unos 3 metros.
Gracias por la aclaración, no se que haria sin ti.
Sujetaba a Satoshi y dejaba que su cuerpo descansara en el mío. Temía por los dolores que podría sufrir con los movimientos frenéticos del autobus. Esperaba que no sintiera mucho dolor, pero sabía que aquello era casi imposible.
-Resiste...- susurro cerca de su oído. Esperaba que la directora nos sacara cuanto antes de aquel lugar y nos llevara a un lugar seguro, para atender a los heridos, descansar, comer e informarnos sobre la situación de la ciudad y de nuestros familiares.