Partida Rol por web

HLdC: Misión en la Galia

Día 7

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26/12/2011, 16:34

Ahora si que si, ahora esto si que está caliente. Sólo quedan 3 personas sin aviar en la aldea gala. Y que tres. Por un lado Obelix, por otro su fiel perrito, y por otro Falbalá que sigue siendo la jefa de la aldea. Después de que Karabella saliera del pueblo arreando a casa de su hermano en Lutecia, nos encontramos con que todo cristo se va a dormir y a la mañana siguiente aparece un cartel en la pescadería en el que pone " Vuelvo en 5 minutos" Y como todos nos ha pasado de ir a hacer alguna gestión y preguntar por el funcionario de turno y que nos digan "que ha ido a desayunar y vuelve en 5 minutos) todos sabemos que Ordenalfabetix ya no va a volver. Y eso sólo puede significar una cosa. Que lo mismo su pescado no era tan fresco, y aparte, que lo han aviao. Ya sólo quedan 2 personas y un perro. Cómo en el día de hoy no salga el culpable os podeis dar por jodidos. Que Tutatis os guie y os ilumine. 

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27/12/2011, 00:13
Obélix

Y ahora... ¿Qué hacer? Todo estaba muy negro para el pobre Obélix. Por un lado, a Falbalá, su querida y dulce Falbalá. Y por otro, estaba su fiel compañero, el pequeño Ideáfix. Y ahora resultaba que uno de los dos era un aviador. Desde luego, Obélix estaba en un aprieto. Ahora, más que nunca, necesitaba a su amigo Astérix.

Obélix tenía que concentrarse, y pensar. Pero pensar mejor que antes, ya que había resultado que Karabella no era una aviadora. Por un lado tenía a su perrito. Bien era cierto que había veces que no había aparecido en todo el día, y eso era muy sospechoso. Pero Obélix no quería desconfiar de su perrito. Aunque Karabella dijo que a veces era mucho más listo que su dueño, y ahora estaba aviada. ¿Sería eso verdad? No, definitivamente no. Eso no podía ser.

Por otro lado, estaba Falbalá. La dulce Falbalá, el amor de Obélix. Astérix siempre decía que las mujeres traían problemas. ¿Debía de desconfiar de ella? ¿O tal vez Astérix estaba equivocado y le pasaba otra cosa más típica de Grecia? Obélix no sabía muy bien que quería decir esto último, pero ahí estaba. ¿Podría ser Falbalá una aviadora? Obélix no lo creía. Aunque bien era cierto que había tardado muy poco en recuperarse de la muerte de Tragicómix. ¿A lo mejor debía Obélix de ver a través de la bonita fachada de la muchacha?

El galo estaba hecho un lío, todo esto le daba dolor de cabeza. ¿Qué iba a hacer él, fiárse del mejor amigo del hombre, o fiarse del amor de su vida?

Por delante se le presentaba una difícil decisión, pero tenía que tomarla, o lo mismo, mañana estaría aviado...

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27/12/2011, 16:23
Falbalá

Estaba claro que Falbalá había fracasado como jefa de la aldea y ella lo sabía. Se encontraba en una situación difícil. Uno de los dos era el aviador. O bien el buenazo de Obélix o el inofensivo Idefix. Jamás se le habría pasado por la cabeza que uno de los dos, era el responsable de tanta violencia y caos en la aldea.

¿Quién de los dos era? No tenía ni idea. Tan sólo esperó en silencio a escuchar los argumentos de ambos.

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28/12/2011, 15:27
Idefix

Asterix... Asterix les habría venido de perlas ahora mismo. Sólo quedaban en la aldea gala Obelix, la bella Falbalá y el propio Idefix. Uno de ellos era responsable de aviar a media aldea y la única certeza que tenía el pequeño can era que él no era, no, no y no, de ninguna de las maneras; pero, entonces... quién? La hermosa mujer o el repartidor de menhires?

Se alejó de ambos y trató de concentrar sus instintos de cazador. Era pequeño, sí, pero en su interior, el pequeño Idefix era todo un rastreador. Algo debía haber que pudiera delatar al aviador.

Apenado por sus anteriores fallos al elegir, lo pensó durante algún rato, gruñendo de frustración. La joven no había tomado parte en todas las votaciones, pero sí señaló tanto a Asuranceturix como a Filatelix mientras que Obélix... Obélix... ¿había señalado a alguno de los aviadores? ¿Podía ser que hubiese evitado señalar a uno de sus compinches, desoyendo las últimas palabras de Astérix?

Tal vez, tal vez...

Saltando sobre sus cuatro patas, Idefix se encaró a quien siempre fue su amigo, a quien le alimentaba y cuidaba. ¿Se estaría equivocando al posicionarse de esta manera? Era un riesgo, un gran riesgo, pero todo parecía indicar que así eran las cosas. A los pies de Falbalá, Idefix lanzó un hondo gruñido a Obélix y ladró.