Partida Rol por web

La luna aún estaba tras las montañas…

Las criaturas del Cónclave se reunían en torno al cuerpo del Minotauro… algunos portaban piedras y flores para dar sepultura a su cuerpo…

Otros debatían lo que podía haber pasado… Otros cerraban los ojos y dedicaban silencio a la sepultura…

Bargas se acerco al cuerpo del Minotauro y dijo:

La muerte te ha llegado… pero el miedo no llenó tus ojos…

Se agachó para entornar sus ojos… los cerró con su manos y se levantó…

Dio varios pasos buscando un lugar donde pensar en lo ocurrido… Pero de repente un dolor inundó su pecho… el corazón le ardía…

Gritos de agonía se unían a llamas que abrazaban su cuerpo…

Larga fue su agonía… y tras el largo trance una explosión de luz… y tan solo su chaqueta quedaba en el suelo… y el rastro del fuego en donde sus pies se alojaban…

Con el albor del sol las criaturas que se habían despertado primero me sacaron de mi meditar silencioso en el que me encontré durante toda la noche. A diferencia de los demás, los demonios tengu no dormíamos, tan solo descansábamos en una duermevela durante las horas nocturnas para recuperar fuerzas sin llegar a soñar jamás, sin llegar al sueño profundo que alcanzaban otros seres y, aun así, el minotauro yacía muerto en aquel concilio. 

Levantándome con aire solemne, observé el cuerpo sin vida de aquel mágico ser y endurecí el rostro sabiendo que aquello tan solo acababa de comenzar. Tan pronto como el resto de criaturas fue despertando, fueron lanzadas raudas teorías al igual que sabias sobre qué o quién habría hecho algo así. Sin duda la medusa habló con elocuencia aunque el orco hizo algo que quizá fuera contraproducente pues nos llevaría a un ciclo sin fin:

-Maese piel verde cuidad vuestras palabras pues nos llevarían a la confusión total. Soplan malos vientos ahora en este concilio pues la hora de las sospechas y las intrigas no han hecho más que comenzar.- ,dije al tiempo que me acercaba al cuerpo del minotauro, -Sin duda alguna la desconfianza reinará ahora entre todos los miembros de este concilio pero debemos dilucidar quién ha podido llevar a cabo tal afrenta contra el mundo mági.....-

Antes de poder concluir, vi como aquel brujo del miedo estallaba en un haz de luz tras una terrible agonía. Como acto reflejo desenvainé mi katana y me puse en guardia. Aquello era terrible pues otra criatura del mundo mágico desaparecía ante nuestros ojos:

-Que los vientos huracanados del norte nos lleven....qué demonios ha pasado.-

Los ojos infantiles de la serpiente se clavarón el sufrimiento de aquel - ¿Pero que ha pasado, no lo entiendo?- dijo el pequeño acercando sus manos ante el ser, intento curar su dolor con sus pdoeres pero estos poco surtían efecto - Ometéotl señor de la dualidad, por que no me permites ayudar a este ser agonizante- dijo la serpiente pero sus esfuerzos fueron en vano.

-Solo ha quedado dolor y sufrimiento- Agregó al ver sus esfuerzos frustrados - el cuervo tiene razón debemos andar con cuidado y cuidar nuestra lengua.

La mayoría de los seres mágicos ya habían llegado al lugar del asesinato del Minotauro, muchos permanecían estáticos sin decir ni una palabra...otros mostraban su temor ante lo ocurrido y otros daban opiniones acerca de los intereses de los traidores...cada palabra que salía de los labios de medusa, aunque lógicas, hacían despertar ciertas dudas acerca de su persona, de sus intereses reales en el cónclave.....

A veces es mejor callar....sus palabras caen como jarras de agua fría en el resto del cónclave, está despertando desconfianzas que quizás sean innecesarias...- pensé para mí-

Divagando en mis pensamientos apenas me percaté de que el señor de oscuro, Bargas se hacía llamar, se acercaba al cuerpo sin vida del Minotauro y decía unas palabras, se levantó y dando pasos hacía atrás buscando un sitio en el que apoyarse, cansado quizás por algún conjuro realizado, sin más lanzó un grito sobrecogedor y una explosión de luz inundó el lugar.

- Pero ¿Qué ocurre? ¿Qué le pasa?

La luz me cegó, sin pensármelo agudicé el resto de mis sentidos y me puse en disposición de ataque, por lo que pudiera pasar. Tras unos segundos la luz desapareció y donde estaba el señor de negro solo quedaba un cerco de fuego y una chaqueta humeante.

- No logró entender....ante nuestro ojos han actuado y no hemos podido hacer nada, esto cada vez se torna más negro...nos demuestra una vez más los vulnerables que somos ante el o ellos.- les digo a mis compañeros-

¿Qué ha sucedido?

Asombrado, el genio observó la reacción para nada esperada de Bargas, quien cae destruido, sin resquicio alguno de su cuerpo. Por primera vez, su rostro parece impresionado, aunque, poco después, vuelve a bajar la cabeza...

No...Aquello responde a algo. Quizás un mal hechizo...Quizás nisiquiera tenía que ver con aquella reunión. 

Miró a los demás...A lo mejor algún otro tenía que estallar, o destruirse... pensó con sorna.

Habían caído ya dos y el Ogro apenas había despertado de su ciénaga. Estaba harto de que lo encasillaran en las mismas películas pero parecía que esta película no era del tipo que a él le gustaban, parecía que habían hecho una trigésima parte de Shrek, pero esta vez la habían hecho de terror. Al ogro no le gustaba esto. No señor...

Sentado lavando mis plumas de repente la primera muerte. NO había conseguido dormir en toda la noche y me estaba empezando a impacientar el estar parado sin hacer nada. Pero ¿dos muertes? Cuando a minotauro le sigue Bargas ya empiezo a ponerme nervioso. NO podemos seguir parados sin hacer nada...

- Amigos, intentemos encontrar algunas pistas en los cuerpos de los dos que ahora faltan. - Vuelo hasta el cadaver de Bargas - ¿nadie ha visto nada esta noche? ¿ni habéis oído nada tampoco? - Estaba algo desorientado. Dos muertes tan pronto... esto no traía nada bueno.

Mnatícora regresa junto al centauro y el ángel de su ronda por el lugar. Al llegar se percata de que había un caido, el gran y poderoso Minotauro.

- Ha caido el Minotauro!? Esto es inpensable, nosotros rondamos y no nos percatamos del deceso. Definitivamente hay un grupo organizado eliminandonos, a comenzado el desastre...

Tras la muerte inesperada de Bargas, el sombrerero entró en trance. Miles de pensamientos desestructurados fluyeron por su mente sin control alguno. Entre tanto caos pudo vislumbrar duendes, genios, criaturas del bosque, dioses y animales. Todos estos seres se fundian con los cuatro elementos, aquellos que desestabilizaban su cordura y aumentaban su locura. Puso todo su empeño en establecer un poco de lucidez a esta alucinación pero le resultaba imposible. El fuego poco a poco iba perturbando aun mas su paranoía; evaporizando el agua, incinerando la tierra, expandiendose por el aire. Las llamas se hicieron con el control de la razón del sombrerero y a la voz de un grito desde lo mas profundo de su garganta, el trance se finalizó.

-¡Fuegoooooooo, el fuego es el culpable, lo he visto, lo he observado, me ha fundido los cables! Detén al fuego y detendrás la muerte!- Gritó el sombrerero con todas sus fuerzas. Su rostro era irreconocible. Las facciones de su cara estaban tensas y sus dientes castañeaban. Sus ojos se tornaron rojos a la vez que sus lagrimas caían incesablemente..

Fuego, ¿Dónde hay fuego?, gritaba Achimallén dando vueltas en circulo sin encontrar la fuente de fuego, para caer al rato respecto de lo que había dicho el hombre loco del sombrero.
¿Fuego?, repitió con su pequeña voz chillona, que dice señor, aquí no hay…ningún…ser….de…fuego…. – dijo mirando de reojo al Ifrit, y los ojitos parecían a punto de saltar de las cuencas -.

Mientras las criaturas se reunían a los pies de los dos caídos, Medusa andaba lentamente alrededor del ćonclave. De sus manos sobresalían dos cabezas de serpientes que se habían enroscado en sus finos brazos hasta llegar allí. Sus ojos habían tomado un color rojizo y miraban al frente, sin ver. El pecado de su cuerpo, tan solo oculto con finas sedas.

El grito del sombrerero la sacó de su trance. Se obligo a escuchar su locura. Deshiló las palabras una a una.

Sus ojos volvieron al color esmeralda habitual, mirando penetrantes al demonio Ifrit, esperando.

Ifrit se quedó mirando, pensativo, a Sombrero.

¿Fuego? Eso no ha sido fuego. Parece... como si se hubiera desintegrado. El fuego le habría quemado la ropa, ¿no creeis? - Ifrit se sentía ultrajado, ¿le estaban acusando a él? - A mí me suena más a que su tiempo haya acabado en este lugar. - Me giro buscando con la mirada a Dahaka. - ¿Tú qué opinas, Señor del Tiempo?

Los ahora infantiles ojos de la serpiente miraban con fijación al Ifrit y luego al sombrerero como si quisiera entender que es lo que ocurría, no tenía palabras que expresar y por priemra vz en su vida sentía miedo, un miedo atronador a quedarse solo, las palabras del sombrero le desconcertarón -Fuego- decía, pero acaso era una visión o palabras de un demente influidas por su locura.

-¿Fuego ?- preguntó curioso, -¿qué ha sido obra del fuego o eso entiendo?.

Mantícora sigue su camino después de analizar los restos de Minotauro cuando escucha un fuerte grito de dolor y un destello de luz, Bargas se había hecho polvo.

Rápidamente corre hacia el sector de lo ocurrido. - Han caído dos, y uno frente a sus ojos? Nadie vió nada?...

Al oír el intenso grito de Bargas, Shea miró asustada hacia él, para ver como se consumía, y con miedo dio un tambaleante paso hacia atrás antes de levantar el vuelo y gritar - ¿Qué ha pasado? ¿quién ha sido? ¡¡alguien ha debido ver algo!! ¡no puede ser que haya muerto solo! ¡ni siquiera estando juntos podemos evitar que nos maten sin verles! - dijo antes de revolotear asustada entre los árboles y las ruinas, sin parar quieta hasta que se escondió en una rama, desde la que se se le veía sacar la cabeza para ver a los demás, antes de volver a esconderla.

El día llegó y con él, la luz y la claridad… ahora todos veían los restos de los cadáveres en el suelo.

Las miradas de unos y otros se cruzabas…

De repente… un silbido en el aire… algo se acercaba raudo…

El unicornio fue el único en darse cuenta de lo que se avecinaba, y evitando una tercera muerte troto hasta el cuerpo ahora infantil de Quetzalcóatl y lo derribó al suelo…

Con su trote siguió un poco más adelante y entre el cuerpo de Quetzalcóatl y los cuartos traseros del Unicornio paso silbando una flecha…

La fecha se enclavo en uno de los pilares aún sin derruir… y un liquido verde goteaba de la flecha… estaba envenenada… por suerte la luz de la mañana iluminó la mirada del Unicornio y salvo a otra víctima de los ataques…

Los ojos del chico se tornarón vidriosos y luego solo fue un cuerpo blanco  y velludo, cuando el pequeño pudo reconocer quien era no pudo mas que abrazarle y con cierta ternura ofreció un suave - Gracias, has salvado mi vida-  la serpiente acarició una vez más el cuerpo del corcel y luego recuperó su forma  gigantesca, analizando el lugar de donde había provenido.

Desperté de mi sueño intranquila, no tenía pensado dormirme pero el cansancio acumulado por el largo viaje acabó por vencerme. Asomé mi cabeza por entre las ramas para observar si los presentes se hallaban despiertos y para mi sorpresa  se había formado un revuelo alrededor de algo o alguien.

Descendí con agilidad del árbol y me apresuré a llegar hacia ellos. -¿Qué os mantiene en tanta tensión?- iba diciendo mientras caminaba.

Al acercarme pude contemplar el cadáver del Minotauro, sin vida, en una postura antinatural, cubierto de flores y más allá las ropas aún humeantes de lo que parecía ser Bargas. Horrorizada ante la visión retrocedo unos pasos hacia atrás cubriendo mi boca con mis manos -¿Qué.. qué.. ha ocurrido.. quién ha sido...?-. balbuceo clavando mi mirada llena de temor y  lágrimas en todos ellos, uno a uno.

En ese instante algo pasó, Unicornio al galope empujó con fuerza a la serpiente alada, entre el cuerpo de los dos pasó algo a toda velocidad, no pude observar realmente de qué se trataba hasta que el artefacto terminó su camino clavado en un pilar cercano. Una flecha... una flecha chorreando veneno...

No era consciente de la gravedad de dicho cónclave, hasta después de ver como casi asesinan a alguien delante de nuestros ojos. -Por la luz de Elune...- susurro para mi, temerosa coloco una mano en mi corazón y caigo de rodillas derramando mis lágrimas debido a la tensión del momento.

Estaba claro que cualquiera podía ser asesinado y aún no sabíamos absolutamente nada...

El Dahaka vio como el demonio del miedo se volvía cenizas,se parecía a su arena negra así que espero,espero que volviera a conformarse pero no lo hizo,es lo que Medusa le había explicado,estaba muerto.
No entendía el concepto de muerte,era algo así como dormir,pero para siempre.
Ifrit le pregunto algo del Tiempo a lo que le respondió con su voz disonante.
Yo no soy el dueño del tiempo,Señor del Fuego; solo su guardián. Comento girándose pesadamente para mirarlo cara a cara.
El tiempo no acaba nunca,fluye y confluye en océanos de arena.Lo que ahora es seguro luego no se sabe ya que el Tiempo es caprichoso y,algunas veces,devuelve lo que se lleva.
 

Tras hacer guardia toda la noche junto con dos compañeros más, no daba crédito de la muerte del minotauro. ¿cómo ha podido pasar? si apenas oímos ruidos de lo sucedido.

Pero aquí no se quedaba todo, la muerte de bargas delante de todos nos pillaba por sorpresa, al menos para mi. Oh dios mio otra muerte, quien se esta atreviendo con todo esto y delante de todos nosotros. Pero también era atacado el unicornio a lo que volví a decir. Debemos unirnos todos y parar toda esta a masacre o acabaremos todos muertos sin darnos cuenta...