No tengo manera de demostrar mi inocencia. Te di una pistaza de mi poder, y te di otra de cómo comprobar que no miento, usa a alguien que me investigue. Ya no puedo hacer más. Si vas a matarme, hazlo ya.
"Busca a alguien más que me investigue" sería una buena forma de ganar tiempo, "Puede que si muero me lleve a alguien por delante" se me hace una buena escusa para que alguien no trate de matarte.
Pero la noche es joven Missy, podemos bailar un poco más antes de que la música acabe, ¿no quieres hacer algún trato? Por ejemplo, vender el nombre de uno de los otros saboteadores, un alma por un alma.
No tengo nombres, no soy una saboteadora, pienses lo que pienses. Estoy en un mal paso, porque no puedo demostrar nada, y no tengo nada para negociar. Fíjate en quien voté: a quien no había dicho nada, por eliminar a alguien, y a quien me votó a mí. Si tuviera claves te las diría, quiero salvar mi piel, claro. Pero no las tengo. Ya te he dicho lo que hay: me parece cruel alargar esto, si voy a morir, mátame ya.
Dicho y hecho. Aquel robot interrogador se acercó a Missy Cooper y sin decir absolutamente nada, le rompió el cuello girándole la cabeza 180º, dejando que la muchacha exhalara por última vez sangre en su propia espalda antes de caer muerta. Había sido algo doloroso pero rápido.
La sala de interrogatorios se encontraba en lo más profundo del refugio 113, alejada de la radiación y el caos que reinaba en el mundo exterior. Para ingresar, uno debía atravesar un largo pasillo estrecho y oscuro con paredes de concreto que parecían inquebrantables. La única iluminación provenía de pequeñas luces empotradas en el techo, arrojando una luz tenue y fría que acentuaba la sensación de aislamiento.
La puerta de acceso a la sala de interrogatorios era un monumento a la seguridad. Era una masa de acero macizo, con múltiples cerraduras electrónicas y una mirilla pequeña que permitía a los guardias verificar la identidad de quienes solicitaban la entrada. Una vez dentro, la puerta se cerraba con un resonante susurro metálico, sellando el espacio de cualquier amenaza exterior.
La sala misma era un contraste sorprendente con el entorno del refugio. Las paredes estaban revestidas con paneles de un color gris claro que aportaban un toque de serenidad. En el centro, una mesa de interrogatorios rectangular se erguía con elegancia funcional. Estaba hecha de un metal pulido, inmune a los embates del tiempo y las circunstancias adversas. Dos sillas se enfrentaban a la mesa, una para el interrogador y otra para el entrevistado.
La iluminación, regulable a voluntad, permitía que el interrogador creara el ambiente deseado: desde un brillo tenue para una conversación tranquila hasta una iluminación más intensa para un interrogatorio más incisivo.
La persona que había sido traída para interrogar era ni más ni menos que Tim Weasley.
Tim Weasley, me parece que tú sabes muy bien por qué estás aquí...
No sabia donde estaba o quien me había traído a este lugar pero aquella voz me hablaría me cuestionaría -¿Es por que espiaba a las chicas mientras se estaban duchando?, quiero decir solo pensé que Amber era algo atractiva, quería hablarle pero me daba mucha vergüenza
Me resulta intrigante tu falta de comunicación acerca de todo lo que ha ocurrido en el refugio desde que se inició el protocolo HLdCN. ¿No crees que sería conveniente compartir información?
¿Eso es lo que te preocupa?- Levantaría una ceja completamente incrédulo ante esas declaraciones -Tienes razón, eso es lo verdaderamente preocupante, la próxima vez si lo prefieres comenzare a señalar a todos sin algún tipo de evidencia, ¿Quizás debería convencer a todos de votar por alguien y cambiar los votos unos minutos antes?, igual si alguien muere será un sacrificio que todos parecen estar dispuestos a hacer
Quiero que me digas, ¿qué crees que eres capaz de aportar al grupo de supervivientes?
¿Quizás no acusar a alguien estúpidamente como han hecho los demás?, ¿Que ganas tu con esto?, Yo quiero capturar a los perpetradores tanto como tú, pero si iguen señalando unos a otros al final nuestras bajas serán muy grandes
Dime, Tim Weasley, ¿acaso Missy no compartió nada contigo en su última noche? ¿No te dijo dónde se encontraba o qué estaba haciendo? Creía que teníais una mejor comunicación entre vosotros.
¿Qué tiene que ver Missi en todo esto?, espera eso es, ella desapareció por tu culpa, ¿Eres uno de los saboteadores?, ¿Así es como lo haces?, secuestras a la gente y las tratas de convencer de ayudarte a sabotear el refugio y si se niegan los desapareces
Dicho y hecho. Aquel robot interrogador se acercó a Tim Weasley y sin decir absolutamente nada, le rompió el cuello girándole la cabeza 180º, dejando que el muchacho exhalara por última vez sangre en su propia espalda antes de caer muerto. Había sido algo doloroso pero rápido.