Partida Rol por web

Detrás de una destartalada barra, Barry mira la pantalla del ordenador con un interés desorbitado. Puesto que desde tu posición no ves lo que está mirando, podría estar teminando un solitario o disfrutando de alguna escena cibererótica con droides succionadores. Cada vez que se acerca alguien, levanta la cabeza y dice de mala gana:

- ¿Tiene reserva? ¡Está todo ocupado! - y rápidamente vuelve a su interesante pantalla.

El cutre motel que la compañía había reservado las habitaciones no parecía un lugar suficientemente digno como para lo que ocurriría a continuación. Por la puerta principal entró el mismísimo señor Niander Wallace, con pasos lentos y cierta parsimonia en su porte. 

- Buenos días. Bienvenidos a nuestras instalaciones provisionales. Sean tan amables de presentarse en recepción y dar sus nombres. A mediodía tendremos nuestra primera reunión, tienen toda la mañana para esparcirse por nuestro salón. Tienen los gastos pagados y una sola obligación. Necesitaré un jefe de equipo, pero no dispongo del tiempo necesario para realizar una ronda de entrevistas, por lo que dejaré en sus manos que elijan ustedes mismos a su líder.

Sin decir nada más y haciendo media reverencia a la concurrencia, el señor Wallace se dio media vuelta y salió por la puerta principal del motel. En cuanto tuvo los dos pies fuera, el cierre cayó con un estruendo metálico y las puertas quedaron cerradas.

Mi nombre es Emily Wisse Vobis-cum, espero que esto no lleve mucho tiempo, soy una mujer ocupada y hay demasiados objetivos en la tierra.

Llego al interior del motel con pocas ganas de confraternizar, por lo que no presto especial atención al resto de personas presentes. Estoy cansado del viaje y lo único que quiero es poder disfrutar de una habitación calentita y cómoda y de una ducha con el plato suficientemente limpio.

Traigo el sombrero calado por partida doble, ya que lo tengo incrustado hasta prácticamente las cejas y también viene empapado, igual que el gabán que cubre mis ropas, debido a que fuera llueve a cántaros.

Antes de poder siquiera quitarme el sombrero, por la puerta principal entra Niander Wallace y da un breve discurso directo y cargado de instrucciones, como tiene fama de ser habitual en él. Apenas ha terminado de pronunciar la última palabra, se da la vuelta y sale de la estancia dejandome allí junto con otros tantos recién llegados. Son escasos los segundos hasta que el sonido del cierre metálico de la puerta del motel resuena en la habitación indicando que ninguno de nosotros va a ir a ninguna parte.

A tenor de la explicación de Wallace, debemos elegir un representante o delegado. Miro por primera vez y con cierta pesadez al resto de los presentes. - ¿No podríamos esperar hasta habernos instalado?... que pregunta. Está claro que no. 

Destaca una mujer, la primera en hablar. Por sus palabras, parece estar igualmente impaciente, aunque su comportamiento es bastante brusco, dadas las circunstancias.

Me quito el gabán mojado y lo doblo sobre el brazo izquierdo, con el derecho recojo la maleta estilo maletín clásico en el que traigo mis pertenencias. Bajo el gabán visto menos clásico de lo que pudiera parecer, jersey fino de cuello redondo sobre una camiseta básica y pantalones de loneta, fuertes y resistentes, pero no vaqueros.

Camino hasta la destartalada barra del motel y me inclino entrecerrando los ojos para ver mejor la etiqueta de la pechera del recepcionista. No la consigo distinguir, así que busco en el bolsillo del gabán mis gafas y me las pongo. Cuando por fin distingo las letras me dirijo al recepcionista en voz perfectamente audible por quien esté prestando oídos. Mi acento es marcadamente británico.

Buenos días, Barry. Sherman Coole. Tenga la bondad de comprobar las reservas. Ya ha oido al señor Wallace, así que seguro que puede encontrar mi nombre en una de ellas. ¿Hay alguna clase de bar aquí en el que podamos pedir una bebida para calentarnos mientras esperamos?. Gracias, Barry.

El motel es un antro, pero ya estoy acostumbrado a eso, las cosas se han ido a la mierda y mucho en los últimos años. Y eso que ya parecía dificil.

La llegada relampago del señor Wallace me saca de mis pensamientos, me parece un creido inflado, pero es el que paga así que tiene derecho a serlo

"¿que elijamos un jefe de equipo? ¿lo jugamos a las cartas?" el hombre no explica nada mas claro, supongo que mañana entrará en detalles del trabajo, pero no me gusta trabajar en equipo, y menos trabajar en equipo con un grupo de perfectos desconocidos

Tomo asiento en uno de los destartalados sillones de recepción y pongo las botas sobre la mesita que tengo delante

-Soy Elijah Bergen, de Nueva York. Lo de elegir un lider de equipo es una chorrada, comparemos nuestro historial, el que haya cazado mas sintéticos lidera y ya está-

Después de escuchar las palabras de Niander Wallace, Anne examinó arrugando la punta de la nariz el resto del motel que les habían asignado. Había escuchado rumores sobre la riqueza y el alcance del multimillonario magnate, así se permitió enarcar la ceja al contrastar la pobreza del salón con el hombre que se acababa de marchar.

— Todos los gastos pagados. Qué divertido — soltó sin más en voz alta, rodando los ojos, mientras se acerca al recepcionista y se apoya en la barra, dejando que una de sus botas altas blancas acariciara el destartalado mueble—. Mi nombre es Anne Dupont. No tiene mucho misterio, estoy de las primeras.

Se soltó el pelo, deshaciéndoselo en una lacia cabellera desteñida de un blanco dolorosamente puro que le cayó sobre los hombros. Bajo la luz mortecina de aquel motel, parecía hasta un fantasma, vestida toda de blanco y con los ojos resaltados en negro.

— ¿Alguien se presenta para ser el líder? Porque la sugerencia del caballero es buena —señaló con el mentón hacia Elijah—. Eso o lo echamos a suertes. Tampoco vamos a esmerarnos mucho si el propio Wallace no lo ha hecho.

Ío habóa llegado al lugar en donde se suponía que la entrenarían para detectar y desensamblar replicantes. No parecía un lugar del todo adecuado para los mejores Blade Runners con vida ni mucho menos para alguien como Niander Wallace por más de una razón, pero al fin y al cabo eso daba igual, de todos modos nunca había que fiarse de las apariencias. Escuchó con atención y una expresión totalmente neutra en el rostro a sus compañeros, desde la señorita Cum hasta Anne, quien en parte había formulado la duda seguramente común a todos de a quién elegir puesto que no se conocían entre ellos. Además, ¿un líder? ¿Qué significaba eso exactamente? El hecho de que Wallace lo hubiese comentado sin explicar nada antes de desaparecer tras la puerta no ayudaba demasiado. Posiblemente se trataría de elegir a la persona que tomaría el rol de coordinar el entrenamiento o algo similar.

-Mi nombre es Iosoy, pero pueden llamarme Ío -se presentó sin demasiada emoción. Sin nada más para decir o que agregar la chica decidió entonces mantenerse en silencio, a la espera de que algo sucediese.

Me ofrezco como tributo para ser vuestra líder, sea lo que sea eso.

En mis varios años como BladeRunner, nunca se me había presentado la oportunidad de estar reunido con tantos colegas al mismo tiempo. normalmente, en nuestra linea de trabajo, se trabaja en solitario. Así que no conozco a muchos otros BladeRunners, ademas de los pocos que he conocido, mas de la mitad están muertos. Pero quien diría que llegaría a ver el día en que 12 BladeRunners se reúnan en el mismo lugar.

Cuando llegue al hotel especificado (que me pareció mas a un hueco de Joquis que otra cosa), otros ya habían llegado. Nos recibió un tal Niander Wallace. Según se nos dijo en la notificación, el va a ser el encargado de todo esto.

- Buenas, me llamo Clak Ribeldon, Vengo desde las oficinas de Reino Unido. Me transfirieron a EEUU hace un año. Espero que podamos colaborar sin incidencias.

Poco a poco la gnte se va presentando, todos encantadores, no sirve de mucho ser sociable en este trabajo

-Encantado Clark, si Wallace ha reunido tantos Blade Runners juntos debe ser algo gordo. Anda traete una botella del bar y me cuentas como está la cosa en las islas nubladas-

Mientras tanto consulto mi terminal, resulta que no puedo consultar el historial de los Blade Runners, tal vez un fallo del servidor. Eso descarta mi opción de que el lider sea el que haya cazado mas pellejudos

-bah, creo que lo mejor será elegir al azar- mejor que la única postulante. Pongo una aplicación en mi terminal para que salga un numero al azar y el resultado es... la única postulante

-pff, el azar es una cosa rara. En fin, mi voto para la señorita Cum-

Entré de forma flamboyante, ya que yo soy alguien que reluce en cualquier lugar, independientemente si era un cuchitril o si era la estación espacial de más alta tecnología del lugar, a fin de cuentas, yo soy el centro de la atención, no el decorado, mucho menos aquellos que osan pararse a mi lado. Eh... Disculpe. ¿Acaso no sabes quien soy yo?. ¡Soy el Gran, el Increíble, Moebius Diamond! ¡También trabajo como escort de Mujeres... y de Hombres, no hay que discriminar!. Todo de LUJO. Pues no podía faltar... Por favor, muñeca, apartate, solo yo puedo ser el líder de este equipo de putas baratas y chulos sifiliticos. Besando mi bastón, me muevo entre los presentes, no sin evitar azotar algún que otro trasero, tanto de hombres como de mujeres sin distinción.

¿Tenemos pistolas? Quiero comprobar algo...

Al llegar al hotel me dirijo de inmediato a recepción y registro mi llegada mientras algunos empiezan a postularse para líder de escuadrón, una discusión bastante estéril en realidad, por lo que preferí observar desde un rincón observando a todos aquellos que competían por ser líderes de escuadrón.

Riley, Donovan Riley, la compañía dejó en claro que todos los gastos estaban pagados, así que verifica la lista porque estoy cansado y según veo, aquí se va a liar parda muy pronto.

Pues esas discusiones siempre empiezan con la boca y terminan a punta de plomo. - le digo al recepcionista para luego tomar la llave de mi habitación y retirarme a un lugar sereno del lobby, de preferencia tras una columna gruesa con la cual cubrirme por si empezaban los disparos.

No era tarde, al contrario, era justo a tiempo. Hora en la que Herr Straft había llegado al complejo. Su mirada firme y seria parecía demostrar que sus años de servicio no habían sido otra cosa que duros, pero por suerte para él, él había resultado ser más duro. Echando un rápido vistazo a los presentes de la sala, este decidió pasar por alto de las formalidades con Barry, al haber visto al anterior participante ser rechazado por el recepcionista.

-Meine Damen und Herren. -Comentó sin casi percatarse de que estaba hablando el Alemán- Entshuldigen Sie.

Al parecer al percatarse, ahora sí; de que estaba hablando en alemán. Y si cambiar el gesto serio y frío, volvió a la carga.

-Disculpen. -Repitió- Tuve que sacar información de un germanófono antes de venir aquí; y las costumbres se mantienen por mucho que uno no desee. Soy Herr Straft Schmerzlich, Señor Straft, si lo prefieren; y al igual que vosotros he sido convocado a estas instalaciones para...

Fijándose en la postulación de Emily Wisse Vobis-cum, y como su trasero había sido nalgueado por Moebius Diamond; este se detuvo un momento en su pequeña presentación antes de respirar profundamente y terminar con ella de una vez. A fin de cuentas, la situación no lo ameritaba.

                                                                                          ...esto...

Subo ligeramente las gafas para que no entorpezcan un gesto que es tan habitual en mi que casi se puede considerar un tic, y este es pinzarme el puente de la nariz con el índice y pulgar de la mano izquierda mientras masajeo los lacrimales a ambos lados del tabique.

Esto me alivia la presión sanguinea de la cabeza de un modo que no alcanzo a comprender, pero me sirve como válvula de escape cuando empiezo a notar un incipiente ataque de migraña.

Caballeros y señoritas, tengamos a bien centrar el objetivo. Solo nos han pedido registrarnos en este establecimiento y elegir un representante entre nosotros. Sé que tenemos fama a este lado del Atlántico de ser personas de pocas palabras y gatillo fácil, pero intentemos no sacar a relucir los hierros todavía.

Mi acento británico y mi léxico delataban mi lugar de procedencia aun con más firmeza que las palabras de mi otro compatriota, que había expresado abiertamente su origen.

Cierto es, y no albergo duda alguna de que todos ustedes se estarán planteando el mismo dilema, que no nos ha sido dicho cuál será la naturaleza de tan curiosa misión como para hacer converger a... 

Hago un rápido recuento

... al menos doce compañeros de la más famosa fuerza del orden, por lo que la elección de un representante no está solo obstaculizada por nuestro mutuo desconocimiento, sino también minada radicalmente por la incertidumbre en cuanto a la naturaleza de las actividades que debamos realizar conjuntamente.

Pero intentemos avanzar por este pequeño obstáculo antes de que las campanas marquen el mediodía, pues no disponemos de más tiempo.

Si les parece, creo que será positivo que todos terminemos de presentarnos, aunque solo sea para que tengamos un mínimo de datos para cumplir nuestra primera tarea. Y para ilustrar el caso, permítanme que repita mi nombre y les de algunos datos sobre mi persona.

Soy Sherman Coole y, al igual que a mi querido compatriota Clark Ribeldon, me han transferido recientemente desde las oficinas de Reino Unido. Liverpool, en mi caso. Tengo 38 años, mido 5 pies con 9 pulgadas, soy Libra, tengo astigmatismo e hipermetropía, sufro migrañas crónicas, soy maestro en el backgamon, he dedicado mi vida profesional a la caza de replicantes, soy homosexual y no tengo intención de liderar un equipo de desconocidos, por lo que les agradecería que no me considerasen para el cargo.

¿Alguien quiere tomar el turno de palabra?

Anne escuchó con detenida atención las palabras de Sherman sin prácticamente parpadear, visiblemente interesada en escuchar cada sílaba de aquel acento tan británico. Cuándo terminó de hablar, no tardó demasiado en mover el dorso de la mano hacia él y se dirigió hacia el resto:

— ¿No decía algún filósofo griego muerto que los mejores líderes son los que no tienen interés en gobernar? En este flemático caballero tenemos la solución al dilema planteado por nuestro anfitrión —Aunque a simple vista pudiera parecer que se lo estaba tomando a guasa, el tono de su voz era inflexible. Parecía estar proponiéndolo de verdad.

Recién llegando, recién hablando con alguien. Normalmente soy yo el que se acerca a las personas pero esta vez se me han adelantado. Creo que este tipo se identifico como Elijah. Parece ser alguien con experiencia.

- Jumm, no hay mucho que decir sobre mi tierra. Si crees que este lugar es oscuro, no te podrás ni imaginar como son las cosas allá. Pero aun así, quedan un par de cosas que decir junto a una cerveza. Yo invito la primera ronda. -Me dirijo hacia la barra y pido un par de cervezas y antes de que las traigan sigo hablando- Pero antes de eso, ¿Que me puedes decir tu para entretenerme.?

Estos imbéciles parecían recién sacados de la aqcademia, o peor aún, de una reunión de alcohólicos anónimos, putas charlas de presentación...

Mi nombre es Emily Wisse Vobis-cum y nací en Las Vegas, Nevada, antes de quedar inhabitado por la radiación.

Llevo cuatro años en el cuerpo Blade Runner, fui la mejor recluta de la historia de este lado del atlántico. En mi primer año retiré a cuatro pellejudos que se hacían pasar por prostitutos en el barrio chino, en mi segundo me mandaron a Los Ángeles y retiré a un equipo de cinco que querían infiltrarse en varias empresas de tecnología, y en mi tercer y cuarto año he desactivado a más de una decena.

Respiro profundamente antes de seguir con mi presentación.

Tengo venticuatro años, mido 5 pies con 10 pulgadas y soy capricornio, eso significa que nací en el frío mes de Enero y mi carácter es igual o peor.

No me gustan los juegos de mesa, me parecen una pérdida total de tiempo que se podría dedicar a lo verdaderamente importante. No confío en absolutamente nadie y por eso tengo intención de liderar este equipo, porque no os conozco ni quiero hacerlo.

Sonrío y miro a mi alrededor observando las molduras de la habitación con símbolos de antiguas civilizaciones.

Este trabajo es mi vida, vivo para cazar sintéticos, podría decirse que es mi hobbie y mi pasión. Ahora que ya nos conocemos... ¿Qué tal si me votan para ser la líder y así podremos llegar a buen puerto?

Asiento con parsimonia ante las palabras de Emily.

Gracias por sus palabras. No cuenta con mi voto igualmente, pero es bueno que se haya animado a presentarse. ¿Alguien más se presenta o postula candidato? De lo contrario votaré por la única otra candidatura y ya casi es mediodía.

Ergit entro con sus botas llenas de barro que no se preocupo en limpiar y la cara manchada de sangre que si limpio con un pañuelo que rápidamente deshecho en el paragüero de la recepción.

-Ergit Borikov, división Alpha. -Se presento, con un fuerte acento, tal y como exigían para poder usar el bar del hotel.

Tras el registro, camino hacia la barra del "amplio" salón para pedir un ruso blanco. Ninguna de las caras que estaban allí presentes le sonaban pese a ser todos Blade Runner. Algo curioso cuando se supone que son relativamente pocos activos.