Partida Rol por web

Subaru había estado seguro de que la profesora les iba a regañar. "No se tocan las cosas de los mayores", era una de las primeras reglas que papá y mamá (y su hermana) se habían asegurado de que entendiera en cuanto su mente hubo estado en condiciones de comprenderla.

Estuvo tentado de decir que él no había hecho nada, pero se contuvo. Algo le decía que si hacía eso, los demás niños no se lo tomarían bien. Y después de todo, no había pasado nada grave. En cuanto la profesora mencionó los dibujos, la tensión pareció suavizarse un poco y Subaru corrió al pupitre, aliviado de que la atención se centrase en algo más agradable. Cogió el folio y tímidamente enseñó el ovoide que había dibujado con el lápiz de color amarillo.

—Yo... he hecho un plátano... —murmuró.

Lo dijo en voz muy bajita, pero porque se había distraído con el dibujo de Azuki. La sandía también le gustaba mucho a Subaru. Esa niña empezaba a caerle bien...

La puerta se abrió de par en par y la profe "Guazabi" entró con una pequeña persona y... EL CONEJO QUE HABLA! -¡Ahi eztaz cuonejo habla habla! Mira, Mira! Hemoz encontrado una coza mu chuli chuli chuliiii!- Me acerqué a la Nonoko, aunque estaba más hablando al conejo que a ella, mientras intentaba saltar para cogerla y que bajara para demostrarle como funcionaba. ESTE TESORO DEBE SER COMPARTIDO POR TODOS! AUNQUE LO HEMOS DESCUBIERTO NOSOTROS Y SOLO NOSOTROS! Y NADIE NOS LO PODRÁ SACAR!*

-Ez que...que ZEÑOA! HEMOZ ENCONTRADO EZTE TEZORO QUE HACE PDTUM! EZ UN TEZORO DE LOZ GUAKAZI-NOE! LO HEMOZ CO... COGIDO DE AQUI! - Dije señalando justo donde se encontraba la caja del tesoro con el artefacto que hace sonidos raros. Entonces la profe dijo que no podiamos abrir cosas de los demás... - pero la hemoz encontrado aquí... nadie lo-lo ha encontrado jamáz...-

Iba a seguir comentando más cosas sobre el tesoro y lo que hacía, pero me fijé en que Azu empezó a lagrimear... ¡No, no, no! ¡NO QUIERO QUE LLORE! ¿Porqué está triste? ¡UN CAPITAN NO DEJA A SU HERMANITA EN APUROS! Me abalancé hacia ella lo más rápido posible y la abracé como si de un peluchito se tratara. -No paza nada, nada... culito de rana... - ¿Era así la canción? Me daba igual, mientras no llorara...

- Nonoko no tiene dibujo...-Era toda una catástrofe ¡De las peores! Miré la mesa y a la profesora, intenté contener el puchero, pero aún así se dibujó ligeramente. Aunque este casi se borró por completo cuando sentí cómo el nene ultra valiente intentaba llamar mi atención y animarme a bajar. Sonreí ampliamente y señor conejito se asomó para saludarle también.- ¿Un tesoro? ¿Cómo.... Cómo los que guardan los dragones? -Mis ojos se abrieron por completo llenos de ilusión. Con un poco de suavidad, pero decisión, conseguí que la profesora me soltase de sus brazos. Aunque antes de ir a ningún sitio, le di las flores que con tanta ilusión había recogido para ella.- Es para ti -Mis mejillitas rosadas se veían más apachurrables ahora que sonreía sin lagrimones de cocodrilo en los ojos.

Me giré hacia Hana también, la había sentido llamarme, aunque no entendía porque ella me llamaba así, que hubiera nacido de un repollo... No me daba nombre de repollo ¿Verdad? Porque yo me llamo Nonoko y no Repollo. La saludé con la manita de manera efusiva y abracé muy feliz a mi Don Cascabel. Tras eso me acerqué hasta dónde estaba el tesoro, aunque me asomé con cuidadito no fuera a aparecer el dragón de los colores. Al ver aquel artilugio fruncí el ceño curiosa, no sabía que era, ni para que servía... Pero parecía cómo muy chachi guay. Aunque al escuchar las palabras de la profe, cualquier idea de tocar o experimentar desapareció completamente de mi cabeza, aunque otra aún más increíble explotó en mi mente y mi imaginación se disparó.- ¡Aibá! -Agarrando sólo por uno de los brazos al peluche me llevé ambas manos a los mofletes y me los apreté cómo muy fuerte, pero blandito.

- ¡PROFE, PROFE,PROFE! - Levanté mi manita y la agité con rapidez mientras daba saltitos. No quería hablar sin permiso, mamá siempre me decía que debía esperar mi turno para hablar, que no siempre pueden prestarme atención en el momento y que debo ser paciente ¡¡PERO ES QUE SER PACIENTE ES CÓMO MUY DIFÍCIL!! Por eso usaba mi otra mano para taparme la boca y no hablar a destiempo.

¡Épollo no tenía dibujo! ¡El horror! A Hana le dio mucha penita verla poner aquella cara tan triste cuando ésta se dio cuenta de que no había podido hacer su dibujo... ¡pero a Hana se le ocurrió una idea!

Corrió hasta su mesa a por si dibujo, y con mucho cuidado rompió el papel por la mitad. Luego volvió junto a la profe y Épollo y miró las hojas que tenía en su mano. En una habían quedado dos frutas, y en la otra tres. Tras un segundo para pensárselo, le tendió a Épollo la que tenía dos frutas.

-Hana tene mushas futas. ¡Toma! -dijo simplemente con cara de concentración- ¡Ia tenes dibujo!

La mujer suspiró cuando escuchó a cierta bebe decir que las cosas había que compartirlas -Y eso esta muy bien pequeñina... pero antes de usar o coger una cosa de otra persona, esta debe darte permiso.. Eso es algo que debéis aprender. Es bueno compartir, pero hay que aprender a preguntar siempre primero- explicó la mujer, intentando actuar como profesora y enseñaros algo -Pero si... digamos que para mi si es un tesoro... me alegro de que os guste... pero me hubiera gustado que fuera más sorpresa- terminó diciendo con respecto a lo que decía el aspirante a mugiwara.

Entonces vio a la pequeña pelirrosa de coletas llorando de nuevo, a lo cual la profesora volvió a ponerse nerviosa pues lo último que quería era más lágrimas en su clase -¡Tranquila Azuki-chan! Tranquila... no voy a regañar a nadie... ¡no te preocupes ni llores!- se apresuró a decir, viendo también a Nonoko ponerse triste de no tener un dibujo hecho -Tu también tranquila pequeñina... tu me has dado flores, por lo tanto no hace falta que tu me dibujases nada- se apresuró a decir, esperando que eso funcionase.

Soltó a Nonoko, dejándola con cuidado en el suelo... y luego aceptando con una sonrisa sus flores que con tanto cariño las había cogido para ella (y el infarto que le había causado), acariciando con delicadeza su achuchable y sonriente moflete. Además, parecía que el hermano de la pelirrosa también estaba paliando sus llantos, y la chica de las coletas ya le había dado un dibujo a Nonoko... le encantaba ver ese compañerismo... aunque... -¿Futas?- preguntó un poco con cara sonrojada después de oír eso. Sabía que se refería a frutas, pero... mejor no darle vueltas a ese asunto.

Prefirió ver las frutas que habían hecho sus niños una vez se fueron a su sitio, poniéndose en medio de las mesas para poder ver a todos -Hmmm... así que tenemos una sandia, un plátano... ¿un wiwi?- fue diciendo mientras miraba a todos los demás chiquitines -¿Que os gusta de esos nombres chicos? ¿Como queréis que nos llamemos?- preguntó en general, antes de ver a la chica repollo saltar pidiendole algo -Si Nonoko-chan, ¿que quieres?- preguntó con una sonrisa cariñosa.

Pese a lo increíble que pudiera parecer, de hecho entendí lo que la señoa dijo acerca de compartir y asegurarse de tener permiso ajeno según el caso, por lo que “un poco demasiado avergonzada” asentí; mi intención no era meterme con nadie ni hacer enojar a la mayor tocando algo valioso para ella, después de todo, ¡pero es que mi curiosidad era grandisisisisíma!

— Pewdón — para mostrar mi arrepentimiento me alejé un poco de la widawa (aunque continué mirándola un poco de reojo).

Acorde a la petición de la mayor, los otros niños fueron mostrando sus dibujos pero antes tuvieron que ir por ellos; en un movimiento inesperado Twenza inclusive compartió el suyo con la pequeña Poyo (o Poyoko), y hasta el tranquilo rubio que para nada era como mi inquieto hermanito postizo se animó, dedicándole a Azuchi una mirada de leve interés que no alcancé a entender.

Dado que según la señoa vewde estábamos libres de regaños, mi sonrisa volvió casi a la par que promocioné una nueva incursión de mi dedo índice a la boca propia, hacer que por muy maníaco que pareciera realmente era sinónimo para mí de pensar: tras esa experiencia me aseguraría de recordar las palabras de la mujer wiwi, pues de alguna forma su tono me había impresionado para bien… ¿era así como se sentía tener una mamá?

Traumas aparte, estar todos juntos de nuevo era mega chachi a pesar de que mi hermanita estaba llorosa, por ello me acerqué junto con Kaowuki para intentar calmarla junto a él y evitar que se pusiera toda rojota e hinchada (así daban más ganas de morderla, como a las mejillas de Nonoko), sin embargo a medio camino una nueva cuestión por parte de la maestwa ocupó mi mente.

“Fija” en donde estaba empecé a pegar de brinquitos, ansiosa y emocionada, para luego en clara imitación a Poyo levantar mis dos manitas con tal de pedir un turno de hablar…

— ¡Ay! ¡Hay! ¡¡¡Hay que llamawnos pewiwis!!! — solo que no era tan paciente como ella, y a pesar de mi reciente epifanía con la sensei seguía teniendo bastantes costumbres aprendidas de casa como el hecho de que a veces tenía que gritar para que papá me escuchara (por ejemplo, al intentar despertarlo cuando Woso no tenía sueño) o bien a decir lo que pensara sin filtro, algo totalmente normal cuando estando con mis hermanitos postizos entraba en debate con Kaowuki o quería morder a Azuchi.

Lo malo es que las otras “futas” eran también interesantes…y Twenza tenía muchas, muchas, tanto así que debía usar mis deditos para contarlas. La sandía de Azuchi ganaría seguro en época de calor, mientras que el niño camión tenía de su parte que el plátano era lo más “futa” ahí… y eso sin empezar a contar con todo el problema que podía significar rebatirle a Kaowuki sobre su adorada “pinia”.

— Hay que llamawnos pewiwis — así que insistí.

Con toda mi llantina, atraje la atención de la profesora quien trató de calmarme aún con el dibujo en la mano. Me encogí un poco debido a que aún me sentía mal por lo mismo que había dicho, habiamos cogido sus cosas sin permiso, aunque nos la compartiera. Por suerte mi hermanito vino también para tratar de calmarme y con un pequeño puchero le miré a el - Eso es pada las hedidas... Pedo gdacias - dije antes de darle un abracito tanto a el como a la profesora. - Y peddon seño.

Ya ese tema se fue calmando poco a poco siendo que cada uno fue a por su dibujo de frutas poniendonos todos alrededor de la profe en las mesas. Sabía cual iba a ser la fruta de mi hermanito - Papa y niichan están como tontos con la "pinia" sabe dada - Pensaba incluso antes de ver su dibujo.

-¿Que has hecho tu Homuchan? - pregunté por lo bajo para ver que eran "wiwis" - ¿E-eso es una fduta? P-pensaba que eda una vedduda - Apenas había comido Kiwis en mi corta vida así que no los reconocía.

Por otro lado la niña de las trenzas había hecho muchas frutitas y le había dado unas pocas a la niña del conejo como el mio. - Wala. Esas son muchas fdutas. P-pedo necesitadas mucha pada llenadte ¿No? - Me quedé con aquella duda antes de fijarme en las flores de la más pequeña - ¿Te gustan las flodes?

Por último vi el dibujo del niño rubio, Subaru. Reconocí su fruta al instante, y la verdad es que junto a la mia y a la de las trencitas eran las que más me gustaban. - El platano está muy dico. Y es muy ladgo, te duda más. P-pedo a mi me gusta más el zumito de platano. Es suave y el sabod se te queda pod toda la boca. Esa fduta la hiciedon pada bebed, segudo - Sonreí entonces al creador del dibujo

Sin duda era muy dificil decidir, y se ponía cada vez peor - Seño, yo no sé cual escoged. Me gustan los de Subadu-san, Hana-san y la mia. La de Homuchan nunca lo he comido y... - miré el dibujo de Kaoru - Mama y yo nos alejamos cuando vemos esa fduta en el pan dedondo. ¿Y si coge la seño?

La profesora había regañado a los niños, como Subaru estaba seguro de que ocurriría... pero lo había hecho de una manera tan dulce y comprensiva que el pequeño se quedó asombrado mirándola. De golpe, gran parte de la preocupación y el miedo que había sentido desde que se había levantado esa mañana, se desvanecieron. Incluso una tímida sonrisa asomó por un momento a los labios de Subaru. La profesora del pelo verde le empezaba a caer bien. Si su hermana hubiera estado con ellos, estaba seguro de que hubiera dicho algo como "esta profe mola".

Luego llegaron los elogios de Azuki, y las mejillas del chico se pusieron de un curioso color rosado. Se rascó la cabeza, sin saber qué decir.

—Yo... nunca he tomado zumo de plátano —dijo al fin, y se sintió muy tonto de repente—. Pero le diré a mi mamá que lo quiero probar.

Miró una vez más su dibujo y el de sus compañeros. Él tampoco se podía decidir. Pero cuando Homura dijo "pewiwis", la palabra le hizo tanta gracia que sonrió otra vez y asintió.

—"Pewiwis" me gusta...

Mi mente estaba en conflicto. Habíamos encontrado un "tezoro", ¿¡Pero ese "tezoro" era de la profe "Guazabi"?! ¿Entonces seguía siendo "tezoro" nuestro o "tezoro" suyo? Papi me decía que los "tezoroz" que encontraba en realidad eran suyos o de mami o de Azu, asi que si eran de alguien no los podía tocar... y me decia que eso no eran "tezoroz", que los verdaderos eran los olvidados por otras personas de hace muuuucho muuuucho muuuuuucho tiempo! Como mi sombrero del CAPITÁN KIDD! Lo encontré escondido detrás del sofá y... y... y papi me dijo que era de un pirata muy muy muuuuyyy importante que se lo dejó en esta casa un día.

¿Entonces la "witawa" era de la profesora "Guazabi"? -Jo... zi la profe Guazabi lo ha vizto antes entoncez no ez nueztro... _{no ez juzto...}- Decidí dejarlo de lado, UN PIRATA Y SOBRETODO YO, EL CAPITÁN KIDD, NO PUEDE ROBAR NADA DE OTROZ PIRATAS QUE NO SE LO HAYAN OLVIDADO! Porque sino también Azu se pondría muy triste... y eso no me gusta! Que de paso, cuando mi hermanita se calmó, la solté y me dirijí a mi silla, pero no se encontraba en la mesa, sino al lado de la ventana. AUNQUE NADA SE RESISTE AL CAPITÁN KIDD, con mi fuerza de infi.... infim.... infi-barcos nada podía pararme! Arrastré todo lo que pude la silla hasta la mesa donde faltaba esta, pero eso resultó agotarme de nuevo, y algo más que la otra vez, cosa que me hizo calmarme un poco. Dejé el mapa en mi mesa y me fijé en que la "pinia" seguía alli... LA PINIA! ES VERDAD! Todos habíamos puesto nuestra fruta favorita en un dibujo...

Intenté fijarme en los demás... habia muchos dibujos que no conocia, a excepción del platano y de la sandia de mi hermanita, -¡Ez mejor la pinia "hemanita"! Aunque pinia y... y zandia junta con puátano ez lo mejor!- A veces cuando no queríamos comer "futa", mami nos lo batía con leche y azucar, y entonces estaba muy ricoo! Homuchi había dibujado... un "wiwi" que era eso? y Hana, además de compartir con la niña cuonejo, había hecho... que era eso? -¿Ezo zon bombaz muy muy pequeñitaz? LAZ BOMBITAZ! LAZ QUE HACEN PUM PUM en verano!- Me bajé de la silla para ver más de cerca el dibujo de la trencitas y de la cuonejo. -Zi... ezo zon bombitaz zeguro...-

Cuando la profesora Guazabi dijo que nos gustaba de lo que habíamos dibujado, mi voz se elevó muy fuerte! -LA PINIA EZ... EZ DULCE Y MUY RUICA!- Y entonces Homuchi dijo lo de los "pewiwis" cosa que si ella ya había decidido el nombre yo iba a apoyarla como pudiera! - Zi! Pewiwiz! Pewiwiz ez un nombre muy muy muuuuy chulii!-

Los mofletes de Hana e hincharon con justa pataleta cuando la profesora pidió que los alumnos votasen la fruta que prefiriesen. ¡Antes había dicho que ganaría la más dibujada! ¡Y ninguna fruta estaba más veces dibujada que la suya!

-¡Ju! ¡Antes has disho que ganaba la futa que se dibujase má vece! -dijo cruzándose de brazos y dando un golpecito con el pie en el suelo- ¡Mi futa ta má dibujada! -añadió poniéndose de morros y mirándo al suelo.

Entonces se le ocurrió otro argumento a su favor. Señaló a Nonoko.

-¡El dibu de Épollo tambén tene mi futa! -¡Ja! ¡Había ganado! ¿Qué? Ni idea... no se acordaba si había algo que ganar... ¿Era algo de un nombre? ¿De qué? No sabía, ¡pero su fruta había ganado!

Volvió a cruzarse de brazos y a mirar al suelo con los mofletes hinchados.

Entonces el niño pirata le vino preguntando por su fruta. Creía que eran... ¿bombas? Hana no sabía de ninguna fruta que se llamase así. Pero si dibujo no eran bombas, nono.

Sin perder su aire de rabieta, Hana negó con la cabeza.

-No son bombas, son tomates. -respondió, aún enfurruñada. ¿Cómo no podía ver que lo que había dibujado eran tomates? ¡Estaba muy claro!

Cogí la mitad de la hoja que Hana me entregó y sonreí con verdadera ilusión. No las había hecho yo, pero al menos tenía frutitas, muchas frutitas. Miré la hoja durante unos segundos para saber cuales eran y me di cuenta que estaba una de mis favoritas ¡El mango! Sólo de pensar en él se me hizo la boquita agua, pero claro... Al ver la frutita que Hana se había quedado, mis ojos brillaron cómo diamantes al sol.- ¡TOMATITOOOOOOS! -Apreté los bordes de mi hojita de dibujos y contuve la emoción dentro de mi cuerpecillo, cosa difícil, porque seamos sinceros... No soy muy grande.

Cuando la profe se dirigió a mi para darme permiso para hablar.... Bajé el dibujo y con una pose tímida mientras me balanceaba de un lado a otro la miré con una sonrisilla.- ¿Es usted un Dragón de los Colores? Tienes un tesoro... Lo guardas cómo muy mucho y eres infinitamente bonita.-Asentí con la cabeza muy convencida.- La abuela siempre me cuenta historias de grandes dragones y tú te pareces a ellos... Aunque Hana banana siempre me dice que eso es una tontería. Y me llama boba por creer en ello ¡¡Pero al fin he encontrado una dragona!! Se lo diré ¡¡Y tendrá que dejar de llamarme boba, porque yo no sooy boba!! -Exclamé muy indignada, aunque sonreí casi al instante

La mujer asintió cuando la pequeña mordisqueadora pidió perdón, mientras observaba como todos los pequeños decidían... y vio un par de situaciones que la hicieron rascarse una vez más la cabeza confusa: una pataleta por parte de la chica con trenzas que no entendía porque había que votar cuando su fruta era la más dibujada por un lado, mientras que por el otro la clase quería que su grupo se llamara "Pewiwis"... cosa que le daba cierta cosa preguntar que era para no decepcionar a su clase.

Prefirió empezar por responder la pregunta de la pequeña Nonoko, que aunque también le había hecho una pregunta bastante extraña, al menos era simpática y la hacía sentir hasta halagada, agachándose y acariciando su cabecita -Muchas gracias por llamarme bonita pequeña, y para nada eres boba sino una niña muy buena... pero yo no soy una dragona de colores- le dijo a la pequeña sonriendo... pensando si quitarle del todo la fantasía o no -Y si lo fuera no podría decirtelo o confirmártelo...- terminó por decir guiñando un ojo con complicidad. Mejor dejar que la niña tuviera algo de magia todavía en su imaginación... además que esa descripción que le había hecho era algo agradable. Mika la Dragona de Colores... en su cabeza sonaba bien.

Entonces pasó a la chica de las trenzas para intentar explicarle la votación -Hana, pequeña, lo que quería decir es que cada niño dibujase una fruta, y si más de un niño la dibujaba pues elegiríamos esa, no que había que dibujar una sola muuuuchas frutitas... por eso decía lo de la votación- le explicó a la niña, sonriendo -Y si, son tomatitos muy bonitos- terminó diciendo alabando sus tomates.

Y ahora, tocaba el tema importante: Pewiwis -Chiquitines... ¿que es un "Pewiwi"?- terminó preguntando, pues sus conocimientos sobre la mente de los infantes no incluía el descifrado de palabras inventadas y mal pronunciadas como seguramente era el caso de aquella misteriosa combinación de sílabas. Escuchó la pregunta de la pequeña pelirrosa, y lo usó para su beneficio -Mirad, ya que todos tenemos una fruta diferente, salvo nuestras compañeras Hana y Nonoko que tienen la misma porque ella le dio la mitad... ¿que os parece si juntamos todas en una Macedonia? ¿Os gustaría ese nombre?- preguntó la profesora esperando las reacciones ante su idea... aunque si les gustaba mucho Pewiwi... tendría que aceptarlo.

Miré extrañado a aquel dibujo que había hecho Hana y que había compartido con la compañera de cuonejo... Pues sí que eran tomatitos... pero los tomatitos eran una "futa"? -Tomatitoz... papi me, me dijo que hay gente que ze loz tira y hacen... y hacen... - Mis brazos y mis manos se extendieron lo más que pudieron intentando imitar una explosión - ¡PLAAAF! - Lo más rapido que pude, junté mis manitas para hacer lo que sería un sonido con estas, ¡Muy, muuuuy fuerte! -...¡En la ropa! Ademáz mancha mucho mucho... - Era algo muy raro pero fascinante! podías tirar cosas a la gente y mancharse! pero mami nunca me ha dejado tirar tomatitos...en cierto modo eran bombitas no?

Mientras ese dilema de si eran tomatitos o bombas se revolvía en mi cabeza, la profesora "Guazabi" nos miró con cara extrañada aun más, no podía entender que eran "pewiwis" -¿No zabez qué zón loz "Pewiwiz"? Que raro… puez éz… eeeeeez…. - ¡¿COMO EL CAPITÁN KIDD NO SABÍA QUE ERA UN PEWIWI?! ¡IMPOSIBLE! y menos que seguro que la capitana Homuchi lo dijo alguna vez en casa! Aunque también era cierto, Homuchi decía palabras muy chulis que yo no sabía que eran, como “wuchuneta” cuando saltabamos en la cama, o “cegeaw” que era lo que decía cuando su papi hacia cosas muy chulis en el ordenador para que papi escribiera cosas muy raras de colorines y magia potagia, ¡Aparecían en el mar pirata! o “wotuador” para los palitos crea mapas…. -Puez “pewiwi” ez cuando un “wiwi” - dije señalando a lo que dibujó Homuchi - y… y un “pé”, que mami dice que hay que comer mucho mucho “pé”, aunque no me guzta… puez ezo, un “wiwi” y un “pé” hacen… hacen… puuum! ¡Y zi lo dice Homuchi es que es chuli! - Pero la nueva palabra de la profesora me dejó también cautivado - OOOH! ¿Qué ez una “mawezonia”? - Le pregunté curiosamente después de volver a mi asiento de nuevo.

— Wiwi es una futa Azuchi, sabe fwesquita y dulce, aunque a veces no, sobwe todo cuando papá la deja en el sol por días — igualmente por lo bajo contesté a mi hermanita postiza, sabedora del tema que al parecer le acongojaba.

Para mi suerte, al parecer tanto al niño del camión como a Kaowuki les había gustado la idea de los pewiwis, algo que me salió de pronto pero que no era la primera vez que decía (aunque si en allí); la explicación detrás era la imaginación que impulsaba mi padre, mismo que no pocas veces solía mostrarme sus dibujitos chulis o las historias tras ellos, pues colaboraba con los papis de mis hermanitos postizos para crear jueguitos. Con el tiempo, enterarme sobre tantos elementos fantásticos y atestiguar no pocas veces el proceso creativo me dio bagaje mental para dar rienda suelta a cualquier aleatoriedad que pasara por mi cabeza…y “pewiwis” era una de esas cosas.

— ¡¿Vewdad?! — dije entonces a ambos niños, emocionada por el eco, sin embargo pronto hablaron Twenza y Poyo dando un punto de vista igualmente válido, el de los tomates bombita, que según yo eran manzanas, o fwesas, o algo, pero no, realmente se trataba de tomates.

— Twenza dibujó muchos tomatitus — señalé a la pequeña reconociendo su idea, sin embargo pronto mi dedo volvió a la boca pues lo que dijo Poyo después fue algo totalmente inesperado a la par que molón…

— ¡Un dwago! — pegué un “gran” salto y me “acerqué” lo más posible a la señoa, que al parecer nos había engañado pareciendo un wiwi pero en realidad era un dragón; huelga decir que pese a su explicación misteriosa yo de ahí en más me quedaría con la impresión causada por la teoría de Nonoko, atenta a mirar a la mayor allí por si en algún momento se le escapa la cola o algún bigote, o alas, o algo, además, de dibujitos de papá recordaba una dwagona que al mismo tiempo parecía señoa, algo así como una “monstwo gal”…

El siguiente asunto sobre la mesa volvieron a ser los pewiwis, algo hasta cierto punto difícil de encajar para mi pues podía entender que la dwagona sensei no supiera lo que eran (al fin y al cabo, los dwagones viven en los cuentos y en los jueguitus) ¿pero Kaowuki? ¡con él hablaba muchisísimo, tanto como con Azuchi!

Los miré a ambos con un dejo de seriedad y me saqué el dedo de la boca, parándome de puntitas para parecer más alta y que así me escucharan más, no solo ellos sino todos — Pewiwi es un pewitu, pero también es un wiwi — para así poder “aclarar” el asunto con lo que para mí era el significado más obvio: venía de las cosas que me gustaban, entiéndase perritos y kiwis; si por separado eran genial, un perrito kiwi o “pewiwi” debía ser lo más chuli ¡a la par que un tomate bombita!

Tras lo dicho me dejé caer de sentón en el piso (aunque me dolió un poco el culo porque ya no recordaba que había dejado de usar pañal) y al igual que mi hiperactivo hewmanito piwata consideré la propuesta de la señoa dwago, aunque tenía similar duda:

— Una mawezonia es un batido de pewiwis, bombitas, pwatanitus, pinias, sandías, dwagones… — intenté explicar pero lo cierto es que pronto disocié ya que me hizo recordar a un powemón que papá me enseñó…

— ¡Mawezonia es un powemón! — me corregí a mí misma — ¡Los powe molan! ¡Mawezonia! — y pronto me levanté con un solo impulso para volver a dar brinquitos de emoción como antes, solo que fui a por mis hewmanitos e intenté que saltaran conmigo ¿a los otros niños les gustarían igual los powemón?

Sonreí de forma amistosa a Subaru cuando dijo de probar el zumo de platano, antes de que fuera mi hermanito de sangre el que me distrajera con la misma discusión de siempre - Pedo no es lo mismo. La cosa dedonda está dica sin piña. A mi no me gusta, ni tampoco a mama. - Pero la pelea no duraría mucho al ser comparada la profesora por la más pequeña de todos con un dragón.

La miré con duda pensando mientras escuchaba al resto, pero no podía verla como a un dragón - Papa dice que un ddagón sabe a pollo, que si no lo sabe no puede hacedlo en los juegos... Pedo la seño no tiene fodma de pollo - Sin duda o yo comparaba al dragón y al pollo con la misma familia, o me confundí con el hilo de pensamiento. Aunque ambos al mismo tiempo también era una poisibillidad.

Al final la pregunta sobre la palabra que estaba gustando a todo el mundo salió y la mirada de Homuchan me asustó cuando Kaoru no supo explicarlo, tanto que retrocedí un pasito para luego ella explicarlo. Respiré tranquila acercandome tras dicha explicación para complementar la explicación - Es un peddito, y un kiwi. Pedo cdeia que un kiwi eda una vedduda. El papa de Homuchan lo dibujó una vez. Es un peddito dedondito, goddito y peludito. Dan ganas de abdazadlo

Pero el culmen llegó cuando la profesora propuso una macedonia como una decisión al gusto de todos. Entonces se me activó la mente como dice papa y me acerqué a una mesa cogiendo varios colores para dibujar rápido y no como me gustaría, el platano de Subaru, la piña de Kaoru, el Kiwi de Homuchan, los tomatitos de Hanachan y una flor por parte de Nonoko. - P-poddía hacedlo mejod... p-pedo... - me acerqué al resto y enseñé de nuevo el dibujo, siendo que la sandía destacaba del resto por haberla dibujado más dedicadamente antes - ¿Una macedonia así poddía sed? Así estamos todos. Incluso podemos dibujadlo entde todos.

El Capitán Kidd se acercó a Hana, muy interesado en las posibilidades armamentísticas de los tomates. Hana asintió enérgicamente, emocionada de que se interesasen en su fruta.

-¡Y con los tomates se hace que'chú! -explicó muy alegre.

Pero las palabras Épollo llamó su atención.

-¡Io no soy Hana Banana! -le dijo a Épollo con justa indignación, pero en seguida el resto del discursó cobró más interes, e igual que el Gran Capitán Kidd se centró en la profesora.

-¡Dwagona! -exclamó con los ojos brillantes y su mejor cara e ilusión infantil súperinfinita- ¿Puedes volar? -le preguntó súperilusionada.

Y la explicación de Homura sobre lo que eran los pewiwis no la dejó indiferente. No tenía ni idea de lo que era un "wiwi", pero sabía perfectamente de los "pewitu".

-¡Pewito! -la coreó alegremente, levantando sus manitas por encima de su cabeza. Miró a la profesora- ¿¡Poémos dibujar pewitus, dwagona-chan!? -le preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

Subaru permanecía en silencio mientras sus compañeros hablaban sin cesar de las cosas más variopintas. Había juntado las manitas delante de él, y su cabeza giraba de uno a otro de los pequeños, escuchando con atención lo que decían. Nunca había estado en un sitio donde hablaran tanto, y aunque no se atrevía a intervenir, empezaba a resultarle entretenido. Aquellos niños no daban miedo, y la profesora tampoco. El nudo de su garganta se había relajado mucho y llegó a pensar que incluso podría divertirse en ese sitio.

Cuando Azuki dibujó la macedonia, sonrió mucho al ver que había incluido sus plátanos. Se acercó al pupitre, dispuesto a participar en la idea de dibujar todos juntos. Pero no se decidía del todo, porque aunque no había comprendido bien la explicación de Hana, seguía gustándole la palabra "pewiwi".

—Si en las macedonias se pueden poner "pewiwis" —dijo sin estar muy seguro—, podemos hacer macedonia de "pewiwis" y así estará todo...

Durante unos segundos me quedé en silencio total, intentando entender y comprender toda la información, un ligero puchero se dibujó en mis labios, y es que... Si la profesora no era una Dragona ¡¡Hana banana tenía razón!! Y quizás yo era una niña tonta. Pero entonces cómo si predijese lo que pasaría después, la profesora bonita se me acercó y me dijo una cosa en bajito, lo que me hizo sonreír casi al instante. Me cubrí la carita con la hoja de dibujos y me reí emocionada.- ¡¡Nonoko lo sabíaaaaa!! -Asomé mis ojitos y naricilla mirando a la profesora.- Dragona....-Y sin perder la sonrisa volví hacia dónde estaban mis compañeros.

Ninguno se decidía, ni siquiera yo. Volví a mirar los dibujos de mis amiwitos y a la profesora. Y otra vez a los dibujos. Y es que iba a ser muy, pero que muy difícil escoger una fruta. Mientras unos hablaban y otros respondían, yo fui hacia la mesa de los coloritos y me puse a dibujar. Aunque rápido me aburrí de hacerlo. Me levanté y con las manitas en jarra tomé aire y.... ¡Empecé a cantar! O si, cantar, cantar me encanta...Cómo mil millones.

- ¡Este es el baile de la fruta! -Me moví de manera divertida y me fui dando pequeños pasitos hasta Hana, pero sin dejar de moverme y cantar.- ¡Melocotón! Melocotón.... Manzana, pera, piña y plátano.-Con cada fruta hacía un gesto con mis manitas y cuerpo. El melocotón era suavito, la manzana grande grande, la pera tenía una enorme barrigota, la piña estaba despeinada y el plátano... el plátano parecía una luna bebé. ¿Vergüenza yo? Lo último de mi larga lista de cosas, fue por eso que intenté hacer bailar a los demás.

- Seamos todos una macedonia ~

La profesora escuchó con atención como el primero de sus alumnos, Kaoru, el cual empezó a explicarle lo mejor que podía que era un "pewiwi"... Cuando empezó a decir que salía cuando un "pe" y un "wiwi" hacían... desde luego pensó sorprendida seriamente en que clase de educación "avanzada" le habían dado sus padres... Pero con el "PUM" le quitó las dudas y volvió a recobrar su fe en sus inocentes mentes de niños puros -Una macedonia es un montón de frutas cortaditas y juntitas para comerlas a la vez... ¡muy rica!- le explicó a Kaoru con una sonrisa, esperando ayudarle a entender que era.

Por otro lado, parecía que no solo Nonoko, sino prácticamente toda la clase se había creído que ella era una dragona, y le hacían preguntas sobre las cosas que podía hacer y la miraban con ilusión infantil -Vaya... quizás no debería haberlo dicho...- pensó, pues ahora tenía muchas expectativas puestas sobre ella... pero viendo las caritas de los pequeñines, sabía que había merecido la pena, riendo también con las cosas que decían algunas, como Azuki y su sabor a pollo -Lo dicho... no puedo decir nada... shh...- terminó diciendo con esa complicidad, acariciando la cabeza de Nonoko que era la más ilusionada con tener razón.

Con Azuki, comprendió mejor que era un "pewiwi"... un híbrido entre perro y kiwi... menos mal, por fin se había quitado la duda de encima, aunque ahora le surgía otra -¿Y a que sabrá uno de esos?- es lo que pensó. Y miró su dibujo y sonrió asintiendo -Si, exactamente eso es una macedonia. Si os gusta a todos... ¡ese será nuestro nombre! Muy bien hecho Azuki-chan- dijo contenta de ver a su clase tan implicada en elegir el nombre de la clase, también asintiendo a Hana y a Subaru -Si, podremos dibujar a perritos y pewiwis todo lo que queráis- les confirmé a ambas.

Entonces... vio a Nonoko empezar a cantar y bailar el "baile de las frutas"... lo cual sin duda le dio cierta inspiración. Así que cogió su "tesoro" de su "cofre", se sentó en una silla... y empezó a tocar.

La guitarra sonaba muy bien, se notaba que la profesora dragona wasabi era muy buena tocando el instrumento, haciendo percusión golpeando la guitarra y también dando golpecitos con el pie, intentando seguir lo mejor que podía el baile de Nonoko para que la chica bailase con acompañamiento. Y no solo eso, sino que miraba a la niña para intentar asociar las frutas con los pasos... y así improvisar una letra que encajase y añadir algo más, la cual empezó a cantar con una voz muy bonita y melodiosa, para que la peque terminase de contagiar las ganas de bailar a los demás:

"Melocotón suave suave"
"Manzana grande grande"
"Pera Mmm gordota gordota"
"Piña ¡Auch! Pincha pincha"
"Platanito media lunita"
"Sandiazas grandes rojas"
"Tomatitos manchan PUM"
"¿Un Pewiwi? Guau Guau"
"Y la macedonia, se vuelve a repetir..."
PLAS PLAS PLAS

Dado que estaba ya relativamente cerca de mis hewmanitos postizos, miré con notable emoción a Twenza y a Camión cuando expresaron apoyo hasta cierto punto e interés por los pewitus y los pewiwis, respectivamente, pues parecía que podríamos entendernos, sin embargo la idea de la mawezonia tampoco me tenía indiferente y el hecho de que Azuchi (artística como ella sola) la dibujara para dar un ejemplo directo me hizo meterme más en el tema.

Señoa dwagona explicó también, complementando la comunicación gwáfica de mi hewmanita: básicamente mawezonia eran todas nuestras futas ¡como cuando aceptó que todos nos sentáramos “juntos” para no sentirnos solos! Yo no tenía ni idea de que las cosas pudieran ser así, pero tras saberlo me encantaba y me dejaba perpleja tanto como… ¡el baile de Nonoko!

— ¡Wah! ¡Poyo baila! — su tierna iniciativa era difícil de ignorar, por no decir divertida de ver. Yo ni de lejos tenía tanto witmo como ella, pero cuando hasta la dwagona wiwi (dwawiwi) se unió espontáneamente y comenzó a hacer sonar su widawa, seguramente con magia, no pude evitar el dirigir mi atención totalmente a lo que pasaba.

Menciono la magia porque además comencé a sentir como que mi cuerpo quería moverse, a pesar de que no sabía yo bailar, y cuando me di cuenta ¡ya estaba haciéndolo! O lo intentaba; en mi caso fueron las piernitas lo que reaccionó antes, flexionándose una y otra vez según ellas a ritmo de la música, luego uniéndose mis manitas al chocar una contra la otra para dar palmadas.

De lleno me metí entonces en la “pista de baile” observando atenta lo que hacía poyo, escuchando sin embargo la canción que la sensei extendió. Cuando la adulta mencionó a los pewiwis me brillaron sobremanera los ojos pero no para llorar, no, más bien porque la emoción que expresaban iba de la mano con mi sonrisota.

¡Cómo molaba que la clase fuera una mawezonia!