Partida Rol por web

Cuando la agarraste del cuello de la ropa se dejó mover por tus brazos sin intención alguna de discutir tu movimiento, aunque aparto la vista del horizonte para fijarse en ti.

Finalmente sonrió trise ante todas tus palabras.

—Ojala fuera tan fácil, pero yo no puedo hacer nada. Solo he podido debilitar el enlace lo suficiente para que no ocurriera nada como esto hasta ahora. —Siguió hablando de cosas que no entendías. —Los límites no son una excusa. No… no puedo abarcar más…

La mujer te aparto levemente mientras te enseñaba  una pequeña esfera azul en sus manos. Como si fuera una pequeña esfera de cristal del tamaño de una pelota de tenis podías ver como en su interior estaba representado la parte superior de la misma torre en la que te encontrabas.

—Tiempo atrás podía cubrir todo el archipiélago ahora esto es lo máximo que puedo abarcar.—Informo con tristeza mientras miraba la esfera. Podías ver como poco a poco aquella parte superior de la torre se volvía más grande, como si cada vez hubiera menos dentro de ella.

La mujer dio un suspiro.

—No puedes ayudar, el problema no está aquí, no he sido yo quien ha descuidado su trabajo y…— La joven parpadeo durante un momento mirándote antes de abrir los ojos mucho.—Pu.. Puede que funcione. Se supone que no deberías poder moverte y… Quizá tienes un enlace lo suficiente fuere con el otro lado.

A joven te aparto hacia un lado mientras se levantaba y empezaba a murmurar.

La espada apuntará mientras el mundo observa esperando la ruina.
Los aldeanos perecerán ante agonizando de hambre, los guerreros llorarán lágrimas de sangre, la tierra se desgarrará y desde las alturas los nobles observarán, ignorantes del destino que les aguarda.
La oscuridad olvidada se cernirá anunciando el final, mientras el sol se apaga ante la aguas.

En mitad de las tinieblas una última chispa lucirá. Cuando la princesa extrajera viaje a Narawa, las bestias hermanas acudirán a la llamada y el camino en manos de un guía les será revelado.

Como si de una profecía se tratara la pronunció rápido pero sin duda alguna en su voz.

—Sí, puede ser. ¿Querías ayudar verdad?.— Pregunta casi sin darte tiempo a hablar.— Puedo mandarte al otro lado. Tienes que buscar a mi hermana y hacerla recapacitar. Su irresponsabilidad es el motivo de que esto esté ocurriendo y… 

La mujer desvió la mirada hacia su orbe, ya no se veía el exterior de la torre, únicamente el interior donde os encontrabais en ese momento.

—Tienes que decidir. Mi poder desaparecerá dentro de poco.

Mi cara se arruga en un gesto de sorpresa y espanto. ¿Eso ha sido una profecía? ¡Soy la elegida de una profecía! Ya no puedo esperar más, vamos, tengo que despertar, con Ako zarandeándome, para luego ir a ver ese maldito campeonato de esgrima. Esto es demasiado locura como para tener un ápice de realismo.

—Es por el pelo blanco, ¿verdad? Siempre me sentí demasiado rara por tenerlo así. Hasta me hacían bulin en la escuela.

No sé qué hacer. Si esta cosa... mujer... habla en serio, ¿qué voy a saber hacer yo? ¿Tocarle el violín a la ola para que se duerma?

—¡Ayudo ayudo! ¡Dime qué carajo tengo que hacer, vamos!

Y sí, es eso o tragar agua. Prefiero tener una chance, al menos.

—¿Dónde está tu hermana? ¿Dónde la busco? ¿Cómo la busco?
Espera, no...
—Ey, ¿qué es eso del "otro lado"? No me estaré muriendo yo y esa es tu forma apta para menores de decírmelo, oye. ¡No me quiero morir! ¡Tengo cosas que hacer! ¡Si todo esto es un sueño febril agonizante por el accidente del tren, quiero que se dejen ya de joder y me terminen de una vez!

Creo que me estoy enloqueciendo. Mátenme ya, por favor, quiero morir cuerda.

—No, no morirás… creo. —Respondió para nada segura la joven. —Depende de tu enlace allí. Casi no hay antecedentes así que no sé cómo será. De todas formas…

La mujer busco entre sus ropas hasta sacar una pequeña canica totalmente negra.

—Esto te protegerá. No la sueltes, llévala contigo hasta que encuentres a mi hermana. Sera tu guía allí.

Fue entonces cuando empezaste a maldecir y a decir que querías despertar.

—Esto no es un sueño, no sera un sueño, no lo olvides. Que consigas encontrar a mi hermana y convencerla de hacer lo que debe decidirá lo que ocurra aquí.

Sin ninguna preparación y despues de que recogieras aquella pequeña canica negra que te había tendido elevo ambas manos con su pequeño orbe azul. Colocando las palmas hacia ti el orbe se fue acercando hasta que finalmente toco tu ser y notaste como tu respiración se interrumpía, como un frío intenso inundaba tus extremidades pero el calor inundaba tu torso y cabeza. Únicamente podías vislumbrar oscuridad a tu alrededor, sin identificar nada de lo que te rodeaba.