Roberta reanudará sus clases, orgullosa de vosotros, suponéis que al veros de vuelta de vuestra misión. Sonríe más y se la ve más... Ella misma.
Muy bien, muy bien... No sé si necesitáis muchas más de mis clases... Hah! Es broma... A medias. No necesitáis mis clases para sobrevivir, pero lo que yo enseño es un arte tanto o más refinado que las enseñanzas de Owen o Irina. Ayuda a centrar el ego y la voluntad empuñando esto...
Dice blandiendo su espada.
Mata más que el propio acero del que está forjado. Cuando uno es capaz de dominar a sus semejantes es cuando se muestra si es grande o sólo es un rufián. El pobre de espíritu aprovecha esa ventaja para sojuzgar, el grande enseña, educa y no interfiere...
Sacude la cabeza.
Basta de cháchara. Ya tenéis las bases. Decidme qué queréis. os puedo enseñar más sobre el noble arte de blandir la espada o bien os puedo ayudar a centrar vuestro ego... Es vuestra elección. Puedo hacer dos grupos. No hay problema.
He añadido al Señor del tiempo y a Dorian pues aunque no parenderán nada, sí que pueden escuchar y hacer preguntas si quieren estar presentes como oyentes. Aunque no estén presentes, se acaban enterando de lo que ocurre a grandes rasgos... Un dirigible es pequeño y estas cosas se acaban sabiendo, quieras o no.