Identificas el hechizo como uno de invisibilidad.
Si ninguna razón aparente el halfling que cordialmente los había invitado a ingresar al refugio desaparece en un instante tras haber "sentido" algo.
Ante la repentina reacción de Kipp el grupo se queda en guardia unos instantes tratando de oír, el pequeño Kosj es quién se adelanta caminando en silencio y pegado a la pared como una siniestra sombra que fluye en la oscuridad de la cueva.
Ninguno detecta ningún ruido ni nada que haya podido despertar la reacción del halfling
Seguís el túnel, no hay bifurcaciones o caminos alternativos aparentes por los que se hubiese podido escabullir Kipp. Luego de unos doscientos metros de túnel intrincado llegas a una salida... o entrada. El túnel termina en una enorme cueva, el río no ha perdido caudal en todo su recorrido y ha terminado en una cascada, por la que también salís vos. Al costado de la misma hay una rampa que baja pegada a la pared de la cueva. La cascada alimenta un gran estanque, cuyo extremo opuesto parece volver a formar un río que se pierde en un túnel menor. Las paredes de la cueva parecen firmes, de tierra seca y están iluminadas por un azul verdoso, producto de los hongos luminiscentes que crecen a un lado del estanque. Del otro lado del estanque unas 20 o 30 carpas pequeñas forman lo que sería el refugio. No ves gente ni rastros de Kipp.
Sigo avanzando entre las sombras, sé que debería volver con el resto de mis compañeros... Pero la curiosidad me pica más que la compañía. Me sigo deslizando cual reptil por la cueva intentando no llamar la atención y captar... ¿Algo?
Motivo: Stealth
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+12)=16
Bajas por la rampa manteniéndote en las sombras. Al bajar atravezás una pequeña zona en la que sentís el suelo esponjoso, son hongos que dan pequeños destellos de luz violeta al entrar en contacto con las escamas de tus patas. Avanzas un poco más y llegas a un pequeño puente improvisado con algunos tablones, quizá restos de alguna carroza. El pequeño puente permite cruzar el río que se forma luego de la pequeña cascada que viene del agua de la superficie. Al acercarte se te abren grandes los ojos al ver una imagen tétrica, en el otro lado del puente yace Kipp, tirado espalda hacia arriba, con la cabeza de costado de forma que sus ojos, inertes, miran en tu dirección, los dedos se encuentran retorcidos y hay marcas de rasguños cerca de ellos, como si hubiese querido escapar de algo. Un agujero en su capa deja ver una herida de por lo menos cinco centímetros de diámetro que llega hasta la tierra ahora roja por la sangre, como si hubiese sido atravesado completamente. Líneas de sangre aún gotean de sus ojos y boca aunque su sonido se ve opacado por el ruido de la cascada.
Estaba esperando algún mensaje de tus compañeros, pero las vacaciones pegaron duro...