Duncan deja el escondite en el arcén de la carretera y camina hasta la cabina del camión, se asoma por el otro lado del vehículo mientras el hombre se aleja hacia la mediana.
Con un pequeño saludo llama la atención del inesperado visitante, el tipo se detiene y se gira lentamente mostrando cierta incredulidad a lo que acaba de oír. El foco de su linterna sigue el remolque del camión hasta iluminar a Duncan, que lo saluda con la mano de forma amistosa aunque sin alejarse de la cobertura que puede ofrecer la cabina.
- ¡Joder! - el hombre se sobresalta al ver a Duncan y la luz se vuelve loca mientras la linterna baila en su mano.
Una vez repuesto del susto inicial vuelve a alumbrar a Ducan, aunque esta vez indirectamente para evitar cegarlo.
- Me has dado un susto de muerte, creía que eras uno de esos masillas. Ya sabes, como en los Power Rangers, una de esas cosas grises que hay por ahí. Me alegro que no seas uno.
Se gira sobre si mismo mientras el foco ilumina los escasos vehículos cercanos.
- ¿De donde has salido? ¿Sabes que hay un cadáver en el camión? Es el primero que veo... - Frunce su ceño mientras comienza a caminar hacia atrás lentamente - ¿No tendrás algo que ver con el fiambre, verdad?
Visualmente no os es familiar, aunque juraríais que habéis oído su voz en algún lugar.
Me acerco a nuestro camión, despacio y miro el cuerpo de Aaron. Durante la precipitada huída no hemos tenido tiempo de mirarlo con atención y ni siquiera le hemos despojado de sus armas.
- Sí, he visto alguna de esas cosas - respondo cuando habla de los "masillas" señalando la parte delantera del camión. Es posible que aún quede algún resto de las criaturas que atropellamos en el puerto.
- No, no tengo nada que ver con él... Bueno, en realidad sí, era compañero mío, pero no con su estado actual. - Me encojo de hombros. - Realmente no tengo muy claro si está muerto o no. Algo pasó volando junto a él y se quedó así... como congelado.
Le miro de arriba a abajo, tratando de identificar su voz. Las únicas personas a la que hemos escuchado desde que nos separamos de Anne han sido los presos y el tipo de la radio, pero tal vez me resulte famliar de algún momento anterior a la lluvia azul. Ha pasado tanto tiempo desde entonces que parece que el pasado pertenece a una vida completamente diferente. Tal vez lo fuera y de alguna manera estemos muertos y esto sea el Purgatorio... o el Infierno. Si en algún momento hubiera creído en alguna de esas religiones, tal vez me lo plantearía con algo más de seriedad.
- ¿Y tú? - le pregunto finalmente. - ¿De dónde has salido? No he visto prácticamente a nadie desde que la gente empezó a volverse loca y atacarse unos a otros... - De repente se me ocurre algo en lo que había estado evitando pensar. Todo el mundo ha desaparecido y en su lugar están esas cosas grises del puerto. Si se han convertido en ellas y el proceso es reversible, creo que nunca podré perdonarme haber atropellado a esa gente.
Lo siento, semana de perros en el curro, para variar... A ver si terminamos con la entrega y puedo recuperar el ritmo en Umbría.
La linterna no deja de moverse mientras el hombre habla, barre aleatoriamente los alrededores como si esperase la aparición inminente de algo.
- Estaba encerrado en mi estudio, preparando el programa. Ya sabes, La Hora Paranormal, soy John Edward por cierto.
En ese momento todos reconocéis esa voz, aunque no su aspecto. Se trata de uno de esos locutores de radio famoso por sus programas sobre fantasmas, alienigenas y misterios del pasado. Aunque todo el mundo niega tomarlo en serio tuvo su fama hace unos años, parece que ahora se dedica a algo más local.
- Salí del estudio y no vi a nadie, ni siquiera estaba el tipo de seguridad que siempre se encuentra en la puerta. Con internet muerto no había forma de saber que estaba ocurriendo, así que regresé a la ciudad. Creía que era la última persona sobre la tierra hasta que me topé con un par de presos, esos cabrones se han fugado de la prisión. En cuanto vi sus intenciones me largué a casa, recogí mi equipo y llevo un día por la ciudad buscando una explicación a lo que está ocurriendo. Ahora me dirigía a la base aérea, si quedan soldados sabrán que está ocurriendo. Entonces he visto el camión y he pensado que podía tener algo útil en su interior, pero solo está el cuerpo de tu compañero. ¿Solo estabais vosotros dos? Puedes venir conmigo si quieres, será más fácil sobrevivir en grupo.
Me he pasado escondido dentro del vehículo, justo bajo la ventanilla mientras Duncan se dedica a hablar con él, de esa manera conocer cuáles son las intenciones del tipo mientras sostengo entre mis manos la escopeta que está dispuesta a disparar, sin embargo me doy cuenta que no es necesario al ser un tipo inofensivo y que podría sernos de utilidad.
Por lo visto es famosillo en el mundo de la radio y programas de ocultismo. Me suena de haberlo escuchado por la radio más de una vez ya que la televisión apenas la veía, pero nunca me interesó su programa porque siempre había creído que era un imbécil por perder su tiempo a hacer investigaciones sobre temas inexistentes como los espíritus y alielígenas… Claro que… hasta hoy.
— No me voy a creer lo que voy a decir pero… creo que vas a tener una gran oportunidad de documentarte sobre estos alienígenas porque visto lo visto… existen. Eso si es que sigues con vida cuando esto acabe bien para la humanidad. — Me dejo ver totalmente al levantarme y asomarme por la ventanilla pero no suelto el arma en ningún momento. — Nuestro amigo — señala a Aaron — Está muerto, es imposible que alguien sobreviva después de haber sido congelado pero bueno, creo que debería dejar de ser tan escéptico después de todo. Acerca de dónde ir… Nosotros hace unas horas oímos acerca de un barco que atracaría en el muelle a por más supervivientes ¿Lo has oído tú?
Me encojo de hombros con una sonrisa incómoda cuando aparece Steve.
- No, no estábamos los dos solos... - contesto a su pregunta. - Pero no podía estar seguro de que no fueses otro saqueador como los presos fugados - me excuso. - Aunque tienes razón, cuantos más seamos, más probabilidades tendremos de sobrevivir.
Miro el cuerpo de Aaron mientras Steve habla.
- Bueno, también es imposible ultracongelar un cuerpo vivo en décimas de segundo - comento. - Así que si se despierta con la misma rapidez con la que quedó así, tampoco sería de extrañar. - Al fin y al cabo, todo lo que está ocurriendo es tan extraño que casi podría creerme cualquier cosa.
- La señal del barco era una grabación - explico. Aaron se había sentido molesto cuando se enteró, así que prefiero dejar las cosas claras desde el principio. - También hemos hablado por radio con un tipo que se esconde en un sótano, pero quedarse encerrado no parece la mejor opción.
Espero que el hombre conteste. Es posible que él también tuviese algún plan o se dirigiese a algún lugar concreto en su furgoneta.
Yu-ri también sale de su escondite, aunque apenas se acerca unos pasos y saluda tímidamente con la mano.
John alterna el foco de su linterna entre vosotros y después sigue iluminando los alrededores por precaución.
- Como he dicho me dirigía a la base para echar un vistazo, si quedan militares seguramente tengan más información que nosotros o al menos mejor preparación para este tipo de situaciones. Sea lo que sea que esté ocurriendo.
Su linterna ilumina la camioneta en la que ha venido, podéis volver a apreciar que la parte trasera está repleta de trastos.
- Podemos ir en mi coche, cabemos los cuatro y vuestro gélido amigo puede ir atrás. Dudo que el frío sea un problema, además, yo tampoco creo que esté muerto. No he visto ningún cadáver hasta ahora, puede que se los lleven o los asimilen de alguna manera.
Sin esperar a vuestra respuesta salta la mediana para dirigirse a la camioneta.
- He oído los dos mensajes de los habláis, aunque la grabación de ese supuesto barco no me suena muy creíble. No han actualizado ningún dato en horas. El tipo del bunker suena a chiflado encerrado en uno de esos refugios nucleares que se pusieron de moda en los cincuenta. Apuesto a que no está preparado para albergar cuatro personas más, o cinco si mantenemos la esperanza en el hombre de hielo.
De repente se detiene y se gira.
- Puedo pasar de la base e ir al puerto, quedan un par de horas para el amanecer. Comprobaremos si ese barco aparece y de paso ganaremos algo de luz. Siempre y cuando esas cosas del cielo no sirvan para tapar el sol. ¿Qué decís? ¿Lo intentamos?
Duncan seguía con la teoría de que Aaron podría sobrevivir. Fruncí el ceño y los labios pensando que hasta podría ser posible en vista que mi escepticismo no me ha permitido otra cosa que errar; primero con la existencia de alielígenas y ahora con la posibilidad de que el rubio vuelva a la vida.
— De acuerdo, daré un voto de confianza a eso de que “resucite”, pero lo que no aseguro es el “cómo”. Tal vez este sea el modo en el que se crean esos tipos grises y nos metamos en problemas si se descongela. — Caí en la cuenta de eso. No sabíamos cómo había aparecidos esas personas contagiadas de la enfermedad que los convierte en masas grises asesinas, pero si fuese yo no me arriesgaba y lo tiraba al suelo para que se rompiese en mil pedazos, pero ya sabía yo que Duncan jamás lo permitiría. Casi hubiera sido mejor que el que se congelara fuese él… pero por otra parte es un cerebrito que viene bien.
— Yo voto con que esperemos a ver si llega el barco… fue nuestro primer plan. Si no aparece a la hora que dijo, nos marchamos, pero al menos intentémoslo.
Me encojo de hombros ante el comentario de Steve sobre Aaron y, casi inconscientemente, me giro hacia el cuerpo mirándolo con renacida desconfianza. Después de todo, es perfectamente posible que el guardia tenga razón.
- Sí, estoy de acuerdo - contesto. - Ahora mismo el puerto parece la opción más probable de salir de aquí... Aunque el barco no respondiese a la radio - recuerdo. - Aún así, me parece prudente ocultarnos por la zona, tanto para comprobar si aparece el barco como para ver en qué estado lo hace - comento.
Me vuelvo hacia el locutor de radio.
- Si quieres venir con nosotros, como has dicho, cuantos más mejor - respondo. Miro al camión, dubitativo. - Pero igual es buena idea mantener los dos vehículos por el momento. Si falla alguno, mejor tener otro transporte como alternativa. - La vena de ingeniero aparece de forma natural. Después de todo, los sistemas críticos deberían estar siempre redundados. Claro que el lado negativo es que dos vehículos de este tamaño llamarán bastante la atención. Espero las respuestas de los demás, para tomar una decisión, porque mientras Aaron no quede atrás tampoco me supone ningún problema.
Abro el camión y cojo el walkie que llevaba nuestro compañero congelado, tendiéndoselo al recién llegado. Vayamos o no en su furgoneta, por el momento le será más útil que a Aaron.
- Está configurado con el canal para nuestras comunicaciones en el "1". Además, en el canal "2" he puesto una frecuencia muy baja - añado señalando mi segundo walkie que mantengo encendido para intentar escuchar cualquier ruido de las medusas. - Si escuchas un ruido un poco más fuerte, es probable que haya alguna criatura en las proximidades - le advierto.
A falta de más información parece que vuestra única vía de escape es la promesa del U.S.S. Tritón. Seguís a John hacia el puerto, su camioneta avanza delante mientras lo seguís con el camión. Yu-ri no tarda en dar su opinión sobre la situación y vuestro nuevo aliado.
- Tenía un compañero que siempre hablaba de este tipo, se creía todo lo que decía. Si por él fuera el mundo se hubiera terminado una doce veces en los últimos diez años. No pienso creer ninguna de sus teorías, no dejéis que os arrastre a su locura.
Regresáis al puerto para encontrar todo como lo habíais dejado. La única diferencia es que el cielo ahora está lleno de lineas cada vez más numerosas y que incluso parecen cercaros lentamente.
El puerto parece ahora más tranquilo que durante la última visita, aunque en esa ocasión también parecía deshabitado.
Os detenéis en el muelle de hormigón, en el lugar más previsible donde puede atracar un barco.
John se baja de su vehículo en cuanto paráis y corre a la parte trasera para comenzar a buscar algo con ayuda de la linterna. Antes de que podáis bajar ya está montando un trípode y lo que parece una especie de cámara con un micrófono direccional.
Os ilumina con la linterna para llamar vuestra atención y después continúa con sus preparativos.
- Aunque no lo podamos ver es posible que con este cacharro lo oigamos llegar, no hay ningún ruido que pueda bloquear las ondas.
Aunque no sois expertos dudáis de que el micrófono tenga un alcance mayor a unos cien metros. John sigue examinando el horizonte e incluso saca una pequeña grabadora digital para realizar observaciones en voz alta.
John termina la preparación de su equipo y se gira hacia vosotros señalando su obra.
- Ya está, funcionando. Espero que sirva de algo, no soy precisamente un gran técnico. Aunque una vez en aquel viejo sanatorio esto me sirvió para - de repente deja de hablar y mira hacia algún lugar cerca de la entrada del puerto.
Cuando intentáis ver que ha llamado su atención observáis un vehículo con las luces de emergencia encendidas. Está a escasos metros de la entrada y, de haber estado antes, lo hubieseis visto con facilidad ya que tendríais que haber pasado a su lado.
- Espero que esas cosas no hayan aprendido a conducir...
Sin escuchar vuestras palabras John comienza a caminar rápidamente hacia allí, su linterna ilumina vagamente el coche pero apenas podéis apreciar que se trata de uno de esos habituales híbridos.
Acelera el paso hasta llegar a una esquina formada por contenedores, el desnivel facilita la observación pese a los obstáculos. Se detiene y comienza a hacer gestos al coche, pese a su alocada iniciativa mantiene las distancias y no se aparta de una cobertura próxima.
John mira con más detenimiento y os hace un gesto indicando que todo va bien, sin embargo no parece haber respuesta por parte del vehículo.
Observo cómo monta el artefacto con el micrófono, dudando mucho de la potencia del mismo para capturar ondas sonoras más allá de las que pueda generar el viento. Pese a todo, resincronizo mi walkie para capturar la señal de radio del barco y enchufo unos auriculares para evitar que el repetitivo sonido llame atenciones indeseadas.
Mientras el locutor de radio termina su trabajo, observo el cielo, pensativo. No tengo ni idea de qué son esas líneas, aunque sólo puedo imaginar que se trata de algo artificial. Con el software adecuado podría hacer una determinación orbital para calcular las trayectorias, pero aún no he tenido tiempo para encender mi portátil y comprobar algún tipo de rumbo de colisión para las distintas líneas.
Entonces aparece el coche. Lo más lógico sería pensar que se trata de alguien más que viene al encuentro de barco, pero aún así todos reaccionamos con cierta prudencia. Todos menos John. El hombre se acerca despreocupadamente hacia el vehículo, enfocándolo directamente con su linterna.
- Sólo le falta anunciar su posición con un megáfono - susurro a Steve. - Pero será mejor que le cubramos - comento señalando las armas que consiguió en la tienda y la escopeta que ahora lleva Yu-ri.
Incluso antes de que nos coloquemos, el hombre se vuelve hacia nosotros y nos hace un gesto para que vayamos. Me encojo de hombros dispuesto a acercarme, pero aumento el volumen del walkie que tengo sintonizdo a baja frecuencia para localizar a las criaturas voladoras, confiando en que mis compañeros se muestren tan precavidos como yo mismo.
Lo siento, las últimas semanas han sido una locura entre cerrar el año en el curro y cenas de navidad.
Me quedé observando al tipo montando aquello con mi típico mirada de escéptico, cosa que después de todo lo que hemos visto no debería tener, sin embargo ese tipo parecía estar bastante obsesionado con lo paranormal y creía fielmente en sus obras. No podía tomarle muy en serio. Pero lo que sí me hizo ponerme serio fue como se acerco a aquel vehículo que sin apenas darnos cuenta se había colado en la entrada del puerto.
Me sitúe junto al resto aferrado al arma cuerpo a cuerpo que adquirí y me agache un poco para ocultarme ligeramente.- le cubrimos... Pero esto no me gusta. No tiene ningún tipo de precaución-. Me fijé que nos incitaba a acercarnos pero yo no me pensaba mover. - No me fio... Pero no nos queda otra. Yu-ri... Apunta bien mientras nos acercamos.- comenté justo antes de empezar a caminar hacia el vehiculo, justo donde se encontraba ese loco.