Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Henri escuchó todo lo que le contaba su Antepasado con rostro serio.
¿Así que ha pasado todo eso cuando caí?
El Abad... muerto... es una buena noticia... pero Armand...
El cabrón sigue vivo.
- No tengo muchas preguntas, sólo unas pocas. - Dijo Henri. - La primera sería ¿qué ha pasado mientras estaba en letargo? Y la segunda, pero no más importante, ¿seguirías enseñándome? -
Tengo que entrenarme...
Tengo que mejorar...
Y destruir al que me quería ver muerto...
Siempre entrenare a los mios, mi sangre, algunos de los que hay aqui desearian ese honor que te estado guardando. En cuanto a lo que tu corazon y tu alma desea, eso debera esperar, pues es un vampiro con muchos aliados, asi como enemigos.
Miguel trabaja para uno de sus enemigos, es de nuestro clan y te ayudara si se lo pides, su ductus Elena ya no se si lo hara, es una Magister y solo se mueven por el poder.
Una leve sonrisa mientras alzo la mirada y miro al cielo oscuro, lleno de estrellas. Pronto, muy pronto algo pasara y cambiara todo
- Hablas en un idioma que no comprendo, Antepasado. - Dijo Henri algo preocupado. - ¿Que es un Ductus? ¿Y una Magister? -
La verdad es que el vástago estaba completamente descolocado.
No sabía de lo que su Sire le hablaba y mucho menos entendía sus palabras.
Sin embargo, iba a poner todo su empeño en moverse con celeridad en el nuevo tiempo en el que ahora vivía.
- Quiero aprender. Quiero entender todo lo que en este mundo sucede. -
Ductus es el lider de una manada y magister es miembro del clan Lasombra
El mundo está podrido.
Bueno, sigue podrido.
Lo estaba antes y lo está ahora.
El olor a podredumbre se puede sentir hasta aquí, en el medio del bosque.
- Entonces Armand está vivo... - Dijo Henri con una media sonrisa. - ¿Sabes dónde está? ¿Dónde puedo encontrarle? ¿Elizabeth también lo está? ¿Mercutio? -
Mis viejos enemigos han venido a mi mente otra vez.
Pero tengo una deuda pendiente con uno de ellos...
Armand... te encontraré.
Si, sigue vivo, pero aun no se donde encontrarle, se que esta en la ciudad, Elizabeth murio, un grupo de cazadores la dio muerte en Venecia por lo que se comenta. Mercutio, ese yo mismo le mate con mis manos, era mi venganza
- No me interesa quién sea, ni a quién tiene a su mando ni con cuantos hombres cuenta. Iré a por él. Me lo he prometido y le haré pagar por todo lo que nos ha hecho. - Dijo Henri completamente serio. - Esto se tiene que acabar ahora. -
Pero ahora no tenía tiempo.
Si quería acabar con él tenía que planearlo con cuidado.
Si ahora era un ser tan poderoso como su Antepasado, le será muy difícil acabar con él, sin embargo, nada es imposible.
- Necesito saber dónde estoy, qué es este tiempo, para poder moverme con tranquilidad en la ciudad. -
Ahora no se llama Armand, se hace llamar Marcell. Dirige a una pandilla de desarrapados que se llaman lideres y...no conserva el mismo rostro.
- Entonces hablaré con Miguel en cuanto tenga tiempo. - Dijo Henri con una sonrisa. - Me temo que nuestro encuentro será breve esta vez, pero la próxima vez que nos veamos, me gustaría que hablaramos largo y tendido. -
El Rojo le hizo una reverencia a su Antepasado y se giró hacia Miguel.
- Creo que ahora tendré que ser tu sombra. -
Solo sonrie cuando le hablas y deja que te marches.
- Es más que mi amigo. Es la persona que me ha creado y me ha hecho lo que soy. - Dijo Henri dejando ver, sutilmente, que tenía varios años de existencia como vampiro. - Me ha dicho que eres el indicado para mostrarme este mundo. Tengo varias cosas que hacer en él, pero primero, tengo que familiarizarme con lo que hay por aquí antes de emprender mi búsqueda. -
Henri se quedó allí de pie, sin decir nada, esperando que Miguel le diera las indicaciones o lo sacara de paseo como un perrito.
Tiene gracia.
Como un perro.
Al fin y al cabo, eso era lo que él era. Un simple animal enjaulado.
Me alegro que te lleves asi con él, el mio se desentendio de mi cuando me creo. Me dejo a la buena de Cain.
- ¿Cain? Lo siento, pero no creo en él. - Dijo Henri con una seriedad pasmosa. - Mi creador ha sido Teiwaz, por mano de Odin. ¿Tú no eres un Einherjar? - Continuó.
Pero después, calló para escuchar las palabras de Miguel, el cual parecía tener que hacer varias cosas en una noche.
Si me explica a mí, seguro que perderá el tiempo y no quiero que no pueda hacer sus cosas por mi culpa.
- Mira Miguel, yo no sé nada de este mundo, así que dónde tú vayas, para mí será nuevo. Me parece que lo único que haré es seguirte con los ojos y los oídos bien abiertos, para poder aprender. -
A punto estoy de contestar cuando aparece alguien y corre colgandose de mi cuello y besandome en los labios
- No, si yo no me preocupo, tranquilo. - Dijo Henri mostrando su mejor y sincera sonrisa. - Tú tranquilo, si casi no me verás. Seré una sombra y simplemente, escucharé. Si quieres que hable, puedes indicármelo, por que la verdad, no sé que protocolo usaréis en esta época y El Dorado me ha dicho que ha cambiado mucho desde que me convirtieron. -
Y asi, Henri siguió a Miguel a dónde él lo llevará.
No pudo dejar de sonreir cuando veía a la chica colgarse de su cuello y darle la tabarra.
El amor...
Sonrio colgandome de su brazo y miranod a su interlocutor
Marria Larrañaga, del clan de los brujos, un placer conocerte. replico con una caida leve de ojos mientras le inspecciono. Su sangre es antigua, muy antigua.
¿El dorado? arqueo una ceja mirandolos a ambos. La verdad es que no de que epoca vienes, pero hasta de la mia y eso que soy joven se ha cambiado mucho, no se respeta ni a los nobles. Una pena que no este la guillotina, algunos deberian probarla
- Encantado, María. - Dijo Henri con una media sonrisa mientras continuaba siguiendo a Miguel.
La miró a los ojos cuando hablaba de la época en la que venía y además, se quedó pensando en que querría decir con lo del Clan de los Brujos.
- Soy el Hijo de Teiwaz, por lo que supongo que hace mucho tiempo que estoy por aquí. Aunque estos últimos siglos, bueno, estuve algo ausente bajo una montaña de piedras y tierra. -
Interesante replicio mientras le miro y sonrio para mi...creo que podriamos hablar de ste tiempo que has pasado enterrado en ese lugar.
Nunca habia conocido a nadie que fuera tan antiguo a parte de quien ya sabemos y el arzobispo no se suele prodigar mucho entre los de nuestra calaña segun el. Me froto las manos y sonrio mas ampliamente. Seguro que tu sangre es muy poderosa.
Dime que quieres saber y te contestare
me podias haber dicho que no te habia psoteado que no me salio en novedades.
- No sé muy bien como funciona todo esto. Ten en cuenta que soy como un niño que no sabe en que se ha metido. Me siento como si me hubieran creado ayer mismo... es todo muy confuso... - Dijo Henri negando con la cabeza confundido. - Toda esta gente, tanta gente, las máquinas, bueno, de dónde vengo, la casa más grande que había visto había sido un monasterio... pero ahora... -
Henri sonrió.
- Necesito alguien que me cuente todo, y por supuesto, que me enseñe a comportarme. Mi naturaleza es más salvaje de lo que esperaba... me siento como descolocado en este lugar y tiempo. -
Me encantan los salvajes replico mientras me acomodo en el sofa subiendo las piernas y doblandolas para apoyar mi espalda en su respaldo.
La verdad no te pierdes nada, el mundo es mas salvaje que antes. LA gente ni se fija en los demas, cosa que tampoco hacia antes.
Tu solo pregunta y vere que puedo contarte y como contartelo.
Yo creci en una aldea del norte de España, un lugar horrible, pero sali y me converti en lo que soy ahora...Pregunta y sientate, esta noche sera muy divertida