Partida Rol por web

La mesa en el oscuro comedor está servida con una cara y lujosa vajilla digna de un príncipe. La sala zumba de excitación.

Los anfitriones están muy animados tras los tormentos, y charlan alegremente entre ellos, recreándose en la diversión que han tenido hasta ahora y aún con ganas de más.

Los sirvientes  junto a las sillas libres, salvo la cabecera que esta libre.

Larga melena castaña, ligeramente tostada por el sol, con unos profundos ojos castaños y una facciones perfectas sentanda  a un lado con una copa en la mano con un vestido rojo como la sangre y un collar sencillo de oro al cuello, una simple cadena.

Tiene el cabello largo, hasta los hombros, y de un tono anaranjado y los ojos de color azules, casi grises y observa con detenimiento y gran agudeza cuanto le rodea.  Porta una espada en el costado izquierdo de buena manufactura, asi como un escudo, con lo que parece el emblema de su casa, y un peto de buen cuero, aunque en las ocasiones en las que sabe que va a haber un enfrentamiento no duda en enfundarse su armadura de cota de mallas.  Junto a la dama intentando sacarla una sonrisa que parece que no consigue mientras su copa descansa medio vacia o medio llena frente a su plato.
 

Los observa un hombre de rasgos arabes y con tatuajes en su rostro que parece no muy contento mientras aprieta su copa en las manos rompiendo el cristal y cortandose los dedos sin inmutarse por el dolor o por la sangre que gotea sobre la costosa alfombra. Apoya su mano sobre la chimenea y susurra algo antes de que el hombre se lleve la mano al pecho para apretarlo y cerrar los ojos  con gesto de dolor.

Desde el balcón interior, los músicos empiezan a tocar. Las puertas bajo el balcon se abren y entran un hombre vestido con un traje elegante, de colores oscuros acompañado de una dama de rubios y plateados cabellos con un vestido blanco cogida de su mano que caminan hacia la mesa donde se sientan mientras todos alzan las copas y...

Segundos despues una sombra, el brillo de unos dientes grotescos y deformados que muerden tu cuello haciendote retorcer las sabanas y oscuridad despertandote gritando con el cuerpo cubierto por sudor.

"Ha sido un sueño... solo un sueño". Me digo al despertarme violéntamente.

Lleva pasándome esto desde que salí de la ciudad. Lleva pasandome esto desde que mi alma se perdió en las tinieblas de la Umbra, justo antes del cambio. Justo antes de que yo dejara de ser la criatura inocente que era. Justo antes de decidir, que nadie haría nada por mí, si no lo hacía yo antes.

Y así fue. La Camarilla se desentendió de toda responsabilidad.

Volví, pero de qué manera. Son recuerdos que prefiero no volver a traer. El sol sigue alto donde quiera que esté y yo me quedo totalmente quieta en inmóvil bajos las mantas. Faltan al menos tres horas para que se ponga.

Es un sueño repetido...llevo días así. Estoy en un lugar que no conozco, con gente que no conozco. Ni siquiera....

Lo primordial ahora es salir de los Estados Unidos. Mañana. Al ocaso estaré en un aeropuerto Español. Málaga. Es el más cercano a Córdoba, un lugar que ahora me resulta extraño. ¿Por qué elegir ese destino? No lo sé. Es una ciudad Sabbat. Y yo... yo ya no se lo que soy tras el duelo con el Regente de hace un mes que me ha dejado fea cicatriz en la cara, la marca de la deserción.

Mentira. Eso ya lo hice cuando me acerqué a mi captor y le pedí que me guiara en el camino de la iluminación. Casi muero al cortarse el cordón plateado y mi alma siguió viva y torturada en ese infierno... perdida. Muerte y alma. Ahora el destino era diferente para mí. La poca inocencia que tenía se perdió con mi humanidad.

 Pasos por la habitacion mientras esperas que se ponga el sol ABrir y cerrar ventanas. Una presencia inquietante en la habitacion, a los pies de la cama que te observa.